The Futa Baby _ 01
Primer capítulo de esta extensa historia, llena de incesto, maduras, DILF, amor libre y mucho más; aviso: no va a haber futas hasta el capítulo 30 así que por ahora disfruten este grupo de latinoamericanos incestuosos cuyas orgías y embarazos dieron como resultado a una nueva raza de humanos .
Había una vez una familia compuesta por dos docenas de integrantes que decidió hacer un viaje para visitar a sus primos al otro lado de Brasil. El objetivo era viajar desde Río de Janeiro hasta la Selva, un viaje largo que harían en carretera para disfrutar de todos los paisajes y para realizar paradas en cada puesto y disfrutar de intercambios pactados con familias afines. Eran cinco, la mujer, su esposo, más tres hijos, dos niños y una niña, viajan en carretera confiados en el futuro, a sabiendas de lo mucho que se divertirían en este lejano lugar, su auto era ancho y alcanzaban tranquilamente seis personas, maletas y tal vez un perro, posiblemente siete personas si dos o tres eran niños, lo cual seguramente sería el caso con la aparición de una o dos personas más. Al cabo de algunas estaciones en la ciudad la feliz familia que vivía de forma independiente en un departamento en la costa central del país está llegando a los límites de su ciudad, no, ellos no eran de Río, la familia entera viajará de allí pero los integrantes viven en diferentes zonas del país, Brasil es enorme y esta familia perversa y numerosa proviene de diferentes estados de la nación. La mayoría venía de Río, otros del centro, otros del norte, otros de Minas, los carismáticos y hermosos miembros de esta familia ya se habían posicionado en diferentes zonas del país, cada tanto ellos se reunían para gozar de sesiones familiares extensas, imagínense, hace cinco generaciones llegaron dos, aunque tres si se contaba al que vendría después, personitas andrajosas y llenas de polvo, rubios con el pelo sucio, piel blanca cubierta de piel muerta y sudor, jóvenes que tenían la intención de luchar por sus vidas y por cumplir su sueño, trabajar por su familia, reproducirse sin ser juzgados y crear una vida cómoda para su familia, eventualmente lo hicieron.
Miraban la ciudad los dos crecidos, esposo y esposa, abandonando la ciudad y sintiéndose más libres de hacer lo que preferían, la mamá deja su fingida actitud mojigata y abre su blusa, liberando dos enormes melones que por un momento alteran la concentración de su esposo en la carretera, se pellizca un poco el pezón derecho, lo tenía duro por la presión y al imaginarse lo mucho que disfrutaría ese fin de semana con su familia. Para ser exactos con esta perversa familia no se sabía exactamente cuánto tiempo duraría la diversión, probablemente se tomarían toda la semana y por lo menos dos días solo para reencontrarse con una fracción de toda la familia a la que no ven de frente desde hace tiempo. Si lo pensaba bien ella entendería con el tiempo que le tomaría dos horas por lo menos reencontrarse con su padre, mientras su marido estaría tal vez tres horas solo con su madre, cuántos hermosos momentos sabía que tendría, aún sabiendo lo que sus menores hijos sentirían con sus familiares, estaba emocionada, no podía esperar más la llegada a dicho lugar. Sin que su esposo se percate pasa dos dedos por sobre su clítoris, se sentía cachonda, la enorme verga de su esposo seguro estaría ocupada esa noche, en la boca de cierta personita, por lo que ella tendría que buscar la deliciosa lengua de su hijo mayor, ese muchacho era imposible, no la dejaba sola, aunque ahora estuviera tan lejos de ella, piensa en él, soba su vulva, queriendo comer una verga filial en estos momentos, pero se contiene, no puede pensar en otra cosa, tiende a emocionarse pensando en esto que seguro va a vivir. Viviana está a punto de meterse de nuevo una fruta por la vagina, no le importa que cause un accidente o que sus hijos despierten de su sueño ante sus alaridos provocados por incontenibles orgasmos producto del roce entre un órgano sexual de una planta y el de una humana, es decir de ella misma.
Abre la ventana, para ver si le da algo de aire, sus tetas desnudas sienten el frío mientras su esposo mantiene su concentración en la carretera, lejos de los melones de su amada, los cuales ya le provocó probar pese a que esa noche iba a sorber los de su pequeña, hermosos montículos en crecimiento constante y con genuinos gemidos que enloquecen a cualquier hombre de su edad. La erección ya era evidente en los pantalones del sujeto, deformaba la tela de una manera ridícula para ser verdad, treinta centímetros no se podían contener solos, se habían alzado de solo pensar en su hija ensartada por su voluminosa polla, mira de reojo a su mujer y su cuerpazo, una adulta madura con un cuerpo sudado y pezones entre claros y oscuros, ganas no le faltaban de chupar también esos, era capaz de decirle a su esposa que le liberara la bragueta para poder descargar un poco antes de llegar a la primera parada, tan solo para liberar un poco de toda esa leche acumulada desde la mañana en sus huevos, acumulada siete horas, qué maldad, pues su linda esposa esa mañana no lo dejó estar con otro que no sea ella y lo obligó a no tener más que solo sexo vaginal esa mañana, con dos corridas sin duda no era suficiente, la mujer quería tenerlo lleno para la niña pero no sabía que su esposo era una máquina de matar sexual y no iba a esperar hasta la noche para descargarse en la boca de su chica favorita. Mira las tetazas de su mujer las cuales ya había probado esa mañana y siente la lujuria, no hay autos por lo que puede manejar tranquilo, se nota que ella también está imaginándose otras cosas, se nota que ella también se quedó con ganas de esa mañana, parece que ambos se van a tener que desquitar con lo que venga. Se acomoda solo un poco para que su miembro pueda salir con total tranquilidad, quiere liberar su ser pero es difícil, desabrocha algo, sabe por experiencia que para estos lugares difíciles tiene que tener ropa especial que no haga que su miembro parezca súper gigante, pasa la mano por un pequeño espacio y suelta, ahora el bulto es un edificio, pobre pene, envuelto en ropa incómoda y que quiere aprisionar su enorme miembro viril, se soba un poco, moviendo sin querer el auto, es capaz de matarlos, no puede ser cierto con este hombre.
Son dos esposos que conducen rumbo a la primera parada, aquí se van a encontrar con una de las familias nucleares que conforman esta enorme comunidad de rubios, castaños y morenos que han aparecido a lo largo de cuatro generaciones de inmigrantes, hace ya cien años de eso aproximadamente, dos andrajosos lo iniciaron todo, una mujer y su joven pareja. Dos jóvenes se volvieron dos adultos y cuatro niños, los que pasaron a ser dos adultos mayores, cuatro adultos y ocho peques, que pasaron a ser dos decrépitos, cuatro ancianos jóvenes, diez adultos de mediana edad y más de veinte hijos, con cada veintena de años los miembros de esta familia se multiplicaban y abrían las arcas del pequeño negocio familiar que cada cinco años se permitía abrir una sucursal en otra ciudad o pueblo. Contrataban con el tiempo más personal y con la cantidad de hijos de sus mujeres y bastardos de los varoncitos tenían mano de obra barata y gratuita al alcance, ambos iban de la mano en su crecimiento, el negocio familiar y la propia familia, que se expandió en exceso por todo el país, alguno de ellos viajando a Colombia, otros a Argentina, sucesivamente expandiéndose y creciendo en todos los sentidos. Cada generación crecía y viajaba junto con el negocio, avanzaron a diferentes partes del país, los dos adultos junto con sus tres hijitos eran de los que se expandieron, lejos de la “metrópoli” donde se encontraban los patriarcas, marido y mujer cambiaron sus apellidos, un nombre y se casaron, heredando el negocio y expandiendo sus límites, manteniendo los lazos de comunicación con otros integrantes de la familia y gozando de su vida privada con la seguridad de poder disfrutar de más cosas cuando se encontraran con los otros. Los dos adultos presentes eran parte de una familia numerosa que solo se dedicaban a recibir los ingresos pasivos de las ganancias familiares, puesto que habían ciertas regalías de las que disfrutaban, eran ingresos de negocios hechos por sus abuelos, los de estos dos señores que no crean que solo disfrutaban, ellos sí trabajaban, eran empleados de la empresa, pero al ser suya, bueno de los padres de ellos, se podrían dedicar a otras cosas por mientras. Repito, no eran vagos, hacían cosas, pero eran seres con una vida más sencilla que otros que se pueden jactar de ser brasileros, ellos siguen multiplicándose y perpetuando su simiente, con mujeres “legítimas” y con señoritas que recién conocen y que terminan teniendo, a veces solas, a veces con un hombre externo o a veces con la ayuda de la familia del embarazador.
Los fuertes movimientos alertan a Viviana quien mira a su marido y ve su nerviosismo, mira más de cerca y ve el pene luchando por salir, sonríe, sigue masturbándose con una mano a la vez que con la otra ayuda al hombre a liberarse, tiene que hacerlo, pobre papá, tiembla, se esfuerza pero finalmente saca la tranca, una barra de carne sale disparada, oscilando de un lado a otro, goteando líquido espeso presa por la locura, el esposo ya puede pensar sin culpas en su hija, en su esposa, en su hermana, se relaja y deja a la mujer hacer lo suyo. La mano se mueve de abajo hacia arriba, con total tranquilidad, tratan de respirar sin hacer mucho movimiento, prometieron calma en este viaje, no quieren despertarlos, los adultos miran un rato hacia atrás, tres niños dormían plácidamente, descansan, los mayores se miran, ella mueve dos dedos en su vagina, humedeciéndolos, gozando, disfrutando, el varón conduce pero su pene tiembla ante el camino y las tetas de su mujer moviéndose ante los dedos hurgando en la concha de esta dama. Se imagina a la niña sorbiendo los pezones de su esposa, se imagina al niño inclinado dándole la espalda mientras lame el ano de su madre, el hermano mayor acariciando el ano de su pariente, su pene soltando la leche sobre su hermosa familia, suelta unas gotas, el precum hace su aparición advirtiendo las fantasías que su cerebro está fabricando, los sueños que quiere hacer realidad ahora mismo, no solo en este viaje, con los demás familiares, sino con las otras personas más allá, en el camino. Se tensa al imaginar a la hija de su amigo sorbiendo su pene, su hija besándolo y gozando ambos de los amigos que también conocen de sus prácticas depravadas y de los contactos que han hecho en estos años, cierra los ojos, escuchando los leves jadeos de su mujer, masturbándose cada uno en sus respectivos asientos, él no, solo se relaja al rozar su pene con su pantalón, sintiendo el vaivén del viaje, sintiendo las futuras caricias de las chicas con las que tendrá sexo. Alucina mientras conduce, dos pequeñas tomándolo de la mano y dirigiéndose hacia la cama, mostrando sus jóvenes espaldas y sus nalgas en desarrollo, creciendo y prometiendo ser tan culonas como sus madres de más de cuarenta que tienen traseros fuertes y rotundos, imagina a su hija cuando ella tenga bebés dentro de varios años, cómo hará feliz a algún infeliz que quiera encularla en ese momento, sintiendo las experimentadas paredes de las hembras que en algún momento se entrenaron gracias a sus papás y mamás que las amaron desde pequeñas. Luis siente su pene explotar al pensar en las mujeres que va a degustar en las fiestas en las reuniones de las familias, suelta un chorro ante el calor del carro y sus pensamientos, preseminal baña el asiento, su mujer al costado se desata sobre su coño húmedo, su esposa puede masturbarse a su costado, mala, sabe que él no puede relajarse, tiene que seguir conduciendo como siempre ha hecho.
De repente escucha el chorro que sale impetuoso de los genitales de su novia perfecta, mojando parte del vehículo, escucha los dedos frotándose con la vulva, el sonido de los fluidos batiéndose, hinchándose el clítoris, los labios enrojeciéndose, su pene suelta otro chorrito transparente, este no lo es tanto, quiere probar concha, no importa si es de su esposa o si es de otra hembra, quiere penetrar furioso un ano, piensa en la niña, a ver si ella lo puede ayudar. Mira por el retrovisor y los ve durmiendo, están descansando, se ven tan lindos, él sonríe, ya en la noche aprovecharán para gastar toda su energía, espera llegar antes, espera jugar con su esposa y los chicos, su pene tiembla otra vez al pensar en los chicos, recuerda la noche de anoche, su hijito mayor penetrando a su madre, follándola a todo dar, penetrando hasta el útero y bañando el interior de su “santa” madre. Recuerda a su niña envolviendo su chota con esa boquita maravillosa, besando, pasando la lengua por su glande, dedicándole maravillosas miradas a la vez que besa su cabezón, a cada lamida de anoche, quiere sexo, no sabe porqué está tan cachondo pero tiene algo que ver con lo que está pasando en otro carro con su hermana y su esposo, probablemente ellos también estén desnudos. Ya la imagina a su hermana, esa rubia de ancha cintura, mostrando la panza y los pezones claros durísimos y demasiado anchos para que una boca pequeña los rodee, se empalma con la visión del esposo de ella mamando de una teta mientras su sobrino chupa y bebe leche de la otra teta, imagina que ella toca ambas pollas y las masturba, disfruta con los acontecimientos que puede ser que estén sucediendo en otros carros, sonríe mientras la esposa termina de pasar la mano por su chuchita caliente, bañando el compartimento con sus chorros y el asiento con sus jugos, pensando seguramente en lo que ella haría con sus dos hijos y posiblemente con el hijito de su hermano, puede que también se divierta con el anciano, suelta otro precum, está desatado. Quiere eyacular cuanto antes y alguien urgentemente tiene que ayudarlo, su esposa lo mira, ella ve su desesperación, el hombre trata de no pensar en su esposa siendo follada por tres vergas de treinta centímetros pero no lo puede negar, se sobreexcita pensando en esa posibilidad, cambia de carril, mejor, no tener que preocuparse por los autos, aunque la carretera está vacía pero tiene que ser más precavido, tiene que serenarse, piensa en su hija acariciando el pene paternal con su pecho desnudo, ya no puede más, tiene que hacer algo. Baja la velocidad del auto, se pone a un costado, la mujer está consciente de lo que sucede, tiene que ayudarlo, se decide a hacerlo, el hombre termina de bajar todo su pantalón, treinta centímetros salen disparados más un mediano chorro de lefa y líquido preseminal, no se preocupa, ahorita saldrá más, a punto de agarrar su enorme miembro viril siente algo más en su barra de carne, es la mano de su mujer, ella lo masturba en ese instante, él ve que ahora tiene las manos libres, tiene que hacer algo, hace lo obvio, no tiene que fingir más, para qué, él tiene ganas de disfrutar con la persona que más ama y lo hará.
Se decide a coger una teta a su mujer, coge su vientre levemente abultado con algo de grasa, luego baja hasta su sexo el cual sigue mojado de la previa eyaculación maternal, pasa dos dedos y recoge los fluidos de su esposa, los prueba, se embriaga con el aroma femenino en sus narices mientras siente que la mano de su hembra se mueve como una niña a la que no le cabe la verga, él se aguanta el grito, quiere hacerlo pero ellos duermen, la sensación que despierten en cualquier momento y quieran unirse es muy elevada, sería divertido y gracioso pero sabe que tiene que aguantarse, tiene que ser fuerte. Se sujeta a los costados y toca la teta a su esposa, pellizca el viejo pezón duro haciéndola quejarse, él disfruta con esto, insiste, ella usa la sustancia medio transparente que suelta el varón para terminar de masturbarlo, mira la hija por el retrovisor apoyada en la cabeza de su hijo, su pene se ensancha al pensar y a la vez recordarla tratando de tragar el semen de su hermano mientras el menor trataba de penetrarle la garganta, ella haciendo sonidos y arcadas, piensa en el hermano de su esposa haciendo lo mismo a su hija mientras él le hace lo mismo a la suya, piensa en muchas cosas y en todo y no lo puede evitar, lo hace. Goza, suelta con toda la furia que lo caracteriza fuertes chorros de esperma, la esposa goza con el espectáculo, uno, dos, tres chorros salen disparados hacia adelante, manchando la luna y el timón, los indicadores de gas y la velocidad, la bocina y las llaves, mientras cuatro y cinco caen en la boca de su esposa que se inclina para recibir la lefa hirviente en sus papilas gustativas y trata de recibir el sexto aunque solo lo logra hacer a medias pues la leche corre por su garganta y por sus labios, probando el sabor intenso de los huevos llenos y todos los minutos de excitación vividos. Se emociona y traga lo que puede, el varón suelta todo como un loco, ahora está satisfecho, pudo recibir algo de lo que quería aunque esto en realidad era un coño que fuera virgen según las madres de las amigas de sus hijos, esas señoras que creen que son una familia totalmente calmada, si supieran que él ya le dio leche a un par de sus hijas inclusive. Esto era lo que quería, sin embargo la esposa ha sido la que lo ayudó en todo esto, sonríe, algo más tranquilo sabiendo que ya puede respirar hondo, Viviana se recupera y degusta la crema en sus labios, antes de incorporarse por completo lame el timón, al ver una estalactita de semen a punto de abandonar el lugar, el timón y otras partes tenían leves y minúsculos ríos de leche paterna espesa, consecuencia de su lujuria, tendría que pasarle papel ahora o tal vez tendría que decirle a su esposa que le ayude a limpiar el desastre que ambos, él un poco más, hicieron. Tendrían que ser más responsables según algunos, sus hijos descansaban, no pueden estar desatando sus locuras libremente, tienen que pensar más detenidamente, se relajan, los niños están adormilados, los adultos tratan de seguir con el camino ya establecido, manejan, tratando de pensar en otra cosa, se miran y con partes de sus cuerpos libres recibiendo el aire que entra por las ventanas mantienen su ruta hacia su destino incierto.
Si desean leer esta historia con sus imágenes revisen mis redes sociales, voy a publicar más adelante en mi perfil o en mis siguientes novelas formas para apoyar y comentar mi trabajo, página de historias con imágenes y correo electrónico muy pronto.
Lindo relato. Espero ansioso la continuación.
Hola lectores, la imagen que les prometí está aquí https://aethy.com/@Incest_futa1/113166788560326417
En los siguientes relatos pondré más imágenes sexys, espero sus buenas valoraciones y lindos comentarios.
No se puede ver la imagen. En todo caso, ansio ver el desarrollo y la acción que tendrán los personajes, especialmente las madres/muejeres maduras.