Su gran amor
El dolor no es un buen consejero..
Esta es una historia que le sucedió a Don Luis, el medico del poblado donde vivíamos, el era un caballero gentil, de unos 70 años, delgado y de baja estatura, sus cabellos ya eran casi blancos pero aun así se mantenía de muy buena manera, para los mas chicos del pueblo era un ejemplo a seguir, al ser el único doctor del pueblo, lo teníamos en alta estima, todos aquellos que han vivido en el interior saben a que me refiero, el medico es como el cura, el intendente, o el comisario, son las personalidades de las que primero se hablan en las reuniones, y sus opiniones son las que mas pesan cuando hay que tomar alguna medida concerniente a la comunidad.
En el caso de Don Luis era ademas de respetado un hombre muy querido, ya que sus acciones hablaban por si solas de la calidad humana de este gran hombre, muchos paisanos al no tener dinero con el que pagarle, le ofrecían gallinas, huevos, algún embutido y cosas así para abonarle sus servicios, el jamas dejo de atender a un paciente por no tener dinero para pagarle, estaba casado con Doña Sofia, una dama gentil de gran belleza y sus ojos azules eran uno de sus distintivos en estos pagos donde abundan los ojos de colores oscuros.
Vino a consultarlo Abelardo, un granjero de los alrededores del pueblo con Alberto su hijo, el chico de 8 años se quejaba que sentía dolor al orinar, cuando el medico lo reviso se dio cuenta que el pequeño sufría un caso de fimosis aguda, recomendando a su padre una intervención que el mismo realizaría y era casi ambulatoria, que por las dudas lo dejaría un día en observación en su mismo consultorio que hacia también las veces de sanatorio, siendo el, el único integrante matriculado de dicho centro de salud y era ayudado únicamente por su esposa (se encargaba de todo lo que fuera enfermería) y por su hija (encargada de los fármacos)
La recomendación era clara, debía dejar al niño una noche en observación, y al otro día podían irse, luego cada dos días tendría que venir a consulta para realizar las curaciones y el cambio de vendajes, el niño tenia terror de escuchar al medico y su padre con semblante fiero, le dio la mano al medico y le dijo que confiaba en el, con la bondad que lo caracterizaba, Don Luis le ofreció al padre el poder acompañar a su hijo en la habitación durante la noche, y el hombre al no tener lugar donde cobijarse acepto de buen grado y con suma gratitud la propuesta.
Su esposa, Doña Sofia, era una mujer de 53 años de edad, de cabello rubio y corto, con unos cuantos kilos de mas, esos kilos caprichosamente se habían colocado en sus caderas y en sus pechos, dándole a la mujer un aspecto de come hombres, con la maldad de los pueblerinos la llamaban «las tetas», se notaba que era una señora muy bonita y de finos modales, sumamente educada, pero lo que sobresalía en ella era el tamaño de sus pechos y su terrible culo, eran gordos y exagerados en su tamaño, cuando caminaba no podía evitar el movimiento de estos, tenían que ver la cara de los habitúes del bar cuando la señora pasaba delante de ellos, a mas de uno se le caían las babas por su voluptuosidad, esa tal vez sea la palabra justa, era una hembra voluptuosa, y no eran pocos los que soñaban con ella, aun sabiéndola una mujer recta y creyente.
Muy en su interior, Doña Sofia se sentía halagada al saber que los hombres del pueblo deseaban su cuerpo, esto a ella le provocaba placer y hasta al recibir algún piropo le hacían humedecer la vagina, uno de los mas obscenos de sus admiradores era justamente el Abelardo, al principio eran tímidos piropos que con el tiempo y ante la complicidad de la dama, se fueron transformando en groserías, ya no le decía piropos, sino que le faltaba directamente el respeto, a ella le habían quedado en la memoria las frases que la impactaban, y con ellas se masturbaba por las noches encerrada en su baño, «no conocerás a un hombre hasta que te sientes y saltes en esta pija» «si te como las tetas te las dejo llena de moretones» «si te pongo esta, te desvirgo mi amor», no podía dejar de pensar en eso, el hombre era grandote y tosco, todo lo contrario a su marido, que era un caballero de grandes modales y nunca le falto el respeto en todos sus años de matrimonio, se sentía mal cuando se excitaba con las guarrerias del campesino, pero ella hacia rato que era una mujer insatisfecha, sentía que estaba aun en la flor de su vida y esos piropos la encendían, un pequeño rubor en sus mejillas le demostraban al macho que la hembra era receptiva a sus guarradas y se propuso montarla, tal como si fuese una yegua., ella al recibir los avances del bruto movía el culo de manera exagerada, sabiendo que esto enervaba aun mas al campesino, eso la excitaba.
Don Luis creía que era ya tiempo de calmar los apetitos sexuales, el al menos, ya no sentía deseos carnales hacia la mujer a la que amaba con locura, entendía que su relación era ya de acompañamiento y de amistad, y el sexo quedo como un grato recuerdo, si bien nunca fue un amante destacado, logro en sus años de juventud satisfacer a su mujer sin inconvenientes.
Estaban preparando el cuarto que serviría de quirofano para operar al niño, era ya cerca del mediodía, cuando la hija del medico le informo que debía concurrir a ver al Herminio, quien volvió a recaer de su ciatico, el medico sonrió con complicidad, no dejaba de trabajar ni un minuto, y el se sentía honrado de poder cuidar de sus pacientes, le dijo a la hija que le avise a la familia que unas tres horas estaría por allí.
Por los nervios del niño, el doctor decidió aplicar una anestesia general y dormir al paciente al menos por un par de horas, eso sin dudas facilitaría la cirujia y su posterior pos-operatorio.
Con su esposa como asistente el doctor realizo la operación sin ningún problema, la señora se sintió sorprendida por el tamaño del pene del chiquillo y se lo hizo saber a su marido…
-Cielo, es normal el tamaño de la pija de este niño?
-Sofia, no hables de esa manera tan vulgar,…..si es normal, hay una inflamación, igualmente tiene un tamaño grande.
-Perdona cielo, y eso a que se debe?
-La inflamación es por la fimosis y el tamaño generalmente es genético-hereditario.
Mientras el doctor continuaba con la operación, la hembra no pudo reprimir la humedad que le mojaba su ropa interior, era hereditario, o sea, el Abelardo de verdad tendría la pija tan grande?, «si te pongo esta te desvirgo mi amor», seria ella capaz de soportar una pija así?, cual seria su olor? sus venas azules se le notarían como a su hijo? su mente divagaba y no podía dejar de imaginarse siendo penetrada por el bruto campesino y su terrible falo, apretó sus piernas y sintió como su vagina chorreaba su calentura y se había transformado en una abertura resbalosa y llena de deseo, cuando el doctor termino de cerrar la herida dejo a su mujer para que realice el vendaje, se retiro al baño a higienizarse, y ella sin saber como ni cuando, se vio acariciando los huevos y el ano del niño que dormía aun por la anestesia aplicada, no pudo reprimirse y fijándose no ser vista, se introdujo los testículos del niño en la boca y los chupo con deleite, su lengua probo el agrio sabor del ano del pequeño.
En un momento recupero el juicio y se sintió realmente avergonzada, se estaba comportando como una de las putas que a la orilla de la ruta se vendían al mejor postor, ella era una dama, aunque deseaba ser tratada al menos por una vez como una vulgar prostituta, su mente estaba cayendo en un espiral de locura y excitación de la cual no podía escapar y ese sentimiento la abrumaba, la entristecía, si tan solo su marido fuera un poco mas vigoroso en la cama, si tan solo atendiera sus necesidades al menos una vez al mes, no le importaría, como nunca le importo, el tamaño de su polla, ella no sentiría ese fuego que la estaba consumiendo de a poco, lo que había comenzado a ser una excitación se había transformado en calenturas que la humedecían de una manera soez, incluso en su calor llego a introducirse la punta de un pepino en su interior, para terminar llorando al sentirse frustrada y sucia, en su cabeza se desarrollaba una lucha, y sin dudas la morbosidad y la calentura iban ganando, día a día, ella se sentía mas necesitada, se sentía mas puta, en sus calores ya no recordaba ser una mujer casada, solo tenia esa necesidad interior de pujar y de sentirse penetrada por el calor de un hombre de verdad.
-Abelardo, todo salio bien, quédese tranquilo, como habíamos acordado el guri se quedara aquí esta noche, así que mas luego volveré a revisarlo, ahora me voy a la casa del Herminio, que volvió a sus achaques y el viaje es largo….
Monto su camioneta y enfilo para el rancho del hombre, era un camino tortuoso, por lo dificultoso de la traza, caminos de tierra con grandes baches y zanjas muy profundas, caer en una de ellas significaba tener que ser asistido por algún tractor para sacar el vehículo de allí, serian uno 30 km de polvo y sacudidas, el trayecto no era muy largo pero se demoraría una hora al menos en llegar, otra para volver, y un par de horas charlando y haciendo sociales con la gente de allí, calculaba que al menos tardaría unas cuatro a cinco horas en total, o sea que con suerte llegaría para el anochecer, eso si esos nubarrones negros no explotaban, si la lluvia lo sorprendía tal vez debía quedarse a pasar la noche en el rancho de su paciente, no seria la primera vez que algo así le sucediera, solo sentía preocupación por el niño y su pos-operatorio, igualmente su señora lo sabría cuidar muy bien, ya había pasado por situaciones similares y aun mucho peores, era una enfermera calificada.
Con un suave golpe en la puerta el Abelardo pidió permiso y entro al cuarto donde su hijo descansaba, el niño dormía aun, y la Sofia cuidaba su suero y el goteo del mismo, al verlo se puso nerviosa, un temblor se apodero de su cuerpo y no era capaz de controlarlo, ese hombre realmente la perturbaba de una manera notoria, su primer sentimiento fue de temor y angustia, casi no podía articular palabra, el hombre seria bruto y tosco pero tenia ese sexto sentido que tienen los animales salvajes, y ese instinto le decía que su presa estaba a su disposición. Ella sin poder evitarlo al notar la presencia del macho, se humedeció.
-Buenas Sofia, que gusto que cuides de mi muchacho, como se encuentra el?
-Esta muy bien Abelardo, solo que dormirá aun un par de horas, es por la anestesia, pero todo normal.
-Así que el doctor se fue a ver al Herminio, es un lindo tirón no?, debe tardar unas buenas horas en volver, no es así Sofia?
-Seguramente para el anochecer estará por acá, el mismo le hará las curaciones al niño.
-Si yo tuviese la suerte de tener una hembra tan hermosa como vos, no la dejaría sola ni un minuto, de verte nada mas cualquier hombre perdería su juicio…..
-Por favor Abelardo, mide tus palabras, recuerda que estas hablando con una señora casada, no son comentarios para hacer..
-Es que tu no entiendes, por eso dices eso…
-Que dices?
-Digo que cuando te veo la sangre hierve en mi, que tu me despiertas la pija y me la pones dura con solo verte caminar, y ahora que estoy a tu lado no puedo evitar desearte aun mas, tu olor, tu piel, tus tetas, todo en ti me hace desearte…mira nada mas como me has puesto (con sus manos se tomo la verga que se notaba de gran tamaño)…..voy a llenarte la concha y el culo de leche, hoy conocerás a un hombre de verdad y no al finito de tu marido, que seguro es poco hombre para ti…
Abelardo estaba dispuesto a arriesgarse a todo o nada, sabia muy bien que ella jamas lo delataría ante su marido, si lo hubiese querido hacer le habría contado las guarangadas que le decía cuando se cruzaban por el pueblo, y ella nunca lo hizo, es mas, el sabia que a ella le excitaban sus piropos, pero corría el riesgo de ser totalmente rechazado, había soñado muchas veces con esa mujer, ya era hora de jugar sus cartas, plata o mierda, que sea lo que Dios quiera.
Haciendo uso de su fuerza física tomo a la mujer de su cintura e intento besarle, ella esquivo el beso y le cruzo la jeta de un cachetazo, esto sorprendió al hombre que no esperaba tal actitud de la mujer, pero en lugar de calmarlo, lo enervo aun mas, la giro y se coloco detrás de ella, aun forcejeaban, la señora no deseaba ser mancillada en su honra, y se defendía con todas sus fuerzas, pero al sentir como el pene del hombre rozaba su culo y con sus fuertes manos agarraba sus tetas se sintió viva, se excito como solo una hembra en celo lo hace, fue perdiendo la batalla, no por quedarse sin fuerzas, sino porque su cuerpo la traiciono y le hizo saber que deseaba sentir la poronga del vil hombre en su interior.
-Por favor…..no, no….no lo hagas Abelardo….soy una señora casada….me estas faltando el respeto….detente ya…no sigas con esto….esta muy mal….porque estas con la pija tan dura?, no me la roces….aghh…no lo hagas….detente animal…no aprietes de esa manera mis pechos, son muy sensibles…aghhh…sii…siii…..mmmm….para, para, para, no me hagas esto por favor…respétame hijo de puta…no me apoyes la pija, esta muy dura….mmm….se siente muy grande…siii….aghhhh…..por favor, por favor noooo…..siii
-Deja de resistirte de una vez, eres una puta y hoy probaras a un hombre de verdad en tu concha y en tu culo…..
Sofia había perdido, ya no tenia mas fuerzas para pelear, y tampoco lo quería, la verga dura del hombre rozando su culo y sus manoseos habían ganado la batalla, su promesa de perforarle el ano y satisfacer su vagina la enloquecieron, ahora se giro y teniendo de frente al macho se ofreció a el, ella busco sus labios, y dejo que sus lenguas se juntaran, en forma desesperada abría la boca, necesitaba la lengua de el en su interior, ya no recordaba ser una señora casada, solo le importaba lo que su concha le dictaba, y ella le decía que se dejara montar.
Abelardo sintió la necesidad de la hembra, y mucho mas cuando ella en su vorágine, le agarro la verga por sobre el pantalón, se la apretaba con urgencia y el no se hizo esperar, bajo el cierre de la bragueta y su pija cabeceo en libertad, eran un pene de gran tamaño, y la hembra al verlo suspiro con ansias y anhelo, tomo la nuca de la mujer y la empujo hacia abajo, ella entendió lo que el quería, se arrodillo frente a el y pudo ver en toda su magnitud el badajo del animal, era intimidante en realidad, al menos el doble del tamaño de su esposo, temió no poder con el, pero era tanta su calentura que sin dudarlo se introdujo el pene en la boca, sentía como su boca debía esforzarse para introducir la mitad de aquel pene, solo eso entraba en su boca, la mitad, sus fosas nasales fueron invadidas por un fuerte olor de orines que provenían del miembro del macho, eso, en lugar de provacarle rechazo, la excito aun mas, no se dio cuenta ni como ni cuando, pero ya tenia todo su torso desnudo y sus groseras mamas estaban al aire, sus rosados pezones le dolían Abelardo se estaba ensañando con ellos, los pellizcaba con fuerza y estiraba de ellos como queriéndolos arrancar de su piel, asi, de esa manera, le hizo saber a su amante que se estaba corriendo, con los manoseos a sus tetas y a sus duros pezones y chupándole la poronga, logro su primer orgasmo en mucho tiempo.
Se levanto del suelo y tomo a su amante de la mano, lo guió ella misma a su dormitorio, donde dormía todas las noches con su marido, el tiempo había dejado de transcurrir, para ellos era todo lujuria y deseo, las habilidades del hombre lograron despertar a una hembra con hambre, y ahora debía alimentarla.
-Hazme tu mujer ahora, penetrame, úsame, cógeme, a partir de ahora soy tuya…
Ya en su dormitorio, ambos desnudos, no podían dejar de tocarse, se deseaban, el macho jamas en su vida logro imaginar tener una mujer tan delicada y sensual en sus brazos y ella al ver el tamaño de su amante deliraba de excitación, su verga era deliciosa y ahora, abierta de piernas y totalmente húmeda, se ofrecía para ser invadida, por supuesto el no desperdicio ni un segundo, se coloco sobre ella y de una estocada certera se la clavo hasta los huevos.
-Aghhhh siiii mi amor, que delicioso, nunca sentí nada igual en mi vida, que rico por Dios, cógeme, cógeme toda….aghhhh
-Te gusta eh putita? te dije que hoy te haría mujer, te mentí puta? te mentí?
-No me mentiste, que rico sos mi cielo….aghh…siii…masss….mas adentro por favor, empuja mas fuerte…aghhh, …rompeme toda…siiiii
El macho no aguanto las palabras de la mujer y el roce de su apretado coño, exploto en una corrida bestial y literalmente lleno la vagina de la mujer con su simiente, al sentir el cosquilleo en sus testículos, aferro la cintura de la puta y logro una penetración profunda, y casi podía sentir el choque de su pija con el útero de la mujer cuando acabo, ella al notar el calor de la corrida de su amante, volvió al orgasmo, y esta vez fue tan intenso que casi se desmaya del gusto, y en los brazos uno del otro se durmieron.
TRACK-TRACK
Al mismo tiempo y sobresaltados despertaron de su letargo de amor, las luces del dormitorio se encendieron de golpe, ya era de noche y con la oscuridad de la noche había llegado el momento de pagar, parado frente a ellos con la cara desencajada de ira y dolor estaba Don Luis, ella intento tapar con las sabanas su desnudez y su vergüenza.
-Mi amor, perdóname, no es lo que parece…..por favor perdóname…….es que me sentía muy sola….tu me dejas sola….perdón amor perdón…..te juro que nunca lo vuelvo a hacer….PERDÓNAME….
-Yo le puedo explicar Doctor……tranquilícese por favor, no me apunte…….PERDÓN…PERDÓN…..POR DIOS NO LO HAGA, PERDÓN….
La primera detonación lleno el pecho del animal de perdigones y su roja sangre salpico toda la habitación, su cuerpo ya sin vida voló de la cama, reboto en el respaldo y cayo de costado con los ojos muy abiertos, TRACK-TRACK la segunda detonación termino con la vida de la mujer que fue su gran amor, aun sin vida, podía notarse en su vacía mirada el terror que sintió en su ultimo suspiro, TRACK-TRACK la tercera detonación termino con la vida de un hombre justo.
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