Tamara 5
Vacaciones prolongadas. .
Nuevamente en el aeropuerto esperando la llegada de mi hija. Me avisó que se venía antes de lo conversado.
Venía con su maleta casi corriendo hacia mi.
– Papá! – me abrazó y me besó en la mejilla.
– Hija, que hermosa que estas! – dándole un beso en la mejilla. Permanecimos abrazados un momento, después tomé la maleta y nos fuimos al estacionamiento. Ahora, a sus 16 años estaba muy hermosa, parecía toda una mujer, salvo por su carita de niña.
– De manera que vines por todo el mes? – le pregunté mientras conducía de vuelta al departamento
– Sí, te molesta? –
– No mi niña, de ninguna manera, yo estoy feliz – respondí.
– Le dije a mi mamá que me venía por todo el mes –
– Y qué dijo ella ? – pregunté.
– Nada, qué iba a decir, es mejor para ella, así no molesto –
– Porqué dices éso? –
– Porque ellos también van de vacaciones y su pareja, quería que fuera con ellos. Le dije a mi mamá una vez más que el Mario me jotea, lo único que quiere es coger conmigo –
– Y qué dijo? –
– Nada, si ella sabe que es así es él –
– Que bueno que estés conmigo – le dije.
– Y yo estoy feliz – me dijo acariciando mi muslo por la cara interior.
– Acomoda tus cosas – dejando su maleta en su dormitorio –
– Después, primero quiero darme una ducha – dijo comenzando a quitarse la ropa.
– Bueno – le dije desabrochando el sostén a su espalda.
– Ahora tú – dijo sacando el cinturón y desabrochando mis pantalones. Sabía que éso iba a pasar, mi corazón latía muy rápido y mi erección era al 100%.
En la ducha nos abrazamos y nos besamos bajo el agua caliente.
– Papi, te amo – me dijo pasando mi miembro por su clitoris.
– Yo también te amo hija – la amaba más que a mí vida.
– Ahora, mételo – me dijo en un susurro muy alterada. La penetré con todo mi amor y cariño. Ella se quejó suavemente y se apretó contra mí. Era tanto la emoción que después de unos pocos minutos haciendo el amor acabamos casi simultáneamente.
Después de la ducha cenamos y no fuimos a la cama.
– Ay papi, te eché tanto de menos – dijo jugando con mi miembro que estaba de nuevo alcanzando su erección máxima.
– Yo también te eché mucho de menos, cada vez que te vas me siento muy sólo –
– No sé cómo pude aguantar un año sin verte –
– Cómo que un año viniste para las vacaciones de invierno, estuvimos toda la semana acostados –
– Si, pero un mes sin ti es como un año para mi – dijo subiéndose encima y cabalgándome lentamente. Acaricié sus firmes nalgas y chupé sus pechos mientras el galope fue tomando velocidad. Con sus dos manos sobre mi pecho, los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás, se quejaba en cada penetracion a fondo. Finalmente tuvo su orgasmo pleno, lleno de placer y satisfacción.
– Te amo, papi –
– Yo también te amo hija – no había acabado por lo que mantuve mi erección.
Después de recostarse sobre mí disfrutaba mi erección.
– Papi, tu no acabaste? –
– No hija, quería que tu lo disfrutarás –
– Y lo hago, créeme – después de unos minutos comenzó a moverse de nuevo. Tres orgasmos por uno mío fue el resultado.
Fuimos al baño y después a la cama nuevamente.
– Mañana trabajo, por lo que tengo que dormir ñe dije a mi hija –
– Yo también tengo sueño – dijo dándome la espalda y tomando posición fetal y apegando su trasero contra mi pelvis. La penetré suavemente y me acomodé para dormir, ella hizo lo mismo quedando muy pegados.
A mañana muy temprano desperté con una erección y estaba dentro de ella. No sabía si estaba así de la noche anterior o fue en la mañana. Acaricié su cadera y supierna, al subir mi mano hasta la cadera nuevamente, ella tomó mi mano y la llevó hasta uno de sus senos. Acaricié su pecho y con mi dedo pulgar acaricié su pezón.
– Hola hija – dije muy suave en su nuca besando luego su hombro.
– Hola papi – respondió con un estremecimiento como respuesta a mi beso.
Después de hacer el amor fuimos a la ducha, donde volvimos a hacerlo. Después tomamos desayuno y volvimos a la cama, hicimos el amor.
– Tengo que irme – le dije.
– No – dijo aferrándose a mí.
– Tengo que trabajar y lo sabes – no dijo nada, sólo me vestí rápidamente y con un beso me despedí y me fui.
Así pasaron dos semanas, llegaba en las tardes y ella tenía el departamento impecable, me recibía con besos y a la ducha, después del sexo en la ducha cenábamos y a la cama, sexo y a dormir.
Salvo los sábado y domingos que en las tardes salíamos a vitrinear y aveces a cenar.
Las dos semanas de vacaciones las pasamos en la cama, nos levantabamos al baño y a comer.
Cuando se fue tuve un sentimiento encontrado, por una parte iba a descansar y por otra parte iba a sufrir su ausencia.
Cuando el avión levantó el vuelo, sentí que mi estómago se apretaba y una angustia en mi corazón.
– Quédate! – le grité mentalmente.
Muy buena saga!
bien escrita, calienta mucho leerla
visita mis relatos buscando
alfredo chapelco