Sueños
Sueños eróticos que me despertaron eyaculando.
Bueno, qué te digo… me tomé los guaros y se me disparó la bilirrubina… me desnudé y me puse la pijama de tela y cargaderas delgaditas con mis tetas hechas de papié maché y mis sandalias rosadas a las que les inventé suplementos de tacón para caminar como si los tuviera puestos.
Cada vez me excitaba más e hice la maniobra de chocha: Me tomé el pene parado y lo fui metiendo dentro de mí hasta desaparecerlo. Ahora sí podía vestir muy puta.
Me puse medias de dedos destapados y liguero y me imaginé estar en un bar de travas.
Caminé de aquí para allá viéndome en los espejos y fingí sentarme a una barra conversando con el bartender:
– Qué le sirvo – me dijo el joven como de 30, moreno, ojiverde y crespo
– Guaro doble con cerveza al lado –repuse
En mi sueño, un señor cuarentón se sentó a mi lado
– Hola, soy Javier, dueño de este bar… no te había visto
– Es mi primera vez
– y ¿Qué quieres?
– Divertirme, o no estaría aquí
– Cómo quieres hacerlo? – Me subí la falda para que viera bien mis nalgas enfundadas en medias de mallas
– Como se presente – dije.
– Eres muy bella y me excitas – me dijo
– ¿De veras? – repuse muy coqueta pasando mi lengua por mis labios rojos
Me besó y me metió la lengua… chupé su saliva y se me paró tanto que me me salió de su escondite. Le mandé la mano a la entrepierna y vaya que lo tenía bien parado
– Uy, qué rica verga
– ¿Me la mamas?
– Por supuesto – se le agarré con mi mano izquierda y con la derecha me metí 3 dedos en el culo
Se la mamé desde besarle su, parada verga a todo lo largo hasta detenerme en el glande y recorrerlo con mi lengua mirándole a los ojos… quería que me viera gozando su pinga en mi boca
– ¿Te gusta que te lo mame?
– Me encanta, no pares – me dijo
Me tragué toda su cabecita y seguí mamando hasta llegar a su peludo pubis… Me atraganté y me dieron arcadas… era polla era muy grande
– ¿Qué pasó? Es que no te gusta?
– Claro que me gusta pero es muy grande… quizás no no quepa en el culo
– Te cabrá; déjame acomodarte – Me hizo poner de rodillas con las nalgas paradas, me la puso en el ano y empujó. Brinqué
– Qué dolor tan hijueputa… mejor dejemos así
– Qué??? no me vas a dejar con las verga parada
– Es que dolió mucho…
– Duele un poco cuando entra pero luego querrás más
– Vale, dale – y me la enchufó entertita. Sí que me gustó y más cuando arrancó a bombearme
Me la metía un poco, la sacaba y me la metía más hasta que escuché el clap clap de su pubis contra mis nalgas… Waw, qué rico sentí esa dura verga entrando saliendo de mi culo… Yo seguía masturbándome y supe que me venía
– Me vengo… ya me voy a botar – solo gemía y seguía bombeándome duro
– Ya casi, papi… ya casi… yaaa – y se quedó quieto. Supe que se había derramado en mí.
Acezante se tumbó a mi lado, me pasé la mano por el culo que resumía su semen; con mis dedos recogí un poco y lo comí… Supo no muy diferente que el mío
– – –
Desperté con la pijama embardurnada de semen. Vaya sueño. Ojalá hubiera sido real… o tal vez lo podría hacer realidad?
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