Tía cuarentona.
Sin buscarlo estuve con una tía desde adolescente, ella me encontró con mi prima de quince, mientras nos masturbamos mutuamente y días después ella me sacó la leche..
Sin buscarlo estuve con una tía desde adolescente, ella me encontró con mi prima de quince, mientras nos masturbamos mutuamente y días después ella me sacó la leche.
Tuve ricos momentos con mis primas, la de quince y con la de trece, cada vez que nos veíamos en las reuniones familiares, buscábamos la manera de darnos ricos besos, manoseos y si se podía nos masturbamos. Un día durante las vacaciones, estaba con mi prima de quince tocándonos, de repente la tía nos encontró, una de las hermanas de nuestro tío, eståbamos en un cuarto del rancho cuando entro y nos vio:
• qué están haciendo?
• subanse los pantalones y tú ciérrate la blusa.
Nos regaño fuerte, nos apuramos a obedecerla y salimos del cuarto, pensamos que le diría a nuestros papás, pero ese día no sucedió nada, ni tampoco los siguientes días; así que volvimos a tener ratos de calentura; a veces ella se nos quedaba viendo, así que evitabamos cruzarnos con ella.
Un día durante el desayuno me pidió acompañarla a las compras, para que le ayudará con los paquetes.
• ven, acompáñame y me ayudas con las compras.
• si tía.
Acabamos el desayuno y nos fuimos en su auto, compramos las cosas y de regreso se detuvo, apagó el auto, volteo a verme y me ordenó con voz autoritaria.
• bajate el pantalón y enséñame tu pene
• qué tía?
• ya!!!, sácate el pene.
No dije nada, la obedecí, me desabroche el cinturón y bajé mi pantalón.
• enséñame el pene, volvió a repetir.
• si tía.
La obedecí, está más apenado que excitado, metí la mano en el calzón y lo saque, estaba un poco flácido y se lo mostré a mi tía.
• mastúrbate, házlo!
• así, como la puta de tu prima te lo hacia.
Empecé a mover la mano y no fue tan rápido, estaba nervioso, pero después de masturbarme un minuto, ya la tenía bien parada; ella acerco su mano, lo tomó y me masturbó; me quedé quieto, pero empecé a sentir muy rico, ella lo hacia muy bien, subía, bajaba, lo hacia lento, rápido, lo apretaba fuertemente, pasaba el pulgar en la cabeza, mientras me estiraba en el asiento gimiendo,
• aaaggg, aaaggg, hay tía, que rico.
• hay tía, sigue…
• te gusta sobrino, tú prima lo hace mejor?
• no tía, tú, tú lo haces muy rico, me voy a venir!!!
Sentía delicioso, lo apretaba, lo jalaba una y otra vez, acariciaba mis huevos, los apretaba y volvía a jalarme la verga; no podía dejar de gemir, gritaba del placer intenso que me daba mi tía…
• aaaggg, aaaggg, que rico tía, no pares, me voy a venir.
• dame la leche, te voy a vaciar sobrino.
• sácala toda cabrón.
Me vine en sus manos, ella envolvió mi pene, se le eché toda en ellas y entonces se las llevó a la boca, lamió sus manos, sus dedos y tragó toda mi leche; volvió a tomar mi pene y lo estuvo apretando hasta sacarme lo que restaba.
• huuuuum, está rica tu lechita.
• mira cómo me la saboreó, huuuuum, que rica sabe.
Se chupó los dedos completamente, hasta dejarlos bien limpios, luego saco pañuelos desechables, me miró y me dijo.
• te quedas calladito sobrino, si te gustó lo haré de nuevo y me darás toda tu lechita cada vez que se me antoje.
• si tía, cuando quiera, me gustó mucho como lo hizo.
Se sonrió, se acomodó y nos fuimos al rancho; fueron varias veces que mi tía me sacó la leche, en reuniones familiares, en las vacaciones y cuando iba de visita a su casa; ella estaba divorciada, salía con amigos y amigas, seguramente tenía una vida sexual activa, pero le gustaba masturbar a los hombres y tragarse la leche, era su mayor deseo o perversión, como ella decía. En esa época, ella tenía alrededor de 40 años, de cabello negro, no era delgada, pero tenía un cuerpo bien formado, tetas algo grandes, unas nalgas amplias, un culo bien paradito y piernas torneadas; siempre los tíos se la comían con la mirada, no dudaba que algunos se la culeaban seguido; después de un tiempo se dió cuenta mi prima, notó que la tía ahora me trataba diferente, con más cariño.
• oye, te la estás cojiendo, te consiente mucho la tía.
Lo negué, pero sin duda, para ella era obvio, ya que durante las reuniones acompañe a la tía varias veces.
• no, claro que no.
• no te hagas, te consiente bastante
• no, para nada.
• ya, no te hagas, dime.
Luego de estar insistiendo un buen rato, le dije.
• bueno, si…
• cabrón cojes con la tía, ya dilo!!!
• pues si, pero no cojemos.
• entonces qué?
• le gusta masturbarme y tragarse la leche.
• es una puta la tía y cuántas veces lo han hecho.
• varias.
• huuuuum, ya tienes con quien cojer primo.
• si, pero quiero coger contigo.
Buscamos un lugar para tocarnos, masturbarnos y darnos oral, esa tarde con mi prima fue delicioso, se excito mucho con lo hacia con la tía; me masturbó y mamó divinamente, hizo que me corriera mucho, le llene la boca de leche y se la tragó toda; después baje a su coño, lo lami, le abrí los labios, metí la lengua entre ellos saboreando todo, lengueteaba su vagina, la metía tan adentro como podía y con el dedo índice masajeaba su clítoris, lo hacia de abajo a arriba una y otra vez, lamiendo y chupando, hasta que su cuerpo se tenso y llenó mi boca con los jugos de su intenso orgasmo; ella gemía y gritaba…
• lame sobrino, no pares, cómete a tu puta tía.
• trágate todo cabrón.
• si tía, que rico esta tu coñito.
• eres bien puta tía, córrete, dame todo…
Ella jugaba y nos excitabamos, con el tema de la tía, por varios días así
lo hicimos; pero ya contaré un poco más de las veces que estuve con mi tía.
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