Un día que pasó
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por goplay.
Sus fantasías las conocían, ahora quedaba por ver como las llevarían a cabo.
Sus miedos estaban presentes pero ambos sabían que algún día debía ser.
Tal como habían quedado, él ingresaría al departamento con una llave que recibió el día anterior por un mensajero. Ella lo esperaría desnuda en su cama haciéndose la dormida.
Él llevaba el kit que habían concordado en tener para un día de puro sexo, mimos y caricias.
Frutillas, crema, aceites, sales y espuma de baño, más la música de Montecristo en CD.
Entró haciendo un poco de ruido justamente para no asustarla, dejo las frutillas y la crema en la heladera. Puso el CD en la compactera, dio play.
Ahora si se fue acercado al dormitorio muy silencioso mientras se iba desnudando.
Ella miraba para el otro lado de la puerta, totalmente desnuda, lo esperaba cubierta por una fina sabana que dejaba notar su desnudes.
Se acostó a su lado, la descubrió muy despacio, muy suavemente fue besándole el cuello para luego ir recorriendo toda la espalda con su boca y lengua.
Se escuchó el primer suspiro.
Volvió a subir por la espalda, hasta llegar nuevamente al cuello, le hizo girar la cara, era la primera vez que se veían cara a cara.
Se sonrieron y se besaron, fue un beso muy intenso y muy profundo, se partieron la boca como muchas veces se habían escrito.
Sus lenguas jugaron, luego él volvió a bajar pero ahora por el frente. Beso cada uno de los senos, jugando un rato en cada pezón, los lamió, beso, hasta un pequeño mordisco les dio.
Las tetas son chicas, cosa que le permitió metérselas casi toda en la boca y con su lengua presionar sobre el pezón.
Mientras esto ocurría su mano derecha ya se encontraba masajeando la conchita depilada tal como la había visto en las fotos.
Sus dedos fueron encontrando el camino al clítoris que se notaba excitado, los primeros calores y primeros jugos emergieron de la concha.
Mientras con el dedo pulgar masajeaba el clítoris, dos dedos ya estaban entrando y saliendo. Había mucha intensidad acumulada, el primer orgasmo no tardó en llegar.
Esa era la señal, que todo iba bien, dejo de lamer las tetas para ir bajando despacio por la panza hasta llegar a esa concha recién acabada, bebió de su néctar, mientras sus dedos seguían jugando en su interior. Los saco, los chupó y luego mientras su lengua ahora la penetraba, eran sus manos las que jugaban con las tetas. Mientras seguía comiéndose la concha, la miró, eso hizo que ella se estremeciera. Era otra señal prometida. Sintió que otro orgasmo estaba por venir, por lo tanto se aferró a su tarea de lamer y lamer ese clítoris mientras dos dedos penetraban la concha, el gemido fue seco y profundo y un torrente de líquido lleno sus dedos y boca. Siguió chupando hasta que ella se estabilizó. Luego subió por donde había bajado deteniéndose un ratito en el ombligo lamiéndolo con ternura.
Llegó hasta la boca donde antes de besarla mirándola a los ojos chupo sus dedos y se los dio a probar.
Los compartieron en besos interminables.
Se miraron, él le pidió que se diera vuelta, la llevo al borde de la cama, le pidió que se pusiera en 4, mientras el se bajo y parado detrás de ella la penetro, con su pija dura. Suave y profundo tomándola fuerte de las caderas.
La saco por completo, para volver a penetrarla, esto hizo por lo menos 10 veces, hasta que se sintió seguro.
Volvió a penetrarla esta vez muy profundo los huevos golpearon las nalgas.
Ya con la pija bien adentro, empezó un movimiento circular, haciendo que su pija toque cada recoveco de esa concha tan deseada. La volvió a sentir, así empezó un mete y saca sin descanso, parejo sincronizado. Mientras su pija entraba y salía sin parar, la mano derecha la bajo por el vientre hasta llegar al clítoris para masajearlo y con el pulgar de la mano izquierda jugaba en círculos en la puerta del ano. Cuando ella estaba por acabar nuevamente, la hizo caerse hacia delante, sin sacarla, le hizo juntar las piernas y él casi sentado con la mano derecha en el clítoris siguió bombeando. La concha volvió contraerse, volvió a acabar, él aceleró el ritmo para que acaben juntos y le inundó la concha en un polvo interminable. El cayó sobre ella, le beso la oreja, un tímido te quiero salió de su boca.
Salió de ella, se puso a su lado, ella lo abrazó y se besaron. Se acariciaron todo el cuerpo mientras los besos se hacían cada vez más intensos. Ella le pidió ir al baño, él se quedo en la cama contemplándole el cuerpo mientras salía de la cama y recorría el camino hacia el baño totalmente desnuda. Abrió las canillas para llenar la bañera, puso las sales y la espuma.
Se para frente al espejo observando la cara de felicidad cuando por el mismo ve que él la mira sin parar y que empieza a tocarse la pija. En un juego de miradas a través del espejo ambos comienzan a masturbarse. Se miran, se disfrutan ahora a la distancia. Ella está que no puede más y vuelve a tener un orgasmo distinto masturbándose, mientras ve a su amante masturbarse.
Él se para y va al baño, se besan, la sube al lavabo y baja a comérsela nuevamente, hasta que siente agua en sus pies, la bañera estaba desbordando.
Corta las canillas y la lleva en brazos a la bañera, se mete con ella.
El se sienta abajo y hace que ella se siente sobre él. Su pija está tan dura y ella esta tan lubricada y dilatada que por más que el agua generalmente complica la penetración, está vez no.
La penetración fue muy profunda, el roce de sus pelvis es absoluto. Se besan, se miran, se acarician. El ritmo es suave y prolongado. Su mano baja por la espalda hasta encontrar su ano. Juega con su dedo mayor en la entrada del ano mientras se cojen sin parar, mirándose cada vez que dejan de besarse. El ano se dilata solo frente a la presencia del dedo que ya una falange esta en su interior, ella vibra y juntos nuevamente llegan a un orgasmo que los deja cansados. Se quedan así ensamblados, ella abrazada a su cuello, besándose hasta que la pija se ablanda y sale sola.
Se vuelven a besar y se miran.
Salen juntos de la bañera comparten la toalla, se secan lo indispensable y vuelven a la cama.
El va en busca de los aceites.
Ella se acuesta boca abajo. Hay unos masajes prometidos.
El se sienta sobre las piernas apoyando su pija semi flácida entre las nalgas.
Tira un chorro de aceite sobre la espalda, los sentidos están a flor de piel y hacen que ella se estremezca nuevamente.
Comienza un masaje suave con las palmas de sus manos, cuando la siente relajada ya con los pulgares le hace un masaje ya más como terapéutico. Ella ya casi está dormida frente a los 4 orgasmos y a este masaje mezcla de mimo y reparador.
Luego el masaje pasa a las piernas, girando él dándole la espalda. Un chorro de aceite en cada pierna, sus manos y brazos fuertes las recorren desde la nalga hasta el pie.
Cuando la siente totalmente relajada, es que ya sus dedos se detienen más en las nalgas y en la entre pierna. Los dedos ya comienzan a jugar entre ida y vuelta con la concha y el ano. El aceite hace la labor más fácil. Él ya cambió de posición, le hizo abrir las piernas y mientras sus dedos juegan con la concha, su lengua juega con el ano.
El ano que ya había recibido un solo dedo ahora disfrutaba gustoso los mimos de una lengua. La lengua fue haciendo que este se fuera dilatando y logro penetrarlo un centímetro.
Entre la saliva, los jugos de la concha y el aceite, un dedo logro pasar por completo.
Mientras con una mano le masajeaba la concha y un par de dedos la penetraban, también un par de dedos de la otra mano estaban dentro de su culo.
Ella gemía de placer, pero el cansancio y el relax del masaje no le permitían dar órdenes.
Estaba siendo doblemente penetrada por dos dedos en cada orificio. Sin dejar de hacerlo, él le besa la oreja y cuello, le pide que lo mire, quiere verla gozar.
La besa con pasión, saca la mano de la concha y le hace llevar la mano de ella a ese lugar. El se coloca detrás, y en una sincronía absoluta mientras va sacando los dedos del ano va apuntando su pija ya dura y repuesta. Antes que ella se de cuenta el glande está adentro del culo. Ella grita por primera vez. El toma un poco de aceite sin sacarla y lo tira entre la pija y el ano. Hace un nuevo empuje, entró la mitad, ella da señales que la quiere toda empujando su cola para arriba. Un nuevo chorro de aceite y entro toda.
Ella toma una almohada y la pone debajo de su vientre ayudando, cuando se sienten cómodos empieza un mete y saca muy suave. El le pide que no deje de tocarse mientras le penetra el culo. Ella ya no siente nada más que placer, el ano esta totalmente entregado al invasor. Están nuevamente a full, no paran y están muy sincronizados.
El primer orgasmo anal está por venir, él lo siente y apura, quiere llenarle el culo de leche en el momento justo. Empieza a sentir que ella vibra ya sin control, palabras sin sentido salen de su boca, el placer es increíble, los 2 están en el clímax, un llanto de placer se escucha junto a fuerte alarido masculino, están acabando juntos por tercera vez.
Él le da pequeños mordiscos en el hombro, la besa de costado, mientras su pija sigue latiendo dentro del culo, se miran y se vuelven a besar.
Él se sale, se pone a un costado, ella dándole la espalda, se quedan dormidos haciendo cucharita. A las dos horas él se despierta mira el reloj son las 3 de la tarde.
La contempla desnuda ahí a su lado, después de tanto insistir, ella había superado sus temores y le dio la oportunidad. Al verla dormir sabía que no había fracasado.
Tenía hambre y suponía que ella se levantaría en el mismo estado.
Fue a la heladera tomo unos vasos de agua y volvió a la cama con un vaso de agua para ella. Además de las frutillas y la crema.
Siguió contemplándola dormir, hasta que 15 minutos más tarde se despertó, le alcanzó el vaso de agua, se miraron, se besaron y luego se la pasaron comiendo frutillas con crema en el cuerpo del otro, hasta que se acabaron.
Luego se mimaron, acariciaron y besaron, para seguir haciéndose el amor el resto del día en cuanto rincón del departamento vieron que era apropiado.
Muero por repetirlo
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