Una chica increíble VI
Sexta entrega de mi primera historia. Espero les guste..
Preparandome para la playa.
Ya era viernes y al salir del trabajo fui a comprar unas cosas para la playa de mañana con Sandra y sus amigos, compré unas bebidas, galletas y chuches para llevar, compré un par de botellas de vodka y unos refrescos, un par de bolsas de hielo y los guarde en la nevera para en la mañana preparar la cava con todo.
Prepare un bolso con mi shorts de traje de baño (aunque de cuerpo ya dije que no estoy mal por el gimnasio, siempre me he acostumbrado a usar shots como trajes de baño), protector solar, unas chanclas y un par de guardacamisas por si acaso.
Para ir a la playa normalmente se va de madrugada para llegar a buena hora y no cuando el sol esté en lo más fuerte, de esa manera podremos disfrutar bastante pero igual le escribí a Sandra para preguntarle a qué hora me pasarían a buscar.
Yo: Hola hermosa como estás? ¿A qué hora pasarán por mi?
Mientras esperaba respuesta de Sandra busque otro bolso para guardar las chuches y las bebidas que pensé en llevar. Seguía pensando en el deleite que me llevaría viendo no solo a Sandra en traje de baño, Vanessa y Laura también serían una delicia para la vista, se que ellas tienen sus parejas que son Miguel y Mike pero no le hago daño a nadie con ver, además la última vez en la disco cuando bailamos no solo yo les meto mano a llegas y ellas a mi, también a Mike y a Miguel meterle mano a Sandra… Imagino que ha pasado muchas veces porque llevan tiempo como amigos, pero bueno, no tengo de que preocuparme, ahora Sandra está conmigo.
Mientras reía como tonto con todo eso que estaba pensando sonó mi teléfono.
Sandra: hola mi amor, iremos a recogerte en la noche como a las 6 o 7, vendrás a la casa de Vane y de Miguel para que de aquí salgamos todos juntos bien temprano
Cuando ví el reloj eran las 5:30 pm! Salí corriendo a darme un baño y arreglarme, me vesti y decidí esperarlos a qué llevarán. Cómo a eso de 15 minutos para las 7 suena el timbre de mi departamento, al abrir la puerta veo a Sandra con un mono de ejercicios muy pegadito y una blusa con un sexi escote, tenía su típica cola de caballo y zapatos deportivos, nada más entrar salto y me rodeo el cuello con sus brazos para besarme, tuve que cargarla y correspondi su beso con ternura.
—Hola hermosa que linda estas, ¿vienes del gimnasio? —le pregunté apenas nos soltamos del beso pero aún abrazándola.
—Si bebe, veníamos del gimnacio todos, abajo están los chicos y las chicas, ¿estás listo para irnos? —me dice mientras entra al departamento y se sienta en el sofá.
—Si amor, deja que busco las cosas, llevaré dos bolsos, uno con mi ropa y otro con unas cosas que llevaré para compartir con todos.
Fui a buscar el bolso con chuches y se lo pase para que viera y me dijera que le parecen las cosas que compre, también le mostré unos chocolates que había comprado para ella. Apenas los vio destapó uno y se lo empezó a comer, parecía una niña chiquita comiéndose ese chocolate, no puedo evitar reírme mirándola con la boca llena de chocolate.
—¿De que te ríes? —me dice ella en un tono chistoso porque en verdad tiene la boca llena de chocolate
Ahí reviento a reírme a carcajadas, ella sonrió con los cachetes y la boca llena de chocolate, en serio fue un gesto tan adorable que no pude evitar ir a besarla. El beso empezó como algo tierno pero fue poco a poco aumentando la pasión, unos segundos después ya estaba yo sentado en el mueble y Sandra estaba sentada en mis piernas frente a mi besándome con lujuria, ya ella había sacado de pene del short y lo masturbaba lentamente sin dejar de besarme.
En eso ella se baja y se arrodilla entre mis piernas metiendo me pene hasta el fondo de su garganta, uff era una mamada increíble la que me estaba dando Sandra, yo la sujete del cabello para ayudarla en tan ardua tarea.
Estaba súper duro pero lejos de acabar, era una mamada deliciosa, delicada como para quedarse horas disfrutando… Es que me imagino recibiendo está mamada tan cariñosa hasta quedarme dormido aunque es difícil que eso suceda porque la sensación era espectacular. Es muy diferentes de las mamadas de mi vecina Ingrid, las de ellas son más enérgicas y te hacen acabar en unos minutos, en cambio las mamadas de Sandra son para disfrutarse.
Yo ya estaba en el 7mo cielo cuando suena el teléfono de Sandra, era una llamada.
Sandra: Alo? Ah ya bajamos!
Dijo eso sacándose mi pene de la boca y parandose de golpe, ahí nos dimos cuenta de que la corneta del carro de sus amigos tenía rato sonando.
—Apúrate que me van a matar —me dice tratando de acomodarse
Yo como pude trate de guardar mi pene súper duro en mi short y de que no se me notara pero era difícil porque la mamada era maravillosa y me quedé súper cortado. Sandra noto lo duro que estaba y me dijo:
—Perdoname mi amor, te prometo que después te compenso eso —lo dijo con cara de vergüenza pero en seguida se acercó a mí con cara de niña mala y apretando mi pene sobre la ropa me dice. —Puede que antes de irnos a la playa me encargue de este amiguito.
Tomamos mis bolsos y bajamos rápido a la planta baja, apenas llegar vimos que Vanessa estaba fuera del auto.
—¿Por que tardaron tanto si dijiste que Juan ya estaba listo esperándonos? —dice Vanessa mientras nos acercamos para subirnos a la camioneta.
—Ay ya! Fue mi culpa si?! Tampoco es que tardamos tanto —dice Sandra con una sonrisa traviesa.
—Aja… Ya me imagino que paso, y por qué no se dieron cuenta de que tardaron casi 20 minutos —dice Vanessa pero para nada lo dice molesta y guiñándome un ojo me dice —Tranquilo Juan que yo se que fue culpa de esta puta caliente y no fuiste tu.
Todos empezaron a reírse a costa de nosotros y yo no pude evitar sonrojarme por esos comentarios.
Nos tocó acomodarnos en el asiento de atrás porque ahí estaban Mike de la do de la otra ventana y en el medio estaba Laura, yo pensé como nos acomodariamos todos ahí pero pareciera que me estaban leyendo la mente porque me dice Laura
—Tranquilo Juan que la maletera puede acomodarse para tener dos asientos extra y así cabemos todos cómodamente, al llegar ahorita los chicos lo acomodan bien para que todos quepamos.
—Si amigo no te preocupes, ahorita acomodo esa parte al llegar a casa para cuando vayamos a salir en la madrugada —me dice Miguel que era quien conducía.
Sandra se montó antes que yo, se sentó en las piernas de Laura y me hizo señas para subir, a penas sentarme y cerrar la puerta Sandra se sentó en mis piernas y se recostó de la ventana abrazándome.
—A ver Juan hoy vas a conocer nuestra casa o bueno, dónde me estoy quedando porque en realidad es la casa de Miguel y de Vanessa —me dice Sandra.
—Oye si, ¿y más o menos cuando piensan pagarme el alquiler? —dijo Miguel mientras conducía.
—ay no seas bobo Migue, siempre haciendo el mismo mal chiste —dice Vanessa entre risas
—Además esa casa no es tuya, es de tus papás —responde Mike desde atrás. —Y si él no nos cobra entonces no pagamos nada.
—Yo diría que la verdadera dueña es su mamá porque ella es quien manda ¿o me equivoco? —dice Laura y todos reventaron a reírse
—Y deja de ser odioso que hoy tenemos invitado —dice Sandra haciendo alusión a mi y dándome un tierno beso en la mejilla —Va a pensar que eres un pesado.
—Siendo honesta si es bastante pesado jajaja —dice Vanessa riendo. —Además Sandra nos tenía azules preguntándonos: ¿Cuando puedo invitar a Juan?, Quiero traerlo, ¿Podemos invitarlo a venir?
Sandra se puso colorada y empezó a gritar y a insultarlos a todos mientras ellos reían fuertemente, yo solo reía con algo de timidez pero era lindo saber que mi Sandra quería compartir conmigo.
El trayecto fue más largo de lo que creía porque la casa de ellos quedaba fuera de la ciudad, luego de manejar durante unos 40 min, Miguel entro a una calle de tierra y se detuvo frente a un portón enorme, Mike se bajó a abrirlo y apenas entramos y recorrimos un sendero de tierra de unos 100 metros llegamos a una casa pero era «la casa», era una enorme mansión de dos plantas de color crema, con árboles en la entrada y luces por todos lados, al llegar vi que habían estacionados tres carros más, ahí me di cuenta de que la familia de Miguel era una familia adinerada.
Nos bajamos de carro y yo trataba de disimular mi cara de sorpresa, esa casa debía costar un dineral, con razón se permitían dejar quedar a 3 amigos más y a su novia Vanessa, con ellos serían 4 personas y ahora yo tambien.
—Sientete como en tu casa Juan y cualquier cosa que necesites pidemelo o a la misma Sandra que te aseguro que te tratara mucho mejor —dice Vanessa con una cálida sonrisa.
—Si hermano cualquier cosa que necesites dinos, estás en tu casa —me dice también Miguel con bastante afecto.
Sandra me toma del bazo diciéndome:
—Vamos, pon tus bolsos ahí en el mueble y deja que te muestre la casa.
—Ay pero deja la calentura chica que ya tendrás bastante tiempo para cogertelo todo lo que quieras —le dice Laura y todos empezaron a reír.
Sandra hizo pucheros y se sentó en el mueble con los brazos cruzados, yo no pude evitar sentirme apenado pero al mismo tiempo encantado con la actitud de Sandra hacia mi. Era la mujer más tierna y adorable que he conocido y cada día me estaba gustando más.
—¿Quieres algo de tomar Juan? —dice Mike. —¿Y ustedes, quieren que les prepare unos tragos?
—Preparale algo a Juan y a ustedes, nosotras nos daremos una ducha que venimos sudadas del gimnasio, luego ustedes de bañan —Dice Vanessa.
Me senté al lado de Sandra y le pase el brazo por el cuello pegandola a mi cuerpo.
—¿No te molesta que este sudada y olorosa por el gimnasio? —dice Sandra poniendo cara de niña chiquita.
—Eres la mujer más hermosa del mundo Sandra y todo de ti me encanta. —le digo pegandome más a ella.
Ella me da un tierno beso en los labios, era un beso lleno de ternura y dulzura que poco a poco fue aumentando de temperatura, metiendo su lengua y encontrándose con la mía hasta que escuchamos.
—Awww que tiernos son jajaja —dice Vanessa. —Ya déjalo un rato acosadora y vemos a bañarnos ya para que Mike y Miguel puedan bañarse, deja que ellos lo atiendan mientras nos arreglamos.
—Ok ok —dice Sandra resignada mientras se levanta del sofá —aunque si quieres te puedes bañar conmigo Juan?!
—AY YA BASTA! —grita Vanessa mientras la toma del bazo para llevársela y Laura revienta en risa.
Me quedé en la sala con Mike y con Miguel hablando de muchas cosas: de mi trabajo, de deportes, de gustos… Me di cuenta de que a Miguel al igual que a mí nos gustan los vídeo juegos, yo creía que Miguel era algo antipático pero me doy cuenta de que es bastante agradable, con Mike tenemos gustos similares en música y en deportes aunque no soy tan aficionado como él pero le vamos a los mismos equipos en fútbol y béisbol. Se nos acaban los tragos y me ofrecí a traer yo la siguiente ronda, Miguel me llevo a la cocina y me la mostró para que más adela te pueda yo servirme sin problemas. Me di cuenta de que era una cocina enorme y tenía de todo.
Luego de un rato bebiendo con los chicos salieron Vanessa y Laura con unos atuendos súper sexis. Vanesa tenía puesto un mono casi transparente porque se veía claramente su traje de baño estilo semi hilo y en la parte de arriba era un top de tirantes que dejaban ver esos enormes senos, no pude pensar en lo bien que se lo debe pasar Miguel con Vanessa. Luego me fijé en Laura, ella traía un short de jean que parecía más un cachetero que otra cosa y en la parte de arriba tenía un top que apenas y eran un par de triángulos que tapaban sus pezones, aunque los senos de Laura no son tan grandes como los de Vanessa, se ve que son mucho más firmes, Sandra tiene un cuerpo más atlético que Vanessa y se ve que se dedica mucho más al ejercicio.
—¿Y Sandra dónde está?, ¿Aún no se ha vestido? —les pregunto.
—Apenas y se metió al baño —dice Laura. —Miguel por qué no vas a bañarte mientras nosotras nos quedamos aquí con Juan y al salir Sandra que se bañe Mike.
—Esta bien ya voy —marchandose Miguel de la sala.
—¿Cuantos baños tienen aquí? —pregunto yo.
—Tenemos 3 baños arriba pero uno lo están remodelando para colocarle un jacuzzi grande, así que por ahora no está disponible y aquí abajo tenemos uno para invitados pero nos gusta más usar los de arriba porque están cerca de las habitaciones —me responde Vanessa con una linda sonrisa.
Vanessa se sentó a mi lado en el sofá y Mike le hizo señas a Laura para que se sentará con él.
—Claro que no! Aún estás lleno de sudor por el gimnasio —dice Laura de inmediato.
—Anda no seas así de mala conmigo —le responde este levantándose de su asiento y caminado hacia ella.
—Ni se te ocurra llenarme de sudor! Primero date un baño —dice ya algo molesta mientras Mike sigue acercándose a ella.
En eso Mike sale corriendo hacia Laura y está corre en dirección contraria hacia la cocina y Mike muerto de risa la persigue dejándonos solos a Vanessa y a mi en la sala también riendo, luego de reírnos por unos segundos le comento a Vanessa:
—Es linda y es grande la casa de Miguel.
—Esta casa no es de él —me dice Vanessa entre risas por el comentario que hice. —Es la casa de sus papas, aunque él trabaja necesitaría dos vidas para comprarse una casa así como está y los carros que vez a fuera?! Todos son de sus papas y uno de su hermana.
Ahora sí entendí por qué le pareció gracioso mi comentario y me rei con ella. De repente ella me quita mi vaso y toma un sorbo de mi bebida pero hizo algo que me dejó un poco más sorprendido y fue que subió sus pies al sofá y los coloco sobre mis piernas muy cerca de mi entrepierna. La mire algo sorprendido pero su reacción fue algo que tampoco me esperaba
—¿Te gusta Sandra? —me pregunto con una media sonrisa algo forzada.
—Si me gust… —y ahí me interrumpió de golpe.
—Hablo en serio Juan, ¿de verdad te gusta Sandra? —ya no era una sonrisa lo que tenía en su rostro.
Me quedé sorprendido con su pregunta tan directa, no entendía sus intenciones pero ahí me puse firme y le respondí
—Si! Me gusta mucho Sandra
—¿Que tanto te gusta? —me vuelve a preguntar Vanessa acercándose a mi
—Quiero ir en serio con Sandra —le dije de inmediato. —Quiero pedirle que sea mi novia.
Los ojos de Vanessa se abrieron como platos ante mi respuesta, no sé si eso era lo que se esperaba y honestamente yo tampoco sabía que respondería así, creo que al sentirme acorralado lo dice sin pensar pero creo que lo dije con total honestidad. En serio ni yo mismo tenía claros mis sentimientos hacia Sandra pero no puedo negar que todo el día estoy pensando en ella, que solo quiero volver a verla y que me gusta todo de ella.
—Pero si apenas la conoces! Además ella tampoco te conoce bien a ti —me dice bajando los pies al suelo y mirando hacia el suelo. —Sandra es mi mejor amiga, la conozco desde que éramos pequeñas y no me gustaría que la lastimáras —ahi me mira fijamente a los ojos. —Eres un chico lindo Juan y pareces un buen muchacho y si en verdad quieres algo serio con ella terminarás entrando a nuestro grupo de amigos pero te digo algo y te lo digo muy en serio, no permitiré que juegues con ella.
Justo en ese momento aparece Sandra bajando las escaleras. La tensión en el aire se podía cortar con un cuchillo, no sé si Sandra podía sentirla, imagino que no porque llego con la sonrisa más grande del mundo y se lanzó al sofá entre Vanessa y yo y me abrazo fuertemente.
Yo trataba de disimular un poco pero al ver a Vanessa ella estaba con una enorme y dulce sonrisa.
<Que rayos pasa con esta chica>
—Tengo hambre —dice Vanessa levantándose del sofá. —Pediré algo para comer les parece?! Debemos comer antes de irnos a la playa, ¿que les provoca?
—Yo quiero hamburguesas —dice Sandra muy contenta y saltando sobre su asiento. —¿Tu que quieres bebe?
Esos hermosos de Sandra me sacaron de ese extraño momento con su amiga y me volvía a sentir normal.
—Hamburguesas está bien amor —le digo abrazándola cariñosamente.
—Ok pediré hamburguesas entonces para todos —dice Vanessa caminando hacia la cocina. —por que no le vas dando un recorrido por la casa a Juan mientras esperamos?!
—Si bebe vamos anda —dice Sandra mientras me toma del brazo y me lleva hacia las escaleras.
Su emoción y ternura estaban quitando lo incómodo del momento de hace unos minutos, ahí fue cuando me di cuenta de la ropa que traía Sandra, traía una falda larga floreada abierta por una pierna, el abdomen lo tenía descubierto porque arriba traía un top también floreado y con un nudo entre los senos, estaba muy linda la verdad.
Noe estaba mostrando para nada la casa, me llevo hacia un cuarto y me metió cerrando la puerta, me empujó hacia la cama y salto sobre mi para empezar a besarme, me besaba con pasión, su lengua se entrelazaba con la mía, en un momento me di cuenta de que me había desabrochado el short y me lo estaba bajando hacia las rodillas para luego sacar mi pene que ya apuntaba al techo, levantó su vestido hasta su cintura y se sentó sobre mi, se levantó un poco y con una mano ponía hacia un lado su ropa interior o traje de baño que imagino que era lo que traía puesto, yo decidí ayudarla y tome mi pene para guiarlo hasta donde ella quería y al sentirlo se sentó de golpe, la penetración fue profunda, su vagina estaba hecha un mar de jugos.
Empezó a dar saltos sobre mi y a mover su cintura en circulos mientras decía:
—Ay dios quería hacer esto desde que fui a tu departamento a buscarte, en el baño tuve que hacerme una paja pero no fue suficiente.
Está chica es la mujer más sensual que jamás había visto en mi vida, su forma de ser, sus palabras, la manera en que me hace el amor, cuando me mira… La tomé de la cintura y ya ayudaba a subir y bajar, ella puso sus manos en mi pecho y hecho su cabeza hacia atrás mientras seguía cabalgandome. Podía sentir como si vagina apretaba mi pene de una manera deliciosa.
—Ay dios si, que rico —decía entre susurros mientras se mordía el labio inferior para no gritar. —ay dios, dios, dios, me encanta, no sabes las ganas que tenía de tenerte aquí.
Sus caderas empezaron a moverse de atrás hacia adelante de forma enérgica mientras yo coloqué mis manos en sus caderas, subí mis manos y ella la tomo con las suyas, entrelazarnos nuestros dedos mientras ella movía más fuerte su cadera de atrás hacia adelante, estaba a punto de acabar y el orgasmo de ella también estaba cerca, soltó mis manos y puso las suyas sobre mi pecho, ya la cama empezaba a moverse por el meneo de sus caderas, era imposible que no pudieran escuchar el choque de la cama con la pared en toda la casa. Coger con Sandra era increíble, su vagina se adaptaba a mi pene y el calor que emitía era tan acogedor que no quería salir de su interior pero el momento llego, por más que quisiera intentar postergar lo inevitable me era imposible con semejante diosa y con tan maravilloso movimiento. Dejé salir toda mi carga en su interior y ella al sentirlo estalló en un grito ahogado desde su garganta con la boca cerrada para que los demás no escucharán, podía sentir como sus muslos temblaban y como los músculos de su vagina apretaban mi pene casi al punto de asfixia, era maravillosa esta sensación, uno tras otro todos los chorros de semen llegaban hasta su útero llenandolo por completo de mi.
Sandra cayó desplomada sobre mi pecho mientras mi pene aún dentro de ella seguí escupiendo semen, en la habitación solo se escuchaba nuestra respiración agitada, mis manos buscaron las suyas y nuestros dedos volvieron a entrelasarse, podía escuchar el latir de su corazón, en verdad está chica era un sueño. Ella levanto levemente su rostro y nuestros ojos se encontraron, ella respiraba aún con la boca abierta y tenía una media sonrisa, sus ojos color verde brillaban en la oscuridad y no pude evitar acercarme para besarla. Debido al cansancio apenas y podíamos mover las labios, habíamos tenido un orgasmo rápido y explosivo, estábamos muy agotados pero nuestros labios jugaban lentamente.
Separamos nuestras bocas y ella me abrazo fuertemente y con ternura, aún podía escuchar el latir de su corazón, nuestra respiración se estaba normalizando. Con mi mano busque su barbilla y ella me miro de nuevo, me miró con esos hermosos y grandes ojos verdes, parecía a punto de llorar, Sandra era la mujer más hermosa que había conocido en mi vida y cada día quería estar más cerca de ella. No sé por qué recordé la conversación con su amiga Vanessa hace unos minutos, creo que solo hice sin pensarlo pero mi boca se abrió y dije algo de forma automática.
—Sandra quiero que seas mi novia. —fue lo que salió.
Ella me miro y sonrió timidamente antes de que de sus ojos cayera una lágrima y rodará por su mejilla.
—Te amo Juan, te amo muchísimo —fue lo que me dijo. —Y de verdad si quiero que seamos novios.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!