Un poco de sexo con el mujeriego.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Era una mañana normal me arreglaba para ir a la prepa, estaba ya finalizando el semestre y como de costumbre, habían muchos trabajos que entregar, parciales y todo tipo de actividad que succionara sin piedad todo conocimiento y por sobre todo inteligencia de lo aprendido, el hecho es que estaba cansada de tanta rutina, de tanta presión y por sobretodo estrés, necesitaba de algo que me hiciera relajar por un momento y que me hiciera volver a recobrar aliento de seguir estudiando, en mis pensamientos más profundos pensaba que necesitaba un poco de sexo, algo que me hiciera derrochar placer, pero sí que era difícil encontrar a alguien que quisiese pasar un rato agradable, pues no tenía novio y no me gustaban hasta entonces las aventuritas, sin embargo por la situación en la que me encontraba pensaba en que hacer una excepción me vendría bien, pero continuando con la jornada trataba de olvidar esto, me convencía que quizás encontraría otra manera de relajarme;
No sé si las coincidencias existan, pero cuando me iba ya a casa me encontré con un amigo con el que muchas noches fantasee y aunque lo deseaba sabía que era algo mujeriego y en esas circunstancias no me interesaba, pero pensaba que quizás esa vez me vendría bien un ratico de compañía de él, cuando se acercaba, lo salude efusivamente y con un abrazo el me tomo por la cintura y sentí tanto poder sobre mí, que pareciese que me desvanecía de deseos por él dentro de mí, así que lo invite a que saliéramos a caminar y a tomar quizás algo, mis intenciones eran algo lujuriosas pero sin embargo tenía un poco de temor, caminamos y mientras hablábamos, él como de costumbre me propuso que fuésemos a su casa, que estaríamos bien allá, que pasaríamos un buen rato, sin mostrarme indispuesta accedí en ir a su casa, al llegar a su casa, me sentía un poco temerosa de lo que podía pasar pero mi libido no cesaba de deseos, así que al llegar a su cuarto, muy confianzuda me tire sobre la cama, dejando que la blusa se me subiera y dejase ver el abdomen y bueno también un poco más debajo de donde se denotan los huesos cercanos a la ingle, él se me quedo mirando y me dijo ¿quieres jugar? Y yo muy dispuesta le dije: ¡Claro que sí! , así que él se me acerco y tomándome de la cintura beso la parte de abdomen que se me veía, y luego se dispuso a besarme en la boca, yo lo besaba y de vez en cuando besaba su labio inferior, mientras el encima mío y con la ropa puesta rosábamos nuestros miembros excitados.
Seguido a eso el empezó a quitarme la camisa yo muy dispuesta deje que la quitara, me besaba desenfrenadamente al ver mi cuerpo semidesnudo, se quitó la camisa, mientras yo intentaba quitarle el pantalón, ya cuando nos encontramos en solo ropa interior era tanto el deseo que podíamos haber terminado esto rápido, pero quise que la experiencia fuera para el más grata que vulgarmente le dije al oído quiero masturbarte con mi boca, el algo sorprendido solamente sonrió así que me puse sobre él mientras lo miraba fijamente y rosaba mi vulva con su miembro, en sus ojos veía la malicia de placer, así que tome su pene y lo saque de su ropa interior, con mis manos acariciaba su duro y tibio miembro de arriba abajo, metí dos de mis dedos a la boca para humectar un poco y poder deslizarme por su pene de arriba abajo, veía en su cara como lo disfrutaba en unos cuantos gemidos que exhalaba , pase seguidamente después de acariciar a metérmelo en la boca, sentía como se me hacía agua la boca y como cada vez podía deslizármelo por la garganta, ya después de un rato, empecé a lamer con mi lengua y a chupar como si se tratase de un chupo la punta de su pene, me excitaba escuchar sus gemidos y ver su cara de satisfacción, estaba yo ya mojada que necesitaba cambiar de acción, así que con mi lengua recorrí hasta su ombligo para luego montarme encima de él y rozar nuevamente con mi vulva mojada su pene, movía mi pelvis de tal forma que aún no me penetraba sino que solamente acariciaba mi clítoris, dándome por supuesto un gran placer, mientras esto sucedía,
Le besaba el cuello para después subir a sus deliciosos labios, tome su pene con mi mano e iba introduciéndolo por mi vagina, iba sintiendo como entraba dentro de mi ese tibio y duro pene que empezaba a bombearme, cuando lo vi un poco cansado, decidí tomar las riendas y empecé a cabalgar sobre él moviendo mi pelvis de arriba abajo, me movia en una danza sobre su pene queriendo que me etrara todo, luego él se sentó y nuestros pechos se juntaron en un cálido abrazo, tomo mis pezones y empezó a lamerlos mientras con sus manos me acariciaba por todo el cuerpo, nos besábamos y luego besábamos desenfrenadamente nuestros cuerpo, tomo en un momento mis nalgas y las apretaba fuertemente como en un intento de hacer la penetración más profunda, sentía que iba llegando al tope del placer y sentí que el ya pronto se venía, así que después un extasiado intento de poder terminar, sentí su tibia leche dentro de mí, nos miramos fijamente y entre nosotros sabíamos que habíamos pasado un gran momento, se tiro a la cama mientras seguía dentro de mí y con mis dedos recorrí suavemente su sudoroso pero excitante cuerpo, mientras me recostaba sobre el hasta tocar su rostro con mis manos y acariciar sus cejas, su boca, y cerrar nuestro acto de amor con un beso, mientras movía lentamente mi pelvis con su pene aun dentro de mí; Finalmente me acosté junto a él, para poder dormir un rato.
A la mañana siguiente me pude despertar antes que él, y al verlo no pude aguantarme las ganas de ver bajo las sabanas su pene, lo tenía duro, la idea de hacerlo de nuevo me excito bastante que empecé a tocar su rostro y a darle algunos besos, acariciaba su cuello y su pecho mientras intentaba despertarlo, finalmente empezó a despertarse y al verme le dije al oído: quiero hacértelo de nuevo, así que el empezó a tocar mi cuerpo desnudo bajo las sabanas, acaricio mis pechos y bajaba lentamente con sus manos a acariciarme el cuerpo hasta llegar a mi sexo, empezó a masturbarme, yo sentía como iba mojándome, disfrute esto un buen rato, hasta que decidí subirme sobre él, lo bese pero en un acto seguido el me tomo por la cintura para cambiar de posición, se puso sobre mí en una actitud dominante, me sujetaba las muñecas contra la almohada, esto me excitaba de sobremanera que me sentía arder en deseos por él, empezó a besar mis pechos, pasaba su lengua por ellos mientras que nuestros cuerpos desnudos se frotaban en un lento movimiento de ambos, sentía su miembro frotándome por la pelvis, ese grandioso pene que hace unas horas había tenido el placer de tener en mi boca, después de estar en mis pechos me dio un cálido beso y se acercó a mi oreja diciéndome: “no olvidaras que soy yo al que desearas siempre entre tus piernas” al decirme esto sentí un cosquilleo por todo mi cuerpo,
El fue recorriendo mi cuerpo con su lengua, camino que antes sus manos habían tocado, hasta llegar a mi pelvis donde con su lengua empezó a pasar por mis labios sin haberlos abierto mientras yo sentía que me mojaba cada vez más, me sentía tan extasiada de placer que mis piernas empezaron en un movimiento casi involuntario a abrirse, mis caderas danzaban en un suave baile de placer y sentía retorcerme por dentro, mis gemidos empezaban a salir, mi clítoris pedía más, deseaba ser besado y como si él supiera empezó a abrir los labios de mi vagina con sus manos y a lamerme toda por dentro, no podía contenerme de placer y dejar salir de mi unos gemidos intensos que me extasiaban, mis flujos empezaban a mojarme cada vez más y su boca saboreaban todo este mar de fluidos que de mí y de su boca salían, empecé a sentir un orgasmo tan intenso que pude sentirme tan realizada y satisfecha, luego de esto subió a mi boca y me beso para poder saborearme de mi aroma que me había hecho mujer,
Lo bese con tantas ganas mientras él aun sobre mi metía con sus manos su pene dentro de mí y me bombeaba lentamente, la calentura iba subiendo que el aumentaba su ritmo hasta sentir que faltaba poco para que ambos nos viniéramos, finalmente nos vinimos al mismo tiempo, me sonrió y me dio un beso, se acostó junto a mí y seguidamente dormimos otro poco de esa mañana.
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