SIEMPRE QUISE PROBAR INCESTO CON MI HIJO. Segunda parte.
Después de pedir varias opiniones, doña Angie se permite realizar lo que tanto ha deseado, entregársele sexualmente al pervertido de su hijito..
ESCRITO POR SIREMIS.
La gran vergota de mi Facundito era digna de entrar en mi complaciente rajota, me dije así misma: ¡si todo mundo me mete sus cipotes entonces ¿por qué razón mi hijo no debería de hacerlo? ¿por qué motivo no debería entregarme a él?!
Esa tarde encendí un porrito y le confesé a mi esposo que había tomado la decisión de hacerle caso a mis amigas y ejecutar un método más poderoso que el que él me había sugerido, es decir, la estrategia de chuparle el pepino y darle cuquita a mi niño por algunos meses empezando desde esa misma noche, no obstante, le manifesté que estaba un poco nerviosa al haber tomado esa decisión.
Mi marido me felicitó y me apoyó, me besó y me dijo que no me preocupara para nada, que solo se trataba de una atinada terapia sicosexual aconsejada por mis buenas amigas, y que él iba a pasar la noche con Katy, en casa de mamá, para visitar a su otro niño y para que yo pudiera dedicarme todo el tiempo a estimular oral y genitalmente a nuestro único hijo sin ninguna molestia ni afán. Para tomar valor y dejar a un lado el nerviosismo me recomendó beber un poco y esnifar alguna dosis de la cocaína que él guardaba en la caja fuerte. Javier se fue contento a su oficina luego de dedearme la chocha un ratico.
Mi hijo había salido esa tarde, supuestamente, a hacer tareas con sus compañeritos del colegio. Eso me dio horas enteras para arreglarme y pensar en las ventajas que iba tener practicarle sexo oral y genital a mi deseoso y pajuelo chiquillo.
Me rasuré la vagina dejándome un triangulito de vello púbico, me bañé, me maquillé muy bien y me peiné. Alguna vez mi niño me comentó que le encantaba cuando me peinaba con fleco tapándome un poco los ojos, por tanto, así me peiné, así mismo, me puse el collar que él me regaló el día de la madre y que tanto disfrutaba vérmelo y tocármelo, pues cuando lo alzaba en mis piernas le fascinaba jugar con él mientras yo lo tenía puesto en mi cuello y con su dije metido entre mis senos, a mi niño le gustaba meter su traviesa mano en el canalillo de mis tetazas y sacarme ese dije de ahí para volverlo a meter y otra vez sacar y así sucesivamente.
Puse el retrato de mi hijo en mi tocador, saqué unos minutos para mirarlo fijamente, eso me complacía y me estimulaba mientras seguía fumando, no me sacaba de mi mente la imagen de su larga y gorda vergota expulsando enormes cantidades de esperma. Sonreí y me relamí de gusto ante esa estupenda escena proyectada en mi cochina imaginación, quería chuparle y meterme ese guamo a como diera lugar, menos mal mis amigas y mi hermana me recomendaron hacerlo, al menos la mamada, dándome las justificaciones necesarias para ello, y, retirando mi cigarro, procedí a aplicarme intensamente un fino labial rojo en mis labios, pues quería tenerlos muy lindos y suaves para el momento de ejecutar la tan deseada mamada.
Luego, mientras contemplaba el retrato de mi niño, perdí un par de horas bebiendo licor y en seguir consumiendo, esta vez se me dio por hacerle caso a Javier y esnifar una pequeña cantidad de la cocaína que él guardaba, cualquiera diría que me quería suicidar consumiendo esas sustancias de forma tan seguida, pero mi cuerpo ya lo soportaba muy bien, ya lo había hecho muchísimas veces desde muy niña, así que puse una pequeña rayita de coca sobre el vidrio del retrato de mi hijo y la esnifé con ganas a través de un popote, si mi nene disfrutaba profanando mi retrato echándole semen encima entonces yo tenía todo el derecho de profanar el suyo como superficie para preparar mi coca.
También perdí tiempo en decidir con qué ropita me le iba a presentar a mi Facundito en su cuarto, si con pijamita erótica o con leggins y topcito bien marcados o con faldita corta y blusita de gran escote o con el disfraz de enfermerita sexy que uso cuando le hago estriptis a mi esposo en nuestra intimidad o con solamente cuquitos y brasier.
Mientras me decidía por qué prendas ponerme, las drogas y el licor hicieron su buen efecto, me sentí supremamente arrecha y empecé a masturbar mi excitada cucota estimulando mi deseoso clítoris con mis dedos a la vez que me introducía el mango del cepillo del cabello por entre mis cafesosos labios vaginales. Me imaginé que ese mango de cepillo era la vergota de mi nene y ahí comprendí y acepté totalmente que no solo quería chuparle la pija ni dejar que simplemente me penetrara, sino que deseaba fuertemente hacer el amor con él, pues estaba enamorada totalmente de mi niño.
Mi hermoso niño llegó al rato, abrió la puerta con sus llaves, y escuchar sus pasos me hizo emocionar más de lo que ya estaba. Prontamente me limpié todos los fluidos que mi antojada y caliente vagina emanó en esa fascinante masturbación, mi cuca estaba realmente deseosa de verga, muy lavada en líquidos y me palpitaba como si tuviera un pistón adentro, y desde mi cuarto, muy feliz y con el corazón en la mano, le expresé en voz alta que la cena estaba en la nevera, que la calentara en la estufa y que después de cenar fuera directamente a su cuarto porque le tenía preparada una agradable sorpresa.
Él me preguntó de qué se trataba, pero le dije que no podía contarle o si no se dañaba la sorpresita. El adolescente cenó muy entusiasmadamente mientras yo terminaba de perfumarme y de ponerme bonita.
Busqué los condones de mi marido, pero no los encontré, entendí que él se los había llevado para usarlos con la Katy y ahora yo no tendría preservativos para ponerle a mi Facundito. Di un profundo suspiro y decidí arriesgarme a que mi hijo me penetrara sin protección alguna, pues ni siquiera tenía mis pastas anticonceptivas porque ya se habían terminado.
Nunca había estado más emocionada que en ese momento y los poderosos temblores en mi afanosa vagina eran efecto de una inaguantable arrechera, así que no pensé más en los condones sino en el placer.
Media horita después noté que mi hijo se encerró en su cuarto, pues escuché la puerta cerrarse, y rápidamente me dirigí hacía allá, pues ya me había enterado por medio de mi hermana Katy que él se hacía la paja sin necesidad estricta de estar yo presente como antes había imaginado y por eso pensé que de pronto se la haría a solas, y como yo quería que eyaculara en mi boquita quería evitar que lanzara sus chorros en sus sábanas o en otra parte porque ansiaba conocer a qué sabía su semen fresco y también deseaba tomarme su néctar, añoraba saber cómo se sentía practicarle una mamada incestuosa a mi propio hijito, sin duda me había convertido totalmente en una pervertida empedernida y eso me encantaba y me colmaba de poderosa lujuria.
Llegué a su cuarto con algún esfuerzo, no porque no quisiera presentármele a mi niño, sino porque estaba muy ebria como para poder sostenerme efectivamente con mis propias piernas, y encontré que, en efecto, la puerta estaba cerrada, sin embargo, olía bastante a deliciosa marihuanita.
Golpeé suavemente la madera con mis nudillos. Mi niño me pidió que entrara, al abrir salió muchísimo humo, mi nene estaba fumando marihuana, y su cara fue de sorpresa al verme entrar totalmente desnuda a su habitación agitando unos penachos de sexy-porrista, cosa que hacía que mi collar y mis tetas saltaran rítmicamente. Finalmente, tras de tanto pensarlo, había decidido presentármele tal como Dios me había traído al mundo, me pareció lo mejor para hacerle parar hasta lo máximo su lindo pipí.
Antes de continuar debo aclarar que mi nene hermoso solo me veía desnuda cuando estaba bañándome o cuando me estaba cambiando de ropa en mi dormitorio, pero nunca así ofreciéndomele de buenas a primeras, por eso el adolescente quedó lelo mirándome las tetas y la cuca.
Menos mal no me caí al dar esos sensuales saltos, mi cuca me palpitaba y me chorreaba como nunca llena de deseo, y con voz de borracha exclamé:
ANGIE: ¡Hooolaaaa!… ¡Mi bebé hermoso! ¡Vengo a hacerte tu acostumbrada pajota de antes de dormir, cariñito!
FACUNDITO: ¡Mamáááa´!… ¡Uuff!… ¡Pero si estás totalmente destapadita y super-buenísima hoy!… ¡Vaya tetazas!… ¡Oohh!… ¡Qué rajota tan suculenta!… ¡Mmmm!…
Di una sexy vueltecita de porrista agitando mis penachos y mi collar para que mi niño me viera todita y se antojara como nunca. Mi cuerpo se sacudía con pasión. Facundito, muy contento y emocionado, sin soltar su cigarro de sus labios, salió como un resorte de su cama y se sentó al borde del extremo de los pies de la misma sin dejar de tocarse su tremenda erección por encima del pantalón de su pijama, su pene exageradamente inflamado se le notaba muy bien por encima de la tela.
ANGIE: ¡Como lo estás viendo decidí venir esta vez un poquitín empelota, mi niñito!… Jejeje…
Mi hijo me miraba todo el cuerpo totalmente asombrado y con ojos muy abiertos y deseosos.
FACUNDITO: ¡¿Un poquitín empelota? mamá! ¡Pero si estás completamente desnuda!… ¡Uuuufff!… ¡Qué cuerpazo!… ¡Me haces parar la pinga!… Jejeje…
ANGIE: ¡Me vine así para que disfrutes de mejor manera tu pajota viendo las tetazas y la cucota de la puta de tu mamá!… Jejeje… ¡Sé que te encanta!… Jejeje…
FACUNDITO: ¡Mamá, me encanta muchísimo!… ¡Oye, se nota que has bebido y te has drogado!… Jejeje… ¡Tú misma te acabaste de decir puta!… Jejejeje…
ANGIE: ¡Sí, papi!… Jejeje… ¡Estoy deliciosamente bebida, fumada y encocainada!…
FACUNDITO: ¡¿Otra vez te esnifaste la coca de papá?!
ANGIE: ¡Es que quiero hacerte un buen pajazo hoy, mi vida!… Jejeje… ¡El mejor de los pajazos, papi!… ¡Quiero tener fuerzas para hacerte la paja toda la noche, corazón! ¡Te amo y quiero darte todo de mí, amor!… ¡Y eso lo hago mejor estando estimulada por la coca y la bebida! ¡Quiero que te excites conmigo y que estés orgulloso de la zorra de tu mami!…
FACUNDITO: ¡Fabuloso!… Jejeje… ¡Te dijiste zorra a ti misma!… ¡Qué divertido!… ¡Me encantas, mamá!… ¡Uuff!…
ANGIE: ¡Qué rico estar borracha, drogada y excitada, papito!
FACUNDITO: ¡Qué suerte es tenerte a ti como mamá! ¡De verdad estoy muy orgulloso de ti!
MAMÁ: ¡Qué lindo mi bebé!… ¡Te amo!…
FACUNDITO: ¡Así tomadita, drogadita y excitadita podría aprovecharme de ti un poco, mami! ¡Creo que hoy será el día en que no solo me hagas ese pajazo sino también el día en que por fin te haga mía!…
Yo misma me estaba moviendo las tetas con mis manos para excitar aún más a mi amado nene.
ANGIE: ¡Claro, mi vida!… Jejeje… ¡Esa es la idea!… ¡Aquí estoy hoy para satisfacerte en todo, amor!… ¡Mírame las tetas! ¡¿Te parecen apetitosas?!
FACUNDITO: ¡Wow!… ¡Esto parece un sueño!… ¡Hoy tienes las tetas mucho más ricas y grandes que de costumbre, mamá!… Jejejeje… ¡Además pareces una verdadera puta, mamacita rica!
ANGIE: Jejeje… ¡Sí, mi amor, parezco una puta!… ¡Soy una puta!… ¡Y quiero que hoy me trates como puta!…
FACUNDITO: ¡Uuufff!… ¡Ven, mamá! ¡Arrodillate aquí, puta! ¡No sea que te caigas!… ¡Estás muy borracha y drogada!… ¡Algo me dice que hoy va a pasar algo más que de costumbre entre nosotros dos!
ANGIE: ¡Sácate tu cosota, papito rico!… ¡Ya veremos qué puede suceder esta noche, bizcochote hermoso!…
En seguida, deseosa y entregada, me acurruqué ante mi bello hijo, el cual, dejando su humeante cigarrote en un mueble que había cerca, se quitó rápidamente su pijamita y sus calzoncillos y con una mano empezó a descapullarse y a jalarse su jugosa y erecta vergota sin ningún pudor estando sentado al borde de su camita.
ANGIE: ¡Wow!… ¡Y tú hoy tienes la verga más rica que nunca, primor!… ¡Mira cómo está de crecidota!…
Sin perder tiempo me puse a pajear agradablemente a mi hermoso bebé con mi propia manita, no le quité mi lujuriosa mirada de su cabezona maquinota y después de eructar sonoramente varias veces, efectos de los tragos, me relamí repetidamente llena de ganas de chupar ese suculento babanote. La cuca me picaba y se me humedecía como nunca. Él, de una vez y sin ningún impedimento, se puso a manosearme las tetas.
FACUNDITO: ¡Oohh!… ¡Mamasota rica y empelota!… ¡Hoy me estás haciendo la paja de una manera mucho más deliciosa y especial que las veces pasadas!… ¡Uuff!… ¡Me encantan tus tetazas más que antes!… ¡Hoy te veo más putona que todos los otros días!
MAMÁ: ¡Te amo, papito! ¡Me gustas mucho! ¡Me fascina tú gordo y larguísimo pipí!
FACUNDITO: ¡Hoy estás como para pegarte una buena revolcadota en mi camita, deliciosa mamasota!
MAMÁ: ¡Me tienes todita para ti, amorcito lindo y vergón!… ¡Mmmm! ¡Qué lindo guamo tienes!…
Masturbé un poco más su buena barra de salchichón hasta que me la pasé a la otra mano con el único fin de lamerme toda la palma de la mano con la que había estado pajeando a mi bebé, y volví a pajearlo con ella.
FACUNDITO: ¡Wow!… ¡Mamá!… ¡Te lamiste toda la mano con la que me estabas pajeando!
ANGIE: Jejejeje… ¡Si, mi amor!… ¡Me quedó en la lengüa el sabor de tu nabo!… Jejeje…
FACUNDITO: ¡Uuufff!… ¡Qué puta!…
A la vez que masturbaba ese gordo y largo miembro mi hijo no dejaba de manosearme los senos, me agarraba los pezones y me estiraba las tetas de ahí. Creo que yo estaba más emocionada y deseosa que él mismo, y mi dicha era grande al saber que mi propio hijo se entusiasmaba de semejante manera conmigo y hasta ahora él no me evitaba para nada.
FACUNDITO: ¡Wow!… ¡Qué rico, mami… ¡Me gusta mucho cuando te pones ese colorete en los labios de mamadora, cuando te maquillas como zorra y cuando me muestras tu cuquita peludita de prostituta!
ANGIE: ¡Me hice otra vez el triangulito de vello púbico que tanto dices que te gusta en mamá! ¡Mira!
Así acurrucadita y con las piernas abiertas le mostré mi vello púbico a mi bebé y me atreví a llevarle una manita allí para que me acariciara esos pelitos. Mi niño no solo tocó ese triangulito, sino que se atrevió a tocarme toda la puta chocha y a meterme un dedito en ella, el muy bribón se estaba aprovechando de mí por verme borracha y drogada, cosa que me encantaba.
FACUNDITO: ¡Wow!… ¡Ya te estoy midiendo el aceite, puta!… ¡Oohh!… ¡Sí!… ¡Estás bien mojadita, mamá!
ANGIE: ¡Te parece? mi vida! ¡Es que hoy bebí hasta por la cuca, mi amor! ¡Me está picando la chocha!
FACUNDITO: ¡Wow!… ¡Como para beberte ese licor de ahí mientras te la rasco, mujerzota!…
ANGIE: ¡Me pones arrozuda, mi vida! ¡Me palpita la cuca de ganas!
FACUNDITO: ¡Y también te hiciste el peinado que me gusta, te pusiste el collarcito que te regalé y que tanto me fascina vértelo puesto y te aplicaste el perfumito que más me embelesa!
ANGIE: ¡Todo para que te excites más, papito!… ¡Uuuff!… ¡Me tienes como perra en celo!
FACUNDITO: Jejeje… ¡Oye, perrita en celo ¿y papá no ha llegado?! ¡Me gustaría que por fin te viera haciéndome la paja!
ANGIE: ¡No, mijo! ¡El pervertido de tu papá dijo que iba a visitar esta noche a la putita de tu tía Katy en casa de mamá porque, según él, quería ver a tu hermanito!
FACUNDITO: ¡Mamá!… ¡Juntos sabemos que el zorro de mi papá se va a culear a la puta de tía Katy! ¡Y de paso se lo va a clavar por el culo a la perra de la abuela!…
ANGIE: Jajajaja… ¡Sí, eso es así, mi amor!… Jejeje… ¡Jutos ya sabemos que mi marido se va a culear a mi hermanita y a la puta de mi mamá!… Jejeje… ¡No sé por qué todas en la familia somos unas verdaderas zungas!
Seguí masturbando a mi nene, y él preguntó:
FACUNDITO: ¡Oye… perrita, tú también le haces la paja a papá?!
ANGIE: ¡Naturalmente, papi! ¡Casi todas las noches se la hago!
FACUNDITO: ¡¿Mi papá la tiene más grande y apetitosa que la mía? borrachita!
ANGIE: ¡No, mi amorsote! ¡La tuya es más bonita por estar en plena edad de desarrollo y potencia! ¡Mira nada más que cabezota tan hermosa y brillante! ¡Amo tu linda vergota!
Toqué con mis dedos la suave punta del glande de mi hijo y de repente le di un besote en esa sabrosa e imponente cabezota de su kilométrica vergota, mi niño apenas dio un sonoro gemidito de placer al sentir ese húmedo contacto con mis deseosos y rojísimos labios, y su majestuoso órgano sexual, dando un prominente saltico de gusto, empezó a expulsar una mayor cantidad de lubricante líquido preseminal que embadurnó toda mi masturbadora mano.
ANGIE: ¡Wow!… ¡Qué rico, papi!… ¡Uuff!… ¡Mira cómo vomita líquido el ojo de tu magnífico guamo! ¡Me fascina!…
FACUNDITO: ¡Riquísimo, mami!… ¡Tu manita se llenó de eso!…
ANGIE: ¡A ver si bota más líquido si le doy otro besito a tu cosota!
Lo volví a hacer y en efecto mucho más líquido preseminal brotó de su exquisita salchichota tras dar un agresivo salto.
ANGIE: ¡Wow!… ¡Lo hizo muy rico de nuevo, cariño!… Jejejeje… ¡Mi mano está lavada en ese aceitico!… Jejeje…
Ese abundante fluido invadió toda mi mano y no dude en lamérmela ante la vista estupefacta de mi depravado hijito.
FACUNDITO: ¡Me enloquece lo que me haces, mamá!… ¡Hoy te estás luciendo!…
ANGIE: ¡Mi vida, lo hago con mucho cariño! ¡Hoy quiero que sea un día muy especial para los dos!
FACUNDITO: ¡Súper!… ¡Oye, puta ¿la vergota de mi papá también bota todo ese líquido?!
ANGIE: ¡No tanto, mi amor!
Esas preguntas tan seguidas que me formuló mi hijo, sobre la verga de su papá, me hizo acordar de las palabras de mi hermana Katy, pues ella había dicho que mi Facundito podría volverse marica, así que, aprovechando el valor que tenía, le sonreí y de una acerqué mi cara a su verga, instantáneamente empecé a lamerle la cabeza de su buena y humedecida vergota.
¡Qué delicia!… Mi hijo, al ver y sentir lo que le estaba haciendo a su verga se sobresaltó positivamente y me dijo:
FACUNDITO: ¡Mamáááá!… ¡Uuff!… ¡Diablos!… ¡No lo puedo creer!… ¡Te estás superando cada vez más!…
Di más lengüetazos no solo a su brillante cabezota sino a todo el tronco de su magnánima vergota y a sus bolas, mi hijo se estremecía de placer y sus ojos se desorbitaban de morbo.
FACUNDITO: ¡Oohhh!… ¡Mierda!… ¡Uuff!… ¡¿Acaso me la vas a mamar? puta!
ANGIE: ¡Claro que sí, mi amor! ¡La puta de tu madre te lo va a mamar! ¡Esa es una de las partes sustanciales de la sorpresita que te había dicho! ¡Espero que te guste, cabrón!
FACUNDITO: ¡Por Dios, mamá!… ¡Uuff!… ¡Cómo no me va a gustar una mamada de tu parte! ¡Eres grandiosa y más puta de lo que pensé por toda mi pinche vida!…
ANGIE: ¡Sí, papi!… ¡Soy la más puta!… ¡Ahí te va mi buena mamada!…
Sin más dilación inicie mi buena y ansiosa mamada a ese excelente y suculento tolete de carne. Mi hijo bufó de gusto, por primera vez su madre se lo estaba mamando y así de fácil y entregadamente.
ANGIE: ¡Mmmmm!… ¡Mmmmm!… ¡Mmmmm!… ¡Mmmmm!… ¡Mmmmm!…
FACUNDITO: ¡Aaagghh!… ¡Mierda!… ¡Qué rico!… ¡Uuff!… ¡Mamá!… ¡Esto es súper-delicioso!… ¡Aaagghhh!… ¡Jueputa!…
Empecé a mamarle suavemente la verga a mi hijo a la vez que usaba mi mano para pajeársela. Tal como siempre lo había pensado, ese miembrote estaba delicioso, sabía saladito, no podía dejar de mamar y de disfrutar, la pinga de mi hijo era una auténtica maravilla, muy cautivadora y arrebatadora, y parecía cada vez crecer más y más dentro de mi mamadora boquita. Su suavidad me gustaba en gran manera, sus venas, su cabezota, su olor y su sabor eran indescriptibles. El sentir algo vivo, palpitante y caliente frotar mi lengüa y paladar era exquisitamente deleitoso.
FACUNDITO: ¡Aaaaahhhh!… ¡Perraaaa!… ¡Oooohhh!… ¡Jueputa! ¡Qué rico!… ¡Qué bocota!… ¡Qué lengüaza!… ¡Ahhh!…
ANGIE: ¡Mmmmm!… ¡Mmmmm!… ¡Mmmmm!… ¡Mmmmm!… ¡Mmmmm!…
FACUNDITO: ¡Ooohhh!… ¡Puta!… ¡Uuff!… ¡Mi madre es una puta completa!… ¡Qué rico!… ¡Aaaahhh!… ¡Eso!… ¡Así!… ¡Así, mamá!… ¡Eres mi puta!… ¡Mama mi verga, mamá!…
Una verga adolescente es lo mejor del mundo. Ese rosado y terso glande me hacía sentir maravillas en toda mi mamadora y viciosa boquita. Quité mi mano de ese nabo, me dispuse a mamarlo sin sostenerlo, cerré mis ojitos mientras seguía chupando, y en esos momentos me imaginé con mis cachetes inflados repletos en su interior de litros de semen caliente, delicioso esperma que se escapaba por las comisuras de mis labios y escurría por mi barbilla cayendo y untando mis excitadas tetotas.
Esas excitantes escenas en mi imaginación hicieron que chupara con mayor velocidad e ímpetu ese rígido miembro sin parar un instante y mi impúdico hijito estaba en el cielo del sexo.
ANGIE: ¡Glup! ¡Glup! ¡Glup! ¡Glup! ¡Glup! ¡Glup! ¡Glup!…
Mi tierno bebé se levantó del borde de la cama quedando de pie sobre la alfombra y poniendo carita de maniático tomó mis orejas, el muy abusivo empezó a jalar fuertemente de ellas para motivar que toda la extensión de su agresiva vergota llegara a mi ofrecida garganta.
FACUNDITO: ¡Aaaahhh!… ¡Puta sea mi madre!… ¡Qué mamada!… ¡Jueputa!… ¡Métetelo todito, zorra!… ¡Qué orgullo tener de madre a una puta tan mamadora y permisiva como tú!…
En segundos esa rica y moderada mamada pasó a ser una verdadera garganta profunda a todo dar.
ANGIE: ¡Guag! ¡Guag! ¡Guag! ¡Guag! ¡Guag! ¡Guag! ¡Guag!…
Facundito jalaba muy duro mis orejas, pensé que me las iba a arrancar con todo y aretes, me las puso rojas y doloridas y mi garganta se inflaba y desinflaba sucesivamente al son de la entrada y salida de esa buena vergota a mi laringe.
ANGIE: ¡Guag! ¡Guag! ¡Guag! ¡Guag! ¡Guag! ¡Guag! ¡Guag!…
FACUNDITO: ¡Aaahhh!… ¡Sabía que algo especial iba a pasar hoy con esta prostituta!… ¡Ooohhh!… ¡Trágatela, perra!… ¡Todita!… ¡Así! ¡Así!… ¡Uuff!… ¡Mamá! ¡Cómo eres de puta!… Jejeje… ¡Trágatela todita, cerdita!…
Mi potente hijo me estaba ahogando con su poderoso mástil, pues de un momento a otro me lo metió todito bien adentro de mi garganta y lo dejó ahí por mucho tiempo, me tocó golpear suavemente las nalgas de mi amor para que se diera cuenta de que me estaba asfixiando con su buena sonda genital.
Él me sacó su verga después de unos segundos, expulsé babas, tosí un poco, reí, me sequé las lágrimas de mis llorosos ojos, los mocos y los líquidos y saliva que salían de mi boca, luego lo miré con ojos de puta sedienta, le sonreía coquetamente, y como fiera, nuevamente me lancé a mamarle con total frenesí su desafiante miembrote.
Facundito no pudo aguantar más, inició una titánica eyaculación, me llenó toda la desesperada boca de semen, no sé dónde acumulaba tanto esperma, sin duda tenía unos testículos de acero que trabajaban y producían leche sin descanso y en cantidades insuperables cada segundo, esa es una de las mejores cosas que tienen los adolescentes, nunca se cansan, siempre están activos, llenos de vida y de mucho esperma con ansias de salir a como dé lugar. ¡Por fin obtuve el semen de mi hijo en mi boca!
Quedé como lo había imaginado minutos antes, como una puta con los cachetes inflados de contener tanto semen, fue tanta la potencia y duración del orgasmo de mi Facundito que al sacar su apetitoso órgano sexual de mi viciosa boquita siguió ese inmenso falo palpitando y escupiendo chorros y chorros de sabrosísimo y espumeante semen adolescente, esa inquieta manguera estaba totalmente descontrolada echando tremendos torrentes de lefa hirviendo que caían con fuerza en mi rostro, capul, cabello, ojos y por supuesto, en mis buenas tetazas, las cuales empecé a mover alegremente con mis manos.
ANGIE: ¡Ooohhh!… ¡Qué rico!… ¡Mijo!… ¡Uuff!… ¡Excelente!… ¡Dios santo!… ¡Eso era lo que yo tanto quería, mi vida!… ¡Qué cantidad de semen echaste afuera!… Jejejeje… ¡Y a toda presión!… Jejeje… ¡Oohh!… ¡Tan lindo, mi amor!… ¡Me dejaste toda empapada y untada por todo lado!… Jejeje… ¡Qué ternura!… ¡Uuff!… ¡Qué lechada!… ¡Esto es de lo mejor, papi! ¡Muchas gracias, cariño! ¡Muy agradecida contigo!… ¡Deberías trabajar de bombero cuando grande, mi amor!… Jejeje…
FACUNDO: ¡Ooohhh!… ¡Mami!… ¡Disculpa!… Jejejeje… ¡No pude aguantar más!… ¡Mira nada más cómo te dejé!…
Mi hijo me pasó un espejito y me miré, estaba totalmente duchada en leche masculina.
ANGIE: ¡Wow!… ¡Me veo hermosa!… Jejeje… ¡Uuff!… ¡Cómo para tomarme una fotico!… Jejeje… ¡Qué explosión de esperma tan deliciosa, papi! ¡No te disculpes! ¡Me encantó sobremanera! ¡Me dejaste toda la cara untadita de semen!…
FACUNDO: ¡Quedaste toda llena de mi semen espeso, mamá!… Jejeje… ¡Pareces actriz de porno!… Jejeje… ¡Esto es increíble!…
ANGIE: Jejeje… ¡¿Has visto porno? tesorito!
Mientras me dispuse a recoger el semen de mi travieso hijito de mi cara y de mis tetas con mis dedos y a echármelos en mi deseosa bocota de mamadora, saboreándolo con mucho gusto, mi niño, pajeándose de nuevo, me contestó:
FACUNDITO: ¡Pues Rito, el hermano mayor de Pedro, mi mejor amigo del colegio, llevó un proyector a su casa! ¡Un aparato de esos de cine! ¡Lo trajo de Estados Unidos junto con varias cintas de sexo! ¡Y nos ha estado presentando, en todos estos días, varias películas de buen porno en su alcoba!
ANGIE: Jajaja… ¡¿En serio? papi! ¡¿Porno- porno?! ¡¿En el cuarto de la Rata?!
FACUNDITO: ¡En serio, mami! ¡Porno-porno! ¡Súper-porno! ¡En el nuevo cuarto de la Rata, el cual es inmenso!
ANGIE: Jejeje… ¡Qué rico!… ¡Pero supongo que no hicieron más que verlas ¿no?!
FACUNDITO: ¡Si mami!… ¡Bueno, las hemos estado viendo con todos los compañeros de mi curso! ¡Nos hemos pajeado hasta el alma mirándolas! ¡Apenas el cuarto de Rito queda todo lleno de semen por todas partes y muy oloroso a verga!… ¡Pero ayer, entre Rito y Pedrito, entraron a su hermanita Milenita al cuarto, a ver una de esas películas!… ¡Y no duraron ni diez minutos respetándola cuando la empezamos a toquetear por todo el cuerpo! ¡Entre todos la pusimos a mamar todas nuestras vergas y luego nos la cogimos entre todos! ¡Fue delicioso, mamá! ¡Hubieras visto cómo le dimos verga a esa sapita!… Jejeje…
Al escuchar eso me dio un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo, al principio me asusté, pues conozco a Pedrito, a Rito, apodado la Rata, y a sus hermanas, y sé que Milenita es una niña de 11 años de edad y Rito es un hombre de 25, la muchachita es muy niña para sufrir la violación propinada por más o menos 30 ansiosos adolescentes y por un adulto cachondo, pero al caer en cuenta que mi hijo ya había follado con una niña me hizo reconfortar ya que eso indicaba que él no era ningún marica aunque se hubiera pajeado junto a sus compañeritos de colegio en grupo, así que no quise ser regañona y más bien eso me lleno de más felicidad, morbo y arrechera.
ANGIE: ¡Wow!… ¡Entonces se culearon a la putita!…
FACUNDITO: ¡Así fue, mami! ¡De todas maneras ella estaba feliz siendo irrespetada, asediada y profanada por tantos penes!
ANGIE: Jejeje… ¡Putita esa de la Milenita! ¡Siempre pensé que era toda una perrita ya que se ponía siempre esas falditas y esos topcitos tan chiquititos, y no me equivoqué!…
FACUNDITO: ¡Sí, mami! ¡Esa chinita no hacía sino impulsar que la irrespetáramos y pedir más verga! ¡Ahora las niñas son así!…
ANGIE: ¡Doña María, su madre ¿estaba ahí? ¿Ella se enteró de eso?!
FACUNDITO: ¡No sé, mami! ¡Esa señora siempre sale a esas mismas horas a visitar a su otra hija, Alicia, en el hospital, por lo tanto, en todas las ocasiones, cuando nosotros llegamos a su casa ella va de salida y vuelve cuando nosotros ya vamos saliendo, por eso parece ser que nunca se ha dado cuenta de nada! ¡Doña María deja a Rito a cargo de la casa y es cuando nos ponemos de ruana todo!
ANGIE: ¡Caray!… ¡Supongo que hoy también estuvieron en la casa de Rito viendo porno en su cuarto y follándose a la Milenita!
FACUNDO: ¡Sí, mamá!… Jejeje… ¡Te mentí! ¡No estaba haciendo tareas de colegio con mis compañeros toda esta semana sino viendo porno en el cuarto de la rata del Rito! ¡Hoy doña María se llevó a Milenita para que la acompañara al hospital, aunque ella quería quedarse con nosotros su madre la obligó! ¡Pero hoy fueron tres compañeritas del curso y a las tres les dimos verga venteada!
ANGIE: ¡No sabes lo que me ha gustado saber eso, papi! ¡Eres todo un semental!…
Abracé a mi hijo y al hacerlo sentí que él me agarró otra vez las tetas.
ANGIE: ¡Quiero que me inviten a ver porno en el cuarto de la Rata, papi! ¡A ver qué sucede entre todos!…
FACUNDITO: ¡Ooohh!… ¡Mamá! ¡Eres única!… ¡lo que puede suceder es que entre todos te cojamos a verga!…
ANGIE: Jejejeje… ¡Soy una puta!… Jejeje… ¡Qué rico!…
Facundito aprovechó la cercanía de mi rostro para estamparme tremendo beso en los labios, resultamos besándonos, y con todo y lengüa.
ANGIE: ¡Mmmm! ¡Mmmm! ¡Mmmm! ¡Mmmm! ¡Mmmm!… ¡Qué besitos tan deliciosos mijo!… ¡Mmmm! ¡Mmmm!… ¡Mmmm!… ¡Papi!… ¡Mmmm! ¡Mmmm! ¡Mmmm!… ¡Papi!… ¡Estoy sumamente arrecha, mi vida!… ¡Yo creo que hoy vamos a resultar haciendo el amor, mi niño hermoso!…
FACUNDITO: ¡Oohh!… ¡Mamá!… ¡Estoy que te como!
Me sentí muy excitada y sumamente feliz, pero las cosas no terminaron ahí, mi Facundito hizo fuerza sobre mis tetas para hacerme acostar en la cama. Me caí en la cama y mi niño se me subió encima, no me resistí para nada, todo lo contrario, con una mano lo abracé y con la otra le agarré una nalga y le hice fuerza contra mi pubis a la vez que nos seguíamos besando.
ANGIE: ¡Mmmmm! ¡Mmmmm! ¡Mmmmm! ¡Mmmmm! ¡Mmmmm!… ¡Papi!… ¡Papi!… ¡No aguanto más! ¡Hagamos el amor!… ¡Quiero hacerme tu mujer esta noche!…
FACUNDITO: ¡Wow!… ¡Mamá!… ¡Qué rico!…
Nos seguimos besando, moviendo y estremeciendo obscenamente en la camita. No sé en qué momento mis piernas se abrieron y se aferraron sobre mi hijo ni supe a qué horas su erecto y travieso pene se abrió paso él solito entre mis humedecidos labios vaginales, pero lo que sí sé muy bien es que esa vergota resultó metida dentro de mi caliente vulva bombeándomela con gran frenesí, obviamente no me opuse, más bien, muy feliz y excitada, colaboré en la causa y lo abracé con más fuerzas, y así empezamos intensamente a hacer el amor.
La cama chirriaba bastante, parecía como si se fuera a desarmar.
FACUNDO: ¡Oohh!… ¡Oohh!… ¡Oohh!… ¡Mamá!… ¡Uuff!… ¡Estamos haciendo el amor!… ¡Esto es increíble!… ¡Por fin te estoy haciendo mía!… ¡Te estoy haciendo mi mujer y mi puta!… ¡Me estoy comiendo a mi propia madrecita!… ¡Oohh!… ¡Te estoy metiendo todo el chimbote en la puta rajota, mamá!… ¡Oohh!… ¡Y tú te dejas, perra!… ¡Oohh!… ¡Sí que eres una buena putona!… Jejeje… ¡Ya era hora de que nos pusiéramos a culear!… ¡Ooohhh!…
ANGIE: ¡Aaaahhh!… ¡Qué lindo es todo esto, mi macho!… ¡Aahh!… ¡Tú lo hiciste posible, mi amor! ¡El que persevera alcanza, papito!… ¡Aaahh!… ¡Apriétame y chúpame las tetas mientras me penetras, mi vida!… ¡Hazlo, mi hombre hermoso!… ¡Aahh!…
FACUNDO: ¡Sí, mamá! ¡Como tú digas!… ¡Oohh!… ¡Qué rico!… ¡Uuff!…
Mi facundito no dejaba de bombear placentera y agresivamente mi mojada y jariosa vagina mientras me apretaba, lamía, besaba y chupaba mis enormes senotes con suma desesperación, juntos estábamos locos de gozo y pasión y nos revolcábamos en esa camita con un dinamismo brutal. A los pocos minutos de feroz ajetreo mi orgasmo fue mayúsculo y como buen sexo acompasado y perfecto él también se vino prácticamente al mismo tiempo.
ANGIE: ¡Papi! ¡Papi!… ¡Me vengo!… ¡Me vengo!…
FACUNDITO: ¡Vente! ¡Vente!… ¡Vente! ¡Mamá puta!…
ANGIE: ¡Aaaaaggghhh!… ¡Mijo! ¡Qué orgasmo!… ¡Aaaaaagggghhh!…
FACUNDO: ¡Ooohhh!…
De repente vino el segundo gran lechazo de la jornada. Todo su caliente semen fue inyectado en mi excitada y putísima vagina. Pero ahí no se acabó la cosa, mi hijo no dejó de penetrarme a pesar de haber depositado muchísimo semen adentro de mí.
ANGIE: ¡Aaaahhh!… ¡Qué potencia te mandas, amor!… ¡Aaaahhh!… ¡Acabaste de eyacular por segunda vez y aún tienes fuerzas para seguir penetrándome la concha!… ¡Aaaaahhh!… ¡Ya no eres mi niño sino mi hombre!… ¡Aaaaaaggghhhh!…
Tuve otro poderoso orgasmo a la vez que mi hombre me seguía dando duro pene. Después de unos minutos, como la cama era muy pequeña, le propuse a mi hijo ir a la cama de su papá y mía. Casi no pudimos despegarnos, pero por fin mi niño sacó su pene de mi encharcada cucaza, le chupé la verga un poco y nos fuimos desnudos, dándonos piquitos y tomados de la mano para mi alcoba, parecíamos novios.
Una vez adentro, él estando de pie, me agaché y se lo volví a mamar, y luego, me levanté, lo tumbé a él en la gran y cómoda cama, me senté sobre él, tomé unas almohadas bastantes mullidas, se las puse bajo su cabeza y lo invité a manosearme y a chuparme las tetas cómodamente mientras yo lo cabalgaba con mucho ímpetu y deseo tal como una puta hambrienta de verga monta a su cliente favorito.
A los pocos minutos tuve otro orgasmo y seguidamente mi hombre se derramó en poderosa eyaculación. Yo estaba maravillada y asombrada de la potencia sexual de ese vicioso adolescente, pues su poderoso y enérgico torrente de semen expulsado entre mi feroz cucaza casi logra elevarme hasta el techo.
Mi nuevo machote me acostó, me agarró las piernas y me las abrió, se dedicó un buen rato a chuparme los labios vaginales y a darme lengua en la panocha, me dio placer en mi clítoris y metió sus dedos en la vulva hasta que me hizo venir nuevamente, se notaba mucho su buena experiencia con mujeres, y yo antes dizque pensaba que no tenía nada con ninguna.
Disfrutamos mucho nuestros orgasmos, yo quedé rendida entre sus brazos, y nos besamos nuevamente con todas las de la ley.
Pasados unos minutos, salí de entre sus brazos, me acurruqué sobre la cama y me abrí la cuca con mis dedos frente a él. De esa hambrienta vagina empezó a salir litros de semen sobre el desordenado cubrelecho.
Mi hombre se quedó de pie mirándome la chocha fijamente a la vez que se masturbaba con total deseo.
ANGIE: ¡Vamos, hijo! ¡Lléname la cuca de tu leche de nuevo! ¡¿Qué esperas? mi machote!
FACUNDITO: ¡Mamá!… ¡Vaya que te pasas de puta! ¡¿Y qué tal te embarace?!…
Era muy, pero muy factible que eso sucediera, pero como vi a mi hijo un poco preocupado por ese tema del embarazo decidí mentirle diciendo:
ANGIE: ¡No, mijo! ¡Eso no va a pasar! ¡No estoy en mis días! ¡Dale! ¡Dale con confianza! ¡Devorate a tu propia mami! ¡Aprovecha ya que decidí ser tu puta esta noche!
Mi hijito se calmó en cuanto a lo concerniente a un embarazo no deseado, sonrió, puso cara de pillo y se me volvió a echar encima para penetrarme con todas las ganas del mundo, realmente mi adolescente hijo era un experto en hacer el amor y yo me sentía nadando en aguas celestiales.
Fue apoteósico, nuestra forma de follar era fenomenal, y una vez más tuvimos nuestros respectivos orgasmos.
Nos besamos, pero mi hijo preocupado se despegó de mis labios y me preguntó:
FACUNDITO: ¡¿Estás segura que hoy no puedes quedar embarazada, mamá?! ¡Ya te he dado varios lechazos dentro de tu rica cucaza!…
ANGIE: ¡Si, muy segura! ¡Despreocúpate, amor! ¡Pero si lo sigues dudando entonces dame verga ahora por el culo! ¡Ahí si no habría ninguna posibilidad de quedar en embarazo!…
FACUNDITO: Jejeje… ¡¿De verdad me dejarías darte chimbo por el culo? puta!
ANGIE: ¡Mi culote es todo tuyo, amor! ¡Haz con él lo que quieras, mi macho!…
FACUNDITO: ¡Esto definitivamente tiene que ser un excitante sueño!… Jejeje… ¡Ponte en cuatro, mamá, porque te voy a romper ese soberbio culazo al cual desde siempre le he tenido muchísimas ganas! ¡Por fin se me hizo el milagrito con esta prostituta!… Jejeje…
ANGIE: ¡Me encanta cuando me llamas puta, perra, zorra, prostituta, etc! ¡Eso me hace sentir más libre, más hembra y más arrecha!… Jejeje… ¡Aquí va mi culo!…
Sin esperar nada me puse en cuatro y le mostré mi rico culazo a mi Facundito. Mi niño me empezó a nalguear con ganas y yo, como masoquista, le pedí que lo hiciera más y más duro. Mis nalgas ya estaban rojas de tantas fuertes palmadas, y Facundito empezó a abrirme esas nalgotas, con mi ayuda, dejando mi palpitante orto al descubierto.
FACUNDITO: ¡Oohh!… ¡Mamá!… ¡Qué orto y qué nalgotas tan grandes y provocativas tienes!… ¡Te daré por ese culazo con muchas ganas, puta!
ANGIE: ¡Méteme los dedos, mijo! ¡Mira, en ese potecito hay lubricante, papi!
Mi nene estiró el brazo y agarró el pote de lubricante que había en la mesita de la noche y me lo aplicó en el ojo del culo.
FACUNDITO: ¡Qué culazo, mami! ¡El ojo de tu culo me hace guiños para que lo penetre!
ANGIE: ¡Méteme esos dedotes, papi! ¡Mi culo te los quiere chupar así, llenos de lubricante, amor!
FACUNDITO: Jejeje… ¡Así le hicimos a la Milenita y a mis compañeritas del curso!… ¡Solo que el lubricante eran nuestras babitas!
Mi acuerpado hijo empezó a meter primero un dedito en mi culote, a veces lo sacaba, se lo chupaba, lo degustaba y me lo volvía a introducir en el ano, y después, al verme el ojete más abierto me clavó dos, tres y más dedos.
ANGIE: ¡Aaaahhh!… ¡Eso, papi!… ¡Así, amor, así!… ¡Sigue!… ¡Mueve tus dedos!… ¡Aaaahhh!… ¡Eso, así! ¡Así! ¡Así!…
FACUNDITO: ¡No aguanto más! ¡Te voy a encular como la perra que eres, mamá!
ANGIE: ¡Te reto a que me encules bien duro y me dejes el orto lleno de semen, papi!…
FACUNDITO: ¡Acepto el reto, prostituta de mierda!…
Mi nene se agarró su poderoso vergota, la dirigió a mi ano y empezó a penetrármelo con ella.
ANGIE: ¡Aaaaagggghhh!… ¡Papi!… ¡¿Ya te diste cuenta de lo que estás haciendo? cretino! ¡Me estás enculando, cabrón!… ¡Se lo estás metiendo por el culo a tu mismísima madrecita, chino hijueputa e irrespetuoso!… Jejeje… ¡Uuff!… ¡Qué morbo!… ¡Me encanta!… ¡Aaaahhhggg!… ¡Ahora bombea el culote de esta ramera, mijo!… ¡Quiero que me irrespetes dándome verga por el hijueputa culo toda la santa noche!… ¡Oohh!… ¡Quiero amanecer con el puto culo bien roto y llenito de tu leche!… ¡Quiero ser tu puta!… ¡Aaaaggghhh!…
FACUNDITO: ¡Toma verga por ese culazo, perra!… ¡Aaaaahhh!… ¡A ti nadie te respeta, puta!… ¡Uuff!… ¡Qué rico se siente encular a mi propia madre!… ¡Oohh!… ¡Es una puta callejera y vulgar!… ¡Doña Angie es toda una perra y mi papá un cornudo!… Jejeje…
ANGIE: ¡Eso amor!… ¡Oohh!… ¡Qué delicia, papi!… ¡Encula a esta perra degenerada!… ¡Eso, con más fuerzas! ¡Dame duro!… ¡Dale duro a la puta callejera de tu mami!… ¡Aagghh!…
El puto de mi hijo no sentía piedad, se sostenía de mi buena caderota y me clavaba y bombeaba el hijuemadre culo muy duro y muy rápido con su gran instrumento sexual, definitivamente no sentía ningún respeto por mí, pues me estaba tratando más cochinamente que a cualquier putilla callejera, y eso me gustaba en gran manera. Realmente no nos importaba nada más que el placer de esos momentos. No tarde en lanzar sendos chorros de líquido de mi cuca en un poderoso orgasmo sin control. Mis gritos de gran placer anal casi rompen los vidrios de la ventana y por poco tumban la casa.
Mi hijo parecía estar en shock, al ver mi reacción se corrió abundante y seguidamente y me llenó todo el culo de semen caliente y espumoso, de verdad que mi Facundito parecía ser un surtidor infinito de leche, en serio, no sé cómo hacía para producir y acumular tanto esperma.
Luego, totalmente poseída por mi diablito del sexo empujé bruscamente a mi bebé haciéndolo caer sobre la cama, le hice apoyar su cabeza en las almohadas y rudamente me le senté sobre su lindo y parado chimbo, dándole la espalda de manera que él podía agarrarme las tetas mientras yo misma me enculaba enérgicamente con su titánico pepino dando unos sentones maravillosos haciendo que mi bonito y sensual collar se agitara muy dinámicamente. Mi chico me estiraba las tetas y también me las palmoteaba duro, igualmente me nalgueaba, no me demostraba nada de respeto sino muchas ganas de culearme, era algo espectacular.
ANGIE: ¡Aaaaggghhh!… ¡Dale! ¡Dale por el puto culo a esta prostituta callejera de mierda!… ¡Aaaggghhh!… ¡Rómpele el culo a esta puta vagabunda!… ¡Aaaaaggghhh!… ¡Destrózale el orto a esta cochina degenerada e incestuosa que tienes por madre!… ¡Aaaaggghhh!…
FACUNDITO: ¡Grita! ¡Grita, puta incestuosa!… ¡Oohh!… ¡Grita que mi verga te está horadando el ojete!… ¡Oohh!… ¡Cerdita!… ¡Uuff!… ¡Mañana no te podrás ni sentar del dolor de culo que te habría generado esta soberbia culeada, maldita puta de antro!… Jejeje…
Después me puse en esa misma posición, pero frente a mi macho, y le pedí que me diera severas bofetadas y que me pellizcara las tetas, que me las manoseara violentamente, pues me gusta mucho el maltrato por ser una puta masoquista. Mi Facundito lo hacía de maravilla, y no se cohibía en esos golpes, hasta me jalaba del cabello con fuerzas y me escupía la puta cara.
Facundito se puso muy violento, con agresividad me hizo acostar boca arriba, puso mis piernas sobre sus hombros y continuó con su brusca penetración anal mientras me seguía maltratando e insultando, me fascinaba escuchar que me decía repetidamente, puta, perra, zorra, mujerzuela y sentir sus buenos golpes, jalones de cabello, bofetadas, palmadas y duros apretones de tetas.
Fue espléndido, una cogidota monumental e inolvidable, nuevamente me corrí y ahí vino su potentísimo orgasmo, mi recto se inundó de su caliente esperma. Quedamos muy cansados y sudorosos, nos besamos y nos venció el sueño. Pasadas unas horas lo desperté con una tremenda mamada, y le sugerí seguir follando como locos, así lo hicimos, de ahí en adelante seguimos tirando incluso haciendo trío con mi marido, y cuartetos con él y mi hermana la Katy.
Nueve meses después de esta gran follada con mi Facundito parí un hijo-hermano suyo, al cual llamé Raulito. Luego vinieron los otros partos, de los cuáles estoy muy orgullosa, pues todos mis bebés producto del incesto con mi hijo mayor nacieron muy bien y saludables. Nunca me arrepentí de nada ni he tenido remordimiento de consciencia, es más, aún sigo cogiendo con mi Facundis y su mujer lo más de rico.
ESCRITO POR SIREMIS.
Que buen relato
Muchas gracias por tu comentario.