TODO LO QUE PERMITI QUE ME HICIERA MI NOVIO (8)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Después de esa primera vez en grupo, pude darme cuenta que no debía yo beber porque de plano me desinhibía. Al otro día de nuestro cuarteto con Don Pepe y Lulú me dolía mucho el cuerpo de tanto coger. Era verdad que la verga de Don Pepe era mas gruesa y larga que la de mi Rafael, pero como era lógico, no iba a ser cosa de romper con Rafael y andar con Don Pepe, y además, Lulú y yo nos simpatizábamos mucho y ni modo de andar pedaleando su bicicleta pero al menos en un caso de emergencia ahí estaba la verga de Don Pepe y además la de Alfredo, ahora si que mi “novio” oficial. Con Alfredo de plano cogía solo de vez en cuando porque él de verdad quería algo serio conmigo y además, yo tenia que seguir haciendo el papel de noviecita seria y pudorosa, y casi era yo la que me lo cogía en vez de él a mi… y no sé si se pasaba de tierno, de inocente o de pendejo pero así era cada cogida, muy rutinaria diría yo… y sinceramente, después de haber cogido con Don Pepe, que la tenia muy rica, a veces hasta la verga de Rafael se me hacia chiquita.
Quizá por eso fue que animé, por fin, a que Rafael me la metiera por atrás. Era sábado en la noche y había pedido permiso al doctor para irme desde ese día a mi casa, ya que mi descanso oficial era el domingo. Pero Rafael me había estado insistiendo en pasar juntos la noche entera y acepté. El me estaba esperando, como siempre, en la estación del Metro y nos abrazamos, besamos y acariciamos en el camino hasta el hotel de siempre, nuestro hotel, y como casi era de cada ocho días, el de la administración ya nos conocía, y nos dio una habitación muy cómoda, con espejos y toda la cosa. Entramos y comenzamos a fajar y a encuerarnos hasta quedar los dos sin nada de ropa. Para esas fechas yo ya no llevaba vello, porque me había encantado ver a Lulú sin el greñero y pensé que yo debía traerlo igual, y a Rafael y a Alfredo les encantó que mi panocha pareciera la de una niña bastante traviesa, como diría Rafael. Por su parte, yo había rasurado a Rafael con cuidado y así como que se le veía la verga más grande pero sobre todo muy limpia, aunque debo reconocer que siempre fue muy limpio y así debe seguir siendo.
Hicimos un 69, cogimos de a perrito, me monté y se me montó y también hicimos la carretillita y las cucharitas, además de la del chivito en el precipicio, que por cierto me encanta… pero Rafael me dijo en voz bajita y justo en mi oreja:
-Mi amor, que rico estamos cogiendo, mi cielo… pero tengo ganas de metértela por atrás mi amor… ¿Me dejas?… anda, me encantan tus nalgas, mi amor… anda, dame tu culito mi amor- y créanme que parecía un niño encaprichado con un juguete o un dulce y a mi me daba entre risa y nervios ya que si tenia yo ganas de saber lo que era coger por el culo, pero mi hermana Raquel me había metido miedo siempre respecto del sexo anal, porque decía que se le ponían a la mujer las caderas muy grandotas y además, que si el hombre no era cuidadoso podía uno cagarse sin sentir… ¿Se imaginan que una ande por ahí siempre con pañal desechable o con el culo floreado?
Pero entre los besos y las promesas de Rafael de que seria muy cuidadoso y que solo iríamos hasta donde yo dijera “¡Basta!” acepté pero ahí hubo otro problema, ya que el decía que quería metérmela en la posición de a perrito pero a mi me parecía mejor la de las cucharitas, alzando yo una pierna y además, así podría yo guiar su verga hacia mi culito y podía en un momento dado parar las cosas si me estaba doliendo mucho… y después de discutirlo un rato acepté darle el culo a mi novio, o sea que también me rompiera el quintito anal. Nos besamos muy sabroso hasta que nos acomodamos para la inauguración de mi culo, pero como dice el dicho que mujer prevenida vale por dos, yo llevaba en mi bolso un tubo de jalea médica KY y además, unos condones, ya que según mi hermana, no debía jamás dejarme coger por el culo, peor si pasaba (¡Y ya estaba por pasar!) era mejor hacerlo con condón para que los microbios de la cola no se metieran luego a mi panocha o cuando menos a la verga de Rafael… o de aquel al que le diera, ahora si, el culito… y sinceramente creo que me aventé a coger por atrás con Rafael porque de las tres vergas que para ese momento ya conocían mi panocha, la de Rafael era la mas delgada y corta, y así pensaba yo que mi colita no sufriría tanto cuando me la metieran por ahí. Pienso además que si Rafael lee estos relatos sabrá que aunque le decía cosas lindas sobre el tamaño y la fuerza de su verga, en realidad su verga era bastante normalita y ni siquiera tenia muchas venas, como algunas que he conocido desde entonces.
Le pedí a Rafael que me pusiera bastante gel y que se pusiera condón y lo embarrara de mas gel, y luego empezó a intentar entrar pero no quería mi culito aflojarse, y fue que tuve que pedirle a Rafael que me empezara a dedear como siempre lo hacia pero un poco mas, y así, de a poquito, mi esfínter se fue aflojando, dando de si hasta que pudo meter enterito su dedo índice… y cuando iba ya a meterme la verga le dije que no, que intentara mejor con dos dedos, y así lo hizo hasta que por fin me entraron con libertad dos dedos, y cuando me preguntó que si ya, le contesté que si… y me llené de nervios, pidiéndole a Dios que no me fuera a lastimar… pero poco a poco Rafael metió primero el glande, la cabecita, y le dije que esperara un poco para que mi culo se habituara a su verga y luego de un rato en que me sobaba el clítoris y no dejaba de decirme al oído cuanto me amaba y lo que estaba gozando, comenzó a metérmela muy lentamente y yo sentía muy feo, como que el culo se me partía y por un momento pensé en decirle que mejor no, que me la sacara mejor, pero metí mi mano entre mis piernas abiertas y sentí sus huevos contra mis nalgas… ¡El cabrón ya estaba por completo dentro de mi culo!
Pues si, ya era yo toda una SEÑORA, ahora si que de todos lados, y sentí gusto de que no me hubiera dolido tanto como lo había imaginado, pero después de un ratito Rafael comenzó a moverse, ya que quería entrar y salir como si la panocha se tratara y fue que le tuve que decir que no, que parara y que seria yo… si quería seguirme cogiendo, la que se movería, y el aceptó dándome un beso en el lóbulo de la oreja y luego succionándomelo, cosa que él sabia que me ponía a mil.
Aunque tenia dentro de mi culo la verga de Rafael, los dos nos quedamos quietos para que mi ano se habituara al inquilino, y luego, siempre lentamente, comencé a mover mi cadera aunque buscaba apretar con mi culo la verga de Rafael, y nada mas oía cómo suspiraba y me decía con voz entrecortada que me amaba y cosas así ¡Pero era lo caliente que estaba! Rafael no dejaba de sobarme el clítoris y tuve dos orgasmos ricos en los que sentí que mi colita explotaba ya que al contraerse mi ano, apretaba con mas fuerza la verga de Rafael y setia un tremendo dolor de culo pero al mismo tiempo un gozo mucho muy especial… aunque me vino a la mente la pregunta :¿Así sufrirán los Gays cuando se dejan coger, ahora si que por donde les cabe una verga? ¡Pues pobrecitos! Si les ha calentado esto al leerlo como me pasa a mi al recordarlo y escribirlo, los espero aquí en la siguiente entrega.
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