Sueños y Deseos #1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por WolfXXX.
[…] nuestra travesura.
Nos pusimos de acuerdo para que vinieras a la casa un jueves en la noche. Ibas a estacionar en el lado opuesto del apartamento y a eso de las 6:30pm yo te iba a abrir la puerta. Entrarías en silencio. ¡Todo salió como lo planeado! Llegaste, entraste y fuiste directamente a mi cuarto. Yo tenía la música encendida en volumen alto. Exactamente teníamos el tiempo contado, de 6:30pm a 9:00pm.
Cuando cerré la puerta del cuarto al virarme, me besaste y comenzamos con un beso apasionado. Me dijiste “bebe hoy te voy hacer mío y yo seré tuya”. Continuamos besándonos y suavemente te acosté sobre mi cama. Comencé a besarte el cuello mientras te quitaba la ropa y me quitaba la mía. Comencé a besarte por el cuello y podía sentir el calor de tu cuerpo. Pase suavemente mis dedos por tu chocha y estaba húmeda, bien mojada. Suavemente fui bajando y tú me dijiste “papi métemelo primero y después me la mamas” y yo subí suavemente hasta poner la cabeza de mi vicho en la entrada de tu chocha. Estaba duro y bien hinchado, así besándote lo entre completo. Que rico se sentía, tu chocha me encharco mi vicho rápido. Estabas bien mojada, bien excitada. Tu olor era sabroso, me hacia la boca agua del deseo que tenia de mamártela. Lo sacaba y lo metía suave, romántico, fuerte y más tú gemías. Luego los movimientos eran más fuertes, tanto que cuando lo metía levantaba tus nalgas de la cama, mis bolas golpeaban tus nalgas y tus gemidos ya eran más fuertes que la música.
En una tire una sabana al piso y nos fuimos a ella. El ruido de la cama dando en la pared, era fuerte. Tu mirabas como mi vicho entraba a tu chocha y como cuando lo sacaba estaba totalmente mojado. Ahora que no teníamos que preocuparnos por el ruido de la cama, te lo metía más fuerte. Rápido, duro, entraba y salía mi vicho de tu chocha. Tu gemías diciendo “aaahhhh, más duro papi, más duro que estoy bellaca como a ti te gusta” y tus pedidos eran ordenes, porque cada embestida era tan fuerte que convertíamos el dolor en placer en cuestión de segundos. Me abrazaste y me dijiste que te ibas a venir y querías hacerlo en mi boca. Yo comencé a meterlo más fuerte y rápido hasta que me empujaste y me dijiste “abre la boca papi que aquí me vine”, arqueaste tu cuerpo y enseguida me llenaste la boca con tus orgasmos. Yo deseaba tener mi boca en tu chocha, olerla, chuparla, saborearla. Me chupe tu orgasmo y me pegue a tu chocha a chuparla tanto que a penas podías mirarme de tanto placer que estabas teniendo.
Yo pase mis manos por debajo de tus muslos, tus nalgas descansaban encima de mis antebrazos y mi boca y cara estaban en tu chocha. Me excitaba todo, el olor de tu chocha, el sabor, me gustaba mirarla y me excitaba que no te la habías afeitado. Así peluita, mojada, rosita oscuro y bien hinchada, uf, me tenias amarrado con la lengua y la nariz dentro de ella. El tiempo se fue rápido. Ya eran las 8:45pm y yo mamándote la crica. Te habías venido dos veces más en mi boca y cuando miraste el reloj me dijiste “mi amor tengo que irme ya casi es hora” y automáticamente te levante y te puse de rodillas para que me lo mamaras. Te lo echaste a la boca y lo mamaste fuerte, se puso bien grande y duro; tú no parabas de mamar y entonces te levante y te puse en cuatro. Esos 15 minutos fueron cogiéndote con todas mis fuerzas, bien salvaje, me agarre de tus caderas y lo metía fuerte que te levantaba los pies del piso, me agarre de tu pelo y te daba nalgadas duras, tus gemidos eran fuertes y más duro lo entraba y lo sacaba.
Tanto fue que me llego el olor a sangre. Te había acabado de bajar la regla y tenias mi cama y el piso con sangre, al ver mi vicho empapado de tus orgasmos y sangre, me descontrole. Entonces si comencé como todo un animal. Te lo metí tan fuerte que tú ya no aguantaste y te acostaste en mi cama. Solamente estabas de rodillas con las nalgas paradas y yo aguantándote mientras te lo metía. Estaba siendo tan salvaje que tus gemidos eran suaves porque ni fuerzas tenias para gemir. Tú me mirabas mientras yo me movía hacia atrás, luego hacia al frente y hacia arriba. Eran las 9:30pm y yo todavía cogiéndote, no quería parar hasta que me vine fuerte dentro de ti. Tu abriste tus ojos al sentir la presión de mi leche llenarte la chocha. Yo seguía moviéndome suave y tú me señalabas la hora. A mí no me importaba, yo tenía a la mujer que deseo, en cuatro, yo metiéndoselo y nada me iba a quitar ese deseo. Sentí los pasos de que había llegado, tú te asustaste pero yo no paraba de moverme. La adrenalina de que te sorprendan excita más. Yo apague la luz, la puerta con seguro y el toco la puerta suave, luego siguió para su cuarto. Tú hacías fuerza para despegarme de ti hasta que nos pusimos cara a cara. Me dijiste “amor como voy a salir de aquí” y yo riendo te dije, dame una hora más y entonces. Tú estabas nerviosa y de momento comencé a besarte, a acariciarte el pelo, nos deslizamos hasta el piso y lentamente comencé a metértelo de nuevo.
Tú te calmaste. Te quejabas en mi oído para que yo lo escuchara y te bombeara más. Estuvimos 2 horas sin parar. Tú te venias, yo me venía. Tú me abrazabas, me aruñaste la espalda, me mordiste los hombros, el cuello y yo abrazado a ti metiéndotelo fuerte. Mi cuarto olía a sexo, olía a ti. Cuando dejamos de sentir movimiento fuera del cuarto, te saque el vicho dejándote la chocha llena de leche. Cuando te levantaste yo te puse en cuatro, tú me dijiste “que vas hacer amor, tengo que irme” y yo te dije, tú no te vas sin yo comerme tu culo. Comencé a chuparte las nalgas, a pasarte la lengua por la chocha y el culo. Tú me decías “bebe, ya es tarde, me tengo que ir” y cuando me levante tu viste mi vicho bien parado. Me dijiste “no te puedo dejar así, eres un bellaco malo”, te bajaste me lo mamaste fuerte, cada mamada yo sentía como él se ponía aun mas grande y tú querías arrancármelo. Te subiste y me dijiste “cógeme fuerte por el culo, tan fuerte que me duela mucho” y te pusiste en cuatro.
Tu culo estaba bien apretado y cuando acomode la cabeza de mi vicho, ella era dos veces más grande que tu culo. Te entre el vicho de uno solo. Tú me miraste y estabas roja aguantando los gemidos. Yo comencé a metértelo como una bestia salvaje. Tu tenias la cara en mi almohada y aun así se podían escuchar tus gritos, yo no paraba, sentía como tu culo encharcaba mi vicho. Tus pezones estaban bien parados. Yo te levante de un jalón de pelo y lleve tu cuerpo completamente hasta el mío. Yo te lo metía fuerte y veía como de tus ojos salían lagrimas y me decías “no pares papi, me duele, me duele, no pares, uf, aaahhhh, que rico papi, rómpemelo que soy tuya” y mas llorabas y te quejabas haciendo que mas fuerte te lo metiera. Estuvimos más de una hora, yo rompiéndote el culo. Con mi mano derecha te apretaba las tetas y con mi izquierda metía mis dedos en tu chocha y mi vicho completamente en tu culo. Tu cerrabas las nalgas para apretarme el vicho y más duro yo te lo metía. Cuando me vine te lo deje dentro de tu culo.
Nos besamos y cuando te lo saque te había dejado el culo bien abierto bien rico. Eran las una de la mañana y tu sentada en la orilla de la cama con mi vicho en tu boca. Entonces te paraste y me dijiste “yo no me voy de aquí hasta que tú te vengas en mi boca, me llenaste la chocha de tu leche, también el culo y ahora me vas a llenar la boca” y te volviste a sentar y comenzaste a mamármelo. Uf, perfecto, duro, fuerte, como me gusta, como tú sabes hacerlo. Estuviste un buen rato hasta que me vine, cuando me vine comenzaste a chuparlo con más fuerza y lo apretabas con las manos y los labios. Yo sentía que me lo ibas a arrancar. Que rico. Te llene la boca de leche y nos abrazamos.
Me dijiste “hoy me has dado vida, quiero ser tuya y que seas mío, quiero venir aquí a que me lo metas y quiero llevarte a casa a que me lo metas, quiero hacerlo contigo todos los días”, nos besamos y me dijiste “crees que podamos hacerlo todos los días” y yo me reí y te dije “claro mami, todos los días, en todos los lugares que podamos”. Te acompañe a la guagua y cuando llegaste a tu casa eran las 3am. Me llamaste y me dijiste “me encanto, quiero más” y me enviaste una foto tuya sin ropa, de tu chocha y de tu culo como habían terminado. Yo te envié una foto de mi vicho y luego nos acostamos.
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