Soy un benefactor pervertido
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Para empezar tengo un negocio de zapatos en esta provincia, con el perdón, pero no diré detalles ni nombres reales. A mi fabrica llegó a trabajar una mujer casada, de unos 36 años, muy morena casi mulata, morocha, pero ella se cargaba un enorme trasero en forma de corazón, en la entrevista que le hice cuando solicitó el trabajo, ella me comentó que su esposo era guardia de seguridad, ella, a quien llamaré Martha no tenía experiencia en trabajar, pero viendo ese enorme y delicioso culo que se cargaba, decidí aceptarla, debo decir que varias empleadas que tengo han terminado en mi cama.
Pasaron las semanas y yo trataba de ligar con Martha, en ocasiones me ponía atras de ella y le pegaba mi bulto en sus dos buenas nalgas y le decía que la invitaba a salir, ella me decía que era casada y que no debía hacerlo, pero yo notaba que ella conforme pasaban los días se vestía más sexy, con faldas más cortas y más pegadas que hacían resaltar más su lindo culo, tratando de llamar la atención.
Pero resultó que al inicio de una de las semanas ella ya no se presentó, asi pasaron 3 o 4 días, por fin ella se presentó y fue directo a mi oficina, iba llorando amargamente, la calmé un poco y la senté, para escucharla, ella me dijo que habían intentado robar en la empresa donde trabaja su marido y que hubo disparos y que uno de los disparos le dio en la espalda a su esposo y que estaba en el seguro social muy grave, que habían posibilidades que quedara lisiado de las piernas. Me pidió que no la despidiera por su ausencia al trabajo, yo le dije que no había problema que siguiera ocupando su lugar. En la tarde me pidió permiso para ir al seguro social, pues la estaba llamando su hija, el médico quería hablar con ella, yo le dije que la llevaba en mi auto, la llevé al seguro social y entré con ella, su marido aún estaba en lo que llaman sala de intensivos, al salir ella me dijo que el médico pedía cierta medicina que debían comprar, qué era urgente. Yo le dije que le podía prestar dinero, al principio no quiso, pero por la necesidad la llevé a una farmacia y lo pagué, regresamos y ella entregó la medicina, finalmente la fui a dejar a ella y a su hija que se llamaba Romelina, una chica de 17 años que estaba criando a un bebe de seis meses.
Martha me mantenía informado de lo que acontecía con su esposo, yo le prestaba dinero o le adelantaba su sueldo. Cierto día, era viernes, ella entró a la oficina y me invitó a cenar a su casa en señal de agradecimiento, pues su marido ya había despertado, aunque tenía limitación de movimiento de las piernas aún permanecía en el seguro social. Llegué a su casa, era de tipo humilde, me pasó adelante, me dijo que su hija había ido a visitar a una amiga, me contó sobre Romelina, un novio la había embarazado y ahora vivian juntos y ella los había recibido en esta misma casa. Me ofreció un poco de ron con cola, le dije que tomaba si ella tomaba, asi que bebimos un par de vasos. Marthá se había puesto un vestido cortito, con amplio escote, sus nalgas se miraban riquisimas, no podía perder esa oportunidad y además como costumbre, ya estaba yo durisimo, ella se paró para servir el tercer trago, yo la seguí y me puse atras y le pegué mi paquete en sus nalgas, la abrcé y le pregunté si había alguien que le estuviera recordando que tiene un cuerpo delicioso, ella me dijo que nadie, entonces le empecé a besar el cuello, ella se dejó; mi paquete rozaba sus nalgas, la abracé de la cintura y mis manos hurgaron sus muslos, luego sus nalgas, la muy perra tenía puesto una diminuta tanga, dejando libre toda la carne de sus nalgas.
Me agaché, hasta casi hincarme para morderle y chuparla sus nalgas, ella se reclino hacia adelante para regalarme más espacio, con mis manos apretaba sus nalgotas. Le levanté el hilo de su tanga y comencé a lamer el agujero de su culo, luego bajé para lamer su raja que ya estaba mojada, sentí sus jugos agridulces en mi lengua, además Martha gemía de gozo, ella se dió la vuelta y yo tenía en mis narices su raja, hice de nuevo a un lado su tanga y ante mi quedó su raja morena, labios vaginales oscuros y me puse a mamarsela, ella daba de alaridos, me tomaba los cabellos y me hundía la cara en su coño. yo metía mi lengua entre sus labios vaginales y le estimulaba su clitoris con la punta de lengua. Martha que gemía y me decía que tenía mucho tiempo que no le hacian eso, en un momento me jaló los cabellos causandome dolor, era una señal que ella se estaba corriendo.
Luego me tomó de la mano y me llevó a su cama, alli se quitó el resto del vestido, yo me acomodé en la cama y ella entre dientes me dijo que quería sentir mi verga adentro de su raja, se fue subiendo encima de mi, nos besamos un rato y ella con su mano tomó mi verga y se la puso en la entrada, luego se sentó encima y se clavó mi verga hasta los cojones, luego salvajemente empezó a moverse con mi verga adentro, movia su pelvis como una profesional, me quería como arrancar la verga dentro de su coño, se sentía muy bien. En eso ella empieza a gemir y a quejarse, -que rico patrón, qué rico me coge, asi, asi!!- y se vuelve a correr, Martha parece más caliente que yo. Aprovechó que se detiene y esta saboreando su orgasmo, entonces la tumbo hacia atras y me pongo encima y la vuelvo a clavar en la raja, me comienzo a mover más rapido y más rápido, le doy duro empellones y comienzo a explorar dentro de su raja, una gran cantidad de mi esperma caliente llena su coñito. Nos damos algunos besos más. Mi erección no ha bajado mucho, asi que la pongo en cuatro, enseñándome toda la belleza de su buen culo moreno. La vuelvo a coger y me pongo a pistonear mi verga, no puedo evitar apretar sus nalgas y manosear el agujero de su culo, el cual se abre como una flor, sospecho que su marido la coge por alli frecuentemente, asi que le meto un dedo completo en su culo y lo muevo adentro y afuera.
Martha da verdaderos gritos de satisfaccion, yo sigo cogiéndola y metiendole un dedo en su culo, luego saqué mi verga de su raja y se la pongo en su culo, comienzo a metersela y ella me pide que me vaya suave y despacio, yo le comienzo a hundir mi glande en su negro agujero, me aprieta bastante la verga, pero sigo empujando hasta que se va deslizando en todo su recto, luego comienzo a sacar y meter más de lo que saco, le termino metiendo toda mi verga en su culo, me pongo a pistonearsela rico, ella sigue gimiendo y gritando -patrón le gusta cogerme mi culo?, ayy que rico me coge el culo!!- y cosas asi que no recuerdo, ella creo que se está corriendo, yo sigo en la mio y la meto y la saco, me aprieta demasiado y luego de un par de minutos más estoy eyaculando otra ración de esperma ahora dentro de su recto, sus dos agujeros ahora tienen mi semen. Ella se queda aún reponiéndose, yo me levanto busco el lavado y me lavo la verga.
Luego voy desnudo a la sala, sorpresa, alli esta Romelina, en el sofá, no dudo que ella ha oido todos los gritos de su madre cogiendo conmigo, me disculpo y me pongo las manos tapando mi verga que ha empezado a retroceder su erección. La chica esta dandole pecho a su bebé, tiene las tetas afuera, son muy buenas, ella no hace ni el intento de taparselas. -Que lindo bebé!- le digo acercándome a ella, le acaricio la cabeza al bebé y mis dedos pasan acariciando el pezón del otro seno, ella no dice ni hace nada, le pregunto como se llama, aunque su mamá ya me había dicho, -soy Romelina!- me dice. El marido de Romelina es alcoholico y aveces pasan varios días sin verlo cuando anda tomando. Me regreso a la habitación donde esta Martha, me visto y aún Martha esta agotada en la cama, me despido y paso también despidiendo a Romelina, no sin antes decirle si puedo visitarla mañana por la mañana, sabiendo que su mamá va a estar trabajando en mi fabrica. Ella no me responde, pero no me dice que no, eso es lo que cuenta.
Al otro día tomo camino hacia la casa de Martha, alli esta Romelina, morena igual que su madre, más delgada y otro lindo culito, solo que más compacto. Cuando abre la puerta, veo que ella esta arregladita, pintada y bañadita, me pasa adelante y para no hacerla mas larga, la abracé y me puse a buscarle la boca, ella me esquivaba, me decía que no, que tenía marido, yo le dije que yo solo quería pasar un rato bonito con ella ya que su marido por libar la descuidaba mucho y que era una mujer linda, finalmente cedió y comenzamos a besarnos en el sofá y me llevó a su cama, alli le besé desde la boca, mamé sus pezones, sentí el sabor a leche materna, primera vez que me pasaba, sus pezones estaban casi negros, luego me fui a su rajita, se la mamé y la hice chillar de gusto, se notaba que degustaba de la chupada de raja que yo le daba, luego me monté y la penetré, le estuve dando suave y duro, su raja a pesar de haber parido recientemente era estrechita, cuando le apretaba las tetas, salían algunas gotitas de leche, eso me ponía más caliente y la penetraba más duro, los gemidos de Romelina no tardaron en llegar y la oí llegar a un orgasmo, yo no dejé de cogerla duro hasta que le pasó el climax. Creo que los gritos de Romelina despertaron a su bebé que dormía en una cama al lado, asi que mientras la cogía en cuatro patas, estilo perruno, ella le movía con una mano la cama del bebé para callarlo, yo atras cogiendola con buenos pistonazos de mi verga en su raja.
Me corrí dentro de su rajita, vi que ella estaba deconcentrada por lo del bebé, asi que me empecé a vestir para irme, entonces ella me dijo que no me fuera, que me quedara, me fui en calzoncillos a la sala, mientras ella le daba pecho al bebé, a los quince minutos llegó conmigo, se disculpó, nos besamos un rato luego ella se puso a mamar mi verga, hasta que me la puso de nuevo rigida, luego se montó encima de mi, de frente, asi que ella misma se clavó mi verga y se puso a cabalgarme mientras yo la besaba en la boca y le besaba sus senos. Asi estuvimos un buen rato, ella se corrió y casi me muerde el hombro mientras le sobrevenía su orgasmo, siguió cabalgándome hasta que me hizo correr en esa posición.
Asi me convertí en el follador de madre e hija, hasta que llegó el marido del seguro social tres meses después. El no tenía movimiento en las piernas y de paso no se le paraba. Martha y yo nos dimos buenos agasajos, yo le quitaba su calentura y lo preferido para mi era cogerla por ese rico culo que dios le dio. Y también tenía buenos encuentros con Romelina cuando su marido agarraba farra de libar, se desaparecía varios días y yo aprovechaba para llevarme a Romelina a algun lado o simplemente la visitaba en su casa y la cogía en su cama. Después de un tiempo, Martha dejó de laborar en mi fabrica, la visitaba de vez en cuando, terminabamos cogiendo, pero luego de otro tiempo dejé de hacerlo y ya no las veo.
FIN
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