SEXO VIRTUAL CON MI HIJA (Sin saberlo)
Derek, un hombre de 45 años, oficinista en una empresa eléctrica, pasaba la mayor parte de su tiempo fuera de su pequeño apartamento a las afueras de San Juan, Puerto Rico. Su vida era una rutina de trabajo y soledad. Aunque vivía con su hija, Paula.
Derek, un hombre de 45 años, oficinista en una empresa eléctrica, pasaba la mayor parte de su tiempo fuera de su pequeño apartamento a las afueras de San Juan, Puerto Rico.
Su vida era una rutina de trabajo y soledad. Aunque vivía con su hija, Paula, de 16, la distancia entre ellos era palpable. La tristeza por la pérdida de su madre los había mantenido apartados, y aunque compartían el mismo techo, rara vez se hablaban más allá de lo necesario. Fue una noche, cuando la soledad comenzó a ahogarlo, que Derek decidió crear un perfil en TeleG bajo el nombre de «Leo_58», ocultando su verdadera edad y subiendo una foto oscura, en la que solo se veía su silueta, lo suficiente para atraer la atención sin mostrar su rostro. Por otro lado, Paula, sintiéndose igualmente atrapada en su propio mundo y buscando una escapatoria, creó un perfil bajo el nombre de «LuNa_97», afirmando tener 24 años, aunque en realidad tenía 16. Sin saber que ambos se cruzaban en la misma red, comenzaron a hablar.
Las conversaciones comenzaron de manera trivial, hablando de música y películas, pero pronto la conexión entre ellos se intensificó. Ambos se sentían cómodos, como si pudieran decir lo que no se atrevían a decir en la vida real. Paula se encontró fascinada por Leo_58, por su madurez y la forma en que la hacía sentir entendida, deseada. Y Derek no podía evitar sentirse atraído por la joven LuNa_97, quien parecía poseer una mezcla de inocencia y seguridad que lo hipnotizaba.
Una noche, después de semanas de conversaciones, decidieron hacer una videollamada. Pero, por alguna razón, ninguno de los dos se atrevió a mostrar su rostro. La cámara enfocaba sus cuerpos, pero se mantenían a la distancia, jugando con las sombras y la luz. La conversación fue fluida, cargada de promesas no dichas, con miradas furtivas a través de la pantalla. Paula, sentada frente a su celular, no pudo evitar fijarse en la camisa de Leo_58, que se ajustaba a su torso de una manera que mostraba su abdomen y su pecho musculoso. La tensión sexual era palpable.
— «Esa camisa… realmente te queda bien,» —dijo Paula, con un tono bajo, casi susurrante. — «Me gusta cómo te queda ajustada, como si estuviera hecha para ti. Se nota que tienes un cuerpo fuerte… varonil.»
Derek, sorprendido por el cumplido, se sintió un poco avergonzado, pero al mismo tiempo, algo en su interior despertó. Nunca había sido tan directo con una mujer joven, pero LuNa_97, con su confianza y su forma de hablar, lo había cautivado por completo.
— «Gracias,» —respondió él, ajustando su posición en el sofá. — «Tú también pareces… increíble. Aunque no pueda verte, tengo que decir que, por lo que describes, eres la clase de chica que haría que cualquiera se detuviera a mirarla.»
La sonrisa de Paula se hizo más amplia, y sus ojos brillaron al escuchar sus palabras. Algo en su tono, algo en lo que él no había dicho pero se sentía en el aire, la excitó. Le gustaba la forma en que se expresaba, lo varonil que sonaba, y aunque la llamada era un juego, había algo entre ellos que no podía ignorarse.
— «Lo sé, ¿verdad?» —respondió Paula, con una risa juguetona. — «Soy delgada, pero mi cuerpo tiene lo que un hombre necesita.»
Derek respiró hondo, su mente turbada por esas palabras. No podía evitar imaginársela, ver la figura de la joven que había descrito, y la tentación de verla en realidad lo estaba consumiendo. Había algo en su voz, en la manera en que hablaba, que lo desarmaba.
— «Me imagino,» —murmuró Derek, incapaz de contenerse. — «Deberías verme. No solo por la camisa, sino por lo que hay debajo… ya te dije, hay algo en tu forma de hablar que me desarma. Tienes esa confianza, ese toque delicado pero fuerte… me encanta.»
Paula tragó saliva, sintiendo una oleada de calor recorrer su cuerpo. No podía negar que sus palabras la tocaban profundamente, y no solo de manera emocional. Algo en su pecho comenzó a palpitar más rápido, y sin poder evitarlo, comenzó a describir en sus mensajes cómo se sentía al escuchar a Leo_58 hablar de ella de esa manera. Había algo extremadamente atractivo en la manera en que él la veía, cómo la deseaba, incluso sin haberla visto en persona.
— ¿Quieres ver más de mi? — exclamó Paula con un toque de picardia qué estaba volviendo loco a Derek…. A lo que respondió — Claro que si hermosa.
[Paula se puso de pie, sin enfocar la cama y se empezó a quitar unos shorst jeans qué tenía, dejando ver una tanga roja muy ajustada en un cuerpo virginal]
— Qué hermosa estas! — dijo Derek mientras que en sus pantalones se estaba despertando su virilidad masculina, después de todo no había estado con ninguna mujer desde que falleció su esposa.
— Ahora tu, te toca a ti! — dijo Paula
[Derek empezó a quitarse la camisa y dejó ver un cuerpo varonil y velludo, resultado de años de trabajo fuerte]
Paula se empezó a excitar… Ver a ese semental la estaba volviendo loca, ese hombre tenía algo.
[Paula se puso de pie nuevamente, pero esta vez fue su tanga la que se quitó…. Tan lentamente que Derek parecía que le iba a explotar el corazón]
— ¿Te gusta? — preguntó Paula, a lo que Derek respondió — Eres perfecta!
Abriendose de piernas Paula deja ver una vagina rosada y pequeña, sin rastros de vello púbico, y que apenas parecía haber sido tocada.
Derek no aguanta más y se desabrocha en pantalón y deja caer su bóxer también — Esto es para ti mi amor! — exclamó agarrando su miembro que estaba duro como un roble.
Paula no lo podía creer…. Era una pinga no muy larga de unos 15cm, pero con un grosor increíble, con una cabeza roja y guevos largos y peludos.
— ¿Ya has estado con un hombre antes? — preguntó Derek… A lo que ella respondió: Nunca, pero he visto películas y fotos, sé como se hace.
— a ver muéstrame! — exclamó bastante emocionado Derek.
Humedeciendose los dedos Paula empezó a introducir un dedo en su vagina…. Y solo con un dedo ya gemia de placer. Ella nunca había estado con un hombre y estaba totalmente cerrada y virgen.
— Ahhh si continua — del otro lado de la cámara Derek masturbaba su gruesa pinga justo frente a la cámara, a lo que Paula se sentía más deseada, excitada…. Se sentía una mujer.
— ¿Meto 2 dedos? — preguntó Paula — mientras que Derek en el extasis de la experiencia le comanda que lo haga!
Con mucho esfuerzo Paula logra meter 2 dedos dentro de su vagina… Se los lleva a la boca y los humedece más, para poder meterlos bien.
Su pálida y blanca vagina, ahora toma un tono rojizo… Propio de la acción que estaba ocurriendo.
— Quieres mi bicho dentro de ti? — le pregunta Derek — a lo que ella solo asiente, y responde — Me va a doler mucho pero si lo quiero dentro de mi!
— Ponte en 4 y muéstrame ese culo… Anda.
— OK lo hago enseguida.
[Al darse la vuelta y ponerse en 4, deja ver un paisaje majestuoso qué Derek tiene tiempo sin ver… El se o de una mujer joven y preciosa, una vagina cerraditas y un culo virgen]
— Metete un dedo en el culo, anda… Muéstramelo — le indicate Derek.
[Tomando su dedo índice, con un poco de crema hidratante lo introduce en su apretado culo]
— Ah si preciosa sigue así, quiero mamarte ese culo y meterte mi bicho hasta sentir toda mía!
La videollamada terminó abruptamente debido a un apagón de luz, ambos demasiado envueltos en la tensión para continuar. Pero esa noche no se durmieron tranquilos. Ambos pensaron el uno en el otro, imaginándose cómo sería si pudieran ver más allá de la pantalla, si pudieran tocarse.
Al día siguiente, Derek salió temprano a desayunar en la pequeña cocina del apartamento, aún con los pensamientos agitados por la llamada de la noche anterior. Se sirvió su café, pero al levantar la vista, vio a Paula entrando a la sala, luciendo la misma camisa oscura que había usado durante la videollamada. Un escalofrío recorrió su espalda. La camisa era exactamente igual, y en su mente, las piezas del rompecabezas comenzaron a encajar de una manera aterradora.
Paula lo miró, notando la extraña intensidad en la mirada de su padre. No comprendía bien por qué, pero sintió algo extraño en el aire. Su corazón se aceleró cuando él, con voz grave, preguntó:
— «Esa camisa… la llevaste anoche, ¿verdad?»
El aire se volvió espeso. Paula, con el rostro pálido, sintió que la realidad se desmoronaba. Sintió cómo el miedo y la vergüenza la envolvían, pero al mismo tiempo, había algo dentro de ella que no podía dejar de sentirse atraída. La sensación de estar atrapada, de que la verdad estaba a punto de estallar, la excitó de una manera que no podía comprender.
— «Sí… papá…» —dijo, con la voz temblorosa. — «La llevaba… en la videollamada.»
Un silencio pesado llenó la habitación. Los dos se miraron, la tensión entre ellos era casi insoportable, un deseo compartido y a la vez prohibido. Ninguno de los dos sabía qué hacer con la verdad que acababa de salir a la luz, pero ambos sentían que todo había cambiado irrevocablemente. La revelación estaba hecha, y el misterio que habían creado ahora los había atrapado en una red de emociones incontrolables.
Después de unos minutos que parecieron eternos, Paula rompió el silencio.
— «Papá… no sé qué está pasando… pero esto… no fue planeado. No sabía que eras tú, no podía saberlo…» —dijo, con lágrimas a punto de brotar de sus ojos.
Derek la miró, su rostro cargado de conflicto, pero también de comprensión.
— «Tranquila Paula, no es tu culpa… pero lo que siento por ti, lo que compartimos, es real. Es confuso, lo sé. Nunca quise hacerte daño, pero… a veces las cosas se complican, las emociones se enredan…»
Paula dio un paso hacia él, y con una mezcla de tristeza y alivio, le extendió los brazos. Derek, sin pensarlo, la abrazó. Era un abrazo tenso, lleno de la confusión de lo vivido, pero también de la necesidad de tocar se y experimentar la intensidad de la noche anterior. Allí, en ese abrazo, se dieron cuenta de que la verdad los había golpeado de manera inesperada, pero también los había unido de una manera más profunda.
— «Lo siento mucho, papá,» —susurró Paula, su voz quebrada.
— «Yo también lo siento, hija,» —respondió Derek, abrazándola con más fuerza. — pero Paula se percató de algo extraño, al abrazar a su padre un bulto duro sobresalia de sus pantalones, ella sabía muy bien que significaba.
— Perdoname papá — exclamó ella mientras se arrodillaba ante tal hombre, que hace pocas horas se sentía extraño para ella, pero que ahora deseaba.
— No hija que haces!… — bajando su bragueta, y metiendo su pequeña mano todo ese miembro caliente y grueso que había visto por la camara… Aun con rastros del líquido preseminal.
— Es más grande en persona! — haciendo un gran esfuerzo Paula se metió el bicho de su padre a la boca… Solo le cabía la cabeza por lo grueso que era.
[Hasta este momento Derek estaba paralizado, conflictuado entre dejar que esto pasara o detenerla… Pero las cartas ya estaban echadas y Paula ya había empezado a jugar]
— Yo quiero ser tu primer hombre — le dijo Derek susurrando mientras ella todavía le mamaba el miembro de su padre.
[Como si fuera una muñeca de plástico, la tomo por la cintura y la llevó al sofá, donde abrió sus piernas e hizo a una lado el pantie qué tenía puesto… Y ahí estaba, esa vagina era más pequeña que la sus nudillo, pareciese qué solo un alfiler entraría ahí]
Te amo mucho hija — con estas palabras Derek puso ambas piernas de Paula sobre sus hombros, y la tomo desde la cintura, llevando su boca y lengua directamente al clitoris y labios externos de esa virginal vagina.
— Qué es esto?.. Papá para, ahhhh — una mezcla de emociones la invadan y sentía como la lengua áspera de su padre se abría paso intentando entrar dentro de ella.
[Por casi 15 minutos Derek estuvo mamandole la vagina a su hija… Sin parar ni un momento, hasta que un grito de ella lo detuvo]
— Papá!, cuidado me orino, me orino!…. Litros de jugos vaginales inundaron la cara de Derek, que ahora estaba impregnado con la esencia de su hija.
Derek arrancandose la camisa dejó ver el cuerpo fornido y velludo de un hombre varonil…. Hombre de 45 años que estaba apunto de poseer a su hijita de 16.
— Se escupió la cabeza del bicho y lo posicionó en la estrecha entrada de la vagina de Laura…. Que ahora había adquirido un tono rojo tomate, debido a la fricción de la barba de Derek al mamarle la vagina.
— Aquí voy nena… La abrazó fuertemente y dándole un beso muy apasionado, dejo ir todo su miembro dentro de Paula.
— Noooo ahhhhhhh Papá!
— Tranquila mi amor, solo duele la primera vez.
— Papá me duele, me duele mucho!
[Paula empezó a llorar descontrolandamente pero Derek no sacó ni un solo centímetro, al contrario, presionaba para que entrará más]
— Tranquila mi cielo, ya va a pasar el dolor, ya veras.
— Noo ahhh [Llora como niña pequeña] — a pesar de los llantos de Paula, Derek había logrado su objetivo, ser el primer Hombre de su hija.
— Después de casi 10 minutos finalmente Derek sacó suavemente su miembro, dejando a la vista la vagina de Paula, que ahora yacia llena de sangre al haber sido desvirgada.
— orgulloso de lo que había hecho, Derek volvió a meter su bicho dentro de su hija, pero ahora si empezó un mete y saca, como si fuera un baila, donde él y su hija se volvieron 1 solo.
Paula solo lograba ver los verdes ojos de su padre mientras él la penetraba… Se sentía hechizada, casi como estar realmente enamorada.
Y Derek, a ver lo delicada de su hija, que ya no era una niña… Sintió también un extraño deseo de amar a esa florecita como su propia mujer por el resto de su vida.
— Ven amor, súbete sobre mi…. Derek recostadose en el sofá dejó que Paula sólita se subiera sobre él, ella misma con sus temblorosa manos tomó el miembro de Derek y lo direccionó directo hasta su vagina recién desvirgada.
— Siéntate amor — exclamó Derek — y muy obedientemente Paula lo hizo, volviendo a sentir como el miembro de su padre se abría paso dentro de ella, como una excavadora y le removida todo por dentro.
[Saltando sin parar Paula sintió algo caliente dentro de ella y el miembro de su padre se contaría y palpitaba…. Él había eyaculado dentro de ella]
— Ahora si nena, oficialmente eres mi mujer!
— Seré tuya las veces que quieras papá!
Con esa promesa, se abrazaron por unos largos momentos, dejando atrás la tormenta emocional que los había envuelto. Sabían que la relación entre ellos cambiaría, pero al menos se habían dado el permiso de hablar, de ser honestos, y de intentar reconstruir lo que se había rotó.
Y aunque Derek intentó convencerse de que todo mejoraría con el tiempo, no podía evitar preguntarse si alguna vez sería capaz de superar la línea que había cruzado. La verdad lo había sacudido, y él estaba listo para iniciar una nueva familia con su propia hija.
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