Sexo y drogas en exceso.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Con Samuel fuimos contratados como los guardaespaldas de las hijas de un político. Esto sucedió en el año 2010 y 2011. Luego nos retiramos por salvaguardar nuestra integridad.
No somos muy estudiados con Samuel, recibimos instrucción militar en el ejercito de este país. Yo tengo 34 años y mi compañero 38 años. Somos fuertes y de más de 1.75 mt de estatura. Las hijas del político son Johana de 19 años, la menor, la muchacha tiene buenas piernas y buen culo, con tetas pequeñas, cabello negro. La otra es Lorena, de 21 años, pelo teñido de rubio, igual de piernas fuertes y buenas nalgas, sus tetas un poco más grandes que las de su hermana. Las dos le ponían a la cocaina y la heroina.
Al principio, ellas casi ni nos hablaban, ni nos miraban siquiera. Pero ella necesitaban de nosotros, pues aveces las sacabamos de sus fiestas o reuniones cargadas, pues estaban borrachas y drogadas, llegaban hasta orinarse en sus vestidos ya dentro del auto, tipo blindado que nos dio su papá.
Ellas tenían sexo con muchos de sus amigos y los que se hacían llamar novios. La primera vez Johana, que para mi era la más bonita, llegó con un muchacho y pidió que le abrieramos el auto, ella iba no se si borracha o drogada, pero no iba bien, al igual que el otro joven, entraron a la parte de atras del auto y comenzaron a tener sexo, se oían los gemidos de la joven Johana y el auto se mecía de un lado a otro. Como a los quince minutos de estar cogiendo, se calmó todo, minutos después el joven salió en calzoncillos y camisa y se fue caminando meciéndose en la calle. Como nuestro trabajo es el bienestar de ellas, abrí la puerta para ver como estaba la joven Johana, ella estaba acostada atras, toda desnuda, pude ver ese cuerpecito tan bonito que tenía, su panocha rasuradita, sus pezones parados, la intenté despertar, pero ella estaba groguil completamente, ni se movía.
Me calenté de verla alli acostada, vulnerable, su panochita semiabierta, vi el condon del joven que salió, estaba tirado en el suelo del auto. Le dije a Samuel que vigilara que me iba a tirar a la chica, ya habíamos hablando de esto, que las muchachas estaban ricas y que aprovecharíamos algún día la ocasión, y esta era la ocasión. Me quité los pantalones ya dentro del auto, le levanté las piernas delgadas, su piel era fina como seda, saqué mi verga que ya la tenía parada, le puse mi verga en su panocha y se la metí, ella ni sintió nada, no se movió siquiera, comencé a metersela hasta adentro de su panocha, alli estaba mojado y caliente, comencé metersela adentro y afuera, yo me puse muy cachondo, tome sus piernas y comencé a besarla, luego tomé sus pies con sus uñas pintaditas de rosado y le chupé todos los deditos de los pies, segui tirándomela un buen rato, ella ni enterada, hasta que me corrí, le heché mi leche en su vientre. Me vestí y salí, afuera estaba Samuel esperandome, dijo que el también quería. se subió al auto, yo me quedé afuera, de repente abrió la ventana y me dijo, -dejaste sucio aqui, dame tu pañuelo-, como tenía la ventana bajada, vi que le limpio mi leche del vientre de la joven Johana, ella seguía en estado inerte. Luego se sacó su verga y abriendole las piernas se la metió y luego poniéndose encima la tiró a gusto, hasta que acabó, Samuel echó su leche en el piso.
Luego de esa primera experiencia, no perdíamos oportunidad de coger a las jovencitas cuando llegaban borrachas o drogadas. Las metíamos al auto y uno de los dos adelante y el otro en el sillón de atras, a mi me gustaba coger a la joven Johana, su cuerpecito era finito, en ocasiones ella también se mojaba, pues abría los ojos durante la cogida, pero sus ojos andaban perdidos, parecía una muñeca en mi manos, pues la podía poner en cualquier posición en el sillón y luego me la tiraba a gusto, aveces usaba condon y aveces no. Aveces, nos cambiabamos de lugar con Samuel, me pasaba adelante para tirarme a la joven Lorena y el a la joven Johana.
Una vez, las sacamos de una fiesta, las dos iban muy drogadas, como nos habían pagado la quincena un día antes, las llevabamos a un motel, las metímos en la ducha, pues iban sucias, la joven Lorena había hecho sus necesidades en el calzón. Las pusimos desnudas sobre la cama y les hicimos todo lo que queríamos. Samuel me dijo que les chuparamos las panochas, les abrimos las piernas y les chupamos toda su papaya, aveces ellas abrían los ojos, pero como dije no miraban nada, estaban pérdidas. Lo que es verdad es que ellas se mojaban, yo podía sentir el sabor de sus jugos de la panocha de sabor agrio. A mi me gustaba chuparle las tetitas a la joven Johana y chuparle sus piecitos tan lindos, luego me subía y le ponía mi verga en los labios. Yo miraba que Samuel le gustaba abrirle las nalgas a la joven Lorena y comerle el hoyo chiquito. Luego nos las tirabamos poniendonos encima, o las volteabamos y las cogíamos a gusto. Yo estaba con la joven Johana y Samuel con la joven Lorena. En eso vi que Samuel se levantó y fue a juzgar la bolsa de la joven Lorena, -estas robandole!- le dije, pues nos habían enseñado a no ser ladrones, me dijo que no, que estaba buscando una crema, para qué le pregunté, me dijo que se la quería coger por el culo y que le pondria crema para no le costara.
Me quedé viendo. El la puso boca abajo y le puso crema en el culo, luego se puso encima y tomando su verga con la mano se la puso en el culo y se la metió, Samuel empujó hasta que se la metió toda, luego se puso a mover encima de ella, a la joven Lorena se escuchaba que pujaba pero sin estar despierta. Le pregunté como se sentía cogerla por alli a Samuel, me dijo que era mejor que cogerla por la panocha, le pedí la crema e hice lo mismo con la joven Johana, y tomando mi verga se la hundí en el culo, estaba muy cerradita, pero seguí empujando y empujando, hasta que se la metí toda, luego me puse a moverme adentro y afuera y si era cierto, era más rico darle por alli. Samuel se corrió y no sacó su verga del culo de la joven Lorena, cuando me tocó a mi, hice lo mismo me corrí en el culo de la joven Johana. Después de eso las vestimos, Samuel ya le había quitado la caca del calzón de la joven Lorena y se lo puso, salimos y nos fuimos de regreso a la casa donde vivian las dos jovencitas.
Cada quincena de pago, cuando había oportunidad, llevabamos a las jovencitas al mismo motel a cogerlas, no era todo el tiempo, porque aveces ellas salían por su propio pie, iban borrachas, pero no tanto. En esas ocasiones que nos emotelamos con ellas encontramos que sus panochas tenían leche de sus novios adentro. O sea que ya las habían cogido en la fiesta. También en una fiesta que daban en una finca, eran unos diez jóvenes, la mitad hombres y la mitad mujeres. Entramos a sacar a las muchachas y vimos que habían tenido una orgia, con drogas y licor, solo un joven estaba despierto y tenía una pipa, de drogas, estaba como idiota. En eso veo una de las jovencitas, que no eran Johana ni Lorena, alli desnuda con un par de nalgas de campeonato, me pongo cachondo con todo lo que veo, la cargo la llevo a una habitación y alli mismo me cogí por delante y por detras, le dejé mi leche en su lindo culo. Samuel se quedó cuidando afuera.
En una ocasión, las llevamos a un sanatorio, la joven Lorena se quedó alli todo un día. Luego supimos que había ido a abortar, pues la habían preñado.
Todo lo anterior sucedió en un margen de año y medio. Luego de eso mejor renunciamos, pues alguna vez nos podrían cachar teniendo sexo con las jovenes.
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