Sor Natividad
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Buenas tardes a todos.
Digamos que soy la hermana Natividad.
Realmente soy monja, entregué mi vida al servicio de Dios, pero sin olvidarme que soy mujer también y tengo mis necesidades.
Empecé a incumplir mis votos cuando estuve en un refugio de niños huérfanos.
Habían chicos de 5 a 10 años.
Yo supervisaba cuando se bañaban, ya que lo hacían en duchas compartidas.
Yo veía que los mayores cuando estaban en la ducha se tocaban, los reprendia cuando los veía con sus pequeñas pollas duras.
Yo soy mujer, y veia que alguno de los chicos tenían un buen tamaño de polla para su edad.
Había uno, Manuel, que tenía la polla como la de un chico de 15 años, es al que más cuidaba, ya que lo había pillado tocándose varias veces.
Más de una noche había soñado con él, y me.
despertaba sudorosa y mojada.
Buscaba consuelo resando, pero ese chico me tenía mal.
Una tarde no lo veía por ningún lado y lo.
empecé a buscar, hasta que llego donde hay unas matas de flores muy grandes y ahí estaba Manuel tocando su polla.
Yo le estaba recriminando lo que hacía pero no.
dejaba de mirar.
su polla, él estaba cabizbajo, y mientras le decía que eso estaba mal,.
cogí su polla con mi mano y lo seguí masturbando yo.
El me miró con los ojos muy abiertos y yo le advertí que si decía algo, lo iba a mandar a otro lugar de internado.
Manuel dejó que lo siga masturbando, hasta que se corrió en mi mano.
Le dije que se fuera a lavar y que lo quería ver.
en mi oficina una vez lavado.
Cuando se fue, yo limpié mi mano con mi boca, lamiendo dedo por dedo buscando la leche de ese chico.
Cuando estuvo en la oficina, cerré la puerta, «por que te tocas tanto, si sabes que es pecado?», le dije, «no se hermana, siento como un fuerte cosquilleo ahí y no puedo evitarlo», me dijo bajando la mirada.
«Ahora como estás, sientes ese cosquilleo?», le dije, «no sor Natividad, estoy asustado», me dijo y vi que caían unas lágrimas de sus ojos.
A mi me dio mucha pena verlo así, «no tengas miedo, estás conmigo y sabes que soy tú amiga», le dije, abrazando a ese niño, «quieres que te la vuelva a tocar?», le dije pasando mi mano por su cabeza, «usted volvería a hacerlo?», me.
preguntó con sus ojos muy abiertos, «vamos a hacer otra cosa», le dije, subiendo mi Hábito y bajando mis bragas, dejando que Manuel me vea el triángulo de pelos de mi coño, «tocame tú y yo te toco a ti», le.
dije dejando que me vea.
Manuel sacó su polla y yo.
cogiendo su mano la meto entre mis piernas y sentía sus pequeños dedos acariciar mi coño.
Nos estabamos acariciando, cuando me tiro sobre el sillón, haciendo que Manuel se acueste sobre mi, y con mi mano hice que su pequeña polla entre en mi coño.
Yo lo movía sobre mi hasta que por su inexperiencia se corre muy rápido, haciendo que ahora yo me masturbe frente a Manuel, ya que estaba muy excitada.
A la semana me avisan que mi hermana de sangre estaba mal y me pidió que fuera a su casa.
Cuando me estaba llendo, me despido de Manuel, diciéndole que guarde muy bien nuestro secreto.
El tren salía a la una de la mañana, yo viajaba de Asturias a Madrid.
En la estación nos pusimos a hablar con un chico de unos 25 años, muy atractivo.
Yo soy mucho mayor que él, podría ser su madre tranquilamente.
Salimos fuera, ya que hacía mucho calor, «no tiene calor con esa ropa?», me.
dice el chico, «si estoy hablando contigo y estoy empapada, de sudor también», le dije sonriendo.
El chico me miró sonriendo y me.
dijo de ir a un lugar mas apartado, que debajo de los árboles estaríamos mas frescos, «vale, vamos, pero no te propases conmigo», le dije riendo y nos fuimos a una punta de la estación, habían árboles y muy poca luz.
«Acá estamos mas cómodos verdad?», me dijo mirando mis ojos.
«Si, pero sigo teniendo mucho calor estando tú», le dije sin querer perder tiempo, ambos sabíamos a que habíamos venido a esta parte oscura de la estación.
«Si, mucho calor tienes», me.
dijo abrazando mi cintura, «tienes condón?», le dije, dejando que me bese, «no, pero no tengo ninguna enfermedad, estoy bien sano», me dijo apretando mis nalgas, «no lo digo por eso, es que puedo quedar embarazada», le dije, levantando mi Hábito y me quitaba las bragas.
«Y por el culo?», me.
dijo el chico sacando su polla que estaba dura, «ufffff, por el culo?», le dije, «bueno probemos, aunque hace mucho tiempo que no lo hago por ahí», le dije, agachando mi cuerpo, con mi Hábito recogido hasta mas arriba de mi cintura, abriendo mis nalgas y dejando que el chico me pase saliva con sus dedos por mi ano.
Siento como acomoda su polla contra mi ojete, haciendo que de un gemido, cuando el chico, cogiendo mi cintura hace fuerza y su polla empezó a entrar en mi culo, «despacio», le dije gimiendo a medida que ese chico, que ni su nombre sabía, me la iba metiendo toda en el culo.
Cuando la metió toda, solté una de mis nalgas, y mientras él hacía entrar y salir su polla de mi culo, yo me acariciaba el coño.
«Que rico culo tiene la monjita», me decía metiendo su polla bien adentro de mi culo y la movía para los costados.
Yo no decía nada, me acariciaba el coño y disfrutaba de como ese chico me follaba por el culo.
Faltaban 20 minutos para que llegue el tren, empezamos a follar mas de prisa, hasta que siento como me empiezo a correr con mis dedos en el coño y el chico la mete lo más adentro de mi culo que pudo, y se empezó a correr también.
Mientras él terminaba de correrse en mi culo, yo cogí de mi bolso papel higiénico para limpiarnos.
«No te pongas las bragas, así nos sentamos juntos y te voy metiendo mano», me dijo sacando su polla de mi culo.
Le di papel para.
que se limpie la polla y yo me limpiaba el ano, que cuando pase el papel, noté que estaba muy abierto, así que cogí mas papel y lo puse entre mis nalgas, ya que sabía que iba a ensuciar mi ropa cuando al caminar e ir sentada, la leche que este chico me había dejado en el culo, empiece a salir.
Guarde mis bragas en mi bolso y cuando subimos al tren, buscamos el vagón que menos gente viajara.
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