TE PARECES A MI MAMA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
¡Hola preciosas!
Les relato una de mis aventuras. La verdad, soy una trangender vieja, 59 años, pero muy puta y ¿saben qué?, he descubierto en mi experiencia con hombres, que a culo dispuesto, verga lista.
No tengo problemas para ligar hombres, jóvenes ó viejos, para bajarme la calentura y me toman hombres de cualquier edad, solo basta con que detecten que mi culo está dispuesto para recibir verga ¡y lo demás ocurre por sí mismo!.
Tengo mi lugar preferido para la búsqueda de verga: un pequeño barecito en el centro de la ciudad, frecuentado por travestis y hombres dispuestos a cumplir sus fantasías.
Una de tantas noches, llego al lugar vestida con mi atuendo preferido: minifalda blanca muy ajustada, cabello blanco oxigenado, maquillaje obscuro en tonos azules e índigos, tanga y brassier blancos, zapatillas de tacón muy alto. Nada de pantimedias, solo mi piel desnuda.
Como la perra que soy me contoneo por el lugar y tomo asiento, cruzando mis piernas y dejando ver algo de mis encantos. Tomo hormonas femeninas de hace largos años y he obtenido un cuerpo nada desdeñable de mujer: nalguitas redondas, piernas torneadas y senos copa A.
No tarda en llegar la bebida pagada por alguien: brindo coqueta a la distancia, lo invito a mi mesa y acude raudo. Un bello joven, inexperto por su balbuceo y casi quiere recitarme el romeo y julieta para conquistarme.
Soy muy directa y le digo al oído: "si quieres cogerme, sólo invítame y lo hacemos".
Sorprendido me dice que sí, y lo atrapo en un largo beso, le muerdo sus labios, hundo mi lengua en su boca y él me corresponde ávido, inexperto, deseoso de quedar bien conmigo, de ganarse mis favores sexuales.
Platicamos largamente y después de varias copas, me toma a un motel de las cercanías. Abandonamos el lugar, tomados de la mano y sigo el camino que tantas veces he seguido de la mano de otros hombres maduros y viejos, tantas veces caminado en resonar de zapatillas de mujer, a coitos en lugares obscuros, camas rechinantes en un rico compás de penetración y deseo, orgasmos ruidosos algunos, silenciosos otros; semen en mi boca que trago con gusto y placer y la mayoría de las veces, absorbido en las profundidades de mi recto. Vergas pequeñas, otras memorables por lo enormes, pero con un común denominador: es a una mujer a la que toman, a la que usan, a la que desean, a la que perfuman con su leche.
Pero éste hombre-niño lo siento diferente y le pregunto: ¿por qué te gusté? a lo que me responde: te pareces a mi mamá.
No voy a defraudarlo, vamos en su coche y lo beso tiernamente al estar juntos y solos en el interior del mismo.
Lo acaricio, lo beso, le susurro que lo amo, que me gusta y que es mi chiquito, mi niño, que soy suya, que haga conmigo lo que quiera, lo que desee y le plazca, soy su mamá y lo cuido, lo amo, lo deseo y quiero que me coja, que me haga suya, que me hunda su verga, tantas veces manoseada en puñetas nocturnas, pensando en ella. Pues bien, estoy aquí ahora, me parezco a ella, está bien, haré realidad tu fantasía y yo lo disfrutaré, al fin y al cabo: soy una especie de "sanadora".
No hemos ni arrancado y el niño, me arrebata con besos apasionados, con caricias deliciosas en mis piernas, nalgas, toma uno de mis senos y lo mama con dulzura primero, con pasión, después, siento su amor, su necesidad, me mama mis senos una y otra vez, comienzo a gemir de puro placer, de pura necesidad, es mi niño, mi chiquito y lo amo, él me ama también, cree que soy su mamá, me abraza, me hace sentir su necesidad, en gemidos, le pido que arranque y me lleve al motel para poder amarnos, he tomado el papel de su mamá y me sienta bien: lo acaricio con ternura, lo beso, le digo cosas bonitas al oído, cosas que una mamá dispuesta puede darle a un hijo que la necesita, que la desea, que quiere poseerla para realizar su gran amor.
Llegamos al motel paga la entrada y la habitación, el encargado me desnuda con su morbosa mirada, lo ha hecho muchas veces antes, me recuerda en compañía de muchos otros hombres, camino recorrido para ser poseída, para ser mujer. Sé que algún día voy a ser suya, lo desea muy intensamente y no se lo negaré, será otra historia, pero no hoy.
Se estaciona a la entrada del cuarto, abro la puerta y mis piernas al salir, me toma y mete sus manos en mi entrepierna, me acaricia, aprieta mi cosita, me besa con urgencia, correspondo a su pasión y tomo su pene, con prisa, desbrocho su pantalón y hundo su cabeza en mi boca. Largo rato, ávida le ruego que me lleve al curto, lo hacemos y una vez dentro, damos rienda suelta a nuestra pasión. Me sorprende con su violencia, como si se le hubiera dado el momento, tantas veces esperado, tantas veces deseado: me mama todo mi cuerpo, sin excepción, estoy sorprendida y muy caliente, le digo mi chiquito, mi niño, tomo su enorme verga, dura y comienzo a mamarla, chupo sus testículos, él toma con urgencia mi boca y me repite una y otra vez: mamá.
Me despoja de mis pantaletas, arranca mi bra, desnuda, dispone de mí: comienza la labor de penetración. Me llama su mamá, que me ama, le correspondo con besos, con palabras tiernas, hasta que su enorme y duro pene llega al final, sus testículos golpean mis nalgas, su muy hinchada cabeza toca muy profundo en mi cuerpo y el cuerpo de su miembro se frota a lo largo de mi recto. Gimo, grito de placer cuando empieza a limar su verga con violencia, pronuncia el nombre de su madre, grito hermosas palabras de amor por él y en arcadas y gritos desesperados, se viene en mí: me llena con densas contracciones de su leche en mi interior, grita el nombre de su mamá una vez más y le correspondo, haciéndolo sentir que soy ella. Me siento muy bien, deseada, cogida con pasión y un gran chorro de semen me inunda y perfuma.
Quedamos tranquilos, nos besamos tiérnamente, lo lleno de palabras de dulzura, me besa largamente en la boca, el cuello, mis chichis, pronuncia su nombre y le respondo "te amo mi niño, mi chiquito", le gusta y extrae su largo pene de mí. Un ¡¡¡¡ahhhhhh!!!! lo acompaña. Me visto y salimos juntos, me deja en el bar y todo vuelve a ser como antes.
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