Una cuñadita muy traviesa
en este breve relato nos enfocamos en Aron haciendo travesuras con su cuñada de 12.
Continuando la historia meses después la turbia relación que teníamos los tres se volvió más intensa luego de que Amelia prácticamente se había divorciado, ya que siquiera vivían juntos por lo tanto Amelia podía hacer todas las fechorías que se le antojara sobre todo con Aron como nadie pensaría lo que hacían era la mejor opción para desahogarse, aunque ocasionalmente si pedía ración doble de verga.
En esa época fue incluso más singón que yo porque tenía novia y encima se tiraba a su tía.
Bárbara y el ya llevaban casi un año y era porque nunca le propuso nada indecente porque decía que ella era más recatada solo por no llamarla mojigata, en el caso de su relación hasta parecía que iban enserio porque incluso se quedaba a dormir en su casa y bueno si bien no tenían mucho tiempo su noviazgo ellos sí que se conocían desde mucho antes así que la confianza con el suegro ya estaba desde que iniciaron. Meses después Aron me cuenta algo que si me deja perplejo y es que también se estaba cogiendo a su cuñada que apenas tenía 12 años y según el por mera casualidad de pillarla con su prima Daniela que para entonces tenía 9, Mirar a ambas nenas lamiéndose le dio un éxtasis y desde ese momento ya no veía a su cuñada de la misma manera. Su tía no parecía tener idea de lo que realmente hacían ya que nunca dijo nada que nos hiciera pensar tales cosas, Según él era lo más morboso que había visto y sentido tanto así que no sabía que hacer si llegar y darle un buen susto o tratar de que le hicieran un “favorcito” aunque tampoco era el tiempo y el lugar, pero tampoco lo podía dejar para después así que hizo ruido para que notaran que se acercaba y le dijo a Barbara que su mamá la llamaba y cuando ya estaba que se iba Aron le pide que le acompañe a la panadería y que sería rápido ya que irían en el auto de su tía, Bárbara acepta sin darse cuenta de las ocultas intensiones de Aron ya que a ella le gustaba pasear en auto y sobre todo porque tenía aire acondicionado.
Ya a medio camino Aron empieza a lanzarle preguntas random hasta que le pregunta la típica sobre si tiene novio y Bárbara responde:
—no, vale. Ya te había dicho que no—, lo dice entre risas.
—uno nunca sabe, quizás no me dijiste porque tu mamá andaba cerca—, Aron la miraba con morbo mientras acariciaba su muslo, —¿y te gusta alguien? —.
—no…—, y ella lo mira extraño, —¿hoy estas muy preguntón? —.
—¿y qué tiene de raro? —, lo dice con un tono de broma y acaba la conversación porque ya habían llegado.
De regreso Aron se termina impacientando y le pregunta directamente: —¿eres lesbiana? —, estaba un tanto nervioso por cómo podría reaccionar ella.
Bárbara pone cara de sorpresa: —¡ay, que atrevido!, aunque seas el novio de mi hermana, no te da derecho de hablarme así. Porque no tenga novio no significa que me gusten las mujeres—.
—pues no sé, como vi que te comías a gusto el coño de Daniela—.
—¿nos viste? —, Bárbara estaba con mano en boca mientras veía a Aron con asombro.
—Tranquila, no te asuste no le diré a nadie—, y vuelve a acariciarle el muslo, se detiene en un lugar apartado.
—¿y que hacemos aquí?—, pregunta ella.
—para que te calmes un poco, porque te pusiste pálida—.
Y tras un breve silencio Aron vuelve a preguntar:
—¿y te gusta mi prima? —.
Bárbara estaba algo inquieta, esquivaba la mirada con una nerviosa y leve sonrisa, —tal vez, no se—.
—¿Cómo que no sabes?, ambas son muy lindas no veo problema. y por como veía a Daniela le encantaba —, en ese instante Bárbara sonrió y se enrojeció, —¡ajá, te pille picarona! —.
Y gradualmente fue pasando el tiempo Bárbara tomando confianza. Luego Aron le pregunta de quien fue la idea y esta responde que de ella tras verlo a él cuándo se lo hacía a su hermana y como parecía gustarle le dio por tocarse y aunque no podía describir bien lo que sintió si mencionaba mucho que le daba calor y no podía saciar ese antojo solo frotándose lo que la llevó a meterse su primer dedo, después de eso no hubo vuelta atrás. Cuando andaba sola o a la hora de bañarse se exploraba a si misma lo cual terminó volviéndose un hábito, incluso ocasionalmente usaba su portaminas en plena clases y con Daniela fue uno de esos momentos que andaban solas en su casa y entre conversaciones, juegos y una mente pervertida era inevitable que sus lenguas exploraran sus intimidades.
Aron estaba fascinado: —eres una cerdita—, y ambos se ríen, —de seguro aun la tienes mojada porque o sea fue hace poco que estabas con Daniela—.
—supongo que un poco—, mientras ella veía la escurridiza mano de su cuñado fue subiendo por su muslo hasta tocar su entrepierna.
Aron continuaba frotando su muslo a la vez que empujaba su mano a su entrepierna, pero sus pantaloncitos cortos que tenía bajo su vestido estorbaban y como Bárbara no decía nada tampoco quería detenerse por lo que llevo su mano con cuidado y con delicadeza la metió dentro de sus pantalones, sintiendo textura de su ropa interior y aunque aún no tocaba directamente la vagina si pudo notar que tenía sus braguitas húmedas.
El Silencio se había apoderado de ambos que se vio levemente interrumpida por el comentario de Aron: —no sabía que ya usabas hilo—.
—mis amigas me lo regalaron en mi cumpleaños—, mientras ella continuaba viendo como las manos de Aron se movían dentro de sus pantaloncitos, hasta que sintió directamente los dedos de este sobre su chochito tras haberle echado sus bragas a un lado aun así ella no decía nada.
Al ver lo dócil que estaba Bárbara el continuó por frotarle los labios exteriores, pero estos estaban tan húmedos que su dedo resbaló dentro haciendo que Bárbara soltara un leve gemido por lo que prosiguió por frotarle su pequeño clítoris.
Poco después Bárbara sonaba como perra sedienta tratando de aguantar sus gemidos a la vez que se retorcía contra el asiento y sus manos apretaban todo lo que tocaba hasta que este saca sus manos y chupas sus dedos mientras ve como su cuñadita recupera el aliento, Pero tenía su verga demasiado dura como para regresar a casa y tampoco quería arruinar lo que habían disfrutado, así que abrió la puerta, se posicionó hacia afuera y comenzó a masturbarse.
Hasta que siente que otras manos asi que viendo que las curiosas manos le habían interrumpido la toma de la muñeca para que eta se la sujete.
—la tienes grandota y caliente—, decía ella mientras sujetaba la dura verga de Aron.
—dale, apriete más fuerte—, y comienza a moverle las manos de arriba abajo.
—¿está bien así? —, pregunta Bárbara mientras ya por si misma le hacía la paja.
Hasta que ya no pudo aguantar más y comienza a cañonear su leche hacia afuera aun así Bárbara no se detuvo, sino que más bien perfeccionó la paja al usar la propia leche para lubricarle la verga.
Una vez que ya estaba totalmente flácida, Aron manda a sacar unos pañuelos.
—espero que nadie se entere—, comenta Aron.
—¿Por qué me miras a mí?, ni que fuera loca —.
Luego de eso en el trayecto de regreso se mantuvo un extraño silencio,
Estuvo bueno y parece que se va a poner mejor, ya espero con ansias la siguiente entrega 👍🏼
Wooow, qué linda cuñada jejee!