Sorpresa tras sorpresa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por oscareduardo.
Todo sucedió muy rápido, Enrique estaba solo en su apartamento , su esposa había viajado para una convención de la Empresa en otra ciudad, se sentía eufórico pues hacía mucho rato no disfrutaba de esa libertad de andar como quisiera y hacer lo que deseaba desde que se había casado tres años atrás, no se quejaba de su esposa se llamaba Andrea ,era una mujer buena para la cama, sin embargo era muy rutinaria en sus relaciones sexuales y lo que parecía excelente al principio se fue convirtiendo en algo sin emoción pues todos sus movimientos eran fríamente calculados.
Se levantó casi desnudo, solo tenía un bóxer con el que dormía, vio el closet de su esposa y sintió una rara atracción hacia ese mueble que él nunca había mirado, desde hacía tiempo una curiosidad malsana lo embargaba, ¿ qué sentiría un hombre como él si se vistiera con las delicadas prendas de una mujer ?.
Lo pensó y tomó la decisión, aprovecharía esa ocasión para vestirse con las prendas íntimas de su esposa.
Abrió el cajón de su ropa interior y empezó a observar con atención todos esos panties adornados con encajes o con blondas suaves y las pequeñas tiras de tela que aprisionaban la vagina de su esposa.
La verdad casi no los conocía, su esposa siempre apagaba la luz y luego se acostaba con él , siempre se despojaba de su panty cuando la alcoba estaba a oscuras y él no se daba cuenta ni siquiera del color.
Se acordó de otra cosa, fue al recipiente de ropa usada , sacó una pequeña tanga, la acercó a su nariz y empezó a olerla con mucha intensidad, una aroma a sexo se alcanzaba a aspirar, tomó la diminuta prenda y quitándose sus bóxer se puso la tanga, la ajustó a su cuerpo atlético, la tira trasera se metió entre sus nalgas, sintió un pequeño escozor en su culo cuando la tela rozó su orificio anal, se paró delante del espejo y vio como el pequeño triangulo delantero era incapaz de albergar su enorme verga y sus testículos.
Tomo un brasier de su esposa y se lo colocó, se miró en el espejo del tocador y se vio todo ridículo cuando las copas del brasier quedaron adosadas a su cuerpo como un simple trapo pegado a una pared, miró a la cama y con las fundas de las almohadas las acomodó simulando unos burdos promontorios que poco a poco fueron llenando las copas del brasier, volvió a mirarse al espejo y se vio un poco mejor.
Luego se colocó unas medias de malla que ajustó con un coqueto liguero ahora se veía más sexy, empezó a caminar frente al espejo simulando un contoneo de cadera, no se veía mal pero su hilo dental le empezaba a molestar, buscó una minifalda y se la colocó , le quedaba ligeramente larga pero se la subió unos veinte centímetros enrollando la parte superior en su cintura , completó con una blusa de amplio escote que dejaba al descubierto todo ese relleno de tela que albergaba el brasier, se miró y no lo podía creer, estaba tomando unas facciones de mujer fatal, decidió maquillarse y lo hizo muy bien, se colocó labial en sus labios, un poco de polvo en sus mejillas y unas sombras en sus ojos, todos esos ajustes de maquillaje lo dejaron casi como una bella mujer.
Luego empezó a desvestirse simulando un sensual streap-tease, cuando terminó y no quedaba sino el hilo dental tomó una crema para untarse en el culo que le ardía intensamente debido al roce de esa prenda y la falta de costumbre de usar esa prenda, la untó en su dedo y empezó a friccionarla en su ano, la quemadura era grande por lo que se untó un poco más de crema, pero el dedo sin quererlo al tratar de hacer una copiosa aplicación se resbaló y se introdujo en sus culo, sintió una extraña sensación, ese dedo le despertó una percepción al principio un poco dolorosa pero después le produjo una sensación muy placentera, sacó su dedo y lubricó más su apretada entrada anal, ahora metió dos dedos que gracias al lubricante resbalaron fácilmente por su cerrado culito.
Sintió un placer nunca antes percibido.
Sacó sus dedos y se acostó vestido solo con la tanga de su mujer.
Al otro día tenía que trabajar medio día , se arregló rápido y se fue para la oficina , pero en lugar de sus bóxer se puso otra tanga.
En la oficina al principio se sentía incómodo y temeroso que alguien pudiera poner al descubierto su secreto.
Pero fue pasando el tiempo y llegó la hora del regreso.
El roce de esa prenda que el día anterior lo molestó tanto ya lo asimilaba mejor.
Llegó a su casa y como sabía que su esposa no llegaba sino hasta el otro día corrió a repetir la operación del día anterior, esta vez se colocó unos panties cacheteros, unas medias de enmallado grande y un liguero negro que resaltaba sus atléticas piernas.
Bajó a la cocina a preparar el almuerzo, puso el radio y concentrado en la música y en la preparación de sus viandas se sumergió en el mundo de la gastronomía.
Por el volumen alto de la música no se dio cuenta cuando su esposa llegó de sorpresa, Andrea atraída por la música que sonaba en la cocina se asomó y quedó como petrificada, quería darle una sorpresa a su esposo y ella fue la que recibió esa sorpresa.
Al principio le dio rabia pero luego se dio cuenta que su esposo disfrutaba de esa situación , era el lado oscuro de su marido , esas pequeñas perversiones que lleva todo mundo, ella también tenía algunas cosas que ocultaba a su esposo, pero le daba miedo manifestarlo por temor a ser rechazada.
Sería ésta la oportunidad de decirse sus secretos más íntimos ? Decidió seguirle la corriente a su marido, sin hacer ruido se acercó y tapándole los ojos lo sorprendió.
Enrique del susto soltó el sartén y lo huevos cayeron sobre la estufa, presa del pánico buscaba palabras para dar explicaciones, Andrea al verlo todo asustado le dio risa y se acercó besándolo en la boca con pasión, ese beso enardeció a Enrique que sin quererlo empezó a sentir una erección impetuosa, Enrique abrazó a su esposa y empezó a besarla ardientemente, Andrea le quitó el liguero, sus cacheteros y empezó a mamar esa verga que tanto le gustaba, por primera vez a la luz del día, Andrea parecía enloquecida succionando ese pene erecto, él la tomaba de la cabeza, la acercaba a su verga para sentir esas locas succiones ,ella como si tuviera la golosina más preciada del mundo quería meterse ese cilindro de carne en lo más profundo de su garganta, empezó a chupar con más fuerza hasta que el orgasmo de Enrique se manifestó con una eyaculación copiosa que lleno la boca de Andrea con un semen blanco, espeso y ligeramente salino que ella afanosamente se lo tragó de un solo envión.
Andrea se incorporó y le dijo a Enrique que la esperara que ya bajaba.
Enrique abrió la nevera, sirvió un trago doble de ron y lo tomó.
Sintió como ese líquido quemaba su garganta , pero la actitud de Andrea lo tenía sorprendido, se tomó otro trago y ya su esposa bajaba.
Por qué Andrea no se enfadó ante esta situación tan comprometedora, por qué no le preguntó nada ? Ni siquiera lo trató de marica o algo por el estilo?
En ese momento llegó Andrea, vestía una pequeña batica anudada a su cintura, sus enormes senos parecían dos apetitosos frutos , su cintura pequeña contrastaba con sus caderas amplias y sus largas piernas eran un espectáculo pues culminaban en su Monte de Venus que se reflejaba como un oscuro parche tras la prenda semitransparente .
Sin embargo al mirar hacia su hermoso pubis notó un montículo que no había observado antes.
Ella se acercó , empezó a besarlo en la boca, Enrique ansioso empezó a acariciar sus senos y presa de un impulso irrefrenable mandó sus manos a tocar esa vagina.
Se quedó mudo y petrificado, en lugar de vagina encontró un consolador que su esposa había sujetado a su cuerpo con un arnés.
Andrea le dijo que se arrodillara, tomo la cabeza del consolador y lo colocó en la boca de Enrique dándole una orden perentoria… que empezara a mamar !.
Enrique no salía de su sorpresa, Andrea tomó la botella de ron y empezó a derramarlo cuidadosamente sobre el glande del consolador y Enrique empezó a mamar esa verga de látex.
Cerró sus ojos y por primera vez en su vida fantaseó con la imagen mental de estar con un hombre haciéndole sexo oral.
Esa idea lo enardeció y empezó a chupar con más fuerza, Andrea se dio cuenta de esto y tomándolo del pelo lo llevó hasta la sala , lo hizo subir al amplio sofá de la sala y otra vez con vos de mando lo puso en cuatro a la orilla del sofá pidiéndole que elevara su culo.
Enrique como un cordero sumiso obedeció la orden y Andrea empezó a frotar el enorme falo en las proximidades del ano de su esposo , acarició el perineo y los deseos más irrefrenables de sentirse acariciado en su culito lo llenaron de pies a cabeza .
Enrique recordó la sensación de la noche anterior, sus deseos de sentirse penetrado hicieron que su esfínter anal se abriera y cerrara como pidiendo a gritos que lo clavara.
Andrea acercó un dedo al culito de su esposo , Enrique al sentir ese dedo en su esfínter anal hizo un movimiento de succión que chupó un poco el dedo de Andrea, ella captó el mensaje y lubricando el culo de su esposo con un poco de vaselina que mantenía en la cocina empezó a introducir la cabeza de ese pene de látex, Enrique al principio sintió un poco de dolor pero ansioso de saber que era una penetración anal , tomó con sus propias manos sus nalgas y abriéndolas para darle facilidad para que entrara el consolador, empezó a sentir una sensación rara pero demasiado placentera.
Andrea empezó a mover sus caderas con lo que fue introduciendo cada vez más ese pene hasta que llegó al límite, aunque Enrique sentía un poco de dolor quería que se lo metiera más .
Sintió que su verga se le iba a estallar y empezó a masturbarse como loco, Andrea por su parte movía sus caderas en forma de un remolino provocando unos giros en el culo de su marido que le daban una penetración amplia.
Entre gemidos de placer Enrique sintió que su eyaculación era inminente , hizo un giro brusco que provocó que el pene se saliera, le dio vuelta a Andrea y colocándola en cuatro como un loco buscó la vagina de Andrea y quitando el consolador con arnés le clavó furiosamente su verga y con rápidos movimientos la penetró hasta el fondo y luego soltó su eyaculación, la lechada de semen inundo esa vagina de su esposa que ella ayudaba con una masturbación en su clítoris erecto, esta acción le dio la posibilidad de llegar a un orgasmo compartido y simultáneo.
Ambos quedaron desmadejados en la cama, después de un pequeño descanso tanto Andrea como Enrique se dieron cuenta que por fin entre ellos no existían tabúes, ni en el que dirán .
ni en qué pensara mi conyugue.
de ahora en adelante no iban a tener límites en sus relaciones , un sexo pleno e integral l.
Se abría un abanico de posibilidades infinito , entre ellos todo iba a ser permitido, absolutamente todo y ese sin duda es el mejor remedio para acabar con la monotonía de un matrimonio.
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