Una cuñadita muy traviesa 2
continuando la aventura de Aron con su joven cuñada de 12.
Corrección con el relato anterior sobre el nombre de la cuñada, en el anterior como no le había dado nombre le terminé dando el mismo por error al de la novia.
Luego de lo sucedido aquella vez la relación entre Viviana y Aron a simple vista no había cambiado nada, mantenían sus distancias y se hablaban con normalidad cuando se cruzaban. Por lo general el tiempo ni el entorno le favorecía como para realizar alguna travesura de manera segura, aunque tampoco era algo que los retuviera demasiado ya que Viviana era bien atrevida, a veces entre juegos incitaba a Aron y si bien eran del agrado de este era algo que había que manejar con cuidado.
Para entonces yo desconocía las locuras que hacía Aron, solo estaba al tanto de su “recatada novia” porque si bien Bárbara se inhibía en cuanto a experimentar en el sexo sí que disfrutaba unos buenos lametones, aunque solo de Aron ay que habían rechazado mis insinuaciones. Por lo tanto, Aron estaba en la cúspide de su libidinosa vida porque en una mano tenía a su recatada novia y en otra tenía a su tía para cubrir cualquier antojo que a su vez su cuñada estaba tomando ese rol debido a los recientes sucesos. A pesar de todo Aron quería a Barbara porque después de que fallara en sus intentos por desinhibirla nunca insinuó en querer terminar con ella y ahora menos sabiendo que tenía oportunidad con una pubertad calentona, sin embargo, con el tiempo la relación se vio estancada ya que no coincidían sus tiempos hasta el punto de que ya casi parecía cosa del pasado.
Un Día Aron quedó a solas con Bárbara en su casa ya que Viviana estaba en clases, su papá trabajaba y su mamá tuvo que una diligencia, por lo tanto, esa mañana una vez que tenían la casa libre Aron le dio como cajón que no cierra, lamentablemente Bárbara tenía clases y se tuvo que ir luego de una buena ducha que dejó con ganas a Aron y este tenía que quedarse allí porque su suegra no tenía llave dado a que por descuido lo dejó en la mesa y como él no tenía nada que hacer se quedó allí y se puso a ver la tv para matar el tiempo, luego de un rato cuando andaba bebiendo agua escucha que alguien abre la puerta y ve que llega Viviana.
—¿y eso que haces tan temprano por acá, no tuviste clases? —, pregunta Aron.
—no. ¿y mi mamá? —.
—salió y tu hermana me dejó aquí solito cuidando la casa—.
—si eres bobo—. lo dice con una leve sonrisa,
—jaja, na… solo esperaba a tu madre ya que dejó sus llaves—, en cuanto estuvo lo suficiente cerca de Viviana la toma por la cintura y se flexiona cerca de su rostro, —¿y mi beso? —.
Ella sonriendo echa a un lado su rostro, —¿Qué beso? —.
—no te hagas la dura, así que dame mi besito—, pero como ella continuó negándose Aron comenzó a emplear su fuerza gradualmente hasta que ya no podía mover su cabeza y a pesar en un inicio cerro bien su boca mientras a la vez ambos se reían y apenas medio aflojo sus labios Aron ya tenía su lengua dentro de su boca y ella respondió de la misma manera, —¿no que no querías? —, y continuaron besándose un poco más.
Luego ambos se van a sus respectivas habitaciones, ese momento a solas era peligroso para el mismo Aron ya que en su cabeza vagaba las distintas posibilidades con su cuñadita por lo que va a su habitación y ve la puerta entreabierta.
—que descuidada—, pensaba Aron mientras la espiaba como se quitaba la poca ropa que tenía y lo mejor para él fue mirar la manera provocativa en que se quitó sus bragas, luego se apartó rápidamente y se escondió al ver que había tomado su toalla. Después que entra al baño Aron se dirige al cuarto y en cuanto mira la braga que se acababa de quitar la toma y le da una buena aspirada, —ah…— exhala con fuerza y dice con voz baja, —a esta pedazo de mocosa sí que le huele rico—, mientras se la jalaba con otra braga sucia hasta que se corre, —¡ah…, ah…! —, entre suaves gruñidos, —tómala toda perrita—, decía Aron mientras mojaba por completo la braga sucia de Viviana.
Luego de que se limpia su flácida verga y nota lo que ha hecho se guarda esa braga en el bolsillo. Y si bien ya se había relajado un poco los continuos pensamientos sobre su pequeña cuñada y de que en ese instante se lavaba cada rincón solo hacía que su lívido se apoderara de su mente así que por mero reflejo agarro el pomo de la puerta del baño y notó que no tenía seguro, —ay, esta pendeja de esta no se salva—. Abre con cuidado y entra, se quita la ropa y le da la sorpresa a Viviana.
—¡¡AH…!!, ¿qué haces aquí?, vete —.
—ay, no seas mala. Estaba siendo mucho calor—, decía Aron en el momento que entraba con la verga bien erguida en la ducha con Viviana.
—está bien, entonces yo me salgo—.
—no seas melodramática haciéndote la inocente como si nunca me la fueras visto—, entretanto las manos de Aron recorrían el mojado y resbaloso cuerpo de Viviana, —y sé muy bien que te gusta que te haga esto—, y Viviana comienza a apoyarse contra Aron mientras el frotaban su guisante a la vez que jadeaba en poco tiempo Viviana estaba completamente a la merced de Aron, ella se retorcía justo como el quería al punto que la puso en cuatro patas frente de su verga y como por inercia ella se lo lleva a la boca y de manera innata le da su primera mamada a Aron, —¡uf…, si…!, sabía que tenías talento para esto—.
La putica de Viviana no lo hacía como ninguna novata y si bien no era una experta si que sabía cómo hacerlo ya que tomaba la base de la verga y chupaba a la vez que lamía la punta de la verga. —¡ah…, maldita perra! —, y le suelta tremendo chorro en el rostro.
—soltaste mucho—, decía mientras se le escurría la leche de la cara.
—es que fuiste maravillosa—.
Y mientras ambos tomaban el aliento en el suelo como si por un momento estuvieran las mentes sincronizadas Viviana se le puso piernas abiertas frente de él y este comenzó a comerle el coño.
Ella no decía nada en concreto, solo jadeaba con el disfrute de la lengua de su cuñado y de pronto en un pestañeo Aron estaba de rodillas con la verga bien dura frotando el coño de la hermana de su novia. Entretanto Viviana miraba como esa gruesa verga separaba los labios de su lampiña vagina una y otra vez mientras continuaba cayéndoles el agua de la ducha.
—ya no me aguanto—, susurra Aron y comienza a enterrarle su vara con suavidad, Viviana entrecerraba sus ojos mientras se le escuchaba como exhalaba acorde se le iban enterrando, —¿estás bien, no te duele? —, pregunta Aron ya con media verga dentro de ella.
Ella agita su cabeza dando a entender que está bien y susurra: — la tienes muy grande, siento que me vas a romper—. Así que viendo en cómo se comportaba se la metió un poco más rápido hasta tocarle fondo y ella suelta un gemido mientras que ambos apreciaban en como estaban unidos a su vez por un instante a él le pareció raro no ver ni un rastro de sangre, pero sentir como esa apretada vagina palpitaba y en cómo se estaba moviéndose ella no pensó en nada más que en disfrutar ese momento así que empezó el lento mete y saca que de manera paulatina fue acelerando haciendo que esa niña gimiera con ganas en distintas posiciones, era incluso cabalgaba con más fuerza que la propia bárbara, y en esos minutos entre chapoteos hubo tal desenfreno que se corrió dos veces de dentro de ella sin importarle nada hasta que ambos quedaron tumbados en el suelo.
—creo que ya deberíamos salir—, decía Aron mientras veía al techo.
Así que tras una leve lavadita este sale y se viste mientras mira como ella aun en el suelo se saca la leche de su coñito.
—te corriste demasiado—, dice ella mientras sacaba con sus dedos lo que tenía dentro.
—¿no sería mejor que te levantes? —.
Y ella le toma la palabra y se levanta y nota como le tiemblan las piernas, —¿tienes frió? —, pregunta Aron
—no—.
—¿entonces porque la tembladera? —.
—no se—.
—¿tanto te gustó? —.
—ay ya—, dice Viviana mientras sonríe.
Luego Aron deja sola en el baño a la temblorosa Viviana y se acuesta en la cama hasta quedarse dormido, para cuando despertó se sorprendió porque ya estaba anocheciendo, Pero el sentimiento de felicidad aun lo tenía.
Wooow, sí que era travieza la niña!