Una chica increíble II
Continuación de mi primer relato, espero les guste. Por favor comenten y denme sus sugerencias..
Es jueves por la tarde y acabo de llegar del trabajo, han pasado 4 días desde la última vez que ví a Sandra, hemos hablado por Whatsapp y nos hemos enviados algunas fotos y hemos hecho vídeos llamadas de ves en cuando.
Hemos hablado de lo que le gusta hacer, su comida favorita, a dónde le gustaría viajar, entre otras cosas, podríamos decir que nos conocemos bastante aunque no se dónde trabaja o donde vive y lo peor es que cada vez me está gustando más.
Le pregunté si volveriamos a vernos y me dijo que podríamos vernos el viernes a la misma hora de la última vez en el mismo bar y claro que acepte.
El viernes al salir del trabajo fui directo a mi casa a bañarme y a arreglarme para ir al bar. Al llegar me senté en la barra a esperarla mientras me tomaba una cerveza para empezar a ponerme «alegre» y la veo entrar… Estaba muy sexi, tenía una mini falda muy ajustada color negro y un top del mismo color, me di cuenta que tenía un piercing en el ombligo, era como un pequeño diamante, tenía una chaqueta de jean y cargaba una cola de Caballo, botas de tacón un poco altas y poco maquillaje, no sé porque las mujeres no se dan cuenta de que al natural se ven super bien para nosotros, es cierto que el maquillaje ayuda pero cuando ya nos gustan verlas más naturales nos encanta.
Al verme fue directo a mi y me saludo con un fuerte abrazo y un piquito en los labios, me dijo que estaba acompañada y que si no me importaba que estemos en grupo, le dije que no, así que los llamo con una seña para que fueran hasta donde estábamos y me los presento, eran 4 personas: dos hombres y dos chicas, con nosotros dos éramos 6.
—Hola soy Mike —Me dijo el primero, era alto, moreno y musculoso, de contextura gruesa, se ve que le dedica bastante al gimnasio y muy sonriente, traía puesto un pantalón de jean y una franela pegada al cuerpo.
—Un placer, soy Laura —Era una chica también morena y al igual que Mike se le nota que es de estar en gimnacio mucho, es alta con piernas enormes y musculosas, delgada pero mucho más voluptuosa que Sandra, vestía un pantalón de leggins blanco y parecía que apenas y traía un pequeño hilo dental, una blusa tipo camisa manga larga y desabotonada hasta los senos dejando ver un escote dónde se asomaban unos senos inmensos que amenazaban con salir en cualquier momento, tenía el cabello trenzado y bastante largo, labios rojos gruesos y pestañas postizas largas, venía abrasada a Mike, debían de ser pareja.
—Soy Vanessa encantada —Dandome un beso en cada mejilla, era una chica un poco bajita, piel blanca y la más rellenita de las tres pero con cuerpo de reloj de arena, osea, unos muslos grandes y enorme culo y las tetas más grandes de las tres pero una cintura pequeña para sus otras tallas. Traía un pantalón de vestir y sandalias de trenzas, y un pequeño top que dejaba a la vista unos inmensos senos. Era cabello castaño y al igual que Sara no traía tanto maquillaje.
—¿Que tal? Soy Miguel —Era delgado, como de mi contextura, bastante blanco y con pelo corto, algo más bajo que yo y vestía pantalón de vestir y camisa manga larga. Tenía cara como de sobrado y algo engreído, traía a Vanesa de la mano.
Parecía que todos menos Sandra venían emparejados y era perfecto porque así cada quien tenía a su chica.
Por cierto, yo venía con un pantalón de jean ajustado y camisa manga larga con mangas enrrollada, zapatos casuales pero cómodos para bailar y un collar de pukas… Siempre he sido fan de collares y pulseras de ese estilo hippie.
Les pregunté si querían tomar algo en particular, cada quien pidió su trago:
Sandra pidió un Daiquiri
Vanessa también pidió un Daiquiri
Laura pidió un Mojito
Miguel pidió un Manhattan
Mike pidió Gintonic
Y yo pedí un Daiquiri al igual que sandra y Vanessa.
Empezamos a beber y a hablar de cualquier cosa para conocernos. Resulta que solo Vanessa y Miguel eran de aquí de la ciudad igual que yo, los demás eran de fuera y estaban aquí por cuestiones de trabajo. Al preguntarles en que trabajaban todos se miraron.
—Son modelos igual que yo —Dijo Sandra -. Están aquí por un tiempo y nos quedamos dónde Vanessa y Miguel por unos días.
—Ah ok que Bien que trabajan en lo mismo —Dije yo. Y seguimos hablando de todo. Resulta que Miguel es diseñador gráfico y Vanessa estudio informática pero se dedica a redes sociales.
Cambiamos de bebidas de ves en cuando para variar la cosa:
Sandra pidió un Mojito
Vanessa pidió una piña colada al igual que Laura
Miguel pidió un Daiquiri
Mike y yo pedimos un Gintonic
Salimos a bailar cada quien con su pareja: Laura con Mike, Vanessa con Miguel y por supuesto que Sandra conmigo. Bailamos unas cuantas canciones, desde salsa y merengue hasta reggaeton, no soy muy amante de esta última pero hay que aceptar que para momentos como estos en los que quieres tener cerca el cuerpo de la chica que te gusta esta como anillo al dedo. Luego empezaron los cambios de parejas y me tocó bailar un par de canciones con Laura, está mujer es muy sensual, es de las que pegan todo su cuerpo al tuyo mientras Miguel bailaba con Sandra y Mike con Vanessa, esta última pareja llamaba la atención por la diferencia de tamaño, Mike tenía que agacharse mucho para que el trasero de Vanessa quedará a la altura de sus partes mientras perreaban.
Luego me todo bailar una salsa con Vanessa mientras Mike bailo con Sandra y Miguel con Laura. Vanessa baila muy bien, sabe cómo moverse. Recuerdo cuando de adolescente no sabía bailar nada de nada y en las fiestas era de los que se quedaba sentado siempre hasta que me prometi a mi mismo que eso no me pasaría más y ahí aprendí no solo a bailar de todo si no que me di cuenta que los que bailan tienen más chances con las chicas.
Disfruta bailar mucho con Vanessa, bailamos como 4 canciones hasta que nos dimos cuenta que los demás se habían ido a sentar hace bastante tiempo así que fuimos a buscarlos. Habían pedido una ronde de cervezas porque de tanto bailar estábamos muy sudados y cansados aunque Vane y yo fuimos los que más bailamos pero cada quien fue con su pareja nuevamente y ahi empezamos a hablar cada quien más íntimamente con su chica.
Laura estaba abrasada a Mike hablando muy bajito frente a frente, Vanessa estaba sentada en las piernas de Miguel mientras se daban caricias con sus manos y Sandra estaba sentada en mis piernas hablando conmigo.
—Eres bueno bailando —Me dice Sandra a mi oído, yo solo sonrío. —le caiste bien a mis amigos.
—Y ellos a mi, todos son muy simpáticos —Le respondí mientras nos mirábamos a los ojos.
En ese momento ella me da un caliente beso en los labios mientras que lleva su mano a mi nuca, mete su lengua en mi boca y no puedo evitar saborearla. Es un beso muy húmedo y apasionado. La todo de la cintura con una mano y la otra toca su pecho con algo de disimulo ya que hay bastante gente al rededor aunque está bastante oscuro pero igual no quiero exagerar y ser irrespetuoso en la calle.
Pero cuando nuestros labios se separan y miro a nuestros compañeros los veo mucho más emocionados que nosotros: Laura y Mike estaban en un ardiente beso mientras ella tenía una de sus piernas levantada y doblada detrás de la cintura de él mientras esté le tomaba el culo con ambas manos muy descaradamente y al mirar hacia la derecha a la otra pareja, está tampoco perdía el tiempo ya que Vanessa estaba sentada en las piernas de Miguel pero frente a este y le estaba literalmente comiendo la boca, se podían ver sus lenguas de ve en cuando mientras Miguel tenía una mano en el trasero de Vanessa y la otra tomaba una de esas enormes tetas.
Ahí me atreví a más y empecé a besar a Sandra como si estuviéramos solos. En una siento una mano sobre mi paquete, era Sandra que estaba igual o más caliente que yo sobándome el pene por encima del pantalón, yo no perdí la oportunidad y con una de mis manos tocaba sus tetas mientras que con la otra manoseaba su trasero firme y redondo. Luego de unos 10 minutos calculo que que estubimos besándonos decidimos terminar la fiesta en el bar por ahora, estábamos tan exitados todos que no aguantabamos las ganas de coger.
Salíamos del bar cada quien con su chica de la mano, Miguel era quien tenía carro y miro a Sandra como esperando que fuera ella la que dijera algo.
—Pueden irse tranquilos muchachos, yo me quedo hoy con Juan —Dijo Sandra mientras me abrazaba.
—Ok entonces nos avisas cualquier cosa, llévate mis llaves de la casa —Dice Miguel —Mañana no creo que nos levantemos temprano así que nadie te podrá abrir la puerta cuando llegues —Mientras tomaba a Vanessa por el trasero y se la llevaba al auto juntos con Mike y Laura que no dejaban de besarse.
Mientras ellos se montaban en el carro de Miguel, Sandra fue corriendo hasta ellos un momento buscando algo dentro del auto y saco un bolso de estudiante y se vino a dónde yo estaba.
—¿Y que llevas ahí? —Le pregunté yo mientras le ofrecía mi mano para ayudarla con el bolso.
—Es una sorpresa que te prepare, desde que me dijiste ayer para que nos viéramos decidí preparartela —Decía esto mientras me sonreía con los ojos cerrados.
—¿Una sorpresa? —Le pregunté mientras tomaba el bolso para abrirlo.
A lo que ella toma mi mano rápidamente para evitar que lo abra mientras me dice —Ni se te ocurra ver porque me arruinaras la sorpresa —Poniendo una sexi y pícara sonrisa.
En seguida llame a un taxi que nos llevó en unos minutos hasta mi departamento. Cabe mencionar que tanto en el taxi como en el ascensor no dejamos de besarnos y meternos mano. Apenas al entrar cierro la puerta casi de una patada mientras la levanto de la cintura y la beso y ella pone sus piernas alrededor de mi cintura y toma mi rostro para comernos la boca del otro. Me voy con ella así cargada hasta el sofá y me siento con ella sobre mi, levanto su mini falta para poder tocar directamente ese culo y ella empiesa a quitar uno a uno los botones de mi camisa, todo esto sin dejar de besarnos. Me termina de quitar la camisa y la lanza por los aires y yo empiezo a colar mía dedos por su ropa interior hasta llegar hasta su caliente vagina que está demás decir que era un charco de flujos.
Mi dedo medio llega hasta la entrada de su vagina y se desliza fácilmente dentro, el calor es inmenso y ya su ropa interior está súper mojada. Sandra empiesa a gemir en silencio y a respirar con más fuerza mientras mi dedo medio se mueve dentro de su sexo.
Con mi mano libre saco su top por sobre su cabeza mientras ella sin darme cuanta en qué momento lo hizo pero desabotona mi pantalón y saca mi pene erecto con una sola mano.
Ella toma mi pantalón desde la cintura y yo me levanto un poco del sofá con ella en brazos para que los baje y ahora con ayuda de mis pies empiezo a quitarmelos. Saco mi dedo de su vagina y la acuesto en el sofá, me levanto de encima de ella y me terminó de quitar el la talón y el boxer que era lo que me quedaba de ropa y ella se quita la falda quedando en ropa interior. Traía un hilo y un sostén de color morado con encaje muy sexis, me lance sobre Sandra y pude ver esos hermosos ojos verdes que me encantaron el primer día, mis ojos van desde sus piernas hasta sus ojos recorriendo todo su cuerpo y ella lo nota, al llegar a sus ojos la miro con deseo y ella pone una mirada algo tímida pero muy tierna y le digo
—Que hermosa eres Sandra y me encanta como te queda esa ropa —Y en eso me interrumpe poniendo su mano en mi pecho para decirme
—La sorpresa! —Mientras me aparta de ella. —Casi se me olvida por tu culpa.
Yo me siento y la miro confundido pero algo ansioso a lo que ella me dice.
—Me traje ropita sexi para que me digas que tal me queda, traje varios conjuntos, ya me los pongo.
Y entro rápido al baño junto con el bolso y antes de cerrar la puerta me miro mordiéndose el labio y guiñándome un ojo.
Me quedé sentado en el sofá con mi pene apuntando al techo. Pasaban los segundos y yo los sentía como minutos y poco a poco mi pene se fue poniendo flácido. Ya habían pasado unos 5 minutos, tal vez más y empecé a masturbarme para no impacientarme más cuando la puerta se empezó a abrir.
—Estas listo —decía Sandra detrás de la puerta del baño.
—Claro que si! —decía yo emocionado mientras tocaba mi pene para ponerlo duro de nuevo —Tardaste como media hora!
—Ay que exagerado eres, ya verás que valdrá la pena.
En eso se abre la puerta por completo y la veo ahí, ahí está ella, con un conjunto de encaje de dos piezas semi transparente que no deja nada a la imaginación, sus pezones rosados se podían ver claramente y sus labios vaginales a pesar de que estaba oscuro se podían detallar debajo de esa tela.
El sostén tapaba la mitad de sus senos y los apretaba al punto que parecía que fueran a explotar, la parte de abajo era un semi hilo dental que dejaba ver sus hermoso trasero, era un conjunto color morado claro con liguero y unas medias tipo malla que hacían parecer que sus piernas eran interminables, llevaba unos tacones de aguja del mismo color y el cabello suelto, ese cabello negro liso y los labios de un color rojo oscuro.
Creo que nunca había visto a una mujer más sexi en toda mi vida. Empezó a caminar lentamente y al estar frente a mi dió media vuelta y se agachó con sus piernas rectas y su trasero levantado. Juro que mi pene se puso más duro que nunca en menos de un segundo, creo que toda la sangre de mi cuerpo se fue allí mismo en ese instante.
Se sentó en mis piernas y empezó a mover su hermoso culo sobre mi pene de arriba a bajo y haciendo círculos, puse mis manos sobre sus tetas y empecé a masagearlas, ella giro su rostros sobre su hombro buscando mis labios y ahí los encontró, nos fundimos en un beso lleno de pasión, nuestras lenguas jugaban mientras nuestra respiración se empezaba ha hacer cada vez más fuerte.
Se levantó y dió media vuelta, levanto una pierna para sentarse frente a mi y mi pene pudo sentir el calor de esa vagina que apenas era cubierta por esa fina tela color morado. Acerco su cara a la mía y pasó su lengua desde mi barbilla hasta la punta de mi naris, puse mis palmas sobre cada una de sus nalgas y las apreté con fuerza atrayendo a Sandra hacia mi para que nuestros cuerpos queden lo más junto posibles y fui a darle otro beso. Ella chupo mi labio inferior con tanta fuerza que para que me soltará tuve que darle una fuerte nalgada que la hizo gemir.
Ya no podía mas, mis dedos empezaron a colarse en su ropa interior llegando a la entrada de su vagina, metí uno y empecé a moverlo mientras mi boca busco su pecho, ella entendió lo que yo quería y corrió su sostén dejando salir esos pezones que me dedique a chupar con fuerza como si de ellos pudiera salir leche. Con mis dedos corrí hacia un lado la parte de abajo y guíe mi pene hasta esa húmeda y caliente entrada, ella se levantó un poco para ayudarme en mi tarea y apenas la acomodo en su sitio se sentó de golpe penetrandose ella misma hasta el fondo, esto hizo que diera un grito que apuesto que más de un vecino escucho.
—Dios que rico! —decía Sandra mientras se movía de atrás hacia adelante. —Me encanta como me coges!
Yo ayudaba sujetando su trasero mientras mi boca chupaba su pezon, luego buscaba el otro y así, iba de un seno al otro.
Sandra empezo a dar saltos sobre mi pene cada vez más fuertes y más rápidos.
Yo pasé mis manos por debajo de sus piernas, volví a agarra su trasero y me levanté con ella en brazos. Sus piernas estaban sobre mis brazos mientras la tenía del culo. Empecé a cogermela así de pie. Se podían escuchar nuestros gemidos y el choque de nuestros cuerpos.
—Así juan, así, así así, que rico, no pares por favor, así, así. —empezaba a gritar Sandra mientras yo solo respiraba con fuerza.
—NO PARES POR FAVOR! NO PARES JUAN! QUE RICO… MAS, MAS, MAS!
Juro que mis vecinos deben haber escuchados sus gritos si es que aún no habían escuchado que cogíamos, empezó a morder mi hombro para no gritar.
A mí me dolía pero no quería parar, empecé a cogerla más fuerte mientras apretaba sus nalgas.
—Que rico mi amor, me encantas Sandra. —salio de mi boca cuando aún me costaba respirar, ni cuenta me di de que lo dije hasta que ella soltó mi hombro y me miró a los ojos.
Esos hermosos ojos verdes estaban brillosos como si quisieran llorar, sus labios estaban separados tratando de respirar y en eso me estampó un beso, sentí su lengua llegar a mi garganta, me tomo por la nuca y no que quería soltar, en ningún momento deje de cogerla mientras nuestras lenguas jugaban y nuestros labios no se separaban. Fue un beso de esos que te quitan el aliento.
No pude aguantar más, sentía que me iba a correr así que empecé a darle embestidas hasta el fondo, sentía que mi pene llegaba hasta el fondo de su cuerpo, ella separó sus labios de los míos, menos mal porque ya nos faltaba el aliento y fue entonces cuando empecé a dejar salir chorros de mi semen dentro de ella, me corrí como nunca antes llenando su vagina hasta el fondo.
—Ah… ah… ahh… Ah… Ah… Ahh…
Ella respiraba con dificultad y en silencio cerca de mi oído.
Tome su cabeza para alejarla un poco y volvió a mirarme a los ojos, parecía que fuera a salir lágrimas en cualquier momento. Y fue entonces cuando la bese, pero este beso ahora era diferente, era un beso lleno de ternura, eran solo nuestros labios los que se buscaban, nuestras lenguas y apenas interactuaban.
Estubimos unos minutos así hasta que fue ella la que rompió el silencio
—Espera que me pruebe otro —mientras mostraba una sonrisa dulce.
Ahí me di cuenta de que está noche apenas y empezaba.
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