TU PLACER, MI PLACER por MARQUESADE
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por MARQUESADE.
Llego a casa, la encuentro silenciosa y vacía, pienso que saliste, no me dijiste nada… pero rápidamente, observo tu inseparable bolso encima de la mesa, se entonces que estas, pues nunca saldrías sin él, investigo un poco todas las habitaciones, e intuyo que estas en el cuarto de aseo, me dirijo hacia él, veo que la puerta esta entreabierta, me asomo con cautela y la primera imagen que surge ante mis ojos, eres tu regalándote un baño de espuma, metida en la bañera , dejándose ver tu cabeza apoyada al borde de la misma, con tus ojos cerrados, supongo el placer que sientes al notar tu cuerpo bañado de esa agua caliente, junto con su espuma relajante. Tienes en tu mano una copa de vino de la que has estado bebiendo poco a poco y en los bordes pegados a la pared de la bañera unas velas encendidas que desprenden un dulce aroma que no puedo distinguir en ese momento…
Me gusta verte así de relajada, estás como en otro mundo, con todas tus defensas bajadas, me excita verte en esa situación, pues sé que es cuando puedo conseguir más cosas de ti, sin que salga tu lado protestón jejeje…
Veo cómo tus manos juegan con la espuma, cogiéndola con ellas y llevándola a donde quieres, de vez en cuando emergen cada una de tus piernas que me dejan ver casi hasta la mitad de tus muslos, impregnados de la espuma blanca que tus manos al momento tienden a frotarla en ellos masajeando con suavidad…
Escucho las gotas de agua caer en la bañera cuando sacas cada una de tus piernas, casi veo en cámara lenta cómo te acaricias tus muslos y cómo los chorros de agua resbalan por tus piernas…Es como una música que me hace entrar en trance, junto con tu imagen deseosa…
No puedo evitar acercarme a ti, lentamente disfrutando de lo que veo, todavía no has notado mi presencia, sigues completamente relajada y concentrada en el baño, no hay nada que te haga distraerte de dicha sensación…
Me acerco más y más, ya estoy casi al borde de la bañera, me arrodillo delante de ella, me inclino hacia ti… cuando notas mi respiración húmeda cerca de tu cara, abres los ojos sorprendida, casi asustada, pero al reconocerme, dejas de estarlo, y me recibes con una sonrisa picarona, de esas que tanto sabes que me gustan…
No puedo evitar besarte, esa sonrisa tuya me atrae como un poderoso imán, junto con la imagen que todavía retengo en mi memoria de cuando te observé unos momentos antes…
Mis labios se posan en los tuyos suavemente, para que el beso sea como esa espuma que flota encima del agua, suave, tierno, noto el ligero sabor del vino en tus labios junto al aroma que desprende el agua que retiene en su interior todo tu cuerpo unido a las sales y aceites que le añadiste.
Me gusta el beso, nuestros labios apenas se rozan, es como una ligera caricia, pero al momento mi beso se intensifica, como se intensifica mi deseo por ti…
Mis labios entreabren los tuyos, mi lengua húmeda y deseosa asoma entre mis dientes para entrar en tu boca, dejas que mi lengua entre sin remedio en ella, que saboree más el sabor de tu aliento…
Mi lengua se junta con la tuya, se saludan y juegan a enroscarse entre ellas primero, después a pasar de una boca a otra, la intensidad va subiendo, va incrementando el deseo de tocarte, mientras nuestras lenguas ya casi literalmente están desenfrenadas…
Mis labios están llenos de tu saliva, que se derrama por las comisuras de los mismos como la mía en tu boca y en tus labios…
Este beso ha sido la llama que ha prendido el deseo que se desata en mí, lentamente una de mis manos, se embarca en la tarea de bucear debajo del agua y recorrer tu cuerpo mojado por ella…
Mi mano se hunde suavemente en el agua, noto como se empapa sin remedio, su intuición y mi mente le dicen que busquen tus muslos, cosa que hace al momento, siento cómo toca ligeramente una rodilla, se aferra a ella dulcemente, para seguir ahora de forma más calmada, recorriendo tus piernas sumergidas en el agua tibia, mi mano se atreve un poco más y sube despacito de tu rodilla hacia la parte superior de tu muslo, parece extraño pero tu piel está más caliente que el agua. Al notar mi mano acercándose por el interior de tu muslo hacia tu ingle, tu beso se intensifica,
Dejas poco a poco ahogándose en mi boca pequeños gemidos al seguir subiendo mi mano sobre la piel mojada y caliente de tu pierna…
Mi brazo está casi todo metido dentro del agua de la bañera, la manga de mi camisa está empapada, ni me importa, ni lo siento, es sólo ropa… prevalece lo que me hace sentir tus besos y la sensación de acariciar tu caliente piel mojada dentro del agua, eso sí que me hace subir mi excitación.
Separo mi boca de la tuya, alejo mi rostro del tuyo unos pocos centímetros, quiero ver tus preciosos ojos, inundarme de ellos, al igual que mi mano y mi brazo se inundan de agua…
Si tu cuerpo está metido dentro de una bañera llena del líquido elemento, mi alma está metida dentro de tu interior, sumergida en esos ojos oscuros que me atraen como el más fiero agujero negro, que arrastra hacia su interior a las más grandes estrellas del universo.
Casi puedo ver cómo tus ojos desprenden el deseo que necesito, cómo la expresión de tu rostro perfecto acompaña a ese deseo, me demuestras que te has abandonado a ello, tu cuerpo desprende calor, cada vez que mi mano se acerca imperturbable a tu entrepierna, parece que el agua que la rodea entra en ebullición.
Nuestras respiraciones, al estar tan cerca el uno del otro, alimentan nuestra lascivia más si cabe, casi puedo notar cómo las exhalas más rápida ante mí, así percibo más tu agitación.
Me gusta que no cierres los ojos, pues no puedo dejar de mirarlos, veo cómo te muerdes el labio inferior cuando mi mano llega hasta la meta, donde quería llegar yo, el agua que te rodea hace que mi mano se escurra por tu sexo con una facilidad pasmosa, ahora sí que me abandona tu mirada, se cierran tus párpados, y se entreabren tus carnosos labios y se escapa un gemido rebelde de tu interior.
¡Dios! Quiero seguir dándote placer, quiero seguir mirándote, escuchándote, sintiéndote así, es como la madera que alimenta el fuego, tu placer alimenta el mío, hace que tu calor casi me derrita, que tu deseo me impregne todo mi ser, que yo ya no sea yo , si no la pieza del rompecabezas que falta en tu cuerpo y que deja libre a tu lascivia y lujuria, en esos momentos sólo deseo ser eso, en esos momentos eres para mí la más hermosa diosa del placer.
Ahora mis dedos y mi mano quieren seguir acariciándote, para seguir sacando de lo más intimo de tu interior todos los gemidos que tengas guardados, junto con todos tus estremecimientos… así que mis dedos siguen a lo suyo, se abren paso sin remedio entre tus labios mayores, entrando sin dificultad gracias al agua en que estás sumergida… en tus labios menores, las yemas de mis dedos rozan la entrada de tu sexo notando el calor que desprende tu interior, pero todavía no quiero penetrar dentro de ti, quiero recrearme, necesito extasiarme más contemplándote con avidez…
Tus estremecimientos son más numerosos, tus manos se agarran con fuerza a los bordes de la bañera, mientras mis dedos recorren toda la extensión a lo largo de tu sexo, sin prisa pero sin pausa, sintiendo todos los pliegues de él, cuando llego a tu clítoris… mmmmm como cambia tu expresión, como agarras con más fuerza la bañera haciendo que tus manos adquieran una tonalidad blanca de lo fuerte que aprietas… muerdes con más fuerza tu labio inferior, como para que no salga ningún gritito de tu interior, lo consigues, solo siento una larga exhalación junto con un largo gemido, un poco ahogado al tener la boca cerrada, pero me da igual, causa en mi la misma electrizante sensación de excitación, cosa que me agrada y me gusta una barbaridad.
Sigo con tu clítoris, mis dedos lo recorren alrededor de él, intento aprisionarlo entre dos de ellos, le doy pequeños pellizquitos, sintiendo cómo crece, poco a poco, debo estar haciéndolo bien, pues tus gemidos van en aumento, tus piernas se abren un poco más, aprieto más fuerte sobre tu clítoris, tus estremecimientos, hacen que quiera seguir con el juego, una de tus manos, que tenias aferrada al borde de la bañera, se desprende de ella, y se sumerge en el agua, agarrándome la muñeca, primero no sé si es para quitarme de lo que estoy haciendo en tu botoncito, o para que siga, así que me dejo hacer, me dejo llevar por ti, me gusta cuando veo lo que te propones…
Sacas tus piernas del agua, poniéndolas a ambos lados de la tina, dejando completamente abierto todo tu sexo, con una fuerza inusitada, empujas mi mano hacia lo más profundo de tu sexo, no quiero replicarte, y imagino lo que deseas, así que dos de mis dedos penetran si avisar en lo más profundo de ti, hasta que mis nudillos chocan y no deja entrar más con la pared de tu sexo.
Ahora si dejo de mirarte el rostro, ya quiero verte más el conjunto de tu cuerpo, eso me deja la otra mano libre para poder agarrar tus pechos mojados y escurridizos, los aprieto con fuerza, paso de uno al otro, con rapidez, con la rapidez que tus gemidos salen de tu interior, mientras mis dedos siguen penetrándote con fuerza.
Logro pellizcar por fin tus pezones y tirar de ellos suavemente, crecen entre mis dedos, cogiendo una dureza que me gusta…
Ya no te cortas un pelo, me encanta que no lo hagas, sabes lo que quieres y yo quiero dártelo, todos tus espasmos, movimientos, gemidos, casi gritos, hacen que me esfuerce más por darte todo y llegues al clímax, no sabes cómo lo deseo, no importa que tus caderas empujen al movimiento de entrada y salida de mis dedos, salpicando con ello una enorme cantidad de agua, dejándome la cara y casi toda la camisa mojada.
Cómo me excitas cuando salen tus primeras palabras de tu boca, esas que me hacen sentir tan bien—Dios mmmmmmm no paressssss sigueeeeeeee, me voy a correrrrrrrrr, mmmmmm, sigueeeeeeeeeeeeeeee, más fuerteeeeeeeeeeeee, ahhhhgggggggg—
¿Cómo crees que voy a parar si me dices eso? Al contrario, quiero que explotes sin remedio, quiero que te corras sin pausa, quiero que salga de tu interior el mejor de los orgasmos, quiero retener tu cara hermosa contraída por los espasmos de ese orgasmo, grabarla en mi mente a fuego, para poder recordarte, y ver el placer que conseguí darte.
Mi mano en tus pechos, sí que notan tu respiración más fuerte, más enérgica, es difícil mantenerla ahí, debido a tus movimientos rápidos, el chapoteo del agua, hace que se derrame más, mis rodillas en el suelo se humedecen, pero eso es lo de menos, sólo puedo concentrarme en ti, en lo bella que estás, en lo que mis caricias hacen que sientas, en el deseo que me trasmites.
De repente, me sorprendes, y me dices… “¡Muérdeme mientras me penetras con tu mano!”… Decidido me acerco a tu jugoso cuello, aparto un mechón de tu resplandeciente pelo húmedo que quedó ahí pegado, y te propino un buen mordisco, veo que gritas de puro gozo, absorbo con mis dientes y mi lengua… noto tus venas en mi boca… y me gusta… y a ti más…
En este momento eres mía… no hay nada más, sólo tú y yo, quiero dártelo todo, quiero que notes mi ser y yo el tuyo… que seamos uno, fundidos en un inimaginable placer…
Deseo tanto beberte… que me aferro a tu cuello, mientras mi mano sigue saliendo y entrando de tu lindo sexo…
En esta posición… no puedo evitar mirar al espejo que tenemos enfrente, alzo mis ojos… y la visión es realmente sorprendente… tu esbelto cuerpo tendido, tus piernas completamente abiertas ofreciéndote por completo a mí, y yo ahí, poseyéndote, absorbiéndote, penetrándote, amándote…
No puedes más… y llega tu rico orgasmo, como una explosión de sonidos, me haces enloquecer, sigo sin parar en mi pose, no quiero detenerme… deseo seguir notando todo tu cuerpo y tu aroma en mí… me embriagas con cada espasmo tuyo, y no voy a rechazar por nada del mundo este mágico instante.
Llega el momento en que te relajas…, dejo de morderte, y me percato, que te dejé una bonita marca en tu cuello, sonrío pícaramente mientras te miro a los ojos, libero mis dedos de tu sexo, los paso por tus mejillas, por tus labios, por tu boca, sacas tu lengua, los saboreas, y luego los lamo yo también, ¡sabes de maravilla!… ¡Jamás probé tan exquisito manjar!.. No podía ser de otra manera… tratándose de ti, de mi diosa…
Es entonces… cuando me miras… y con un susurro guiñándome un ojo me dices con tu sonrisa juguetona: “¡uhmm… cariño!.. Me parece que ahora ha llegado tu turno…”…
MARQUESADE…
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