una enfermera para recordar
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Old-Legolas.
En el siglo pasado, cuando aún no era masiva la web y no habían foros como este para leer y aprender de experiencias sexuales varias. Teníamos que aprender bien o mal con la experimentación y la prueba y error.
Tal vez algunos como yo tuvieron la suerte de encontrar alguien con mayor experiencia que les enseñe algo.
En una ocasión tuve que acompañar a un tío que estaba internado en un hospital por un accidente en moto. Ocupé la cama de al lado y no podía sacar los ojos de un hermoso escote dentro del cual venían unos enormes senos, que, cada 30 minutos a controlaba el estado del paciente y los traía una muy agradable enfermera que tenía una ida muy apetecible. Creo que a la sexta vez que vino ya se alejaba con mis ojos y mis manos pegados en su escote y su trasero.
Se estaba percatando de mis miradas indiscretas y me sonreía pícaramente. Salí de la habitación antes que ella para cruzarla en la puerta, para que cuando se fuera realizar el ataque a pesar de las consecuencias. (No me importaba nada)
Ella me atacó antes, “Si te quedas, esta noche te tengo un regalito” me dijo. No lo podía creer, era un sueño.
Se me hicieron larguísimas las horas, a mi tío lo controlaban ahora un par de senos mas cubiertos, sirvieron la cena y se fueron apagando las luces. Y por fín como un siglo después apareció la uniformada sonriente invitándome a un lugar apartado. Era una salita con un par de camillas un poco duras para mi gusto. Serró las tres puertas que habíamos cruzado para llegar al lugar y abrió su guardapolvo lentamente, ¡No traía nada debajo! Sus enormes senos aterciopelados eran una invitación a la lujuria, Se sentó en la camilla, abrió las piernas y mostró su realmente hermosa rayita depilada y perfumada. “Mostrame lo que sabes hacer con tu boca” me dijo. Abrí la boca para meterme dentro uno de esos hermosos senos mientras que una de mis manos quedaba chica para agarrar el otro, la otra mano fue recorriendo su vientre hasta llegar a la gruta del placer.
Ya estaba mojada antes de empezar, eso me calentó más, no quería parecer desesperado asi que me contuve y con mucha delicadeza fui succionando pezones, senos, cuello, senos, vientre, ombligo, pelvis y todo lo que encontré, no dejé ni un lunar sin explorar. Con un suspiro recibió un par de mis dedos en su húmeda cueva mientras pasaba mi lengua por su pelvis hasta detenerme en el clítoris. Sabía perfectamente que hacer , gracias a mis primas. Y lo hice tan bien que comenzó a jadear retorcerse y pegar alaridos mientras gritaba no te detengas no te detengas, no me detuve, Me agarró de los pelos y me apretó contra su clítoris. Yo no dejabga de mover mi lengua por ese agrandado botoncito. Sentía como mis dedos eran atrapados por esa convulsionada cueva al ritmo de un estrepitoso orgasmo que la hizo temblar toda por casi un minuto, solo me detuve cuando me pidió por favor. Acaricié todo su cuerpo por un largo rato mientras seguían sus convulsiones Cuando recuperó el aliento se puso guantes de latex y agarró mi agarrotado pene . No sé en qué momento me saqué el pantalón. “Te voy a hacer un regalito que vas a recordar todo tu vida” me dijo. –Bueno –Dije , mientras asentía con la cabeza, qué más podía decir? Si digo algo me despierto, pensé.
Descubrió mi glande con ambas manos y se lo metió en su caliente boca. Hay como succionaba, era una máquina de ordeñar, con una mano meneaba mi garrote y con la otra apretaba mis testículos, en unos momentos estaba como loco, uno de sus dedos se deslizó suavemente en mi ano, estaba bueno, la dejé hacer. Sacó mi pene de su boca, me miró y me dijo “Esto te va a encantar” con el dedo en mi ano, me recostó con el pecho sobre la camilla dejándole mi trasero a su merced. Introdujo otro dedo en mi agujerito que ya se empezaba a estirar mucho y los empujó bien profundo. Fue una nueva sensación. Empecé a sentir algo extraño que nunca había sentido, unas ganas como de eyacular y orinar al mismo tiempo. Había presionado lo que luego me enteré era la próstata. Cuando empezó a mover esos dedos me volví loco, mi pene parecía que iba a explotar, empecé a tener espasmos, se me aflojaban las piernas, me agarré de la camilla para no caerme. Sus dedos se movían dentro de mi ano cada vez mas rápido
Quería decirle que parara pero solo me salía “Aaaaaaahhh” “Uuuuuhhh” ella aumentó la presión contra mi punto G, tanto que sentía las gotitas de semen recorrer todo mi pene y salir por la enrojecida punta. No sé cuanto duró este ordeñe pero ya parecía que no podía más, quería descargarme yá. Sin sacar sus dedos se puso debajo mío y volvió al ataque con su boca, casi todo mi miembro desapareció dentro de ella, Su lengua se movía sobre mi glande, no aguanté mas y descargué todo lo que tenía dentro de su boca.
Mi orgasmo duró como 30 segundos, fue interminable, su boca no dejaba de chupar y sus dedos no paraban de masajear, en cada espasmo mi ano se contraía y apretaba sus dedos que presionaban aún más, sentía mi esperma recorrer todo mi pene hasta la salida Cuando estuve ya sin aliento me soltó Estaba mareado, exhausto, me temblaban las piernas, pero estaba feliz, muy feliz. Quedé recostado en la camilla mirándola. Se sacó los guantes, se puso el guardapolvo, me dio un beso en la mejilla y se marchó.
Tenía razón, no la olvidé nunca.
Old-Legolas
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