Sucedió una noche.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por juandeldiablo1957.
Desde de que me quede solo, tuve necesidad de hacer el aseo de mi casa, después de un rato esta cosa me aburrió y tuve la necesidad de buscar a alguna persona que se hiciera cargo de ello de entrada por salida.
Sin más, elabore varias cartulinas y las pegue por diferentes partes de la colonia en donde vivo, como a los tres días tocaron a mi puerta y me encontré a una señora, ya entrada en años, preguntándome por el empleo, yo a ella ya la conocía de vista de hace tiempo.
Después de darle detalles de lo que iba hacer, llegamos a un acuerdo en la cantidad que le iba a pagar y en el horario de su trabajo.
De lo anterior ya tiene dos años.
Desde principios del año pasado, ella empezó a hacerse acompañar de su hija, esta era una chamaca de muy buen ver y de un mejor tocar, era medio desmadrosa, era del tipo de chavas que viven en el barrio desinhibidas y un poco atrevidas, combinación, que da como resultado que se las pasen a formar a temprana edad sin ningún problema, no pensé más en ella porque era menor de edad, pero me imaginé que ya sabía lo que era el sexo.
Con el tiempo le agarre confianza, al principio yo estaba presente cuando hacia el aseo, pero con el tiempo le permití que lo hiciera, sin que yo estuviera presente.
A principios de este año, de vez en cuando me encontraba pequeñas tanguitas echas bolas abandonadas en el baño.
Un día tome una y se la mostré a la señora, y le pregunte si eran suyas, nada más por preguntar, pero yo sabía que no eran de ella.
porque era una persona mayor, ella bastante turbada, me dijo que no sabía de quien eran, pero muy dentro de mí intuía de quien eran.
Cuando vi a la chamaca, le pregunte imperativamente mostrándoselas si eran suyas, ella al principio se sonrojo y después riendo acepto que eran de ella, ella me conto que un día se bañó en mi baño y por la prisa se le olvidaron.
A principios del mes de febrero, la hija de la señora cumplió 18 añitos, por lo cual me invito a su fiesta.
Es curioso, en la colonia en donde vivo la mayoría de la gente anda sin lana, pero a la hora de hacer fiestas echan la casa por la ventana y esta no fue la excepción, hubo baile, botana y toda la cosa, la verdad me la pase muy bien y obviamente hubo las felicitaciones de rigor y el abrazo a la cumpleañera, yo aproveche para sentir su cuerpo joven junto a mí.
Después de darle su regalo, en ese aspecto me puse muy esplendido, ya que era caro, ella al abrirlo, no sé, si fue por agradecimiento me dio un sonoro beso en la boca, para mí, fue como una descarga eléctrica que me produjo una buena erección, turbado me retire de ahí.
Por algún tiempo seguía pensando en ese beso que ella me dio.
Muchas veces me la encontraba en mi camino, la saludaba, le decía cosas lindas, tales como estas, “que linda te ves”, “hoy es mi día de suerte por haberte encontrado”, etc.
, etc.
, y muchas veces la encontré fajando con su novio, yo me decía, que pinché envidia, aunque no tenía un gran cuerpo, por el simple hecho de ser joven me excitaba mucho.
Ella era güerita, tenía el pelo largo de color morado que le pasaba los hombros, menudita, esbelta, no era muy exuberante en carnes, tenía un par de tetitas no muy grandes, una breve cintura y unas caderas no muy anchas, con un par de nalguitas paraditas no muy grandes, era por decirlo una barbie de carne y hueso.
Cierta noche de a mediados de febrero, al llegar a mi casa vi las luces prendidas y luego me imagine que a lo mejor mi hija estaba en casa, eso me excito, por lo que apresure mi entrada, en la sala no estaba mi hija, estaba ella sentada con las piernas cruzadas, ella se levantó y pude apreciar su hermoso y frágil cuerpo enfundado en un vestido largo tipo bata que se pegaba a su cuerpo dejándome ver sus tetitas pequeñas y el contorno de sus caderas.
Me le acerqué y sin decir nada, porque no había nada que decir, la atraje hacia mí y nos empezamos a besar muy lentamente, sin prisas, para que, si la noche era nuestra, le besaba su cuello, mientras que con mi mano le sobaba sus nalgas y se las apretaba suavemente, le empecé a quitar su vestido, mientras sin dejar de besarla yo trataba de quitarme la ropa.
Termine de quitarle su vestido y ella quedo completamente desnuda, ya que abajo no traía nada puesto, la deje de besar, la tome de su mano y la conduje hacia mi recamara, ya estando ahí, me separe un momento de ella para contemplar su deliciosa desnudes, no era un exuberante cuerpo lo que veía, pero me excitaba mucho el saber que iba a saborear ese joven cuerpo de mujer y eso para mí ya era ganancia.
La tome por la espalda y mientras le besaba su cuello, con las manos le acariciaba su denudo cuerpo, le sobaba sus tetas y mi mano se perdía en su entrepierna acariciando sus labios vaginales, para mi gusto ella estaba casi pelona.
La tendí suavemente en la cama y la empecé a besar su boca, su cuello, me entretuve un rato en sus ricas tetas, aunque eran pequeñas eran duras y sabrosas.
Mi boca y mi lengua recorria su torso, le di de lengüetazos en su ombligo haciéndola gemir de placer, continúe con mis besos hasta llegar a su entrepierna, ella abrió sus piernas y yo me hundí en su vagina, oliendo, saboreando y recorriendo con mi lengua todos los rincones de su cosita sabrosa.
Ella gemía y gritaba de placer al sentir mi lengua recorriendo todo el interior de su ser, de vez en cuando veía hacia arriba, para ver que gestos hacia, abría la boca resoplando de placer, del placer que le estaba dando con mi lengua.
Me levanté un momento, solo para ponerme un condón, ya que sentía la urgencia de penetrarla, no era virgen, de eso me di cuenta cuando me estaba comiendo su quica, para mí eso no es importante y no, porque no me gustara desflorar a una nena, si no, porque, es difícil gozar con la sangre presente.
Hincado, le pase varias veces la cabeza de mi verga por sus labios, luego me acomode sobre de ella, mi cuerpo casi cubría su cuerpo menudo, ella estaba sometida a mi totalmente, pase mi brazo por debajo de su pierna y así la penetre de un solo envite y me le empecé a coger suave, muy suavemente, sin prisa, entre beso y beso le decía que rica estaba y muchas lindeces más.
Ella gritaba, se revolvía de placer debajo de mí, me arañaba la espalda, le coloque sus piernas en mis hombros y la empecé a penetrar a toda velocidad, cuando la estaba besando sentí sus labios fríos, señal que estaba alcanzando un orgasmo, así que le metí más velocidad a la penetrada, ella ya no gritaba, nada más boqueaba por los orgasmos que estaba experimentado, cuando sentí que yo iniciaba el viaje sin retorno, se la metí toda de un solo envite y me vine dentro de ella como un loco, si no hubiera tenido condón, la hubiera inundado de leche.
Yo la seguí besando, ella con trabajos contestaba mis besos, lo que más me excitaba es que tenía los labios fríos, señal que la había hecho gozar, entre beso y beso, yo le decía que ella era una chica maravillosa y que me había hecho muy feliz, en fin, cosas lindas que se les dice a las mujeres cuando uno termina de cogérselas.
Cuando se recuperó, se abrazó a mí y se quedó dormidita.
En la madrugada del otro día se despertó, me levante y me le quede mirando y le pregunte ¿Por qué, se había entregado a mí? Ella me contesto solo por gusto y para darme las gracias por el regalo que le di.
Le pregunte, ¿Quién fue el primero? Ella me dijo, te importa saberlo, le dije que sí, fue mi novio, me senté a un lado de ella y le pregunte, ¿Quién fue mejor? Tu papi, al oír esto, volví a sentir una erección, le dije, si yo soy el mejor, pues vamos a coger de nuevo y lo volvimos hacer.
Lo dicho.
aunque se ve algo frágil y muy modosita, es bien cabrona y muy astuta, cuando la despedí, me dijo la muy conchuda, si quieres que volvamos a coger, me vas a tener que dar otro regalo, yo le dije, si como no, espérame un ratito y hasta el día de hoy, es hora que sigue esperando.
Cuando le estaba haciendo el amor me di cuenta de que ella a pesar de tener 18 años, no era nuevo para ella el coger.
Después de un mes em la encontré en la parada de los micros, la salud, ni me pelo la muy cabrona.
En lo particular, no me gusta acosar a una mujer después de habérmela cogido, pidiéndole un taquito más, prefiero que ellas tomen la iniciativa, con el fin de que nadie me acuse de acosador sexual.
Saludos.
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