Tercero
Sólo de curiosidad me hice parte en un trío. .
Estaba en segundo año de universidad, con mucho que estudiar y poco tiempo libre.
En una oportunidad vi un anuncio en Internet en el que una pareja pedía un tercero.
Me llamó la atención que una pareja joven quisieran tener un tercero en la relación.
Un par de meses después volví a ver el mismo aviso.
De curiosidad mande un mensaje y después seguí con lo mío.
Al día siguiente vi que me habían respondido, querían saber más de mi.
Les conté quien era y que era estudiante.
En otro mensaje me dijeron que querían reunirse conmigo para conversar.
Les dije que me parecía bien y que yo también tenia ganas de conversar con ellos. Quería saber porqué una pareja que se llevan bien buscan un tercero. En realidad no tenía ningún interés en esa vacante, sólo era curiosidad.
El día indicado, un viernes en la tarde no juntamos en un bar, nos encontramos en la puerta, él era un tipo muy simpático y agradable, ella era una chica hermosa, fina y delicada.
No soy mal parecido y siempre he tenido suerte con las mujeres, pero nunca habia conocida a alguma como ella.
De tez clara casi rosada, pelo trigueño, lindo perfil y unos ojos hermosos que me sonreían.
Nos sentamos en una mesita al exterior y el pidió unas cervezas.
– Me imagino que tienes algunas preguntas – dijo Paul, un joven de unos 27 años bien parecido y ella hermosa hacían buena pareja.
– Si, en realidad si, ustedes se ven bien, una linda pareja, porqué buscan un tercero? –
– Llevamos muchos años viviendo juntos y pensamos que seria interesante experimentar cosas nuevas – dijo él.
– Tampoco es cosa de meternos con cualquiera, tenemos que escoger bien a la persona indicada – dijo ella.
– Te podemos pagar por cada sesión que estés con nosotros – dijo él.
– Y cómo saben si yo soy la persona indicada? – pregunté.
– No lo sabemos, por eso preferimos conversar antes con los candidatos –
– Por mí está bien – dijo ella tomando mi mano y sonriendo con sus hermosos ojos. Mi corazón pegó un salto, estaría encantado tener sexo con ella, pero sólo los dos.
– Te parece si continuamos la conversación en nuestro departamento? –
Me dió un apretón de los músculos del estómago, no sabía qué contestar, no pensaba llegar a ése punto. Pero la mano de ella tomando mi mano y su sonrisa, no podía decir que no.
El departamento no estaba muy lejos por lo que fuimos conversando de todo. Al llegar al edificio sentí un escalofrío en la espalda. En el ascensor ella me tomó de la mano y no me la soltó hasta llegar al departamento, parecía que ella adivinaba mi inseguridad.
El departamento era cómodo y estaba bien amoblado con un estilo moderno. El sirvió unos tragos y ella puso música.
Nos sentamos en el sofá dejándome en el medio. Ella usaba una falda corta, de la que no me había dado cuenta hasta ahora al ver su pierna desnuda casi hasta arriba.
La conversación tomó rumbo a mi vida sexual y la de ellos, la cual iba subiendo de tono.
– A ti cómo te gusta más? – preguntó ella acariciando mi pierna, mi erección se hacía notar bajo el jeans.
– La balada a un volumen suave hacia un telón de fondo para el cálido ambiente que estaba tomando forma.
– Ven – le dijo Paul a Grace tomándola de la mano y sacándola a bailar. Muy pegados se besaban mientras él la acariciaba sus nalgas por debajo de la falda.
Mi erección ya estaba al 100% y miraba las piernas de ella y parte de sus nalgas que dejaba ver lo que la falda levantada permitía.
– Ahora tú – me dijo ella separándose de él tirando de mi mano. Me levanté y la abracé por la cintura quedando mi erección muy pegada a ella. Tomó mis manos y las puso en sus nalgas por sobre el vestido, como había visto, metí mis manos por debajo de la falda acariciando sus nalgas. Ella suspiró besando mi cuello, la apreté contra mi erección mientras el observaba con una sonrisa y el vaso de whisky con hielo.
Terminado el tema nos sentamos en el sofá y el me pasó un vaso con whisky y hielo.
No sé si por la sed o el calor lo despaché de un trago, sobre los mismos hielos escanció 2 o 3 dedos más de whisky.
Nos besamos con Grace, ya no tenía ningún temor, estaba haciendo mi parte.
– Vamos al dormitorio – dijo ella suavemente. No podía rechazar la invitación, terminé lo que quedaba en el brazo y me levanté, ella me llevó de la mano y se sentó en la cama.
Comenzó a desabrochar mis pantalones mientras me sacaba mi polera.
Sentí su boca caliente y húmeda succionado mi mi miembro, lo hacía muy bien, se notaba que tenía experiencia.
Depronto Paul me abaza por la cintura a mi lado completamente desnudo y con una erección total.
Miré su miembro y me dió envidia, ella tomó el miembro de él y sacando el mío de su boca introdujo el de él.
El me tomaba de la cintura y yo a él mientras ella succionaba alternadamente ambos miembros.
En un momento ella comenzó a rozar los dos miembros, sentía la cabeza del otro miembro rozando con la mía.
– Te gusta? – me preguntó ella.
– Si, se siente rico – y asi era, el roce suave y circular de un miembro con el otro me producia una cosquilla que la sentia hasta en mi ano, como si hubiera una conexión directa.
Cuando ya estaba casi por acabar en su boca, me dijo que me acostara.
Entre los dos terminaron de sacarme los tenis y los jeans.
Acostado de espaldas ella me montó encima mío introduciendo todo mi miembro en su vagina.
– Ya, ahora tú – le dijo a Paul acostándose encima mío, sentí su exhalación cuando él miembro de él entró por su ano rozando el mío dentro de la vagina.
Lo que vino después fue grandioso, mientras uno salía el otro entraba rozándo nuestros miembros en el proceso.
A los 3 minutos acabé dentro de ella, y ella acabó junto conmigo.
Pero Paul seguía y su roce hizo que tuviera otra erección.
Ella tuvo dos orgasmos más conmigo y dos o tres con él,
A ella le gustaba tener orgasmos vaginales y anales al mismo tiempo.
Después vino la calma, Paul se bajó y se acostó de espaldas a mi lado.
– Tengo que ir al baño – dijo ella bajándose y saliendo de la habitación.
– Cómo estás? – me preguntó él.
– Sensacional – le respondí, es que todo me había gustado.
Continuará…
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