Una experiencia muy extraña.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Sebastian, soy argentino y vivo en España desde hace 14 años.
Vivo solo en una urbanización a las afueras de Madrid.
Una tarde, que estaba descansando, fui a una terraza a tomar unas cervezas, y en una mesa cerca de la mía, había una señora con una chica de unos 18 o 19 años, que supuse era su hija.
La señora tendría unos años mas que yo, unos 45 años, y yo tengo 40, ni gorda ni flaca, unas tetas medianas, y como estaba sentada no pude ver mas.
Nos miramos con la señora y me invitan a su mesa.
Ella se llamaba Plinia y su hija Karen, eran venezolanas, la conversación se dio muy agradable, vivían cerca de donde vivo yo, nos dimos nuestros números de móvil con Plinia, y empezamos a salir.
Fuimos varias veces a mi casa y realmente es una mujer muy buena en la cama, le gusta todo, sexo anal, sexo oral, es loca por tragarse la leche, siempre esta dispuesta para tener sexo.
Han venido muchas veces con su hija, pero Plinia no se corta en nada, me dice que le encanta que la manosee mientras cocina sin importarle que esté su hija delante, más de una vez, estábamos los tres en la cocina tomando unos tragos y Plinia estaba con su culo al aire para que yo se lo acaricie y su hija ni se inmutaba.
La relación siguió cada vez mejor, la hija según lo que me dijeron era bisexual, le gustaban tanto los hombres como las mujeres.
Mas de una vez, estando en la cocina, su madre le dijo que terminara ella de cocinar que nos íbamos a la habitación a echarnos un polvo, y su hija seguía como si nada mientras nosotros cogíamos sin cerrar la puerta, totalmente libres.
Una vez la hija le dijo riendo que estaba mojando el pantalón del pijama con la leche que le estaba saliendo de su culo, era tanto el libertinaje entre madre e hija.
Plinia siempre decía que le encantaba ser manoseada mientras hacía las cosas de la casa y yo le dije que que pasaría si la que cocinaba era su hija y yo iba y le metía mano, Que no le importaría, ya que así aprendería a ser mujer y tener siempre a su marido caliente, y a partir de ahí le empecé a meter mano a Karen también, pero no me la podía coger, la calentura siempre me la tenía que sacar con Plinia.
Un día dije de hacer el día del nudismo, estar los tres completamente desnudos en casa, y estuvieron de acuerdo.
El sábado a la mañana fuimos de compras, compramos todo lo necesario para pasar el día sin tener que salir de casa.
Cuando volvimos de la compra, nos desnudamos por completo los tres, pero yo al ver a Karen completamente desnuda, no pude evitar que se me ponga dura la pija, cosa que les causó mucha gracia a la madre y a la hija.
Karen empezó a traer cosas al salón para picar y Plinia sentada en el sillón del salón, me agarró del brazo y me acercó hacia ella y me empezó a chupar la pija sin importarle que la hija la viera así, hasta que me hizo acabarme en su boca, me siguió lamiendo la pija y lo que mas me llamaba la atención era la total indiferencia de Karen hacia lo que hacíamos su madre y yo, ya que no disimulamos nada.
"Supongo que te vas a lavar la boca después, no?", le dijo Karen sonriendo, a lo que Plinia se levantó y fue al baño a lavarse los dientes y la boca, donde yo aproveche y le pasé mi mano por entre las piernas de Karen acariciando su concha totalmente depilada, la sentí mojada, "a vos me gustaría cogerte también, cogerte bien ese culito hermoso que tenes", le dije, acariciando sus nalgas también, "por el culo nunca me hicieron nada, así que tú serías el primero, pero cuando no esté mi madre", me dijo, dejando que le pase las manos por todo el cuerpo, hasta que cuando escuchamos que su madre estaba saliendo del baño, deje de meterle mano y nos dimos un beso en los labios.
Pasamos el sábado así, desnudos, yo de vez en cuando le metía mano a Karen pero Plinia quería que la manosee solo a ella, "mi amor, esta noche me vas a coger el culo?", me dice Plinia sin reparo ninguno por su hija, la que haciéndose la tonta veía tele sin darnos importancia, "si mi vida, te voy a coger ese culo tragón que tenes", le dije, acariciando y apretando sus tetas.
Como a las 8 de la noche decidimos salir a tomar unas cervezas a un bar, nos vestimos y salimos los tres, como a las 11 de la noche estábamos en casa, mientras Karen se quedó en el dormitorio, Plinia y yo nos fuimos a la cama y empezamos a coger.
Plinia es una mujer muy de gritar cuando esta cogiendo, y yo sabía que Karen nos estaba escuchando, pero la verdad no me importaba nada.
Karen consigue trabajo y ya casi no nos veíamos, ya que ella trabajaba de día y yo de noche.
Pero siempre que la veía y su madre no se daba cuenta nos besábamos y le metía mano por todos lados.
Un día que estaba descansando, Plinia estaba en el baño y Karen en la cocina con su pijama corto de toda la vida, me fui y nos empezamos a besar, le metí la mano dentro del pijama y le busqué su concha, que ella abrió un poco las piernas para que le pueda meter los dedos, "no veo la hora de cogerte", le dije, con mis dedos metidos en su concha empapada, "ni yo de que me rompas el culo", me dijo, lamiendo mis labios.
Una tarde me dice Plinia que la llamó por teléfono una tía que tiene en Barcelona, que estaba enferma y debía ir a verla, pero que al otro día estaba en casa de nuevo.
Sacamos los pasajes en avión, la llevé en el coche al aeropuerto y cuando pasó la puerta de embarque, me fui, pero en vez de ir al trabajo, llame a mi compañero y le dije que me cubra el turno, le inventé una escusa y escuchando como me decía de todo, menos que soy lindo, aceptó y me fui a casa, sabía que estaba Karen solita, era mi oportunidad.
Cuando llegué, la encuentro sentada viendo la tele en el salón, cuando me vio, me preguntó por su madre y le dije que se había ido a Barcelona.
De inmediato se puso en pie, nos abrazamos y nos empezamos a besar, a acariciarnos todo, yo la desnudé por completo en el salón y nos fuimos a mi dormitorio, mientras le iba chupando una de sus tetas, la pongo sobre la cama, le abro las piernas y le veo esa concha mojada, bien rosada, sin ningún pelo, y me metí entre sus piernas chupando su clítoris, escuchando como gemía y retorcía su cuerpo a medida que yo le chupaba la concha.
Me quité la ropa en cero como, y con mi pija bien dura me acomodo entre sus abiertas piernas, y escucho los gemidos a medida que le iba metiendo la pija en su concha que estaba muy mojada, "al fin, no veía la hora de tener tu verga dentro mío", me decía mientras nos besábamos y le chupaba las tetas.
Estábamos cogiendo como locos, mi pija entraba y salía de su concha haciendo que Karen gima y grite de placer, "Karen te voy a llenar la concha de leche", le dije, moviendo mi pija bien adentro de ella, "si, si, yo también me vengo", me dijo, gritando cuando nos empezamos a acabar juntos, sentía mis chorros de leche llenar la concha de la hija de mi pareja, veía como se retorcía de placer.
No podía dejar de moverme y chupar sus tetas, mientras sentía como mi pija palpitaba dentro de su concha y ella no dejaba de gemir, "que ganas que te tenía Karen, que ganas de cogerte que tenía", le dije, acostándome a su lado, ella me abrazó, "y yo Sebastian, no sabes la ganas que tenía de que me cojas de tener toda tu verga dentro mío", me dijo, besando mis labios, aplastando sus tetas contra mi pecho, y pasando una de sus piernas por sobre las mías.
"Nos duchamos y nos relajamos un poco y después seguimos con tu culo?", le dije, sin dejar de besar su boca, "si, estoy deseando sentir como me vas a romper el ano, sentir toda tu verga dentro de mi culo", me dijo, entre besos y besos.
Nos levantamos, nos duchamos juntos y sin dejar de acariciarnos nos fuimos a la cocina a picar algo, tomamos unas cervezas, no dejábamos de meternos mano.
Mi pija se estaba poniendo dura de nuevo, y le meto los dedos en la concha a Karen, notando que estaba mojada también, la levante en brazos y mientras nos besamos nos fuimos a mi dormitorio de nuevo, volviendo a besarnos como locos, a chupar sus tetas, a acariciar su concha mientras ella subía y bajaba el prepucio de mi pija.
Me hace acostar boca arriba y se va a chupar mi pija, sentía como la lamía, la chupaba, mordía suavemente la cabeza, se subió sobre mi, y con su mano la acomodó en la entrada de su concha, sentándose lentamente disfrutando como le entraba de nuevo, hasta quedar bien sentada y mi pija bien adentro de su concha.
Empezó a mover si cintura, gimiendo con sus ojos cerrados mientras yo le estrujaba las tetas, "como me gusta tu verga", me decía sin dejar de moverse, hasta que se bajó y se puso en cuatro, abriendo sus nalgas, "ahí tienes mi culo para que lo rompas mi amor", me dijo, dejando que le vea su ojete, bien rosado, cerrado, una delicia.
Yo metí mi cara entre sus nalgas y se lo empecé a chupar, a pasar mi lengua por todo el contorno mientras que Karen gemía y movía su culo contra mi cara, agarré el pote de vaselina y le empecé a lubricar el ano, metiendo muy despacio el dedo, sus gemidos eran tremendos, "ya Sebastian, deja de meter tu dedo y mete tu verga", me dijo, con la voz ronca de lo caliente que estaba.
Me acomodé entre sus nalgas y apoye mi pija contra su ojete y empecé a hacer fuerza, escuchando el grito que dio Karen cuando empezó a entrarle la pija, yo seguí empujando y sentía como mi pija le entraba en el culo a medida que ella seguía gimiendo, "si, así papi, siento tu verga como me entra, como me estas rompiendo el culo, no pares, sigue", me decía Karen mordiendo la almohada, hasta que sus nalgas quedaron pegadas a mi cuerpo, "si papi, siiiiii, me la metiste toda, me rompiste el culo, que rico, agranda bien mi ojete", escuchaba que me decía con la voz amortiguada por la almohada.
Yo empecé a meter y sacar mi pija de su culo, primero despacio, para que se acostumbre, veía como salía sucia de sangre de su ojete, "hay papi, es mas rico por el culo que por la concha", me gritaba sin sacar la cara de la almohada, soltando una de sus nalgas y acariciando su concha, mientras yo no dejaba de sacar y meter mi pija de su culo, abriendo bien su ojete.
Le saque la pija del culo, viendo que estaba sucia de sangre y su ojete también, la hice poner boca arriba y le levanté bien las piernas, volviendo a meterle la pija, "haaaaa, que rico papiiiiiiii, que rico como me entró toda de una sola vez, cógeme así el culo, que rico papi", me decía casi a gritos, con un gesto de placer en su cara que me volvía loco, "te estoy rompiendo bien el ojete Karen", le dije, moviendo mi pija en círculos y para los costados, bien metida dentro, "si papi, rompe bien mi ojete, dame verga por el culo papi que me encanta", me gritaba, metiendo sus dedos en su concha.
Yo hacía que mi pija salga casi toda y lentamente se la volvía a meter, haciendo que Karen grite de placer y me pida que se le siga cogiendo el culo, que le gustaba mucho.
Mis movimientos se hacían más y más rápido, la tenía bien agarrada de sus tobillos, se la metía fuerte, rápido, ella se metía los dedos en su concha con fuerza, los movía dentro, "papi, me meo, me meo papi", me grito, contorsionando el cuerpo, y vi como se meaba entre sus dedos, mientras yo metía y sacaba cada vez más rápido mi pija de su culo, hasta que se la metí toda y me volvía a acabar ahora dentro de su culo, gimiendo, apretando sus tobillos y sin moverme, con toda mi pija lo mas adentro que pude meterla en su culo.
Karen seguía retorciendo su cuerpo y gritando de placer, movía los dedos de sus pies, con los ojos cerrados se mordía los labios, "papi, me destrozaste el culo, que rico, que rico me diste verga por el culo", me decía, empezando a relajar el cuerpo, hasta que nos quedamos quietos, ella seguía con sus piernas en alto y yo con mi pija dentro de su culo.
Lentamente se la fui sacando, el ojete de Karen estaba bien abierto, y veía como se le cerraba, mi pija y sus nalgas estaban sucias de sangre, veía como ella hacía fuerza con su ojete para afuera y se le abría de nuevo y le salía leche.
Yo le solté las piernas y me acosté a su lado, "te gustó papi como me rompiste el culo, y como te mame la verga?", me dijo, acariciando mi pecho, "me encantó, me vas a seguir chupando la pija y dejando que te coja el culo siempre que podamos?", le dije, acariciando sus tetas, "si papi, siempre que no este mi madre me vas a poder coger", me dijo, y se acostó apoyando su cabeza sobre mi pecho, "Karen, nos queda toda la noche y mañana tu madre viene al medio día, así que te voy a volver a coger", le dije, sin dejar de acariciar sus tetas, "si papi, cuando quieras", me dijo, acurrucando su cuerpo contra el mío, y así nos quedamos.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!