Un sueño innalcazable
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por kmikce.
Al ver sus cabellos rubios masajeados por sus propios dedos imaginaba los míos gozando de esos tonos dorados, de la suavidad de cada hebra. La sentía ansiosa al mirarle. Solía degustar de sus propios labios, mordiéndoles como provocando, pero era -según ella- un reflejo inconsciente. Ahh… cuánto deseé esos labios, abrir esos labios y robarme el néctar de su lengua.
Con su imagen, aquella noche dormí. La escuché susurrándome al oído lo excitada que estaba, quería placer… casi follarse a sí misma conmigo, me daba a entender mientras sus labios se deslizaban por mi cuello, mientras mi cabeza a ratos dejaban de mirarla fijo a los ojos de tanto en vez, cuando su rica boca succionaba y humectaba mi pecho. La sentí luego deslizarse con toda su ropa interior aún puesta y con piernas abiertas, desde mis pantorrillas hasta mis muslos y desde estos, a mi pubis, circundando la zona con movimientos sutiles… atrás… adelante… a un costado… al otro, todo sobre mi sexo erguido. Al rato, siguió subiendo, por mi abdomen, arrástrándo su sexo cubierto por una estrecha y algo húmeda pantaleta.
Subió… subió, subió hasta mi pecho así y, luego, levantó sus caderas… deslizó con sus dedos sus pantaletas a un lado… y al tiempo que dejó entrar uno de sus dedos en su vagina, exigió: "lámeme bb… anda… lame". Obedecí y lamí y chupé su sexo con las más amplias de mis calenturas. Sus dedos, a instantes, dejaban todo su clítoris expuesto a mi lengua, a mi boca, como para chuparlo exquisito así como estaba: rosado, húmedo, tibio. Pronto, su cadera parecía enloquecida. Se comenzó a agitar y agitaba también sus dedos dentro de sí misma de una manera enloquecedora para sí misma. Lanzó un gemido, luego otro y, al llegar al tercero y casi de un salto y en un solo movimiento, quitó bajó mi boxer sólo un poco más allá de mis testículos y, con una de sus manitas, dejó entrar suave mi glande en su sexo. ¡Ahhh! Cómo dolía a pesar de la humedad. Apretaba… entraba apenas. ¡Ohh! se dejaba caer suave, muy suave. Entraaaaba….. Saaaaliiiaaa Ohhh cómo se movía así de suave esa mujer… cómo me exprimía esa labor…
Con los segundos… algo más dispuesto su sexo para el mío, el ritmo se aceleró… Su boca se abría en ahhhhsss sus ojos en ohhh … y luego se cerraban sus labios en un contenido mmhhh y sus ojos se apretaban en un sstttt… Pronto, comenzó a galopar… si… a moverse agil, como cabalgando. Ah, ah, ah, ah, ah, ah… s escuchaba… y me miraba fijo a los ojos mientras lo hacía. en el internanto, logré sentarme con ella frente a mí, con sus pechos frente a mí y empecé a darle desde abajo, duro, sin compasión, cachondo, como queriendo romper, partir su sexo… y sonaba… clac, clac, clac, clac, clac… el sonido del golpeteo… ohh.. clac, clac, clac…. – ¡Párate! – Me ordenó sin sacar mi polla de su coño. Lo hice.
La tumbé contra la pared con sus piernas rodeándome y le di un par de embistes, a lo que ella contesto con sendos quejidos y, acto seguido, a ponerme a mí de espaldas a la pared, ella con sus manos sobre mis hombros, sus piernas rodeándome, toda en el aire… y ayudadada por el impulso de mis manos… saltaba… saltaba así en mis brazos como cogiéndome ella. Me comía mi verga su sexo… me lo quería comer al menos…. Ella me estaba dando, duro, muy duro… y se estaba dando a ella… saltó, saltó y saltó hasta que me indicó q estaba agotada pero que no quería salirse de allí.
Así, con ella en mis brazos -y por cierto, con bastante equilibrio- la penetración siguió de la misma forma. La levantaba de sus glúteos y la dejaba caer… Apoyó su cabeza en mi hombro, como sollozante, como iracunda, como feliz a la vez… y empezó a golpear de nuevo sus caderas contra mí. Mis muslos estaban empapados. Pero… Lástima, sólo soñaba con la chica de aquella ventana, follaba conmigo.
Aquí os dejo este sueño,espero que algun dia se haga realidad.Por kmi
kmikce31@hotmail.com
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