Textura de una tormenta… Los recuerdos que la lluvia trae de nuevo a mi
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esta mañana tome, como todos los dias, el metro con direccion Indios Verdes, sin embargo por algun caprichoso motivo despues de muchos dias nublados, el sol por fin producia una de esas mañanas que tanto me gustan, asi que decidi salir de la estacion y abordar el camion con destino a casa, de manera que podria observar el paisaje difuminado por ese bello amanecer.
El cielo tenia un tenue azul, no el azul intenso que –si el clima no decidia cambiar- seguro podria ver al atardecer, era mas bien el azul ligero, con matices en blanco y ligeros toques grisaceos, como si se pudiera tomar un kilogramo del azul del mar caribe y diluirlo en un litro del blanco que ilumina los deseos mas inocentes de las nubes.
Y el verde… que verde! cuantos verdes!! Cada arbol con su tonalidad, cada hoja irradiando un especimen de pigmento diferente, como si cada verde se modulara por el destello de los sentimientos cambiantes de un corazon joven, o como si impregnaras una lagrima de este color y lo descompusiera en la infinidad de matices que se pueden observar. Verdes claros y oscuros, verdes felices, verdes tristes, verdes divertidos y serios, mas verdes o menos verdes… todos coloreando cada pasaje de la ciudad donde hubiera vida… y la mañana parecia estar llena de una exuberante vitalidad.
Pero lo mejor de esas mañanas es el sol, el sol con su brillo sin color pero llenando la vida de las gamas de color mas impresionantes, filtrandose en cada arbol, en cada casa, en cada objeto, en cada cabello. Pasando a traves de todas las cosas sin dejarse sentir, solo estando ahi, esos rayos solares que podrian hacer cambiar mi corazon, que le advierten las pesadillas pasadas y por vivir aunque yo no haga caso, esos rayos que pueden robar una sonrisa de los ojos mas tristes, o hacer notar unos cabellos negros como el azabache.
Si, supongo que es por eso que me gustan este tipo de mañanas, porque se iluminan mis ojos y se resalta el color tostado de mi piel, pero tambien porque puedo ver brillar tus cabellos negros cuando el viento pasa entre ellos agitandolos, como si los tomara individualmente para hacerles una caricia… Ah! Pero como gustas de interrumpir los amorios entre el negro de tus cabellos y la luz que irradian mis ojos, cuando usas esos gorros que cubren tu cabeza en su totalidad, dejando a mis ojos sin la seductora oscuridad. Pero, ¿sabes? lo que mas me deleita de estas mañanas, es cuando son frias, si, un clima frio, de esos que pueden quemar hasta la medula de los huesos. Me gustan, porque entonces te acercas y me abrazas cobijandome con el sueter negro de cuello alto que tan bien se te ve y que me gusta aun mas si esta tirado junto a mis pantalones.
Definitivamente la decision fue correcta, abordar el camion me permite admirar esta mañana tan bella y analizar una vez mas los diferentes cuadros de la ciudad que se me presentan, la ruta que se sigue es larga pero me agrada. Una vez que el vehiculo ha partido de la base (que es la estacion del metro que abandone), comienza su camino entre calles pequeñas donde se ve a la gente en pantalones deportivos, con los que jamas hacen deporte, y con gorras que ocultan sus rostros de la mañana, de la vida y de los vecinos, caminando como cuerpos anonimos que se mueven al ritmo de las circunstancias. Me atrae –quizas demasiado- ver asi a la gente en su estado mas natural y sencillo, sin alardes ni preocupaciones.
La gente ve pasar los camiones sin inmutarse y de vez en cuando los niños con sus manos llenas del caramelo de las paletas que las madres les dan para que no molesten, te miran por las ventanas hasta que por fin dejas de invadir su campo visual. Mientras termina el trayecto de las calles pequeñas, puedes oir la musica que revitaliza estas colonias, los compases de salsa y cambias son lo mas frecuente sin descartar musica norteña cuando los pedazos de un corazon roto comienzan a supurar pasion enterrada. Pero los ritmos de salsa… Ah, pero que musica tan deliciosa!!! No hay nada como pasar toda una noche bailando contigo, con tu estilo incomparable e inimitable que siempre suele llamar la atencion de hombre y mujeres por igual, con tus vueltas raras pero ingeniosas y divertidas que son las responsables de que simplemente me fascine bailar contigo, sin descartar claro el juego de mi imaginacion que nubla mi razon al sentir tu cuerpo rozando el mio mientras intento seguirte el paso al ritmo de los compases de una buena salsa.
Una vez que se ha terminado la zona de la musica tropical, se llega a una gran avenida, pero antes se atraviesa una callecita estrecha que se eleva para poder saltar las vias del tren que cortan todo el eje del callejoncito estrecho (queria mencionar esta calle porque me divierte pasar por ahi a una alta velocidad desde que en una ocasion uno de estos transportes publicos volo sobre esta convexidad obligando a los pasajeros a sujetarse con fuerza para no despegarse de sus asientos, claro que a mi me tomo desprevenida y no me sujete con fuerza…). Esta avenida es amplia y esta junto a un cerro, el cual me gusta mirar porque me recuerda ciertas elevaciones que cortan tu espalda y se continuan con tus piernas…
Este cerro tiene unas casitas de muchas colores y la avenida siempre esta llena de grandes camiones que van con destino a la carretera que ofrece una desviacion mucho mas adelante.
Ahora que los miro, esos camiones me recuerdan a la vez que me fugue de mi casa para pasar un dia y una noche (que noche!) en la pequeña morada que tiene tu primo en un pueblo del que desconozco el nombre, mas no la ubicacion, y es que cosas como esas no se olvidan ni se perdonan, aquella noche al lado de el fue la primera experiencia en la que definitivamente se trastorno mi conciencia mas no mi razon, pero para que platicarte esa historia que tan bien conoces, fuiste mi complice cuando en aquel tiempo, tu estabas a punto de tomar por novia a mi amiga mientras yo vivia completamente enamorada de tu primo, y los cuatro juntos –sin olvidar a los niños Sapien- eramos la fuerza basica de la escuela de baile donde todos nos conocimos…
¿Que cosas no? Sin duda lindos y excitantes recuerdos, pero solo eso, recuerdos, pasado. Ahora tu y yo estamos tratando de matar el sentimiento de mutua pasion que hemos estado alimentando con secretos, indiferencia, encuentros furtivos, miradas complices y una gran gama de letras e historias… Creo que es una mision un poquito dificil, pero asi son las cosas de manera que… A matar este sentimiento que nos mantiene unidos, una vez que las circunstancias se van derrumbando.
Pues bien, pasando esta marcha de camiones cargados de recuerdos e historias, se encuentra una zona de comercios donde la gente abunda, y en este momento me gustaria ir para mezclarme con la gente, perderme entre todas esas formas y cuerpos que guardan bajo llave historias unicas e invaluables, ser un alma mas y ya no pensar en ti, ni en tu cabello, ni en tu sueter negro de cuello alto, olvidar tu baile, relegar nuestro futuro que, despues pasara de ser nuestro futuro para dividirse en tu futuro y mi futuro.
Ah, mira! Ahora paso por una calle estrecha donde se encuentra un hotel /motel y me permitire contarte que cada vez que lo veo no puedo evitar sonreir picaramente, recordando al primer novio con el que conoci las habitaciones de un modesto y lindo hotel quedandonos solos, libres de gente y de inhibiciones que impedian la consumacion de la lujuria en un alto grado de pureza que se habia apoderado de nuestros cuerpos. Fue una verdadera lastima que a ese tierno chaval mi corazon no se haya permitido amarlo. Pero sin duda, te repito, al ver este lugar y llenarme de recuerdos, suelo sonreir como lo haria una niña que ha cometido una travesura y nadie le creeria si se confesara culpable. Y ya hablando con intimidad, he de confesarte que muchas veces ha pasado por mi cabeza el llevarte a esas habitaciones para mostrarte las sabanas que envuelven las camas, con la unica finalidad de que queden en algun rincon de la habitacion junto a los atavios que fracasaron en su mision de vestir nuestros cuerpos.
En fin, el viaje continua con la uno de los panoramas que mas quisiera evitar en estos momentos.
Por una avenida escurridiza hay una escuela de baile, si, esa donde nos conocimos hace mucho tiempo y donde cada quien tuvo su respectiva historia de amor… pero ahi, en uno de los salones donde los espejos nos rodeaban y la barra de ballet atestiguaba nuestro encuentro, ahi, ahi fue donde mi ansiedad de ti conocio el sosiego, para despues darle paso a una insaciable sed de ti.
Recuerdo esa tarde porque la clase habia sido exhaustiva, ya sabes que una vez terminada la coreografia hay que pulir los detalles mas si es, como en esta ocasion, para un concurso. Sin embargo habia una extraña y descomunal comunicacion entre nosotros, la mañana de ese dia se revelo frente a mis ojos con la certeza de que te encontraria en el salon de baile justo cuando las clases del dia hubiesen terminado, y sabia que esa noche conoceria el secreto de la oscuridad de tus cabellos, que esa noche, por fin, podria despojarte del sueter negro de cuello alto y que esa velada nuestros cuerpos bailarian una sinfonia de pasiones y lujuria desmedida…
Si, y era correcto lo que el amanecer de aquel dia me anuncio acerca de ti, y es que en los rayos del sol pude leer que si mi cuerpo se presentaba ante el tuyo como un vehiculo de mi alma, estaria condenada a llevarte en la mas oscura profundidad de mis entrañas, que serias el secreto que me pesaria eternamente, que tus amores los llevaria como un velo negro que cubriria la felicidad que cualquier otro hombre me hubiera podido ofrecer… Pero el azul de esa mañana, me dio a escoger, puesto que me presento otra opcion, el no verte, no despertar la siguiente mañana con mi piel impregnada en la esencia de tu corazon, podia esa noche simplemente dormir y soñarte para asi seguir con mi vida, olvidarte y solo tomarte como una historia mas, sacarte de mi destino y futuro, encontrar el amor en otra persona, que con amarla no cometiera yo el delito de torturar mi corazon y el de personas cercanas y queridas para mi.
Al termino de la clase tu sueter negro invadio tu cuerpo y la mirada complice me pidio que no faltara a la cita nocturna que el toque de mi piel con tu piel habia concertado desde hacia meses.
Habia relampagos y la lluvia amenazaba en convertirse en tormenta, llegue corriendo por la calle que hoy recorro en este camion. Empapada entre al salon, que me recibio con mi propia imagen donde mis rizos ya se habian convertido en una graciosa masa espesa debida al peso del agua que los ocupaba. Estaba entretenida despojandome del sueter cargado de humedad cuando la puerta dejo pasar la brisa de la lluvia –que logro estremecer mi espalda- mientras vislumbraba tu sombra, proyectada por la luz relampagueante de la noche, que atravesaba la puerta para llegar a mi en un suspiro.
Al tiempo que estos recuerdos regresan a mi, sigo con la mirada el sendero que recorri aquella noche. Hoy esta iluminado con esta deliciosa mañana.
He pedido al conductor del camion que haga una parada en la siguiente esquina, mientras veo que el color amarillento de las paredes de la escuela de baile se acerca a mi. ¿Por que no ir a practicar un poco mas temprano de lo habitual? Si, se que te encontrare pero no es un encuentro planeado.
Sabes, aquella mañana se me permitio elegir mi destino: dormir esa noche bajo las estrellas y continuar mi paso por la vida o vivir una noche llena de pasion, inolvidable, que destruiria la poca esperanza de mi corazon y que me obligaria a llevarte como un oscuro secreto que jamas existio pero que, sin embargo, sigo viendo a diario.
Antes de llegar al salon de baile se recorre un pequeño sendero, pero ya estan ahi las puertas y te veo… Despues de aquella noche no he podido lograr borrarme las imagenes de la fachada iluminada del salon y la tormenta como fondo. Y es que, sigo sin saber de que manera logras que mirandote me pierda en la profundidad de tus ojos, y que al contacto de la suavidad de tus manos con mi piel, cualquier hechizo simplemente se rompa, excepto claro, el hechizo que ejerce la humedad de tu piel sobre mi.
Durante esa tormentosa noche, jamas recorde mi nombre, solo me dejaba guiar por el resplandor de tus brazos, el sensual movimiento de tus labios unidos a los mios, las sensaciones que despertaste en cada una de mis celulas, el sabor de tu piel y el aroma de tu sangre.
Tus manos surcaban mi espalda humeda mientras mis dedos se daban el lujo de explorar tu pecho buscando la desnudez de tu alma. Tu cuerpo frente al mio, arrodillados sobre la duela del salon que tantas coreografias ha aprendido y juzgado, se miraban de la manera en la que seguramente las primeras moleculas de esta tierra se comunicaban. La atraccion era obvia e inevitable, con la ansiedad mas sensual y relajada que he conocido, tus manos deslizaron mi vestimenta mientras mis brazos presurosos te despojaban del sueter negro. Mi lengua reclamaba la humedad de tu cuerpo, mientras viajaba por tu anatomia entera descubriendo los secretos que aspiraba conocer a traves de la brisa de tu cuerpo. Tus miradas me atravesaban cabalmente, mientras el fuego que alimentabamos crecia a la par de la lluvia que regia el cielo y trastornaba la poca discrecion que nos quedaba.
Los idilios de tus negros cabellos con la luminosidad de mis ojos, quedaron turbados frente al ardor que se expresaba entre la sed de mi boca y la humedad de tu sexo, entre tus dedos exploradores y la topografia de mi cuerpo; quedaron hechizados frente al paralelismo de nuestros movimientos y la hermeticidad de nuestros sexos fusionados.
Tu lengua esa noche perpetro las profundidades de mi cuerpo y mis sentidos se rindieron ante la criatura en la que te convertiste: un vampiro que succionaba de mi la esperanza y la vida misma, un vampiro que aquella noche me lleno con su sangre, destruyendo el destino de luminiscencia que se me habia permitido vislumbrar por la mañana.
Y aqui estoy de nuevo, recorriendo este mismo sendero, donde la decision fue tomada y marco el camino de esta historia. Historia que hoy recuerdo y te la vuelvo a contar, porque ahora que miro esta mañana tan caprichosa que se me ha regalado, llena de azules, verdes y rayos incoloros del sol, me doy cuenta de cual es la razon por la que me ha hechizado…
Es que esta es una mañana identica a la que me dio la oportunidad de eleccion y precedio aquella noche…
Y mientras abro la puerta del salon de baile y miro tu sueter negro en el perchero, llega a mis oidos, entre el bullicio de la gente, un rumor de la radio. Al oirlo no puedo evitar buscar tu mirada (mientras la luz de mis ojos y la oscuridad de tu cabello se saludan) y al encontrarla una picara sonrisa sale de mis labios para llegar hasta los tuyos… Y es que ese ligero rumor de la radio es una voz monotona diciendo…
“…y recuerden salir preparados ya que se esperan tormentas para esta noche…”
Autor: Anonimo
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