Una Abuela degenerada y su nietita, son mis amantes, PARTE 2
Marta y Susanita. Abuela y nieta, me metieron a un trio incestuoso y pedófilo. Pueden leer la primera parte aca: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/incestos-en-familia/una-abuela-degenerada-y-su-nietita/.
Luego de sacarnos las ganas de coger con Marta, yo tenia esa situación incomoda de no saber que decir.
Por suerte Marta si sabia que decir:
-Hijo, cuando estes caliente de nuevo, avísame y cogemos rico.- y me tiro un beso mientras se alejaba poniéndose la ropa.
Yo no deje de sentirme incomodo, como si lo que hubiera hecho estuviera mal, Por lo que decidido enfocarme en el trabajo que quedaba.
Paso como una semana en que ninguno de los dos mencionaba el tema.
Yo me sentía sexualmente aliviado, y si me entraban ganas, comenzaba a pajearme pensando en María… aunque Marta se me cruzaba seguido en la cabeza.
Intentaba pensar en ella y en que cogimos, la sentía como mi madre o bueno, una tía.
Y ahí me di cuenta de que había morbo pensar en ella. Parecía que cuanto mas intentaba alejarla de mi mente, mas morboso se volvía el pensamiento.
Le dedique un par de pajas eventualmente y se sintió muy rico.
Los trabajos en la casa seguían, y aunque me quedaba solo con Marta, yo me enfocaba mas en el trabajo.
Otras veces, aparecía alguien mas a ayudar, un par mas de vecinos a los que ella les pagaba igual que a mi.
Eran unos tipos un poco mayores que yo, que estaba cercano a mis 30 (hoy tengo 31).
Aca fue donde comencé a sentir celos, por que veía como estos tipos, le miraban el culo, coqueteaban con Marta y ella les respondía los piropos.
No eran exactamente celos románticos, no me había enamorado de Marta, pero si no me gustaba nada la idea de verla cogiendo con esos tipos gordos y feos, que encima, a espaldas de ella, le faltaban el respeto con comentarios vulgares.
A ver que yo no soy ningún santo, también puteo y digo malas palabras, pero una cosa es putear por algo que salio mal o a alguien que nos trato mal, pero putear a quien te da trabajo?
“Esta vieja es más puta que las gallinas, jajaja”.
En realidad, luego descubriría que asi era, Marta resulto ser bien puta y degenerada como ya les voy a contar, pero en ese momento, me cayo como el culo su comentario.
Cuando se lo comente a Marta, ella se rio y dijo:
-Dejalos, hijo, que sabrán esos viejos impotentes. Hace años que no se ven el fideo, jajajaja…
Eso me calmo, sin embargo, aprovechando la situación, ella solto:
-Y vos como estas, nene? No te entro calentura?
Eso me desubico. No lo esperaba, y si, obvio que estaba caliente pero tambien con vergüenza. Eso no evito que se me parara la verga, la cual me hizo carpa en el pantalón corto.
-No… yo estoy bien.
-Pero mira el pedazo de chorizo que tenes aca abajo-dijo agarrándome el bulto lo cual me paro aun mas la verga.
Yo me puse a ver a todos lados, a ver si los gordos estos estaban por ahí.
-Ya se fueron, quédate tranquilo, hijo. – me decía Marta mientras sacaba mi verga y procedia a darme una buena mamada.
Entre nervios y calentura, no tarde en soltar mis característicos chorros de leche en la boca de Marta, sin avisarle.
Ella casi se ahoga con mi leche, se saco la pija de la boca, tosió un poco, y luego siguió chupando, tomándose mi semen.
Luego de dejarme la pija brillante de tanta chupada, tomo una botella de agua y tomo un sorbo para enjuagarse la boca.
-Asi luego no voy por ahi con el aliento oliendo a verga, jaja…
Yo fui recuperando el aliento… relajándome.
-Marta, yo… mira, no se como decírtelo.
-Que? Te enamoraste de mi?
-No, no… me encanto coger con vos. Pero…
-Pero que, hijo? Mira, si te preocupa que yo me haya enamorado de vos quédate tranqui nene. A mi edad no estoy para romances. Se que te gusta mi nuera, pero ella esta fuera de tu alcance, no te conviene. La conozco desde que era pendejita. Buscate otra mina si podes. Y si no, siempre podemos coger vos y yo. Me encanta como coges, estas lindo. Sos mas que un hijo para mi. Pero yo no te obligo a nada, sabes? Es solo si tenes ganas, y bueno, aprovechamos.
-Bueno… déjame pensarlo.
Y ahí sentados, tomando agua por el calor de la tarde, comencé a verla.
Ahí estaba con su vestido florado azul, que se le transparentaba algo de las tetas. Se le notaba tambien el calzon negro.
Mi verga se comenzó a parar de nuevo mientras pensaba en que tenia razón, y que me estaba invitando a cogérmela cuando quisiera.
-Marta… en serio te puedo coger cuando tenga ganas?
-Estas caliente, hijo?
-Veni y sentate en mi verga.- le dije mientras la sacaba de nuevo de mi pantalón.
Ella se paro sin decir palabra, se meto las manos debajo del vestido y se saco el calzon negro, lo dejo a un costado, y levantando un poco su vestido, procedio a sentarse encima mio, de frente, de piernas abiertas.
-Esta vez tranquilízate hijo, no acabes tan pronto, disfrutalo, si?
Con mi mano agarre mi pija y le pase la cabecita por todo lo largo de su raja peluda. Esta chorreando de jugos.
Segui moviendo mi verga hasta que senti su agujero vaginal, y ahí ella se fue dejando caer mientras mi verga le entraba toda hasta el fondo.
-Aaaaaaaaaahhhh…. Que buena vergota que tenes, hijo… me encantas…aaaaayyyy…. Uuuuuhh….aaaaaaahhh…
Se bajo el vestido para quitarse el corpiño y dejar sus tetas al aire.
-Chupame hijo, chúpame, toma teta mi amor.
Yo hundi mi cara entre sus tetas y le chupaba desesperado, mordía incluso sus pezones que eran grandes y estaban bien parados.
Como soy medio lampiño, incluso esta vez podía sentir como los pelos de su concha se frotaban sobre mi pelvis, abrazando mi verga.
-Eso mi nene… sentime, senti como te aprieto…aaaah… que rica verga que tenes, hijo mio…
Yo seguía hundiendo mi cara en sus tetas, mientras podia sentir como su concha me atrapaba casi me succionaba hacia dentro.
Cada tanto quitaba mi cabeza para recuperar el aliento y luego me volvía a sumergir en el sabor a teta.
Ibamos con un ritmo tranquilo, despacio, pero que se sentía bien rico.
-Agárrame el culo si queres, amásamelo con tus manos, mi nene.
Yo le hice caso. Sus nalgas con un poco de celulitis estaban blanditas y estrujables.
La mezcla a sudor femenino y tetas, era un vicio que me estaba calentando bastante.
Quienes hayan chupado unas buenas tetas, saben reconocer ese dulzor medio saladito de las tetas al chuparlas.
Supongo que son las feromonas femeninas, que le dan ese sabor único.
No es lo mismo chupar un brazo, una pierna, la panza o cualquier otra zona de piel femenina, a chupar los pezones, o una vulva. Hay sabores que son únicos.
Estuvimos un buen rato disfrutando esa cogida, cuando Marta comenzó a aumentar el ritmo.
Comenzó a saltar en cima de mi verga, y juraría que a propósito, cuando se levantaba, fruncia su conchita para que quede mas apretadita y asi pelarme bien la pija.
Producto de esta calentura, comencé a bufar entre sus tetas. la agarre bien de sus caderas, sujetando sus nalgas, y me levante con ella a cuestas.
Y ahí teniéndola entre mis brazos, comencé a penetrarla como un salvaje.
Por todo el silencio de la casa resonaba los golpeteos mojados de nuestras caderas chocando.
Luego comenzó a gemir duro y fuerte
-SIIII COGEME, HIJO, ROMPEME LA CONCHA… COGEME COGEME COGEME, HIJO… PREÑA A TU MADRE… COGETE A TU MADREEEEE….
Eso me encendió aun mas y aumente mi ritmo al limite.
Por el movimiento brusco, mi pija se salio de su concha justo en el momento exacto en que lance unos buenos chorros de leche sobre unos tablones amontonados ahí.
Marta también largo unos chorritos de su cremosidad vaginal.
Nos sentamos y ella se volvió a acomodar sobre mí, enterrándose mi verga sensible.
-Tranquilo, hijo, tranquilo, déjala morir adentro… mi nene… que rico que estuvo…
Ya pasados unos minutos mas, quise salir de una duda.
– Marta…por que me llamas hijo o nene?
– No es obvio? me calienta que seas mi hijo.
– Ah… acaso…cogias con tu hijo?
– No, no. Ganas no me faltaban, pero nunca se dio, nunca me anime a pedírselo. Tenia miedo de que me diga que no.
-Te gusta el incesto entonces?
-Eso te molesta, mi nene?
-No… para serte sincero no. Solo es raro, aunque tambien me causa un poco de morbo, no te voy a mentir.
– Te puedo adoptar oficialmente como mi hijo entonces? Asi que me llamas mami…
-Siempre y cuando quede entre nosotros.
-Si, si, obvio, nene.
– Ok… mamá…
Y escucharme llamarla asi, me planto un beso de lengua.
Luego de un rato, volvimos al trabajo.
Las cosas fueron mejorando con el tiempo, la casa iba avanzando, y aunque ella en público me decía hijo, o nene, yo solo la llamaba mami o mamá cuando estábamos solos.
Comenzamos a coger día por medio, luego casi todos los días.
Había mucho morbo en coger en la construcción, porque podría aparecer alguien y vernos, lo cual a Marta le encantaba.
A mi no tanto, porque me ponía nervioso y se me bajaba un poco.
Asi que le pedí enfocarnos en una de las habitaciones, para asi terminarla y tener un lugar tranquilo y una cama en donde coger, por que dos por tres me terminaba enterrando una astilla en los cachetes del culo, o me quedaba marcada la forma de algún tornillo.
Pasaron dos semanas y terminamos una de las habitaciones.
Prometimos estrenarla al dia siguiente, a la tarde. Y ella me dijo que me tenia una sorpresa.
Continuara.


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