Una colegiala II – El día después de la disco.
Despues de una disco organizada por una escuela católica donde mi alumna y yo disfrutamos de un privado retomamos las cosas al día siguiente.
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Retomando la historia de Andrea mi alumna en una discoteca:
Recordare que va en en una escuela católica privada (del OPUS DEI) multinivel desde kinder hasta universidad, practica gimnasia, tiene un vientre completamente plano, un par de duraznitos bien formados, y un par de nalgas firmes y redonditas.
En la disco de los para los niveles superiores llego enfundada en unas medias azules con el uniforme de la escuela. Después de una breve charla y una copa se sentía mal, yo tenia rentado un privado para escaparme un rato de mi papel de policía moral; así que fuimos ahí, nos besamos, acaricie su piel, luego nuestras pieles se conocieron, la desnude y probé su intimidad para luego entrar en ella de manera triunfante por primera vez mientras me cabalgaba.
Y terminar esa deliciosa velada con una sesión oral de su parte en mi coche al llevarla a su casa culminada con la deliciosa invasión a su anito. Dejándome como prenda que después recogería, su traje todo pegado de gimnasia.
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El relato recomienza al día siguiente en mi casa o más bien departamento cuando regresaba como a las 12 del grupo de los sábados, el cual aunque son pocos alumnos es muy exigente y extenuante.
Llegue como siempre pero me llamo la atención ver frente a la entrada de mi departamento a Andrea vestida con un body de ejercicio de lycra negra y rayas blancas que resaltaba mas su figura cubriendo desde encima de su rodilla hasta su cuello con unas mangas cortas.
Se puso de pie y me saludo, yo vi su cuerpo enfundado en tan sexy prenda que de inmediato mi excitación se delato debajo de mi pantalón. Sus senos se dibujaban de forma delicada dejando ver la silueta de un par de pezones que estaban deliciosamente paraditos, con un espacio bien dibujado hasta su pecho, se marcaba perfectamente la curva de su cintura y debajo de su liso vientre, se dibujaba un delicioso triangulo donde en su lado más estrecho resaltaban dos pequeñas protuberancias que dibujaban un rico canal en medio. Cuando se dio la vuelta y se agacho por su mochila pude ver su traserito sobresaliendo, redondo y firme como invitando a todo.
Le abrí la puerta y se metió con su mochila y su bicicleta, moviéndose cadenciosamente.
“Hoy salí a hacer ejercicio” dijo sonriendo de una manera picara y mirándome de una manera provocativa.
“Nadie me espera hoy así que decidí recoger lo que te deje”.
“Lo tengo celosamente guardado, dime que estas dispuesta ha hacer para recuperarlo”.
«Esta pequeña señorita esta mas que dispuesta»
«Quisiera verlo»
No acabe bien mi frase cuando simplemente se quito las zapatillas, se acerco a mí y me empezó a besar. Tomo mis manos y las puso detrás de mi espalda. Me desabrocho la camisa y el pantalón, me ayudo a quitarme los zapatos y calcetines y quede completamente desnudo. Se pegaba a mí y con su cuerpo acariciaba el mío.
Sentí como su vagina ya húmeda mojaba a través de la tela mi pené ya tieso. Sentí como se deslizo haciendo movimientos sensuales con su cuerpo cuando sus senos tocaban y masajeaban con su carne mi carne en tan firme posición. Hasta sentir su aliento deliciosamente sobre mí pené antes de ser absorbido con fuerza y pasión que me hacían gemir de placer.
Se alejo un poco de mí y de un solo movimiento se desnudo se acerco a mí y de pie la penetre hasta el fondo. Ella me rodea con sus brazos. Y empezó un movimiento rítmico mientras yo la tomo de sus nalgas y la jalo a mi y disfruto de su suave movimiento. Empezamos a sudar de tan placentera sensación. Uno de mis dedos se esconde entre sus nalgas y recorro la separación de manera suave. Pronto encuentro su ano, escondido ahí.
Lo presiono y por respuesta un quejido suave y se acerca a mí haciendo mas profunda la penetración. Mojo mis dedos con los jugos que de ella salen abundantemente y empiezo a mojar su segundo orificio.
Con un dedo comienzo a acariciar por sobre mí pené a la altura de la entrada de su vagina su clítoris; haciendo que se estremezca y gima un poco mas fuerte, cuando se retira un poco de mí, un dedo de la mano libre se introduce suavemente y hasta el fondo. Ahora cualquier movimiento que hiciera lo utilizaría para provocarle placer.
Reanudo su movimiento rítmico pero de manera más rápida. Pronto gritaba lo cual me enloquecía, pronto con un quejido prolongado tuvo su orgasmo con el cual acaricio mi pené y mis dedos de una forma tan sabrosa que también llegue yo inundando su interior.
Así sin salirme la abracé y nos estuvimos besando un rato hasta que mi pené se recupero dentro de ella.
Comenzamos de nuevo el rítmico movimiento. Pero ahora ella se dio vuelta y se agacho hasta poner en el suelo sus manos. Su ano quedo al descubierto para mí. Lubrique mi pené un poco mas dentro de su vagina y luego lo fui introduciendo en su ano. Entre fácilmente pues se encontraba totalmente relajada, pero una vez que estuve dentro sentí como hacia fuerza y me apretaba de una manera deliciosa y continuada; sumando un movimiento de mete y saca por mi parte.
Poco a poco desee entrar mas a fondo, con mis manos aparte sus nalgas y las apretaba suavemente mientras me permitía hundirme más. Cuando estuve hasta el fondo con una mano apretaba uno de sus senos mientras con la otra recorría su vagina y pronto introduje dos dedos dentro de ella para estimular su clítoris.
Pronto a través del jadeo que su boca emitía, salieron varios gritos ahogados indicando no uno sino dos o tres orgasmos uno después del otro. Aproveche su repentina debilidad y tomándola de la cadera me hundí al máximo y sin salirme me movía de un lado a otro para disfrutar el contacto de nuestras pieles y de mí pené dentro de su cuerpo.
Vino otro orgasmo y le fallaron un poco las piernas pero no la deje alejarse de mí, arrecie el ritmo hasta que le vino otro orgasmo.
Me separe de ella, se arrodillo y sin que le dijera nada se comió todo lo que tenia a la vista y lo chupaba de una manera deliciosa. Lo metía y lo sacaba de su boca haciendo fuerza con los labios y succionado al tiempo mientras su lengua recorría todo lo que podía. En la máxima excitación mi pené empezó a temblar. Ella solo se limitó a darle besitos con los labios sólo al glande y cuando el semen comenzó a salir se lo comió con un ansia que hizo que me viniera otra vez con casi menos de un minuto de diferencia entre uno y otro orgasmo.
Eran casi las dos para ese momento, me dijo que volvería mas tarde por sus cosas y se agacho por su ropa dejándome ver su lindo traserito. Mi excitación y mis fuerzas todavía eran suficientes así que tuve otra erección. Tome su body, le ayude a poner una pierna, luego la otra y lo fui subiendo. Antes de llegar a la entrepierna acerque mi pené y rápidamente la penetre mientras la besaba. Así al cabo de un corto rato me pase para atrás y la penetre de nuevo en su ano; me pase para el frente la senté en una silla cercana. Y con sus senos acaricie mi pené haciendo presión mientras se encontraba en medio. No resistí demasiado la pare poniéndola de perrito para de nuevo penetrarla; dejando en su vagina un poco de lo que me salía y el resto lo deje en su ano de un movimiento rápido.
Subí el body, cubrí su pecho acariciando sus senos y coloque de nuevo todo en su lugar.
Nos dimos un prolongado beso, le entregue su traje completo de gimnasia.
“Nos vemos después”
“Vengo mañana, y lo luciré para ti.”
«No puedo ni esperar»
Sonrió y me dio un beso, caminando sensualmente de espaldas salió del departamento. Se dio la vuelta y camino moviendo su cuerpo de forma pausada. Yo solo la observe alejarse de mi puerta. Pude observar como su triangulo y su traserito iban húmedos de todo el semen que deposite ahí.
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