SUCEDIÓ EN GALICIA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Yo de niño vivía en una aldea.
Al lado de nuestra casa vivía una mujer que tenía el marido en Alemania.
¡Como estaba la hembra! No llegaba a los 30 años.
Era ancha de espaldas y de caderas.
Tenia un tremendo culo redondo y unas tremendas tetas.
Melena negra que le llegaba a su estrecha cintura y unos grandes ojos negros.
¡Qué ojos! Era preciosa.
La mujerona tenía una hija de 14 años (la misma edad que tenía yo) que era un cuadro de su madre, pero sin desarrollar.
Aunque ya le salieran las tetas y tenía pelo abajo, lo supe el día que después de que hiciéramos una travesura, (robamos uvas en una huerta) en su casa, delante de mí y para avergonzarla, su madre, la puso en su regazo, le bajó las bragas y con una zapatilla de suela de goma amarilla le dio zapatillazos hasta ponerle las nalgas rojas, luego dijo:
-Voy a la tienda.
No te muevas de casa, diablesa, y a ti gamberro, te digo lo mismo, no te muevas de aquí hasta que lleguen tus abuelos.
Se marchó y le dije a mi amiga:
-Tu madre es una cabrona.
-No.
no lo es
-¡Si encima de pegarte puso las uvas en el frutero! Se las va a comer ella.
-Ella es así, y en lo de pegarme con la zapatilla, me gusta que lo haga.
Me pone cachonda.
A veces le pido que lo haga.
-¿Y te pega?
-Sí, por pedirle que me pegue.
-No estáis bien de la cabeza.
-Y tu tampoco.
Ver como me azotaba te empalmó.
Si te sentaste en la banqueta fue para que no se te notase.
-Me empalmé porque te vi la, la.
la.
-La parrocha.
Mi amiga se me acercó.
Cogió mi mano y la metió dentro de las bragas, Estaba chorreando.
Le dije:
-Quítate las bragas.
Se las quitó.
Hice que se inclinara.
Saqué la polla empalmada, que de aquella me medía unos 15 0 16 centímetros.
le levanté la falda y se la restregué en el chochito mojado hasta que le manché con mi leche el chocho y parte del culo.
En esto que llega la madre y me encuentra con la polla en la mano y a su hija toda llena de leche.
No sabía donde meterme.
Quise escapar, pero me atrapó, me cogió por una oreja y le dijo a la hija:
-Cierra la puerta con llave.
La hija cerró la puerta con llave, Pensé que no la iba a contar, que de allí no salía vivo, pero cual no sería mi sorpresa cuando, tirándome de la oreja, me dijo:
-Pasa tu lengua por mi coño.
Yo no sabía que lamer ni donde lamer, pero lamí aquel gran coño peludo y mojado.
Me soltó la oreja, y poniéndose en la posición en la que estuviera la hija, me dijo:
-Métemela en el culo.
Le metí la cabeza de la polla y ya me corrí (la hija, a mi lado, mirara atentamente como mi polla entrara en el culo de su madre) Seguí clavando su culo hasta que entró toda.
Yo le follaba el culo y ella con sus dedos se follaba el coño.
Al final se corrió y mojó el piso de la cocina.
Aquella mujerona, lo que tenía de cachonda lo tenía de sádica.
Al incorporase, le dijo a su hija:
-Lava su polla y chúpasela.
La hija obedeció a la madre.
Me lavó la polla con un paño mojado y después me la chupó.
¡Como chupaba la chavala!
Tan bien chupaba que se acabó tragando la leche de mi corrida.
Al acabar, la madre, me llevó a la habitación de la hija, Me dijo que me echara boca arriba en la cama, después le dijo a a hija que subiera encima de mí.
y fue la madre la que con su mano fue metiendo mi polla en aquel estrecho chochito, que no sangró porque mi amiga, con catorce años ya había sido catada antes, lo supe por la manera que se movía y porque se corrió cuando me corrí yo.
Al acabar, me dijo la mujerona:
-Ahora si te parece lo cuentas.
-Voy a contar voy.
¿Quién me iba a creer?
Al día siguiente fui a buscar a mi amiga, por si quería ir a robar fruta otra vez, pero ya andaba en el campo jugando a la comba.
Su madre, me dijo:
-Pasa que te quiero enseñar una cosa.
Al pesar adentro de la casa, cerró la puerta con llave y lo que me enseño, al desnudarse, me acabó dejando la polla mirando al techo.
Vi sus teta, grandes, como dos melones, con unas areolas del color de las ciruelas y unos pezones, que parecía que me querían empitonar, y al sacar sus bragas blancas vi un bosque de pelos negros que me hipnotizaron.
Usain Bolt.
a mi lado un aprendiz de la velocidad.
Pasé de estar vestido a estar en pelotas en menos de 5 segundos,
Se echó en la cama.
Quise entrar a matar, y ella me dijo:
-Échate a mi lado.
Me eché y me besó.
Sus gruesos labios besaron los míos.
Su lengua me llenaba la boca.
Aquello no era besar, era abusar.
Después me dio las tetas a chupar.
¡Eso sí que me gustaba! Me cansé de lamer chupar y mamar.
Era su turno.
Me cogió, la polla y se la llevó a la boca, ni diez segundos tardé en eyacular en su boca.
Se bebió la leche de mi corrida con unas ganas que parecía estar sedienta.
Me volvió a besar para ponerla dura de nuevo.
No le costó ningún trabajo.
Pensé que llegara la hora de follarla, pero no.
Se me subió encima y poniendo el coño delante de mi boca, metió tres dedos dentro de él y se masturbó.
Poco después.
Su respiración se aceleró.
En mi boca comenzaron a caer unas gotitas de flujo que fueron en aumento hasta que cayó un chaparrón.
¡Cómo se estremecía la putona! Yo, que me estaba tragando su flujo,, y la verdad era que me gustaba.
Le lamí el chocho y saqué de su garganta unos gemidos que nuca olvidaré.
Acabó de correrse, Cogió un condón en la mesita de noche.
Me lo puso, y la muy viciosa, con la mano, metió mi polla en su coño y me folló.
Tres veces me corrí antes de que ella, me dijera:
-Eres la cosita más dulce que una mujer se pede encontrar.
Me besó y se corrió entre gemidos y convulsiones.
Acabé con los huevos de jugo.
Oímos como mi abuela me llamaba.
Tenía que ir, ella no usaba la zapatilla, si la desobedecía me tiraba los zuecos a la cabeza y tenía muy buena puntería.
Se agradecen los comentarios buenos y malos.
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