Un reencuentro inolvidable
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, me llamo Sofía, tengo 20 años, venezolana, pero vivo en España desde que tengo uso de razón, de muy pequeña.
Soy una chica muy menudita, ya que nadie me da esa edad.
El sábado nos fuimos de fiesta con mis amigos a una ciudad que se llama Ponferrada, queda bastante lejos de mi casa, ya que vivo en Oviedo, y cuando estaba en la estación del auto bus, esperando para irme, veo a una persona que hacía años que no veía, era un ex de mi madre, que habíamos vivido con él varios años, un hombre muy simpático, que siempre me trató muy bien, con el que cuando yo tenía unos 15 años habíamos tenido algún que otro flirteo, sin llegar a nada mas haya de unos besos y alguna que otra caricia en mis partes íntimas.
Cuando nos vimos nos dimos un fuerte abrazo dos besos en las mejillas, "que haces por acá?", me dijo, pasando su mano por mi brazo, "vine de fiesta con mis amigos, y ya veo que tú a comprar comida para los animales", le dije, ya que Eduardo, que así se llama ese hombre tiene muchos animales exóticos, "Quieres venir a casa y almorzamos juntos?", me dijo, "vale, la llamo a mamá y le digo, se va a poner muy contenta de saber que estamos juntos", le dije y nos subimos al auto bus que va a Bembibre, que es donde vivíamos antes.
El viaje dura una media hora mas o menos e íbamos conversando, "te acuerdas cuando me abrazabas y metías tu mano dentro de mi pantalón y me acariciabas la cuca?, o me sacabas las tetas del sujetador y me las chupabas, huy, que ganas de que me hubieras cogido ahí mismo", le decía riendo, pero sentía una cosquilla entre las piernas, "si, me acuerdo, y después la que pagaba el pato era tu madre", me decía riendo, y pasando su mano por mi pierna, que yo agarre con mi mano, ya que iba directa a mi cuca.
"No, acá no, espera a llegar a casa, vamos a terminar algo que nos quedó pendiente de muchos años", le dije, con un tremendo cosquilleo entre mis piernas y sentía como Eduardo me apretaba fuerte la mano.
Eduardo siempre me había atraído, sentir sus manos por mi cuerpo, como me acariciaba la cuca, y después como me terminaba tocando en mi habitación, pensando en él, eran momento maravillosos, y ahora lo tenía ahí, a mi lado, y era cuestión de tiempo en que me este cogiendo, sentía que me hervía la cuca, por dios, que calentura que tenía.
Al fin llegamos.
Eduardo es todo un caballero y me tiende la mano para ayudarme a bajar, pero cuando había bajado, no la solté y así, caminando la mas rápido posible nos fuimos a su casa, cuando estábamos en el portal, yo sentía que me explotaba la cuca, parecía que me meaba, entramos, subimos casi corriendo la pequeña escalera, y cuando entro yo misma me empecé a sacar la ropa, me baje el pantalón y me tire de piernas levantadas sobre el sillón, y Eduardo se lo bajo hasta sus rodillas y se subió sobre mi, gritando de placer al sentir como entraba su verga en mi cuca, estaba tan caliente que cuando sentí que la había metido toda, me empecé a escurrir de caliente, sintiendo como golpeaban sus huevos contra mi ojete, Eduardo me la mete hasta el fondo de mi cuca y empecé a sentir sus chorros de leche caliente llenando mi cuca.
Fue tremendo, estábamos tan calientes que no duró nada, nos escurrimos enseguida.
Eduardo saca su verga y yo siento su leche mojar mi ojete, pero no me deja bajar las piernas, "siempre quise jugar así con tu ojete", me decía pasando su dedo, embadurnando de leche y metiendo suavemente su dedo en mi cola, "si, juega, juega así con mi cola, quiero que sea tuya, quiero sentir como tu verga me rompe el ojete", le decía, sintiendo moverse el dedo dentro, ese hombre siempre tuvo un atractivo especial para mi, con solo tocarme me hacía calentar como loca.
Saca su dedo de mi cola y se pone en pie delante mio, poniendo su verga en mi boca, que enseguida se la empecé a mamar, a limpiar la leche que había quedado, me puso de pie frente a él, me empezó a desnudar, yo estaba que temblaba entre sus brazos, lentamente me fue desnudando, mi ropa iba quedando en el suelo, sus manos me acariciaban las tetas, yo solo respiraba agitada, sentí como me hace levantar una pierna y me saca una zapatilla, el calcetín y una pierna del pantalón, y luego la otra, quedando completamente desnuda entre sus brazos, sentía como me corría su leche por mis piernas, nos besamos, nuestras lenguas se encontraron, nos lamíamos las bocas, las manos de Eduardo me estrujaban las nalgas, yo le acariciaba la verga, "vamos a la cama?", me dijo Eduardo, besando mis labios, "si cariño", le dije, sin apenas despegar mis labios de los suyos.
Estaba feliz, ese hombre que siempre me había atraído tanto, que por su edad podía ser mi padre, me había cogido y me iba a seguir cogiendo.
Yo me recosté en la cama desnuda esperando que él se termine de quitar la ropa y cuando estuve abrazada a él, piel a piel, me sentí la mujer mas feliz del mundo.
Yo lo besaba como loca, le ponía mis tetas en su boca para que las chupe, bajé mi cabeza y le empecé a mamar su verga, sintiendo su mano acariciar mi nalgas y buscar con su dedo mi ojete.
Me subí sobre él, y con mi mano acomodé su verga contra mi cuca, que entro toda, haciendo que gima de placer al estar con su verga toda metida en mi cuca, "haaaaaaaa, que hermosa verga, como me coges, como me haces disfrutar, quiero que metas tu verga por mi cola, quiero sentir como tu verga me rompe el ojete", le decía moviendo mi cuerpo, sintiendo su verga bien adentro mio, me agachaba, le metía mis tetas en su boca, lo comía a besos, cerraba los ojos, me daba cuenta como me salía la saliva de mi boca de placer, "cuanto tiempo esperamos para esto", me decía Eduardo, apretando mis nalgas, "mucho, pero ahora estamos juntos", le dije, sin dejar de mover mi cintura, sintiendo su verga moverse dentro de mi cuca, "dame el culete Sofi, deja que entre por tu culete", me dijo, apretando y estrujando mis tetas, "si cariño, quiero que me rompas el ojete con tu hermosa verga", le dije, bajando de sobre él, y me acomodó boca arriba en el filo de la cama y él de pie, en el suelo, me levanta bien las piernas, yo temblaba de calentura, de emoción, Eduardo mete un dedo en mi cuca y lo saca pasándolo por mi ojete, pasa la cabeza de su verga para arriba y para abajo por mi ojete, la acomoda, y doy un grito de dolor y placer, al sentir como me empezaba a meter su verga por mi cola, como me estaba rompiendo el ojete con su hermosa verga, como no me dejaba bajar las piernas y seguía haciendo fuerza y su verga seguía entrando, rompiendo mi ojete.
Yo me chupaba una teta y con la otra mano me acariciaba la cuca, mientras la verga de Eduardo no dejaba de romper bien mi ojete, sentía como se metía dentro de mi cola, y yo misma me escuchaba gemir de placer a medida que Eduardo me cogía ahora por la cola, "que rico, que rico, como me rompes la cola, sigue, no pares, mete toda tu verga por mi cola", le gritaba, disfrutando, sintiendo su verga entrar, romper mi cola, gemimos los dos cuando su verga entró toda y sentí sus huevos contra mi ojete, yo solo gemía, gritaba de placer lamiendo mis tetas y acariciando mi cuca, mientras la verga de Eduardo entraba y salía de mi ojete y su lengua lamía mis pies.
La sensación de placer, de goce, de felicidad, teniendo la verga bien adentro de mi cola, era tal, que le pedía que no la saque, que la mueva, pero bien adentro.
Me había escurrido dos veces sin contar la vez que me escurrí en el sillón, cuando Eduardo me cogía por la cuca, y estaba disfrutando tanto, que quería que me siga cogiendo, que no pare de coger mi cola, de abrir bien mi ojete.
La sensación de la lengua de Eduardo entre los dedos de mis pies y en la planta del pie me hacían retorcer de placer en la cama, "que rico culete que tienes Sofi", me decía Eduardo moviendo su verga, "si cariño, es tuyo, cógelo todo lo que quieras, abre bien mi ojete", le decía, ya casi delirando de placer.
No sentía mi cuerpo, solo sentía la verga de Eduardo entrando y saliendo de mi ojete, cogiendo mi cola.
Saco mis dedos de mi cuca todos mojados y se los doy y me los limpia con su boca.
"No aguanto mas cariño, llena mi cola con tu leche por favor, dame toda la leche en la cola", le empecé a gritar, sintiendo que iba a explotar de placer en un tremendo orgasmo, empecé a mover mi cuerpo, dejé de acariciar mis tetas y mi cuca y me abrí bien las nalgas, todo lo mas que podía, pera que Eduardo meta su verga bien adentro de mi cola, "por favorrrrrrrrrrrrrrrr", le grite, explotando en un tremendo orgasmo, como jamás había tenido, y siento como Eduardo gritando mete su verga bien adentro, y gemíamos como locos mientras la verga de Eduardo palpitaba dentro de mi cola, llenando mis intestinos de leche, esa deliciosa leche que tenía que haber recibido años antes, cuando estaba mi madre con él.
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