Tania y el mundo 1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por AndiCat.
Eduardo vivía cerca enfrente de mi casa. Cuando cumplí 16, él acababa de cumplir 11 y era bastante tontito.
Era, en realidad, un poco torpe y distraído; aunque dibujaba muy bien y se le daba mucho eso de vivir en un mundo de ilusión todo el día.
Sus papás no lo mandaban a la escuela, sólo a sus hermanos pequeños, así que él tenía que entretenerse platicando con todos y prestándose a encargos de casi todos los viejitos de la cuadra, quienes lo llamaban ‘Lalo’ de cariño.
Mi mamá le pedía que la acompañara al mercado para que le ayudara a cargar algunas cosas, obvio que siempre le daba algo de dinero, algún dulce o le compraba lo que quería. Incluso había veces en que se la pasaba en la casa, ayudándonos con los quehaceres o con alguna remodelación pequeña.
Un día que estábamos pintando la sala (“Es que no se ve tan alegre”, dijo mi mamá), Lalo y yo nos turnábamos para pintar la parte alta de las paredes, ya que era cansado estar de pie en la escalerita que nos prestaron. Él, delgado y bajito, tenía puesta una playera y unos pantalones viejos; yo me puse unos shorts de mezclilla (quizá demasiado cortos, pero eran para estar dentro de la casa) y un top deportivo. Soy bajita y delgada, con senos pequeños, pero tengo un muy buen trasero (¡afortunadamente!).
Ya había notado que se me quedaba viendo cuando me tocaba subir a pintar, pero se me hizo gracioso, así que lo dejé sin decirle nada. Pero esto cambió un poco cuando mi mamá nos gritó que saldría para traer algo de comer, pues a doña Flojita no le gusta usar mucho la cocina, y como iba a hacer algunos pagos en el banco, se tardaría un poco. Después de unos minutos de estar solos, Lalo empezó a acercarse mucho a mí cuando subía o bajaba la escalera, de manera que se pegaba a mi espalda diciendo que bajara o subiera con cuidado. Fue en este momento, y sin querer, que empecé a pensar en este niño de manera completamente erótica.
Sin pensarlo mucho, le seguí el juego pegándome también a él y estirándome de vez en cuando para que tuviera una buena vista de mi trasero marcándose en ese mini short que tanto le gustaba, pues ya le era difícil disimular su fascinación.
Como terminamos rápido, le dije que dejara las cosas ahí y que me acompañara a lavarnos la pintura; lo llevé al baño y le dije que se quitara la playera para lavarle los brazos. Sobra decir que se puso muy nervioso, pero aún así se la quitó. No puedo describir lo que sentí cuando vi su cuerpecito delgado, sin marcar, que me causaba un no sé qué… Me excitaba tener a alguien tan pequeño conmigo.
Le dije que le iba a quitar el pantalón para no mojárselo y lo desabroché. Él estaba cada vez más nervioso, pero creo que también excitado, aunque no era muy evidente que digamos.
Puse su ropa en mi cuarto y regresé con él. Abrí la llave del lavabo y tomé una esponja para humedecer sus brazos y su cara.
? ¿Cómo te siente, Lalito?, ¿estuvo pesada la pintada?
? No… Ps más o menos.
? Bueno, pues te agradezco que nos ayudes. Ya ves que nosotras solas no podemos hacer todo.
? Sí… No, de nada.
¡Me encantaba verlo todo nervioso!
Una vez humedecida su piel, tomé jabón líquido y lo extendí en sus brazos y su pecho. Hice espuma y comencé a tallar con mis manos la pintura. ¡Él no dejaba de ver mi abdomen y mi trasero! Realmente no sabía bien qué hacer, así que me aventuré a algo…
? ¿Sabes, Lalito? Ahorita que te veo así, eres muy afortunado de tener un cuerpo tan bonito. Serás muy guapo cuando crezcas. ¡Y ya de por sí, eh!
? ¡Ay, no, ¿cómo crees?! Ps no, jaja.
? De veras, hasta te veo lindo de aquí ? Y me atreví a tocar su tetilla con mi dedo ? ¡En serio!
? ¡Ay! Jaja.
Ya que estaba en este punto de animado y alegre, tomó confianza para poner su mano en mi muslo mientras le enjuagaba el jabón.
? Y dime, ¿te cansaste mucho?
? No… Estaba fácil.
Y sentí que su dedo índice se deslizaba hacia arriba y tocaba el extremo de mi short.
? ¿Te gustó cómo quedó? Mi mamá quería el rosa.
? Ps sí, quedó bonito el amarillo.
Su dedito entró debajo de la mezclilla e, incluso, debajo de mi tanga. Sentí que su mano temblaba por los nervios…
? ¿Te gusta sentir mi pompi, Lalito?
? ¡Ay, perdón! ¡No te enojes! Yo…
? Tranquilo, Lalito… Me gusta…
? ¿Sí?
? Sí, no te preocupes, ya te dije que eres muy lindo…
Me separé de él, me quité el bra y me encantó su expresión de asombro. Ya dije que no tengo senos grandes, pero me siento cómoda con ellos y parece que a Lalito le encantaron.
? ¡Mira, ya estamos igual!
? Ah… Sí…
? Ven, Lalito.
Lo tomé de la mano y lo llevé a mi cuarto.
? Lalito, ¿crees que soy bonita?
? Sí, claro que sí… Es que, sí me gustas…
? ¡Ay, Lalito! ¡Gracias!
Lo abracé y nos sentamos en la cama. Simplemente seguí hablándole y tocándolo; en ese momento, sólo quería tener contacto ligero con él.
? Yo creí que no te gustaba, que tenías novia o algo así.
? No… Ps es que sí eres muy bonita… ¿Me dejas tocarte?
? ¿Y qué quieres tocar?
? Ps tus bubis… Es que son muy bonitas…
? Ah, o sea que te gustan… Sí, toca si quieres.
? Bueno…
Y puso su manita derecha en mi seno izquierdo.
? ¿Ya habías tocado una antes?
? Sí, pero no como tú…
? Órale, ¿de quién?
? Una amiga de la escuela, en una fiesta.
? ¿Estaban jugando?
? Sí, ps me tocó tocarla a mí…
? Y, ¿hay algo que quisieras hacer y esa vez no pudiste?
? Sí, ps quería darle un beso, pero ps estaban todos ahí…
? Ok. Pues dale un beso, Lalito…
? ¿De veras?
? Sí… Me gustaría ayudarte a hacer lo que quieres.
Despacio, pero convencido, se acercó a mi pecho y me dio un tierno beso, justo en mi pezón. Cerré los ojos, dispuesta a disfrutar al máximo esta oportunidad.
? Continúa…
Inmediatamente comprendió que podía hacer lo que quisiera. Comenzó a chupar mi pezón izquierdo mientras tocaba el otro con su mano… ¡Lo hacía muy mal! Pero hasta eso me encantaba, pues tenía a un niñito a mi disposición. Lo detuve.
? Oye, despacio, no tenemos prisa, ¿sí?
? Ay, perdón… Es que…
? Mira, te voy a enseñar cómo…
Comencé por besar sus labios mientras sujetaba sus manos en mis senos. Bajé por su cuello, acariciando su espalda. Llegué a sus tetillas y comencé a lamerlas y besarlas suavemente.
? ¿Te gusta, Lalito?
? ¡Sí! ? El pequeñín ya estaba aprendiendo y disfrutando este contacto ? ¡Sí, así!
De pronto, sin pensar bien por todo lo que estaba sintiendo, noté que me ponía las manos en el trasero.
? Lalito, ¿quieres continuar?
? Sí, yo sí.
? Ok, esto será entre nosotros, ¿entiendes?
? Sí.
Me levanté, le di la espalda y me bajé el short con todo y tanga, de manera que viera directamente a mi trasero. ¡Por fin vi una erección en su bóxer!
? ¿Te gusta lo que ves?
? Sí, mucho.
Volteé a verlo y lo levanté de la cama, le di otro beso en los labios y me puse de rodillas.
? ¿Está bien si lo bajo, Lalito?
? Sí… Sí…
Bajé su bóxer y pude ver un pequeño pene ya erecto, con unos testículos duritos y casi sin bello. Aún de rodillas, puse mis manos en su nalguitas y empecé a besarlo por todos lados. Me encantó sentir sus nalgas en mis manos, eran muy suaves.
? Lalito, ¿quieres que siga también?
? ¡Sí! Por fa, sí.
? Ok.
Besé una vez más la punta de su pene y mi lengua comenzó a recorrerlo lentamente. Cuando ya estaba lo suficientemente a gusto, empecé a chuparlo poco a poco. Y justo cuando me decidí a hacerlo más rápido, ¡se vino en mi boca! Nunca había recibido una corrida dentro de mi boca, así que fue algo nuevo para mí.
? ¡Ay, perdón, no era mi intención! Ps es que…
? Tranquilo, Lalito, no pasa nada ? Lo tragué ? Me gustó.
? Ah, bueno.
Lo acosté en la cama y seguimos besándonos y tocándonos lentamente. Prometí que le enseñaría más cosas en otra ocasión; al fin que ya casi es de la familia.
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