TODO LO QUE PERMITI QUE ME HICIERA MI NOVIO (7)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
TODO LO QUE PERMITI QUE ME HICIERA MI NOVIO (7) MI NOVIO ME PIDIÓ HACER UN CUARTETO… Y YO ACEPTÉ
Lo que sea de cada quien, con Rafael aprendí un montón de cosas sexuales que aun ahora me son de gran utilidad con mi esposo, como lo fueron con algunos de los novios que tuve antes de casarme. Me encanta recordar como aprendí realmente a mamarle la verga, a modo de hacerlo gozar y no lastimarlo. Mi hermana me dijo que como ella tampoco sabia mamársela a Jorge, mi cuñado, la primera vez que se lo hizo ella pensó que debía succionarle la verga pero Jorge sintió mucho dolor.
Esto me lo contó Raquel ya cuando supo que Rafael y yo éramos amantes, pero antes nada me dijo dizque porque era yo señorita y no debía saber de esas cosas… pero ahora, las chicas de hoy, le maman la verga al novio como la cosa mas natural del mundo y nadie dice nada… ¡Yo de plano le dije a mi hija, que ya tiene 16 años, los riesgos que corremos las mujeres cuando le hacemos el sexo oral a algún hombre, y así ella se va a cuidar mejor creo yo.
Me encanta que me mamen los senos y que me succionen los pezones, y eso lo aprendí de Rafael, que me lo hacia rico, y al mismo tiempo que me hagan caricias en el clítoris y en el ano y créanme que me pongo a mil. Creo que casi todas las mujeres gozamos con ese tipo de caricias, porque así me lo han contado muchas de mis amigas así que los hombres deben aprender de verdad qué si y qué no nos excita a la hora de las caricias.
Con Rafael hice muchos 69 en todas sus variantes y me encantaba ver cómo se movían sus huevos de un lado a otro cuando el estaba arriba de mi. Sentir en mi panocha su lengua y sus dedos explorándome el culo me excitaban y me hacían mamársela mas rico, pero un día que estábamos cogiendo en un hotel un domingo en la mañana, no sé cómo, pero se me ocurrió meterle mi dedo en el culo. Rafael se quedó quietecito y pensé que se había molestado pero lo oí decirme:
-Ay, mi amor, sentí raro, me asustaste… ¿Qué así se lo haces a Alfredo?
-No, mi amor… ¿Cómo crees eso? Perdóname si te molestó, y no te lo vuelvo a hacer, pero como yo siento rico cuando me dedeas el culito pensé que te iba a gustar.
-Humm, si me gustó Lupita, pero nunca me lo habían hecho… sigue haciéndomelo pero despacito mi amor.
-¡Ay, mi amor… entonces eres virgen del culito! –Le dije animada y excitada, y continué – ¿Me dejas que sea yo la primera en tu culito, mi amor?
-Humm, si mi cielo… me encantas, Lupita… pero házmelo despacito… no me vayas a lastimar con tus uñas, mi amor… pero tu prométeme que te vas a dejar por atrás… ¿Me lo juras?
-Si, te prometo que me la vas a meter por atrás, mi cielo, pero ahorita déjame romperte tu culito, mi amor… me voy a poner un poco de Vick… dice Raquel que así ella siente mas rico hasta cuando Jorge se la mete por adelante… ¿Te pongo Vick ahí para que resbale, mi amor?
-Si, Lupita… ¿Lo tienes a la mano?
-Si, mi amor, aquí lo tengo –dije, estirando la mano y tomándolo del buró. Tomé un poco y se lo embarré el su culito que por cierto estaba bastante velludito y otro poco en mi dedo medio, y así, mientras el me metía la lengua entre los pliegues de mi panocha, yo comencé ahora si que a cogérmelo por el culo y en mi boca sentía yo como se le ponía mas dura la verga y los huevos se le sentían mas grandes y pesados, y me dije: “Humm, esto lo pone mas cachondo… pues de aquí soy, ahora ya se uno de sus puntos débiles” y lo dedeaba y le mamaba la verga al mismo tiempo cuando de repente sentí un tremendo chorro de semen en mi boca… ¡Con decirles que casi me ahogo y comencé a toser!
Ese domingo cogimos tres veces y nos salimos como a las cinco de la tarde; me fue a dejar al camión para mi casa y el se fue a Iztapalapa, donde vivía con su familia. Iba yo en el camión y pensaba en lo que habíamos hecho, y me reía sola al recordar cómo le había metido el dedo en el culo a mi novio, y cómo se había venido, ahora si que a chorros, como nunca… y pensé si todos los hombres aceptarían que la mujer les metiera el dedo y si todos se vendrían de esa forma si una se los hacia… ¿Raquel ya se lo habría hecho a Jorge, mi cuñado? No me imaginaba a mi hermana metiéndole el dedo en el culo a mi cuñado pero seria cosa de que le preguntara a Raquel.
Como otras veces, el doctor se fue a Xalapa con su mujer e hijos, aprovechando un descanso de la escuela de los niños, y nos dejó a Rafael y a mí en el sanatorio. Ya se suponía que el y yo no éramos nada, y a los ojos de la señora del doctor mi novio era Alfredo, y no haba tanto problema ya. Además, Rafael me había puesto una ampolleta cada mes para no salir preñada, así que cogía con los dos, con Alfredo y con Rafael con tranquilidad en cuanto a eso de un embarazo… y era curioso y excitante que Alfredo no sospechara que yo cogía con Rafael, y que a este le contara con exactitud cómo cogía con el otro.
Desde el viernes en la tarde nos quedamos solos y no había paciente internado, así que ya se imaginaran cómo la pasamos. Prácticamente desde las 9 de la noche nos encerramos y así, casi desnudos, cenamos y luego nos acostamos en la cama del doctor, aunque desde luego puse una sabana clínica para no manchar las sabanas del patrón… Hicimos de todo y recuerdo que a eso de las doce de la noche, después de haber cogido muy rico, sonó el teléfono y era el doctor, avisándonos que ya estaba en Xalapa. Me preguntó por Rafael y casi cometo el error de pasarle la bocina de forma instantánea pero me contuve y le dije que me iba a levantar para ir a avisarle a Rafael que él le estaba hablando… aunque Rafael estaba ahí a mi lado ya adormilado. El doctor me dijo entonces que no era necesario y que solo llamaba para saber cómo andaban las cosas… pero a mi siempre me pareció que lo que quería era que él le contestara porque, al estar mi cuarto al pie del teléfono, si respondía Rafael, el patrón sabría que estaba junto a mi, o incluso, que estaba metido en mi cama… ¡Si nos hubieran visto el doctor, o su mujer cogiendo en su cama, haciendo maravillas, se hubieran espantado o nos hubieran copiado!
El sábado nos despertamos temprano y nos echamos el mañanero, y ya bien cogidos nos levantamos a bañarnos y a desayunar, e hicimos bien, porque a eso del mediodía llegó Don Pepe, un amigo íntimo del doctor, con su novia, una linda chica llamada Lulú, muy simpática y siempre sonriente. Como no estaba el patrón así se lo dije y de plano se auto invitó para comer con nosotros, sin entender que estaba haciendo mal tercio. Una vez Don Pepe nos había visto juntos a Rafael y a mi en el Metro pero se hizo el disimulado y no le dijo nada al doctor, así que en cierta forma sabia que algo pasaba entre nosotros dos, y de plano no hubo forma de evitar que el y Lulú se quedaran a comer… y luego a coger, ya que fue con ellos que Rafael y yo hicimos nuestro primer sexo en grupo, y fue una experiencia muy cachonda. Comimos carne asada y Rafael preparó una salsa muy rica;
Les comento esto porque degeneró en un incidente bastante lindo y ahora si que muy, muy ardiente, ya que después de comer y de bebernos un par de tequilas cada quien, Lulú y yo nos pusimos bastante cachondas, por no tener costumbre, y ella de plano le dijo a su novio:
-Ay, Pepito… si quieres ya vámonos, mi amor, porque quiero… ya tu sabes lo que quiero… y si nos quedamos de plano te voy a pedir que me lo hagas aquí… mi amor… ¡Y qué van a decir los muchachos!
-Humm, mi amor –dijo Don Pepe- pues no van a decir nada… pero como decimos, DE VER DAN GANAS y a lo mejor ellos nos copian… Humm, estas muy linda, mi amor –y dirigiéndose a Rafael y a mi, preguntó -¿A poco no es linda Lulú? Y nada mas habían de ver qué rico lo hace… ¿Verdad, mi amor, que coges muy rico?
-Ay Pepe, no digas esas cosas, y además, ya te dije que tengo ganas… anda, siéntate en el sillón papacito- y ella misma empujó a Don Pepe al sillón e hincada frente a él, comenzó a zafarle el cinturón y ¡Zas! Que le saca la verga. Don Pepe tendría en ese momento unos 35 años así que su verga estaba dura y al parecer gruesa, y Lulú se prendió de ella para hacerle una mamada riquísima que hasta a mi se me antojó la verga de Don Pepe, y de reojo voltee a ver a Rafael que sonreía y no dejaba de mirar las habilidades de Lulú, a lo mejor pensando en que ella podría mamársela también a él… ¡Así son los hombres de cabrones, pero en ese momento pudo mas mi calentura así que sonreí y tomé a Rafael de la mano, nos miramos y con un gesto me preguntó si no quería yo hacer lo mismo; Yo sonreí solamente y le dije que de igual forma se sentara en el otro sillón de la sala del patrón.
Le saqué la verga que ya estaba durísima, y comencé a darle una mamada pero ahora como que estaba compitiendo con Lulú que sabia lo suyo en cuanto a mamar, y tenia a Don pepe con los ojos entornados, como de huevo cocido diría Rafael, y aquí quiero señalar que Rafael estaba muy al pendiente de lo que hacia Lulú pero yo me hice medio tonta para evitar una escena de celos, ya que yo también miraba el arma de Don Pepe. Estar ahí ellos sentados casi uno al lado del otro mientras nosotras les mamábamos la verga era una linda experiencia, muy novedosa para mí, pero cuando Lulú se levantó y se quedó desnuda, dejé de mamarle la verga a Rafael para ver qué iba a hacer, y sin ropa, se montó en Don Pepe de frente a él y ella solita se acomodó la verga en su panochita que por cierto traía sin pelo alguno, bien depilada, y nada mas hubieran visto ustedes los restregones que se daba para sentir mas adentro la vergota de su novio… y como lo que hace la mano, hace la tras, yo me levanté de mi posición hincadita y me quité toda mi ropa para comenzar a hacer lo mismo, y vi que Don Pepe me miraba y sonreía como diciendo que el ya sabia que íbamos a terminar cogiendo así en grupo.
-Humm, que calladito te lo tenias, Lupita… aquí Rafael ha de estar feliz teniendo a una muchacha tan sexy como tu… mira Lulú, aprende de Lupita… ¡Quien la viera tan inocentona pero bien que coge con Rafael! Y tu, Rafa, se ve que la llenas bien, y que ya tienen tiempo cogiéndose… digo, agarrándose cariño… Mira, Lulú, aprende que rico se mueve Lupita –dijo Don Pepe y aunque ustedes lo duden, yo estaba excitadísima de que otro hombre me viera coger con mi novio. Por fortuna Rafael no se vino, sino que fuimos cambiando de posición hasta hacer un 69 y ahí fue donde me di cuenta o mas bien sentí que Rafael no se había lavado bien las manos después de hacer la salsa porque empecé a sentir unos ardores tremendos en mi panocha que para qué les cuento. Sin embargo me aguanté y solo cuando ya nos separamos para irnos a la cama, fue que le dije a Rafael, en voz bajita:
-Oye mi amor… ¿Qué no te lavaste bien las manos después de hacer la salsa? Es que me arde mi ponche como no tienes una idea… mete tu lengua entre mi panocha para ver si se me quita el ardor- y el sonrió apenado, e hizo un gesto con la cabeza mientras me tomaba de la mano y cuando nos dirigíamos a mi cuarto, oímos a Don Pepe casi gritando:
-¡Ey, ustedes a donde van, tortolitos! ¿Qué no quieren que los veamos terminar o qué? No sean así, siéntense aquí en el sofá y hagan lo que gusten –y un poco forzados nos regresamos a la sala. Lulú estaba en la posición de perrito y él se la estaba metiendo desde atrás pero en la vagina, y no sé porqué pero Rafael me apretó la mano como en un reto, lo miré y sonreí aceptando y me volví a poner encima de Rafael pero ahora dándole la espalda y poco a poco su verga entró enterita en mi panocha mientras sus manos sobaban mis senos y apretaban mis pezones… y tuve un orgasmo tremendo, al grado que sentí como que me orinaba y escuché el aplauso del amigo del doctor y el de su novia mientras él decía:
-¡Qué bárbara eres, Lupita… coges riquísimo de verdad! A Lulú le he pedido coger por atrás pero no quiere… dice que la tengo muy gruesa… ¿Tu cómo me la ves? Rafa… ¿Dejas que Lupita me la mire de cerca para que Lulú se anime?
-Por mi, adelante… mientras solo sea mirar –dijo Rafael con una sonrisa y con una caricia en mis nalgas me animó a zafarme de su verga e ir a verle de muy cerca la verga a Don pepe, mientras esté se la estaba metiendo a su novia. Me acerqué y era impresionante ver ese trozo de carne dentro de la panocha de Lulú, y mi mente voló, imaginando que bien podría coger con Don Pepe si quería, y hasta ahí mismo, así que de reojo voltee a ver a Rafael que me pescó la onda muy rápido, sonrió e hizo un gesto positivo con la cabeza, que Don Pepe también vio, y con una nalgada hizo que Lulú se zafara también de su verga, me volteó a ver y dijo:
-Ándale Lupita… pruébala, para que le digas aquí a Lulú que si se deja coger por atrás no le va a doler mucho –pero yo dije entonces:
-No, Don Pepe, por atrás no… así solo con Rafael… pero si quiere, podemos coger por adelante… ¿Verdad que por adelante si me das permiso de coger con Don Pepe, mi amor?
-Si, claro mi amor… por adelante si, pero por atrás no… ¿A poco Lulú de verdad no ha cogido por atrás, Don Pepe?
-Pregúntale… al menos conmigo no ha querido pero inténtalo… tal vez contigo si se deje… ¿Lo intentas con Rafael, mi amor? –dijo, ya dirigiéndose a Lulú.
Así fue mi primer intercambio, pero hubo muchos mas, con Don Pepe y con otras personas, y Rafael y yo gozamos mucho esa etapa de nuestro noviazgo. Pero todo eso se los cuento después, queridos amigos y amigas.
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