Sofía, Julieta y su mamá se convirtieron en fanáticas del sexo conmigo – Parte 1
Karina es la mamá, Julieta y Sofía sus hijas. Kari tiene 41 años y un culo espectacular, Julieta y Sofía 15 y 20 respectivamente. Hace 15 días que tenemos sexo desenfrenado a toda hora con las tres. Ya no doy abasto. El Viagra no me alcanza..
Esto comenzó hace quince días de una forma inesperada. Yo vivo en una casa alquilada, bastante linda. De echo trabajo en una empresa de informática y gano muy buen dinero, por lo que tengo un auto de alta gama, nuevo. Visto bien, y debo reconocer que físicamente no destaco en demasía, soy alto, 1.84cms, eso sí. Medio rubión, de buen físico, ya que hago bastante deporte y tengo que confesar algo que puede parecer pedante, pero tengo una buena verga, son 24 X 7cms y bastante cabezona. Pero lo que hay que destacar que soy buen vecino, siempre disponible para cuando alguna de las personas que viven en cercanías mía me necesita, siempre estoy. Me gusta ser sociable. Y esto fue lo que desencadenó lo que voy a contar y que hoy me tiene algo preocupado por el desenlace. Tengan presente que Julieta es menor de edad. Y ahí puede estar el problema.
Pero por ahora parecería que vamos bien. Todo arrancó con un pedido de Karina para que le ayude a mover unos muebles en su casa, viven al lado de la mía. Está divorciada hace tres años y no le he visto pareja alguna. Vive tranquila con sus dos hijas, que seamos honestos, son dos bombones. Al igual que su madre. Me llamaron y fuí, estaba Karina sola haciendo limpieza y pretendía ayuda para mover la heladera, entré a su casa y ella estaba con un short de lycra que le marcaba ese hermoso culo y hooo sorpresa también marcaba muy bien su conchita, los labios vaginales gorditos. Y tenía una remera de algodón sin sostén, con lo que sus pechos danzaban libremente de un lado para el otro, lo que rápidamente atrajo mi atención y ella se dio cuenta. Se sonrojó pero se hizo la tonta, no solo eso, haciéndose la tonta, se agachó sin flexionar las rodillas apuntando su rotundo culo hacia mi entrepierna, y no pude con mi genio y yo también haciéndome el tonto le apoyé la verga entre sus glúteos. Al sentir el trozo de carne se quedó petrificada, luego dio vuelta la cabeza y con una sonrisa me larga la siguiente frase. Que te vas de viaje que andas con la maleta a cuesta?». Yo me sonreí y tomándola de la cadera la pegué más a mi verga, ella no la rechazó. Se dio vuelta y echándome los brazos al cuello me prendió la boca con un beso de lengua que me turbó. Sus pechos se apretaban contra mi, su pelvis buscaba el contacto con mi verga, la tomé de sus glúteos y la pegué bien a mi tripa, me agaché un poquito y le calcé la verga bien en medio de sus labios vaginales, ella gimió de la calentura. Me soltó y se arrodilló frente a mí, mirándome a los ojos como buscando aprobación desabrochó mi pantalón, lo bajó junto a mi slip y liberó mi monstruo. Cuando saltó fuera del elástico le pegó en la cara, se sorprendió por el tamaño, lo tomo suavemente y lo examinó como evaluando el tamaño, le brillaban los ojitos, y sin pedir permiso se tragó la cabeza y un pedazo del tronco. A la mierda, que bien que chupa verga esta mujer. Lame, chupa, acaricia con la lengua, todo a la vez. Rápidamente me tuvo a punto de acabar, se lo comenté y no aflojo, obvio que dos minutos después le llené la boca de semen con potentes chorros, me olvidé de decirles, yo tengo 26 año, con lo que gracias a Dios, acabo y sigo con la verga dura. Al ver esa situación Karina se bajó la calza y su bombacha, se apoyó en cuatro en la mesa de la cocina y me rogó, por favor metémela toda. No lo dudé y se la dejé ir, toda. Pegó un alarido al tenerla adentro, le temblaban las piernas, pero lentamente se amoldó al grosor de la verga y me empezó ella a coger en vez de que yo la garche. Se la sacaba toda y se la enterraba hasta los ovarios, de repente empezó a acabar, tuvo tres orgasmos seguidos, se le doblaron las piernas, gemía, tironeaba de la funda del sofá, suspiraba fuerte, yo no aflojaba y seguía dale que te dale, le pegue tremenda serruchada, y no había acabado todavía, así es que le saqué la verga de la concha, le escuí el agujero del culo y sin que pudiera negarse se la presenté con fuerza, presioné y la cabeza se abrió paso en medio de gemidos, grititos y suspiros, entró la mitad y se trabó ahí, Karina pedía por favor que se la saque, yo insistí hasta que se relajó y la verga siguió entrando, hasta que mis testículos toparon en sus nalgas, luego de un rato me comencé a mover y a los pocos minutos iba y venía de la cabeza hasta los huevos por su canal trasero. Ella solo gemía y suspiraba, su concha era un mar de jugos, los fluidos corrían por el interior de las piernas. En ese momento se abre la puerta de calle y entran sus hijas, Sofía y Julieta, ambas se quedaron petrificadas ante el espectáculo de ver a su madre empernada cogiendo. Yo ante la situación simplemente seguí cogiéndola. Luego de unos segundos no se si por la tensión o por qué pero Karina se vino en un prolongado orgasmo. Sofía y Julieta ambas paraditas en el living observaban como el vecino le rompía el culo a su madre, pero ninguna de las dos hizo espamento. Es más, observaban con mucho interés mis idas y venidas por dentro del culo de su madre. Finalmente no pudiendo acabar le saqué la tripa del culo a la adre y dándome vuelta se las muestro a las pibas. Se le abrieron los ojos como el dos de oro. Julieta la más curiosa se acercó lentamente, intrigada. Sofía detrás, en eso Karina les ordena directamente que se arrodillen delante de mi y que me la chupen hasta que me saquen la lechita y que no debían desperdiciar ni una gota. Con esa orden ambas pibas pusieron mano a la obra, primero Sofía, que se notaba ya había tragado más de una verga, es una morocha de cuerpo portentoso, sus tetas son la delicia de cualquier varón y su culo es el de una diosa. Julieta también es hermosa, pero un poco más menudita, también es más chica de edad, pero no se acobardó y entre las dos chicas comenzó una puja de ver cual la chupaba más o se la metía más adentro. Convengamos que primaba la experiencia de Sofía, pero las ganas de Julieta empataban las acciones, y finalmente con cinco potentes chorros le llené la boca de leche a Julieta que sorprendida no atinó más que a tragar. Y así finalizó el primer día de todos los que vinieron después, que iré contando día a día, solo les diré que hoy por hoy consumo dos tabletas de Viagra estimulante de 100mg por día para poder cogerme a las tres mujeres en la misma sesión. Hay días que las atiendo por la mañana y por la noche. Y les puedo asegurar que entre las tres hay una compulsa de ver cual me coge mejor, y yo no me niego a participar.
Estuvo buena. Aunque hubo un error de transición de la mesa de cocina al sofa de la sala. Error de secuencia. Aunque hubiera sido mejor profundizar en los detalles de la relación. Tal vez considerar al final formar una familia incestuosa.