Tres primas, tres amantes – Parte I
Julieta, Sofía y Morena, mis tres primas, cuando descubrieron con cuanto me había dotado la naturaleza, empezó la batalla por ver cual de las tres se convertiría en mi principal amante..
Somos una familia bastante grande, mis padres tienen varios hermanos, que a su vez tienen varios hijos/hijas cada uno. Mi tío Armando es el padre de Sofía, Julieta es hija de mi tía Marta y Morena es la única hija de mi tío Adrián. Todos vivimos en un pueblito pequeño de unos 8000 habitantes cercano al campo que mis abuelos.
La costumbre es que para las fiestas importantes, o feriados largos, toda la familia se junta en casa de los abuelos a pasar los días. Nos divertimos mucho, hacemos las tareas que nos mandan los mayores, montamos a caballo, salimos a pasear por los alrededores, hay una zona de montañas y de bosques, por el cual transcurre un pequeño curso de agua, al que solemos ir a refrescarnos los días de mucho calor, lo bueno es que como no están cerquita del casco de la estancia, casi nunca van los mayores. De hecho solemos ir siempre con mis primos.
Este día el sol pegaba muy fuerte, la temperatura superaba los 36°C, estábamos mis primas y yo en el granero subiendo pasto al altillo para acumular para el invierno, el trabajo y el calor nos hacía transpirar a montones, como era hora de siesta los mayores estaban todos acostados con los aire acondicionados prendidos y descansando, nosotros trabajando como brutos, pero era divertido. Me puse de acuerdo con las chicas y decidimos que al terminar la tarea, iríamos al arroyo a refrescarnos.
Y así fue, terminamos rápido, ensillamos dos caballos y salimos al galope para las piscinas naturales, ya saboreando el frescor del agua. Julieta iba prendida de mi cintura en la grupa de mi caballo. Morena comandaba a yegua donde llevaba a Sofía. Les detallaré una por una a mis primas para que vean que a mis quince años con las hormonas en ebullición y estas tres criaturas revoltosas y hermosas era obvio que en algún la naturaleza obraría en bien de la humanidad.
Julieta tiene 13 años, cabellos castaño claro, sus ojos de color avellana parecen los de un tigre, es alta para su edad, tiene casi mi altura, bueno, yo no soy alto, apenas mido 1,72mts. Ella debe medir unos 1,65mts. Pero goza de un cuerpazo para su edad. Sobresalen sus pechos, grandes, puntudos, sus pezones estiran la tela de su remera. Y posee unas hermosas nalgas, algo anchas pero tersas, tipo huevo de avestruz. Su boca generosas, con labios gruesos, siempre sonriendo y tiene un gesto por demás erótico, saca la punta de la lengua por entre sus labios cuando está concentrada en algo. Es la más compañera conmigo, es cierto que vivimos en la misma cuadra en el pueblo y casi siempre estamos juntos. Hace unos días se peleó con un noviecito que tenía. Por eso anda algo triste.
Morena es una belleza andante, una colorada de ojos verdes, cara pecosa y nariz respingada. Muy buen cuerpo, casi de bailarina, dueña de un genio chispita, se exalta por cualquier cosa y se enoja rápido. Pero es muy sociable, buena compañera y mejor amiga. De busto mediano y culo apetitoso sin ser algo muy notable. A sus 12 años ya está en los momentos de querer tener novio, pero como que no se anima. Lo más notorio es que permanentemente busca mi compañía, y anda de roce que te roce, cuando puede me abraza, me da besitos en los cachetes, me pellizca el culo. Y cuando me molesto ella solo sonríe y hace mohines frunciendo su pequeña naricita.
Sofía, a sus trece años es la más madura de las tres. También la más desarrollada físicamente. Dueña de un hermoso par de pechos, medianos pero del estilo pesados. Resaltan más debido a que ella es flaca, tiene un par de piernas de novela y terminan en un portentoso culo, que reconozco más de una vez le he dedicado una buena paja soñando que poseía esa cola. Un par de veces hace un tiempito atrás en un cumpleaños de otro primo nos dimos un par de besitos y nos tocamos un poquito pero no pasó a mayores. Pero es cierto que hay cierta atracción entre ella y yo.
Hechas las presentaciones de mis primas, continúo con el relato. Llegamos al arroyo, desensillamos los caballos y los dejamos pastando bajo los árboles. Nosotros corrimos a la orilla, y allí nos dimos cuenta que ninguno llevaba traje de baño. Comenzamos a reirnos, nadie se atrevía a quedarse en ropa interior para meterse al agua, finalmente Morena al ser la más deshinibida, se sacó el pantalón y la blusa quedando en bombacha y corpiño, y sin más corriendo se metió al agua. Yo con un poco de verguenza me fui sacando la ropa y quedé finalmente en calzoncillo, ese día llevaba puesto un slip muy ajustado que inmediatamente dejó en evidencia que yo era hombrecito, luego ya les contaré el por qué. Y me fuí al agua. Julieta y Sofía medio dudaron dieron un par de vueltas, pero estaba claro que si no se desvestían no gozarían de refrescarse en el arroyo. Al final ambas se desnudaron y dejaron en evidencia que muy pronto serán unas hermosas jovencitas, y que ya están en edad de recibir las atenciones de los muchachos.
Al final nos juntamos los cuatro en el agua, pronto todos estábamos empujándonos, metiéndonos debajo del agua y todo tipo de luchitas. Tanto jugueteo, y apretones, en determinado momento me encontré tomando a Morena por detrás, y apoyándole mi verga en el medio de sus nalgas. Ella por un instante se petrificó, pero luego echando su culito hacia atrás propició en roce con mi palo, eso no pasó desapercibido para Julieta ni para Sofía, que se sonrieron y se miraron unas a otras con picardía. Yo solté a Morena quien siguió saltando y jodiendo en el agua, pero Sofía fue la primera en darse cuenta que mi pija se estaba enervando. El bulto en el slip crecía y crecía, yo no podía taparlo con ambas manos, la verguenza era tremenda, salí corriendo del agua y me tiré al sol, tratando de que se me pasara la erección, pero no hubo caso, mi pija se puso como mástil de velero, y asomó más de la mitad por el elástico del slip. Es que no lo comenté antes por no parecer agrandado, pero gozo de un pene importante, tiene el grosor de una lata de picadillo, y el largo es similar a un tubo de aerosol mata mosquitos. Luego mis primas obtuvieron las medidas con el centímetro de mi tía, arrojó 6 cms. de lomo por 22.7cms de largo. Pero la cabezota en plena erección llegó a los 7.5cms. Para mis quince años, la verdad es que es una imponente verga.
La única vez que tuve sexo, fue hace un año atrás, con una amiga, compañera del colegio dos años mayor que yo, me quitó la virginidad y me llevó al cielo. Pero luego no tuve otra ocasión, es que la verdad soy bastante tímido, no se me dan muy bien el trato con las chicas, soy vergonzoso. Volvamos a la tarde en cuestión, yo tirado en el pasto con la verga parada al mango, y mis primas las tres acercándose, mi verguenza era extrema. Morena llegó se arrodillo al lado mío y no le quitaba la vista a mi palo. Estaba sonrojada. Sofía con la boca abierta, miraba mi verga y me miraba a los ojos como no entendiendo bien que pasaba. Y Julieta, más conocedora, se aproximó, se sentó a mi lado y sin ningún tapujo me hace recostarme, me baja el slip y libera mi palo que oriundo saltó en todo su esplendor apuntando su morada cabezota hinchada al cielo. Sofía lo toma desde el tronco y o zamarrea, y me dice con voz ronca, primo, que verga grande que tenés. Es el doble de grande que la de mi ex novio. Y lentamente comenzó a pajearme, lo hacía con suavidad, y no me sacaba los ojos de encima. Sofía se arrodilló a su lado y le dice, ahora me toca a mí. Y se adueñó de mi pija, la apretaba y zamarreaba como si fuera una rama. Para esto Morena no se quiso quedar atrás, y siendo la más desfachatada, pidiendo permiso a sus primas, se adueño de mi palo y con las dos manos me pajeaba con ganas. Mi pija estaba a reventar, yo estiré una mano y me adueñé de un seno de Sofía, y con la otra mano le tomé una nalga de Morena, ninguna de las dos se molestó, es más, Morena se acomodó mejor a mi alcance. Yo acariciaba su culo y mis dedos pasaban por su agujerito trasero, picándoselo por arriba de la bombacha. Sofía tenía los pezones erectos, duros. Julieta solo me miraba pero se notaba que tenía ganas de más. Y así fue, corriendo de lugar a Morena, se arrodilló sobre mi verga y sin empacho se la metió en la boca, y me empezó a dar una mamada de novela, estuvo así unos cinco minutos mientras sus primas miraban y aprendían, mientras yo las acariciaba. Dejé las tetas de Sofía y le metí la mano entre sus piernas, o sorpresa, su bombacha estaba toda babosa y caliente, al sentir mis dedos sobre su vagina, abrió más las piernas permitiéndome el libre acceso a su conchita, a la cual ataqué metiéndole dos dedos lentamente, ella gimió pero no se retiró, solo se mordía los labios. Con los dedos de la otra mano corrí la bombachita de Morena y encontrando el agujero de su culito, metí lentamente mi dedo anular. Ese agujero parecía un volcán de lo caliente que estaba. Y en esa posición finalmente me vine dentro de la boca de Julieta con largos y espesos chorros de semen, los que ella no permitió se derramaran tragándoselos todos. Y mostrándole a sus primas la lechita sobre su lengua sonriendo.
Mi pija lejos de ablandarse, seguía dura como un tronco, yo ya había tomado coraje al ver que ninguna protestaba, les digo, pónganse las tres una al lado de la otra boca arriba con las piernas abiertas. Ninguna se opuso, al contrario de buena gana y sonriendo se tiraron al pasto, de repente tenía tres vírgenes a mi disposición, y no iba a desperdiciar la ocasión. Me arrodillé entre las piernas de Morena y lo pegué una lamida de concha tremenda, metiéndole un poco los dedos, apenas tenía algo de bello en el pubis, preciosa conchita de labios gruesos. A Sofía mientras le chupaba la concha le metí un dedo en el culito, ella se relajó y le entró todo, su concha con más bello estaba totalmente embadurnada de sus jugos, y finalmente Julieta, su conchita más madura, chorreaba jugos, arremetí con la lengua, chupaba y lamía como un desesperado, le metí un dedo en su culo, luego dos y no se quejaba, Me acomodé entre sus piernas, las subí sobre mi cadera y tomando mi tronco se lo apoyé en la entrada de su caliente y mojada cueva, al principio medio se resistía, pero luego se empezó a deslizar hacia el interior abriendo de par en par esos labios, introduje la cabeza y parte de mi pija y llegué a su himen al que no respeté y dando un fuerte empellón me enterré en sus entrañas hasta topar con su útero. Ella gimió, gritó un poquito por el tamaño de la pija, pero me quedé quietito, ella se acostumbró al tamaño, su vagina apretaba y latía, yo empecé a moverme lentamente, se la sacaba un poquito y se la metía, a los dos minutos ya se la sacaba toda y se la enterraba hasta el fondo, y de repente sin previo aviso, me comenzó a apretar con su vagina y se vino en un tremendo orgasmo, con grititos y gemidos, finalmente quedó laxa como semi muerta pero sonriendo. Le saque la verga y salió toda llena de flujos y un poco de sangre, Me arrodillé frente a Sofía que me miraba con los ojos muy abiertos, le abrí las piernas bien, le volví a chupar la conchita, y una vez bien llena de saliva, me acomodé en su entrada y lentamente la penetré. Con ella fué más difícil, es muy estrecha, la cabezota apenas avanzaba, ella me arañaba la espalda, yo empujaba, en un momento la tomé de las nalgas como para forzar la penetración, mi dedo mayor se posicionó en el medio del agujero de su culito, se lo metí de una hasta el fondo, ella se relajó de golpe y eso ayudó para que tres cuartas partes de mi verga se perdieran en su interior. El grito de Sofía se debe haber escuchado en la estancia, comenzó a llorar y a pedir que se la saque, yo nada, cada vez más adentro, su vagina es muy estrecha, me dolía el palo pero no le aflojaba, luego de un ratito ella se relajó más y comenzó a gozar la cogida. Luego ya gemía de pasión, al ratito pedía más y más fuerte, y con un largo gemido y un tremendo raspón en mi espalda se vino en una gran acabada. Para esto Morena estaba totalmente excitada y fuera de sí, se masturbaba con todos los dedos en su conchita. Salí de arriba de Sofía y acomodé a Morena, le levanté las piernas hacia mis hombros, ella tomó mi pija desde el tronco y ella solita se lo puso en medio de su vagina, y me dice, dale ahi está metela. Yo empecé a empujar, y o sorpresa, le fué entrando sin más, estaba totalmente dilatada, al llegar a su himen, ella solita levantó la cadera y se ensartó hasta el tronco. Ni un gemido se le escapó, rápidamente comenzó a cogerse sola como poseída, y sin más comenzó a acabar, no una si no tres veces seguidas. Yo para esto tenía la tripa enrojecida pero no había acabado por segunda vez. Así es que le saco la verga a Morena, y se la ofrezco a Sofía quien comienza a mamarla desenfrenadamente hasta que con un espasmo le lleno la boca de leche. Ella la bebe toda, y ahí quedo yo desparramado, con la verga a medio morir, con mis tres primas desvirgadas, contentas y encima mío. Morena pregunta si mañana venimos de nuevo al río, a lo que Sofía y Julieta sonriendo le dicen que si. Pero que mañana vendrán preparadas. Y todas largaron la carcajada. En la parte dos les contaré como me adueñé de las colas de mis primas y hoy son mis amantes a diario.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!