Susi la niña huerfanita {Capítulo 2}
Esta es la segunda parte de la historia. .
Capítulo 2
El inicio del placer
Mientras Aimi le dijo a la mamá que iba a adoptar a esa niña esta se puso feliz, la madre siempre quería que Aimi tuviera una hija y apoyó a decisión, le pidió a la madre que le diera comida y la bañara. Mientras tanto Aimi se dirigió al burdel y preguntó por alguien que falsifique esas cosas, y lo consiguió, por un precio alto consiguió el pasaporte falso de Susi como si fuera su hermana. Después de finalizar las vacaciones Aimi iba en el avión de vuelta con Susi la cual estaba muy emocionada y nerviosa por ese cambio radical en su vida.
Susi tenía miedo de subir al avión; le daban vértigo las alturas. Pero Aimi la distraía para que no se asustara, preguntándole por sus padres y cómo terminó en la calle. Susi sabía que era por falta de dinero, aunque no recordaba mucho más. La realidad era que su madre era ama de casa y su padre, conserje. Tenían cuatro hijos: Susi, la mayor con ocho años; un hermano de seis; una hermana de tres; y un bebé de nueve meses. La situación familiar era crítica por la situación del país y el padre, un hombre incompetente, decidió llevarla al centro de la ciudad y abandonarla para que alguien más se hiciera cargo de ella. Pasaron cuatro meses hasta que Aimi llegó a su vida.
Se bajaron del avión y luego fueron a una tienda de ropa para terminar de comprarle varias prendas. Aunque Aimi escogió casi todo, quería vestirla con lo más lindo y sexy posible. Finalmente, llegaron a casa. Susi estaba impresionada al ver la casa de Aimi; aunque era una casa normal, a sus ojos era un palacio. Donde más emocionada estaba era en la cocina: cosas cotidianas para Aimi, como cereales o galletas, eran un sueño inalcanzable para Susi.
Aimi tenía a Susi en casa y estaban totalmente solos, él estaba anonadado de la belleza de ella, sin la ropa sucia, bien limpia y feliz era una niña totalmente diferente y perfecta, tenía muchas ganas de ponerla a hacerle de todo. Pero él era paciente, porque en el fondo sabía que iba a ser suya y quería ir poco a poco para disfrutarla lo máximo posible, además no quería asustarla, ya que debía hacer que la niña viera todo muy natural. Pero Susi le preguntó unas horas después de llegar a casa:
— ¿y bien? Dime qué es lo que tengo que hacer ¿O a qué es lo que vamos a jugar? —Dijo susi mirando a Aimi, ella no tenía ni idea de qué es lo que quería Aimi.
—Tranquila, por ahora adáptate a la nueva vida, tú tranquila. —Mencionó Aimi con una gran excitación, que la niña le preguntara eso lo calentó mucho; pero se aguantó, además estaba cansado del viaje.
Descansaron, vieron películas, comieron, y ya en la noche Aimi le pidió que se ponga el pijama, era un short rojo muy apretadito y corto donde sus nalguitas relucían, también un top rojo sin mangas, se veía muy sensual a los ojos de Aimi. Él se quitó la ropa quedando en bóxer y le dijo a la niña que ya era hora de dormir; evidentemente la niña no sentía atracción ni excitación al ver Aimi, ya que los padres de Susi nunca le enseñaron nada sexual; pero Aimi también se veía muy sexy, era un chico que, aunque no tenía casi nada de músculos, se mira le marcaba muy rico el pene en el bóxer, y Susi con su pijama se veía muy divina y deliciosa también.
—Tendremos que dormir juntos, ya que no tengo otra cama. —Mencionó Aimi mientras se metía en las cobijas.
—¡De acuerdo! — Ella se acurrucó en la cama muy contenta, no sin antes saltar en la cama de alegría; como mencioné antes, cosas muy básicas de la casa, para ella era un motivo de celebración, estaba demasiado contenta.
—Buenas noches hermosa. —Dijo Aimi dándole un besito en la mejilla muy cerca de la boca.
—Buenas noches Aimi. —Respondió Susi.
Una vez Susi se durmió, Aimi tenía el pene muy duro, la sola presencia de la linda Susi en su misma cama lo llenaba de imaginación, pero siguió siendo paciente, pues iba a esperar una semana para jugar con ella. Aun así, él se pajeó a su lado, sintiendo la piel de ella mientras dormía y finalmente se vino en su bóxer; el placer de una paja al lado de Susi, era mucho mejor que las pajas de las prostitutas.
Así estuvo durante los próximos seis días, él durmiendo con Susi, con forme pasaban los días y se encariñaba y tomaba más confianza, al punto que él dormía de cucharita con ella; aunque Susi a veces podía sentir algo duro en el bóxer de Aimi, no le daba importancia, no tenía malicia en absoluto. Aimi solo se masturbó el primer día al lado de ella, pero se contuvo los otros días. Después que la niña se adaptó completamente a la nueva casa y ella se encariñó con él, ya en la noche la llamó al cuarto.
–Listo Susi, creo que ya podemos empezar mis jueguitos y me puedes ayudar tal como prometiste. –Digo mientras le tocaba la carita con ternura.
–Claro que sí, dime que quieres te juguemos. —Respondió Susi con intriga.
–Mira los chicos como yo necesitan de vez en cuando sentir placer aquí abajo, yo cuando estaba en tu país, iba con unas mujeres que me daban placer a cambio de dinero, normalmente es un juego de grandes y por nada del mundo los niños deben participar, pero tú eres muy linda y creo que podrías hacerlo. —Dijo mientras ahora acariciaba el cabello rubio de Susi y miraba esa sexy pijama roja de short y top muy apretados.
—¿De qué se trata? no entiendo. —Respondió Susi.
—Hablo de hacerle cositas a mi penecito. —En ese momento Aimi se desnudó mostrando un pene de 10 cm sin erección. Susi se quedó mirando asustada; sus mejillas se sonrojaron instantáneamente, desviaba la mirada por la vergüenza; no tanto por el pene, sino por saber que Aimi estaba desnudo, pero sus ojos volvían a verlo segundo después, eso a Aimi le encantó y él siguió la explicación. —bueno los chicos cuando sentimos muy rico, por aquí nos sale semen, que es como una lechita y eso nos hace muy felices. Necesito que tú me ayudes a sacar esa lechita, ya que se siente demasiado rico.
—¿Y cómo hago eso? ¿No te molesta que te vea… eso? —Dijo señalando el pene de Aimi. —La gente le suele dar mucha vergüenza estar desnudos.
—Sí, pero entre novios no, y quiero que tú seas mi novia, en vez de verte como una hija, me gustaría verte como novia y justamente esto es lo que hacen los novios en privado.
—Pero… soy muy pequeña, ¿no se supone que a los chicos les gustan las mujeres con cuerpos grandes? —Dijo sorprendida de lo que dijo Aimi.
—A mí me gustas tú, tal y como eres, eres muy bonita, tu cuerpo así sin tetas ni trasero grande, es perfecto. —respondió mientras ponía una mano en su pecho y otra su culito. —Lo único que tienes que hacer es darme besos en la boca y sacarme la lechita, no es mucho lo que tienes que hacer.
—Está bien, hago lo que quieras, para eso me trajiste. —Respondió mientras se ponía mucho más sonrojada; se notaba que era algo muy raro para ella, jamás se imaginó que Aimi se desnudaría y le pediría algo así.
—Bien dicho mi pequeña, sabía que me harías feliz. —Respondió él.
En ese momento Aimi le dio su primer beso en la boca, mientras con sus manos tocaba sus glúteos, los pechos, la cintura y perdiéndose en sus labios durante un par de minutos, mientras palpaba toda su silueta infantil. Deseaba arrancarle la ropa y hacerla suya, pero se controló y le dijo:
—¿Viste mi pene? Estaba suavecito y pequeño; ahora míralo de nuevo. —Se puso de pie dejando su pene a la altura de su pecho.
—¿Qué le pasó a tu… cosa? —Digo sorprendida, viendo como ahora estaba dura y grande.
—Creció, cuando hago algo excitante como besarte o tocarte, mi pene se endurece y crece, para poder hacerte algo que luego vamos a hacer. Pero por ahora vamos hacer otra cosa para ir enseñándote estos juegos. Los chicos tenemos varias formas de sacarnos la lechita, hoy te explicaré una forma de hacerlo; lo harás con solo tus manitas. —Dijo Aimi mientras tomó las manitas de Susi y las besó.
—¿Yo, con mis manos? —Preguntó Susi con cara nerviosa.
—Sí, con tus manitas, tú solo harás esto. —Se empezó a masturbar frente a ella mientras le explicaba como se hacía. —¿Ves? Es fácil, y cuando me lo hace otra persona se siente aún más rico. —Luego tomó las manitas de Susi y las puso en su pene y la guio.
—Está calentito y se ve chistoso como se esconde esa cosa rosadita. —Dijo Susi.
La niña se le notaba mucho la vergüenza que tenía, Aimi la miraba y esta evitaba todo contacto visual con él, lo cual es normal, ya que era algo muy extraño y vergonzoso, pues les estaba tocando el pene a un hombre totalmente desnudo, minutos antes de dar su primer beso y sentir que le tocaron todo el cuerpo; no era que le disgustaba, pero era algo totalmente nuevo y muy raro.
—Me voy a acostar para estar más cómodo y que te sientes en la cama. —Digo mientras se relajó en la cama.
Aimi estaba acostado, Susi con torpeza siguió masturbándolo mientras ella estaba sentada encima de sus muslos, era un poco agresiva con los movimientos, pero Aimi estaba tan excitado que no le importó, aun así, le daba instrucciones a la niña para que lo hiciera mejor.
—¿Lo estoy haciendo bien? —Preguntó Susi.
—Sí, se siente muy rico, aprendes rápido, si lo haces más rápido me saldrá la lechita. —Aimi le tocaba el pecho a Susi sintiendo esa suave teña donde sentir sus pezones mientras seguían. —Se siente muy rico, ya casi terminamos, cuando yo te diga ¡Ahora!, lo harás a máxima velocidad.
—Está bien. —Dijo Susi mientras estaba muy concentraba en su trabajo; ella le parecía chistoso como Aimi gemía y se retorcía del placer. —¿Te está doliendo?
—No, es que se siente muy rico. ¡AHORA! —Gritó Aimi.
—¡De acuerdo! — La niña empezó a masturbarlo lo más rápido que podía, pasó 5 segundos hasta que Aimi se vino en 2 chorros abundantes de semen acompañados de un gemido; apenas salió el semen Susi se asustó y soltó el pene al sentir el líquido en su mano.
—No tenías que soltarlo tan pronto, cuando sale la lechita debes seguir un momento más, olvidé mencionarlo. Pero lo hiciste bien, eres preciosa; me hiciste feliz, muy muy feliz.
Susi dejó las manos quietas en el aire, sintiendo ese cálido liquido en las manos con curiosidad y algo asustada ya que era un líquido que nunca había visto. Luego preguntó:
—¿Ahora qué hago? Me cayó en las manos.
—Por ahora puedes limpiarlo con una toalla, pero sí quieres pruébalo; tendrás que acostumbrarte al sabor, ya que tendremos muchos juegos en dónde muchas veces tendrás que tragártelo. —Respondió mientras tomó la mano de Susi y probó su propio semen. —mmmmm, es rico cuando le tomas el gusto, es un sabor muy diferente pero las personas grandes se lo tragan cuando juegan a estos jueguitos. ¿Te animas a probarlo? —Tomó otro poco de semen que tenía en el pene con los dedos y se lo acercó a la boca de la niña.
—Está bien. —Dijo mientras ella abrió la boca y le chupó los dedos a Aimi; la curiosidad le había ganado. —Sabe raro y salado. —Aunque Susi no le daba asco; pues alguien como ella, comía lo que podía de los basureros cuando no le daban dinero, por lo que ella era la última niña que le podría dar asco un sabor.
—Lo sé, es un sabor raro, pero tendrás que acostumbrarte, pero tú tranquila, veras que luego disfrutaras beber mi lechita. —Dijo mientras le dio otro beso en la boca. —Además, te prometo que amarás estos jueguitos más que yo; porque yo también haré que sientas rico.
Esa noche por primera vez Aimi durmió desnudo junto a Susi con su pijama, pero ya Aimi tenía total confianza, la abrazaba, le tocaba el estómago y le acariciaba el pelo, pero no tocaba de más, para tener nuevas sorpresas y experiencias por varios días.
Continuara…
Q rico Bro me vine
Muy rico como avanzas con la putita, lento pero seguro, llegará el punto que se dejara coger duro en algun baño público? Beber orines y estar acostumbrada a hacer su servicio?
Que rica historia lo más rico es que la mama del personaje principal lo ve como su nieta, para el mundo es su hermanita y para el personaje principal terminará siendo su esposa/putita y futura madre de sus hijas jajaja, espero termine asi