Solo un Fin de Semana Con Mar
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Fray_Pendon.
Esta es una historia real, si bien cambio los nombres y los lugares pero no las fechas, los cambios no son exagerados, al decir exagerados, quiero decir que los lugares quizás unos doscientos metros o menos, y los nombre, eso da lo mismo, los nombres se basan en unos Niks y están algo recortados, o cambiados del todo, así que da lo mismo.
Podría empezar justificándome de algo que siempre he sido, un mujeriego, pero eso no me daría la razón de por qué, por mi vida, o por mi polla, han pasado más de setecientas mujeres, o lo que es lo mismo, mi polla ha entrado en más setecientos coños diferentes, y a ninguna he pagado para follar, también podía decir que con todas lo he pasado fenomenal, y que nunca he tenido un gatillazo, pero eso tampoco sería cierto, han habido mujeres que me han saturado antes de fallármelas, y ha habido las que me ha costado mucho convencerlas por segunda vez, porque la primera no se me ha levantado la polla, siempre he procurado quedar como un señor, más que como un macho con ellas, y mi educación, prudencia y respeto, han sido mis grandes aliados para con las mujeres.
Podía seguir con todo eso, pero aquí no voy a hablar más de mi como buena persona, o como gran follador y respetuoso hombre, aquí voy a hablar de algo que me sucedió en una ocasión, y que no solamente no se me volvió a repetir, sino, que nunca más volví a ver a aquella mujer, ni yo, ni la gente con la que nos juntamos el día que nos conocimos.
Corría el mes de diciembre del año mil novecientos noventa y nueve, yo, la primavera de ese año había roto mi matrimonio, no quiero entrar en porque, hacía más de un año que me conectaba a un chat y tenía “Grandes Amigos”, si entre comillas, como muchos y muchas usuarias de aquel chat éramos de Barcelona y alrededores, muchos sábados o domingos, e inclusive los dos días, nos juntábamos cerca de las ramblas por la mañana, y pasábamos el día o los dos días juntos, y muchas noches también, siempre encontrábamos donde poder dormir, ya fuera en casa de uno o de otro, esto no tendría más importancia si solo fuera aquello, pero de allí salían parejas momentáneas que tras un par de polvos o tres, nunca más se supo, y casi siempre aparecían tanto hombres como mujeres nuevas.
El año se terminaba, estábamos en el mes de diciembre, y yo, había quedado con gente, para vernos el día de fin de año, y porque no, si se decidía, pasar la noche vieja y entrada de año juntos, total todos estábamos solos, tanto los hombres como las mujeres, solo teníamos que reuniros y concretar como lo montábamos y que hacíamos.
Aquella mañana de sábado, llegue a la reunión un poco tarde, yo bajaba a Barcelona desde un pueblo cerca de Granollers, a unos veinte kilómetros de Barcelona, creo que fui el último en llegar, salude a todos, y en los saludos algunas caras nuevas, y muchas risas y bromas, mi buena amiga Sara, me pregunto si alguna mujer no me había dejado escapar, y entre risas y bromas todo quedo así.
Cuando busque sitio para sentarme, una mujer rubia de ojos verdes claro que no conocía, pero que al decirme su Nik mas tarde, sí que nos conocíamos en el chat, había hablado con ella muchas veces y habíamos tenido muchos privados excitantes, me ofreció que me sentara junto a ella, y yo, para no hacerle desprecio acepte, además de que estaba muy buena y parecía simpática a simple vista y poco más.
Ya junto a ella me dijo. Yo soy Mar
Yo le conteste. Y yo Jamp
Ella me sonrió y me dijo. Si ya lo sé, tenía ganas de conocerte.
Yo la mire a los ojos y le dije. Gracias, es un orgullo saber que querías conocerme, yo también quería conocerte, ¿ya has cumplido tu ilusión?
Ella me contesto. Nooo, mi ilusión aún no ha empezado.
Yo no entendí o no pille aquellas palabras, me distraje hablando con otras personas, y, con mi amiga y en ocasiones cómplice, Sara, la única mujer en mi vida que no me he follado y he estado acostado con ella.
Mar enseguida volvió a llamar mi atención y dijo. Jamp: Jovial, Amable, Mimoso y Pícaro, eso es lo que dicen de ti.
Yo le sonreí y le dije. Nooo, que va, realmente quiere decir Juerguista, Antipático, Mentiroso y Putero, eso es lo que quiere decir mi nik, pero claro, seguro que hay muchas lecturas.
Ella puso una mano sobre mi pierna y dijo. Huy que miedo tratar con un hombre así, jajajaja.
Yo, sin dejar de sonreírle le dije. Eso tiene solución, con no hablarnos más se arregla todo, jajajaja.
Tengo que reconocer, que la estupidez es en muchas ocasiones mi escudo y mi forma de ser.
Pronto nos fuimos para el restaurante a comer, allí cada uno busco su sitio, y nuevamente Mar me pidió que si quería sentarme a su lado, yo con un ápice de caballerosidad, pues había quedado con Sara para comer a su lado, le dije a Mar que Sara también se sentaba a mi lado, cosa que realmente no importaba, pues cada uno se sentaba donde quería.
Ya comiendo, entre risas y bromas le dije a Mar. ¿Qué te parece si después de comer nos vamos tu y yo a hacer la siesta?
Ella se sorprendió, pero reacciono diciendo. Si hombre, yo no voy a ir a la cama para dormir, si es así, ya te digo que no.
En ese momento me carcajee con fuerza y todos nos miraron, Mar y yo, permanecimos callados mientras los otros compañeros debatían si era secreto o era un chiste, hasta que Mar dijo. Es que Jamp quiere hacer la siesta y yo le he dicho que se duerma.
Aquello quedo así o poco más para todos, terminamos de comer y quedamos que el día treinta y uno de diciembre nos juntaríamos en casa de Sara, que era bastante grande, cenaríamos allí lo que cada uno llevara o hiciera, después pasaríamos la entrada del año en nuestra propia fiesta.
Salimos del restaurante y cada uno a su casa o donde quisiera, también hubo quien empezó el fin de semana de fiesta, yo me acerque a Mar, y con la cara dura que me caracterizaba en esas ocasiones le pregunte. ¿Qué, nos vamos a follar un rato?
Ella me miro sonriente y me contesto. Un rato no, por lo menos hasta mañana, si no, mejor busca a otra.
Nos despedimos de todos y nos separamos del grupo, Mar me propuso ir a su casa, que en realidad no estaba lejos de donde estábamos, así mismo, fuimos a buscar mi coche y nos desplazamos en coche.
En el viaje le dije. Veras Mar, yo estoy en tratamiento por depresión, y tomo unas pastillas que aunque no me impiden tener la polla gorda y fuerte, si me impiden correrme, me cuesta mucho, y quizás en una hora follando, solo me corro una vez.
Ella me miro sonriendo y me contesto. Si, lo sé, me lo han contado, y por eso te he aceptado, y he ido detrás de ti, pero no padezcas, no quiero aprovecharme de ti.
Yo no sé si me cabree o me quede pasota, pero si pensé que no lo tendría tan fácil, porque quizás no sabía que yo podía tardar hasta media hora en tener la polla en forma, y eso en el fondo me alegro, porque creo que me sentí dolido con lo que me había dicho.
Llegamos a su piso, muy cerca de la Plaza de Tetuán, y más lejos de lo que yo me imaginaba a la salida del restaurante, al llegar me ofreció café, tomamos café, y casi sin más preámbulos a la habitación.
Era una habitación muy grande, con una cama también muy grande, me dijo que media dos metros y medio, por dos metros y medio, y en realidad era totalmente cuadrada la cama, me coloque en un lado de la cama para desnudarme, ella en el otro lado y empezó a desnudarse, en ese momento vi realmente a la mujer que estaba frente a mí, y que en verdad estaba muy buena, no se si he dicho que Mar era rubia, pero rubia autentica, con los ojos verde claros, era alta, quizás dos o tres centímetros menos que yo, yo mido uno setenta y dos, lo que con los pocos tacones que llevaba, era un poco más alta que yo, su piel blanca y fina y unas manos precisas, al quitarse el sujetador, sus pechos se quedaron firmes y quietos, y se metió en la cama con las bragas puestas, yo me desnude del todo y entre junto a ella, aquella habitación estaba muy caldeada, y solo nos cubría una sábana y una fina colcha de lana.
Enseguida nos abrazamos y empezamos a besarnos y morrearnos, nuestras lenguas se encontraban casi con ansia, y nuestras manos recorrían el cuerpo del otro casi desesperadas, pronto baje a comerle las tetas mientras una de mis manos entraba entre su barriga y sus bragas, para notarlo, ella me aparto un poco y se quitó las bragas, después volvió a la posición en que estaba, yo continúe mi merienda de tetas, y mi viaje con la mano por su coño, que me sorprendió, pues me había creído que tendría el coño afeitado, pero no, note su gran mata de pelo en el monte de venus, y por todo el derredor de su coño, eso me puso casi a mil, pues siempre he preferido un coño peludo a uno pelado, pero no he hecho ascos a ninguno.
Pronto mi boca empezó a recorrer la barriga de Mar, mordisqueándola y lamiéndola con mucha delicadeza y dedicación, hasta llegar a su coño, donde solo le di dos lametones, y seguí mi excursión por aquel cuerpo que quizás era el único que conocía como ese, en ese momento de mi vida, y más sabiendo, que ya tenía los cuarenta años más que cumplidos, mi excursión de mordisquitos y lametones llego hasta los pies, en los cuales me entretuve mordiendo y chupándole los dedos, luego regrese a la misma velocidad que había descendido, despacio y entreteniéndome nuevamente en su coño, pero esta vez, aparte de los lametones, le metí la lengua por el agujero, del que fluía un líquido vaginal viscoso y sabroso, después seguí subiendo evitando las tetas y pasando por el centro hasta llegar nuevamente a su boca para morrearla frenéticamente.
A todo esto, mi polla ni se había inmutado, la tenía floja como una bolsa con un poco de agua dentro. Mar acerco una de sus manos a mi polla y la tomo casi con miedo, me miro y se sonrió, luego se mordió picaronamente su labio inferior, y después me dijo. No sufras, yo sé que pasa eso con las pastillas que tomas, pero pronto se te pasara, ya lo veras.
Yo le conteste. Bueno, eso es una cosa que no te he contado, que puedo tardar más de media hora en tenerla gorda y fuerte.
Mar se carcajeo y me dijo. Lo sé, soy enfermera de un siquiatra, y sé que hay pastillas que hacen eso, pero pronto te pondré a tono.
Sin hablar más, me separe de ella un poco y me baje para comerle bien el coño, empecé muy despacio, casi solamente rozándole, mientras ella se ponía cada vez más excitada, poco a poco, fui comiéndome aquel coño peludo, de sabor y olor absorbente que me enloquecía poco a poco, pronto empecé a meterle un dedo en su agujero, y en pocos momentos dos dedos, ella hizo que me colocara encima en posición del sesenta y nueve, y se metió en la boca mi polla flácida y empezó a chuparla con fuerza, tanta fuerza hacia al chupar, que hasta en algún momento me hacía daño.
Mar se corrió dos veces mientras yo me comía su estupendo coño, y mi polla ya empezaba a recibir sangre para engordar, ella me hizo quitarme de encima y que me tumbara boca arriba, en esa posición, ella enseguida bajo para seguir comiéndome la polla y meneándomela para conseguir su objetivo, que era tenerla fuerte y gorda para follar, mi polla aun tardo más de veinte minutos en estar preparada para su trabajo, pero Mar en ningún momento desistió ni se desanimó, más bien al contrario, conforme mi polla se iba engordando, ella más ansiosa chupaba.
Quizás, leyendo esto, alguien pueda pensar que parte de mi problema podía ser el alcohol, como la cerveza del encuentro, el vino de la comida, o las copas tras el café, pero no es así, nunca he tomado bebidas alcohólicas, ni siquiera para un brindis, ya sea año nuevo o cumpleaños, si se, cómo sabe el coñac o el cava y otras bebidas, por que las he probado, pero solo para conocer su sabor.
Por fin, mi polla estaba lista para entrar en acción, reconozco que Mar, fue la única mujer de esa época que no me pidió explicaciones, de porque me pasaba aquello, y también creo que la única que sabía que teníamos que trabajar mucho para obtener resultados, como ya pronto los iba a obtener.
Sin prisas, y tras disfrutar de una impresionante mamada ya con la polla bien tiesa, al tiempo que también me volví a comer su coño, Mar se tumbó en la cama boca arriba, y me dijo que ella sería lo que yo quisiera, que no tenía intención de tocarme si yo no se lo pedía, y que si la morreaba ella también lo haría, pero que si no, ella ni se inmutaría, me subí sobre ella coloque mi polla en su coño y sin miramientos empuje con toda la fuerza que pude hacer en ese momento, mi polla entro en aquel coño peludo y algo estrecho de un solo empujón, mientras yo miraba a Mar a la cara, que al notar la entrada de mi polla en su coño, cambio de expresión, su sonrisa se hizo más dulce, y sus ojos brillaron, pero en ningún momento hizo ademan de tocarme o abrazarme, parecía que quería ser un objeto de follar, o que la follara porque sí, me deje caer sobre sus pechos y la rodee con mis brazos, mientras la follaba con un movimiento más bien lento pero pautado y continuado, al tiempo que le decía que me abrazara y me acariciara la espalda o lo que quisiera, y ella así lo hizo, la bese en la boca, y como me había dicho me correspondió, la morree bien morreada, y en ese momento Mar se corrió nuevamente, fue uno de los momentos que dejo de ser mi objeto para ser ella, su movimiento empezó a ser rápido y yo acelere el mío casi hasta la exageración, en poco rato me retire y le hice dar la vuelta, mi polla estaba que reventaba y mi deseo era exagerado, pero yo sabía que para correrme necesitaba mucho más que aquello que había tenido hasta ese momento, las pastillas que tomaba anulaban mi corrida, y me costaba muchísimo conseguirlo, quizás dentro de la siguiente media hora lo conseguiría.
Ya, estando Mar boca abajo y con las piernas juntas, me senté sobre sus piernas, le busque un poco su coño cerrado con una de mis manos, y puse la punta de mi polla apretando solamente un poco para que quedara encarada, me concentre y empuje con la máxima fuerza que pude hacer, mi polla forzó la entrada en el coño cerrado de Mar por la posición en que estaba con rabia, al tiempo que ella gritaba y gemía entre dolor y placer, pero yo ni me inmute, seguí empujando con fuerza hasta que mi polla entro toda, y continúe fallándome a aquella mujer como si nunca hubiera follado con ninguna, estuve así otros quince minutos o más a diferentes ritmos, más duros y más suaves, luego le pedí por el culo, pues ya le estaba metiendo uno de mis dedos, pero ella no acepto, aunque le notaba que le gustaba que le tuviera el dedo metido en el culo, nuevamente me retire y esta vez me tumbe sobre la cama, le pedí que se subiera sobre mí y que me follara totalmente sentada, con los pies hacia el lado de mi s brazos, ella sin hablar me obedeció como si yo fuera su amo y ella mi esclava, se sentó sobre mi polla metiéndosela nuevamente en el coño, pero se quedó totalmente quieta, hasta que le dije que se moviera todo lo que pudiera y quisiera, Mar empezó a moverse con fuerza y rapidez, haciendo un desplazamiento en que mi polla casi se le salía del coño, para después entrar rápidamente otra vez hasta lo más hondo, mi polla en ocasiones parecía que tocaba una pared blanda con la punta, pero ella seguía súper excitada y corriéndose nuevamente, y aunque seguro ella también notaba que mi polla tocaba aquella pared, no le afectaba, al poco rato volvió a correrse nuevamente, yo ya empecé a notar que quizás en menos de cinco minutos me correría, como me pasaba siempre últimamente, ya me conocía, pero Mar también me lo noto, así que se quitó de encima y bajo a hacerme nuevamente una comida de polla, aunque no fue hasta que me corriera, y lo hizo en contra de lo que hasta entonces estábamos haciendo, porque yo no se lo pedí, en uno o dos minutos se tumbó nuevamente boca arriba en la cama, y yo volví a fallármela, no quiso que me pusiera condón, ni quería que la sacara al correrme, ya empecé a notar que me correría en pocos segundos, y mi excitación se disparó, frenéticamente empecé a empujar con todas mis fuerzas y sin miramientos, tras recular hasta casi sacarle la polla, así estuve unos tres minutos, y al final me corrí como un guarro desesperado dentro de aquel precioso coño, y mordiéndole una de las tetas a Mar, pero allí no acababa aquello, ya me quedaba esperar a que mi polla perdiera la erección, y eso podía tardar más de veinte minutos si me limitaba a sacarla y ya está, pero si seguía follando, podía estar con la polla tiesa hasta una hora o más.
Doy mi palabra que no es una exageración ni una mentira, seguí follando a Mar mientras me apeteció, pero también me daba cuenta que a ella le gustaba casi en exceso y no se cansaba, aunque pasados unos quince o veinte minutos de haberme corrido, saque mi polla de su coño y me tumbe sobre la cama, algo cansado y satisfecho, Mar se incorporó y tras morrearme durante un largo rato al tiempo que me masajeaba la polla, bajo a hacerme una nueva comida de polla, con la que estuvo un montón de rato, después lo dejo aunque mi polla aún seguía tiesa, y me propuso darnos una ducha para relajarnos un poco, después volvimos a la cama.
Mar, se colocó un poco sobre mí y me dijo. Recuerda que solo hemos empezado, luego me toca a mí, relájate y no te preocupes si se te baja del todo, yo se tratar tu polla.
Yo le conteste. En verdad, tengo que descansar un poco.
Así, nos quedamos casi dos horas hablando y riendo, pero aun habiendo quedado con el resto de gente para noche vieja, en ningún momento hablamos del tema, sobre las ocho de la tarde, Mar se levantó y se vistió una bata casi transparente, y me ofreció a mí un albornoz, preparo algo para comer un poco, y comimos en la cocina de su casa, después, estuvimos un rato más allí sentados y contándonos cosas más o menos personales, y a las nueve y media de la noche aproximadamente, volvimos a la cama, donde nuevamente volvimos a empezar nuestro juego sexual.
En esta ocasión, Mar me pidió que yo me quedara quieto boca arriba, que ella se encargaría de todo, me dijo que yo solo tenía que preocuparme de relajarme, disfrutar, y de que mi polla engordara pronto, aunque no le importaba si tardaba, no tenía intención de desperdiciarla, ni pequeña, ni grande. Yo, sin llevarle la contraria, ni tan siquiera hacer un simple comentario, me tumbe en la cama, subí los brazos y coloque mis manos bajo mi cabeza y abrí las piernas, al tiempo que le decía que podía empezar cuando quisiera.
Mar, empezó casi exactamente como yo había empezado con ella por la tarde, me morreo con ansia y con deseo, después bajo a mi pecho y empezó a mordisquearme las tetas, a mí, eso me pone a cien mil, pero a ella eso pareció que no le importo y continuo su recorrido, besándome y mordisqueándome por la barriga, cuando llego a uno de los lados de mi barriga que yo también tengo súper sensible, ya no pude aguantar y baje una mano hasta tocar su espalda, ella levanto un poco el cuerpo, me tomo la mano y la llevo donde estaba antes, luego siguió, cuando llego a la polla que continuaba flácida como al principio, la beso dos o tres veces y continuo hacia los pies, entreteniéndose en cada trozo de mis piernas, después tras chuparme bien chupados los pies y los dedos, empezó el camino de regreso, despacio, sin prisas, disfrutando de aquel momento, como si nunca más lo iba a poder disfrutar, al llegar a mi polla, como yo hiciera con su coño al principio de la tarde, tras besarla varias veces, se la metió un segundo en la boca, para luego seguir su camino de regreso hacia arriba donde parecía que tenía que terminar su recorrido, pero me equivocaba, al llegar a los hombros me hizo darme la vuelta, y volvió a empezar el mismo recorrido por la espalda, besando y mordisqueando toda mi espalda, mi culo y mis piernas, yo estaba en una nube que no quería descender, mi cuerpo vibraba como una cuerda de guitarra, y mis sentidos corporales estaban enloquecidos, estando besándome los pies, me hizo ponerme nuevamente boca arriba, y se metió el dedo gordo de mi pie derecho en el coño, al tiempo que empezaba a comerme la polla todavía flácida, aunque no tanto como al principio.
Al notar mi dedo gordo del pie metido en el coño de Mar, sentí una sensación rara entre placer y deseo, mezclada con mucho morbo y la novedad para mí de aquella acción, mi cuerpo se estremeció, y desde el tacto de mi dedo gordo del pie, me subía un escalofrió de placer hacia el cerebro, que creí que me correría aun sin tener la polla tiesa, pues al notar la lengua de Mar aun me parecía más imposible no correrme, pero no fue así, a Mar también se le notaba que aquello le excitaba en exceso, y gemía mientras movía su cuerpo con fuerza fallándose mi dedo y empujando para que mi dedo gordo le entrara más en el coño, y chupando mi polla aún bastante flácida, con tanta fuerza, que hasta tuve que sujetarle la cabeza y avisarle que me hacía daño, tras mi aviso, ella no ceso en su movimiento, aunque si se moderó en la comida de polla que me estaba haciendo, note en mi dedo, como su coño se contraía mientras ella gemía de placer al correrse fallándose mi dedo gordo del pie, y mi polla ya empezaba a engordar, tras correrse, se retiró y se colocó en posición sesenta y nueve, poniendo su coño a solo unos milímetros de mi boca, pero diciéndome que ni siquiera se lo lamiera, yo haciendo un esfuerzo sobre humano, me mantuve en su deseo, aunque no sin sufrimiento y aumentar mi excitación, pues solo a unos milímetros de mi boca había un coño jugoso y deseoso de ser comido y follado, pero su dueña quería hacerme sufrir para que mi polla se pusiera pronto en forma, ya impregnado por los olores de aquel maravilloso coño, mi deseo de comérmelo y mi polla ya casi dura y tiesa, fueron más fuertes que la orden de Mar, así que, levante un poco la cabeza de la almohada y empecé a comerme aquel jugoso y precioso coño que tenía puesto ante mi boca.
Mar, enseguida se retiró, y tras decirme que aún no era el momento, se colocó en la misma posición que estaba antes de retirarse, mi polla ya estaba llegando al punto perfecto cuando ella bajo un poco más su coño y suavemente lo aposento en mis labios, entonces yo empecé nuevamente a comerme aquel coño peludo y sabroso que tanto deseaba, ella ya no se retiró, en poco rato, note tanto por sus movimientos como por sus gemidos como se corría, notando como sus líquidos vaginales fluían y penetraban en mi boca, a los pocos segundos, se apartó y se colocó para meterse mi polla en su coño, aquí empezó una cabalgada, que pienso que si no fuera por las pastillas, en menos de quince segundos me habría corrido, pero no fue así, además yo sabía que tardaría un buen rato en correrme, haciéndolo pronto, tardaría unos veinte o treinta minutos.
Mar coloco un almohadón debajo de mi culo, y cabalgo sobre mi polla en todas las posiciones que se le ocurrió, se abalanzo con el cuerpo hacia mí y me morreo para después pedirme que le tocara las tetas, y un poco más tarde que se las comiera, sin sacarse la polla, levanto una pierna y giro su cuerpo, note como mi polla daba un poco de vuelta dentro de aquel coño, y enseguida como sus paredes recorrían mi polla de un lado a otro, notando una excitación extrema al notar en mi capullo el desplazamiento de las pareces del coño en derredor, hasta que ella quedo de espaldas a mí, creo que en ese momento la sensación que sentí es inexplicable con palabras, al poco rato se dejó caer de espaldas, me pidió que le acariciara las tetas y la barriga, y que le mordiera fuerte en los hombros, yo empecé a morderle suavemente y con moderación, pero ella casi grataba que le mordiera fuerte, no recuerdo bien la sensación que yo sentía en ese momento, solo sé que mi ansia de follar y el placer de tener encima a aquella mujer eran enormes, haciendo caso a Mar, empecé a morderle más fuerte al tiempo que una de mis manos bajo hasta su clítoris, y la otra subió a uno de sus pezones, como poseído, pellizque el clítoris de Mar a la vez que su pezón, y mordí su hombro con todas mis fuerzas, tanto, que note como su sangre mojaba mis labios, pero ella, en contra de retirarse o retirar alguna de mis manos, e inclusive quejarse, aun me pedía más, que le pellizcara y que le mordiera más fuerte, y que le hiciera otro mordisco en el otro hombro, gritaba por favor, que no dejase de hacerle lo que le estaba haciendo, y que ese era el momento en que me tenía que correr.
Mis esfuerzos por correrme en ese momento eran inútiles, mi polla que creo estaba más gorda y larga de lo normal, seguía insensible, Mar llevaba quizás más de media hora fallándome, y yo aún no sentía ni el más mínimo rastro de que me fuera a correr pronto, pero ella no ceso en su empeño de follarme sin que yo le hiciera nada que no me pidiera, intente que se retirara y se tumbara en la cama, y me dijo que quien follaba era ella, no yo, entonces pensé que mirado fríamente, por la tarde había sido al contrario, aun tarde unos diez minutos en correrme, y cuando ella noto que mi polla se podía correr en cualquier momento, Mar me pidió que le hiciera lo mismo que le había hecho un poco antes, que le pellizcara el clítoris y un pezón con fuerza, y que le mordiera en el hombro con todas mis fuerzas, nuevamente, Mar empezó a gemir y jadear con fuerza, mis dedos casi me dolían de apretarle el clítoris y el pezón, en esta ocasión de la otra teta, y mis dientes se volvieron a clavar en su carne haciendo que su sangre volviera a mojar mis dientes, mientras de mi polla salía una corrida impresionante, y el placer me enloquecía porque ella también se estaba corriendo, después nos relajamos unos segundos, y como mi polla aun la tenía metida y no se me aflojaba enseguida, ella siguió fallándome todo lo que quiso, y como quiso, a mí, no me disgustaba, sino al contrario, me gustaba y lo estaba pasando fenomenal.
Eran las doce de la noche y mi polla seguía estando tiesa y metida en el coño de Mar, llevábamos más de una hora y media follando sin sacarla y sin que se me aflojara, cuando me propuso que la follara yo, pero en la bañera, yo me sonreí y le dije que para cuando la bañera estuviera lista, mi polla sería un trozo de pellejo relleno de un poco de carne, lo que nos haría empezar de cero, pero ella me aseguro que aquello no pasaría, ella se encargaría de que así fuera, nos levantamos y fuimos al cuarto de baño, yo me masajeaba la polla para que no perdiera su erección, mientras ella abrió el grifo del agua para que la bañera se llenara, pero en pocos segundos, Mar ya se había garrado a mi polla con su boca y me estaba haciendo una mamada de las que ella me había hecho antes, cuando la bañera estaba por la mitad de agua, nos metimos dentro y enseguida me coloque sobre ella y le metí la polla nuevamente de un solo empujón, aquella bañera era grandiosa, estuve fallándomela durante largo rato, después me quite de encima y se volvió a subir ella sobre mí, también me follo durante unos diez minutos, en un momento que estaba ella muy excitada, me pregunto si no tenía ganas de volverme a correr otra vez, yo le conteste, que ganas si tenía, pero que de sensación o notar algo que me hiciera pensar que me correría no, entonces me propuso continuar en la cama hasta que se me bajara o me volviera correr nuevamente, yo que estaba loco por correrme dos veces seguidas desde que tomaba aquellas pastillas, acepte su propuesta, así que salimos de la bañera y a medio secar volvimos a la cama.
Lo recuerdo como si fuera ahora mismo, follamos de todas las posiciones que se nos ocurrió, fuimos un apareja como otra cualquiera, sin pedir pasividad, ni permanecer pasivos, casi a las dos de la mañana me corrí nuevamente, después de mucho esfuerzo y cansancio, pero mi polla siguió tiesa, ya me dolía la cabeza, y cada vez que sacaba la polla del coño de Mar, la notaba más gorda y más larga, pero siempre he creído que era ya la sensación de cansancio, ella aun sin sacarle la polla después de correrme, me sonrió y me dijo de ir a darnos una ducha relajante y reparadora, Mar se puso una pomada en los mordiscos y en los pezones que los tenia rojos e hinchados por los pellizcos, pero no me comento nada ni se quejó, y nos acostamos nuevamente pero para dormir.
Aquella mañana de domingo me desperté cuando note que me estaban comiendo la polla, Mar se había despertado y al ver que la tenía tiesa, aprovecho y me hizo una mamada aun estando yo dormido, así mismo solo fue el principio de un día que también lo pasamos follando, pero como lo hicimos después de estar en la bañera, sin amos ni esclavos, simplemente un hombre y una mujer, eso sí, con mi problema de empezar la erección, y la satisfacción de que no se me bajara durante más de una hora, nos levantamos a desayunar, y volvimos a lo que habíamos ido, a follar, y después de comer, otra vez, ya sobre las ocho de la tarde, nos vestimos y yo me marche a mi casa, no sin antes quedar para la noche de fin de año en casa de Sara, y después de las uvas, Mar y yo hacer nuestra fiesta privada.
Los días siguientes no la vi en el chat, a la cena de nochevieja no se presentó, y no sabía su teléfono, ni su Messenger, en su perfil donde yo sabía que estaba registrada no había correo electrónico, ni contesto al mensaje que le deje, en pocos días, desapareció aquel perfil, a mediados de enero del año dos mil, una mujer, tras follar con ella una noche en un moble muy famoso de Barcelona, me hablo de Mar, me conto, que ella le había hablado muy bien de mí, y que no la buscase por que no la encontraría, el piso donde estuvimos era de esa mujer, también me dijo, que mejor así, porque al final me hubiera hecho daño, me dijo que Mar era ninfómana, y algo agresiva en el sexo, me conto que si bien no se follaba a todo el que veía, a quien agarraba, cuando lo dejaba, el, lo pasaba muy mal.
A los dos días de aquella conversación con aquella mujer amiga de Mar, que había conocido la noche antes de follar con ella, y que repetimos en dos ocasiones pero en el mismo piso que folle con Mar, entable conversación con una tal Beti, tuvimos muchas, muchas horas de privados y salas privadas en aquel chat, hablando de sexo y folladas, pero nunca la pude convencer para follar, ni tampoco llegue a conocerla, pero en mi interior, siempre me quedo la sensación de que Beti, era Mar.
Han pasado cuatro meses justos de aquel fin de semana el día que escribo esta historia, no sé, si un día verá la luz este relato, si la ve, no se si Mar llegara a leerlo, aunque el nombre o Nik no es el suyo, el relato si sabrá que lo es, y espero que en su vida sea muy feliz.
Solo-Yo
19/04/2000
Cuaderno Erótico 12 Relato 4
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