Una chica increíble IV
Cuarta entrega de mi primer relato, espero les guste .
Mi vecina Ingrid.
La tarde se me pasó rápido, entre las cosas del trabajo y hablar por cel con Sandra no me di cuenta de que ya eran las 6 y media de la tarde, justo me escribió Ingrid mi vecina.
_Ingrid: recuerda que comeremos pizza hoy y tú pondrás la bebida_ y poniéndome un sticker lanzando un besito.
Está mujer quiere guerra hoy y yo como cualquier soltero joven estoy dispuesto a dársela.
<¿Me puedo considerar soltero no?, ¿Sandra y yo solo cogemos, no tenemos una relación?, Apenas y llevamos una semana conociéndonos y no es como que estemos saliendo, ¿O si?>
De repente estás inquietudes empezaron a rondar por mi cabeza y me hizo preguntarme si en verdad quiero una relación seria con Sandra. No puedo negar que está chica me trae loco, es hermosa, sexi, divertida,… En serio me encanta pero aún es rápido para pensar en una relación, debo conocerla más. Mientras tanto puedo considerarme soltero no?!
Decidí salir a comprar unos refrescos, unas cervezas y algo para preparar unos cocteles con Ingrid, me fui a dar un baño y a vestirme, quería ponerme algo cómodo y de repente me encontré con algo en mi cama, era uno de los hilos dentales de Sandra, era uno rojo que uso con su traje de enfermera, dios le quedaba increíble… ¿Pero en qué momento lo dejo?, ¿Cómo fue que no lo ví?
Hay mujeres que hacen esas cosas a propósito para ser tóxicas, pero yo no tengo novia y Sandra lo sabe, tampoco me estoy viendo con alguien más así que no entendería el motivo de hacerlo a propósito. Decidí guardarlos para que no queden tan a la vista, luego se los lávate y se los devolveré.
Me termine de alistar para irme donde Ingrid, tome unas botellas de cerveza y un refresco y me fui a su departamento. Toque la puerta y al abrirme me quedé con una mirada de tonto. Ingrid tenía puesto un conjunto deportivo de licra corta pero muy corta, casi parecía ropa interior, un sosten deportivo que dejaba ver unas tetasas que en cualquier momento iban a explotar y a salirse. Tenía el cabello recogido y poco maquillaje, apenas lo suficiente para verse súper atractiva. La mire de arriba a bajo y ella fue la que tuvo que sacarme de ese trance
—Se te van a salir los ojos Juan —me decía mientras me daba la espalda y entraba a su casa —. Ya entra y quita esa cara.
Yo entre y fui detrás de ella hasta la cocina, coloque las cosas en el mesón.
—Guarda las bebidas en la nevera y dame una cerveza porfa.
Yo guarde todo y destape dos y le llevo una a ella que estaba sacando unas bolas blancas que estaban en una bolsa de un congelador a parte, eran las masas de las pizzas.
Saca el rodillo y pásame el paquete de harina de trigo que tengo en la nevera.
Cabe mencionar que conozco su cocina, incluso pedo decir que conozco bien su casa ya que está no es ni la primera ni la segunda vez que estoy aquí.
Saque las cosas y se las lleve al mesón dónde tenía la masa… No es necesario explicar el proceso de preparación de pizza y menos cuando ya la masa está hecha pero si puedo decir que mientras lo hacíamos hablamos de muchas cosas y empezó a coquetearme que es algo que Ingrid siempre ha hecho.
—¿Entonces esa chica es una nueva conquista tuya?, ¿Desde cuándo salen?
Esa pregunta me cayó por sorpresa pero le respondí normal.
—Llevamos casi dos semanas saliendo, tampoco es mucho.
—¿Ya están saliendo? —Me dice ella —. Pensé que solo era un ligue y ya.
No le respondí, nunca he Sido fanático de contar mis experiencias con mujeres, en eso soy bastante reservado, lo aprendí de mis padres. Estábamos preparando las pizzas, ya estábamos poniendo los ingredientes y poco a poco Ingrid se fue pegando más a mi, ya podía sentir el roce de sus tetas y su culo, esto me fue exitante bastante.
Terminamos de armar tres pizzas grandes con ingredientes diferentes y mientras ella las metía en el horno fui a abrir otras dos cervezas para ella y para mí, le pase la de ella y me fui a sentar al sofá a mirar mi celular, tenía un par de mensajes de Sandra y le respondí.
_Sandra: hola mi amor cómo estás?
Que haces?_
_Yo: hola linda estoy bien, aquí comiendo unas pizzas con unos vecinos_
<No sé por qué le menti diciéndole «unos vecinos», no lo considere apropiado y menos si es una vecina con la que he cogido muchas veces, no lo sé, sentía que estaba mal decírselo.
Aunque Sandra y yo no somos pareja, quisas ella esté haciendo lo mismo, cuando la ví las primeras dos veces ella siempre estaba con chicos, podrían ser sus ligues y aún ahora nadie me garantiza que no esté con alguien más…
Igual me sentía extraño y estos pensamientos me estaban poniendo enojado pero ¿por qué?, No quería creer que Sandra tenía a alguien más pero tampoco puedo evitarlo, ahora mismo yo estoy con la vecina>
_Sandra: que bien bebe pásala bien, buen provecho_ junto con unos emojis de besitos
Sandra cada vez era más cariñosa y amorosa conmigo y esto hacia que mi corazón latiera más fuerte.
Ingrid me vio con el celular y se sentó a mi lado muy pegada a mi.
—¿Que pasa Juan?, ¿Te estás aburriendo? —me dice ella abrazándome y sacándome de mi atención a los mensajes de Sandra.
—No Ingrid, claro que no. Tú sabes que me encanta estar aquí contigo —le respondo mientras guardo el teléfono.
—Es bastante guapa tu novia Juan, ayer no la ví bien pero en la foto se ve muy linda.
No me había dado cuenta de que logro ver mi teléfono, pensé que lo había guardado rápido. Lo que me dijo me descolocó un poco, no sé con qué intención me lo dijo pero me puse en guardia con ese comentario.
—No vale, no es mi novia, apenas y estamos saliendo —Le respondí en seguida mientras ella se pegaba más a mi y pasaba su brazo detrás de mi cabeza para abrazarme.
—Ah ok entonces todavía puedes visitarme como antes. Tenías tiempo sin venir a verme y me he sentido algo sola.
Ingrid empezó a jugar con mi franela y sus dedos recorrían mi abdomen, parecía una gata jugando con su comida.
—Fuiste tu la que no me invitó ni me escribió más.
Esa fue una flecha directa, pensé que con ese comentario se incomodaria un poco y me dejaría tranquilo. No es que Ingrid no me guste ni nada, es una mujer despampanante y coge como una diosa, tiene unas tetas y un trasero que no desaprovecha pero es que ahora, no se, creo que quiero algo serio con Sandra, se que ya lo pensé y aún es muy pronto, tengo que conocerla más pero aún así me siento extraño y culpable.
—¿Entonces es eso?, ¿Te molestaste porque no te llame más? —me dice Ingrid dándome un pico que no me espere.
Esa respuesta me dejó loco, tiene razón, sone como si estuviera molesto por eso.
—Es que tenía mucho trabajo en el banco y no tenía tiempo para nada más pero quiero aprovechar ahorita contigo porque en una semana ya no tendré el apartamento para mí sola porque viene mi hija a quedarse un tiempo aquí.
—¿Tienes una hija?, Nunca me dijiste que tenías una hija —le dije algo sorprendido.
—¿No te lo dije?, Yo creería que sí. —me dice con cara de condición mientras hace algo que me sorprendió.
Se sentó en mis piernas frente a mi y empezó a besarme, no me dió ni tiempo a reaccionar, la verdad es que como si de forma automática se activará algo en mi, mis manos fueron directamente a su trasero, empecé a apretarlo mientras ella me besaba, metía su lengua en mi boca, chupaba mi labio inferior y lo mordía.
—Era yo la que te extrañaba Juan, no te imaginas las veces que quería verte y tenerte aquí, incluso en dos oportunidades llame a tu puerta de noche para poder cogerte pero no estabas, imagino que estabas de fiesta.
Es cierto, últimamente había salido mucho y así fue que conocí a Sandra… Sandra! Mi mente empezó a recordar esos hermosos ojos verdes y me estaba arrepintiendo de lo que estaba haciendo pero Ingrid se fue bajando de mi poco a poco hasta quedar entre mis piernas, saco mi pene del mono que tenía puesto y de una lo empezó a besar, en este punto ya no sabía si detenerla o que.
—No tienes idea de cómo me hacía falta esto —decia Ingrid mientras le daba pequeños besitos a mi pene.
Empezó a pasar la lengua desde la base hasta la punta, yo ya estaba duro como una piedra, en eso ella me mira a los ojos desde abajo, esos ojos de gata en celo y de una se mete mi pene en su boca hasta el fondo, empezó a darme una mamada digna de un premio, podía escuchar el sonido que hacia su garganta y la saliva empezaba a salir y a bañar mi pene mientras con sus manos me pajeaba. Ingrid siempre ha sido buena con su boca, de pronto saca sus tetas de su sostén deportivo y las pone sobre mis muslos, acomoda mi pene en medio y empieza a darme una rusa al mejor estilo de cualquier película porno.
—¿Tu me extrañabas Juan?, Dime la verdad, ¿me extrañaste? —me dice ella con la mirada más morbosa que se pueden imaginar.
Yo no podía hablar, me faltaba el aire, estaba idiotizado mirando a una peliroja sexi masturbándome con un par de tetas enormes y que hace poco me dijo que me extrañaba y que estaba deseosa de coger conmigo… ¿Que más se puede decir en un momento así?
—Claro que te extrañaba —le dije mientras tomaba su cabeza y sujetaba su pelo para guiarla a qué me la siguiera chupando.
Ella abrió la boca y metió me pene hasta el fondo, con mi mano en su pelo la fui ayudando y guiando en la velocidad. Ella siempre ha sabido hacer garganta profunda así que no tenía ningún problema en empujar su cabeza para metérsela hasta el fondo. Tome su cabeza con mis dos manos y empecé a cogermela por la boca, literalmente me la estaba cogiendo y lo hacía con fuerza, ella puso sus manos en mis rodillas y se dejaba hacer. Yo ya estaba súper exitado y quería acabar, quería que se tragara toda mi leche y ella estaba más que dispuesta a hacerlo, ella lo deseaba, no pare ni un poco, incluso aumente el ritmo de mis embestidas, podía sentís como la cabeza de mi pene chocaba contra la pared de su garganta, sus labios chocaban contra mi pelvis, era una cogida fantástica.
Ya estaba por acabar así que se lo metía hasta donde podía dentro de su boca, en el departamento solo se podía escuchar el ruido de su garganta, la saliva caía en el sueño y ella aún seguia con sus manos en mis rodillas, me levanté del sofá sin sacar mi pene y seguí cogiendome esa boca, ella me lo pidió así que lo iba a tener, Ingrid queria esto así que lo tendria. Empecé a venirme en su boca, en su garganta, metí mi pene lo más que pude y empecé a disparar chorros y chorros dentro de esa boca, al mirar abajo me di cuenta de que Ingrid tenía todo el maquillaje corrido de tantas lágrimas y saliva. Solté su cabeza y ella se fue hacia atrás y se escuchó fuertemente como tomaba aire, pero de su boca no salió ni una gota de semen, ella se lo trago todo, aún sin poder respirar se trago todo mi semen.
Caí de golpe en el sofá, necesitaba recuperar el aliento, Ingrid luego de respirar un poco para recuperarse veo como se lanza a mi pene a lamer los restos de semen que puedan quedar si es que quedo algo, está como poseída lamiendo y chupando, como si el tiempo se fuera a acabar de pronto.
Los dos estábamos cansados pero que mucho más yo que ella porque seguía lamiendo y chupando mi pene mientras esté perdía poco a poco su tamaño por la increíble corrida que acababa de tener.
En eso ella se levanta de golpe y sale corriendo a la cocina gritando, yo ni siquiera pude oír que dijo, estaba más que relajado. De repente después de unos minutos que me ayudaron bastante a recuperarme ella llego con una bandeja grande y redonda con una de las pizzas y al darme cuenta ya no tenía el sostén, sus enormes tetas estaban al aire y rebotaban con cada paso que daba.
Colocó las pizzas en una mesita frente a nosotros y me dijo que fuera por los refrescos. Me levanté y fui corriendo a la cocina, tome dos vasos y saque el refresco de la nevera, lo lleve a la sala y ahí volví a ver esas enormes tetas de Ingrid y me detuve unos segundos admirando la escena: una pelirroja sexi, con una lucre deportiva que parecía ropa interior, sin sostén con una tetas increíbles, comiendo pizza (que es mi comida favorita) y que me acababa de dar la mamada de mi vida mientras literalmente me decía que me deseaba.
<Creo que será una cena que no me esperaba, o tal vez si?>
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