Una historia caliente
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
La historia que les contaré, paso hace ya muchos años, resulta que una de mis primas, tenía un cuñado por demás atractivo, las malas lenguas comentaban, que era un mujeriego incorregible, la verdad es que sí lo era, estando en la casa de mi prima un día sonó el teléfono, yo me encontraba sola y al contestar, una voz varonil dijo con un tono medio cachondòn, te voy a coger y colgó. Me quede sumamente intrigada y por cierto también excitada, quería saber por el tono de voz si conocía a la persona que llamó, pero no tenía ni idea. Así pasaron los días yo seguía intrigada, sabía que era alguien cercano, pero quién.
Nuevamente durante una tarde que me solicitaron cuidar a mis sobrinos y que por cierto me encontraba sola, volvió a sonar el teléfono, -bueno contesté-, el teléfono se quedo en silencio, y de nuevo la voz, -sabes que estas muy linda y que me provocas unas ganas de cogerte –contestó-, – dígame quien habla por favor- le pedí, la voz dijo con un tono más claro y suave, alguien que quiere conocerte más a fondo. – ¿Me conoces y te conozco? –Pregunte, -sí- contesto-, con mucho miedo pero también con mucha decisión, ¿podría verte?, me contesto –quizá, pero sería muy riesgoso, ¿por qué? Pregunte, por lo que podría pasar ¿y qué es lo que podría pasar? -Dije-, -que te llevara a un lugar secreto y te hiciera gozar- y eso podría ser peligroso, se oyó que al otro lado de la línea, alguien mencionaba un nombre, algo así como Roberto, y enseguida colgaron.
Pasó como una semana y yo seguía intrigada, tenía una pista el nombre, pero en realidad no conocía algún Roberto y menos interesado en mí, hice memoria de la gente que conocía y no atinaba.
Un día estando en una reunión familiar, de mi primo político, sentí una mirada muy particular, primero hice como que no me daba cuenta y después al voltear quede de frente y nuestras miradas se cruzaron, algo muy raro sentí y en ese momento supe de quien era la voz de las llamadas, me quede muy intranquila, sabía que Roberto lo había notado, así que en poco tiempo salí de las fiesta. Ya estando en casa la cabeza me daba vueltas, me sentía indignada, pero también un poco excitada, el muy cabròn estaba frente a mí y yo ni en cuenta, pero bueno por lo menos ya sabía quién era el maldoso, ahora la duda era saber si estaba realmente interesado en cogerme, por lo que decían las malas lenguas era un cogelòn de primera, pero en realidad me tenía ganas me preguntaba. Así pasaron varios días y aun cuando estaba sola en la casa de mi prima ya no hubo llamadas, pensé que sólo era una broma, pero no y verán porque.
Una tarde que iba a la escuela, escuche que un taxi me tocaba el claxon, no volteé pensando que era un maldoso, pero insistía, así que de reojo mire quien era y sorpresa, era Roberto me preguntó que si me llevaba, primero dije que no, pero insistió así que me subí en el auto, ya estando sentada mis piernas temblaban y empecé a sudar, me pregunto qué adónde iba, le dije que a la escuela. Sonrió y me dijo, por qué estas tan callada, te pasa algo, no sólo que voy retrasada. Vas muy lejos, -preguntó- no sólo aquí cerca, me puedes dejar en el periférico, comente, no te preocupes te llevo hasta donde tú me digas, estoy a tu servicio para lo que quieras y mandes, para todo no se te olvide, esas palabras llegaron hasta el centro de mi panocha que estaba empapada. Me comentó que hoy estaba más linda que nunca, que el vestido azul que llevaba me hacía ver muy hermosa y sensual, me apene y le dije, -gracias- de verás, realmente eres muy atractiva, no me mal interpretes pero desde que te conozco no dejo de pensar en ti.
Me estaba llevando al cielo, me sentía rara, no sé como si fuera la primera vez que estuviera cerca de un hombre, te molesta que te diga cuanto me gustas. –Preguntó-, no sólo que me sorprende que yo te haya gustado, dicen que tienes mucha suerte con las mujeres y yo sólo soy una chiquilla a tu lado, no creo que quieras cambiar a una mujer hecha y derecha por mi – y porque no- dijo, quizá no lo creas pero nunca he estado con una mujercita tan bonita como tú y sería una suerte poder tenerte entre mis brazos y poder besar tus labios. No crees que vas muy rápido –pregunte- y además quién dice que yo quisiera estar contigo -dije un tanto molesta o por lo menos aparentando la molestia-. Bueno yo pensé, contesto un tanto apenado, no es que quiera molestarte, sólo que necesitaba confesarte mi deseo y se quedo callado. No es que no me gusten tus halagos, sólo que me parece raro que te hayas fijado en mí.
Además eres casado y no me gustaría tener problemas con tu mujer. Me preguntó si me importaba mucho el que fuera casado, no mucho en verdad, pero y si después, no termine de decir la última frase cuando siento que se acerca y me besa en la boca, primero quise rechazarlo pero, antes de cualquier reacción me abrazó fuerte y me apretó contra su cuerpo, me dijo que si me parecía molesto esto, no para nada, al darme cuenta de lo que pasaba, el auto estaba detenido en una calle que no identificaba muy bien, mirando alrededor pude ver que nos encontrábamos en fuentes del pedregal en una calle poco transitada. Una de sus manos se posó en mi pierna y la electricidad subió hasta mi interior, el calor se hizo intenso, me volvió a besar, para entonces yo ya estaba a su merced, sentí como su mano subió por mi breve vestido hasta mi pubis el cual sin duda percibió mojado, me preguntó si me gustaba, mucho le conteste, pero volvió a preguntar, -¿Yo-, te gusto yo?, mucho conteste y ahora fui yo la que lo beso, puse una mano en su verga, estaba más que dura y vaya si era grande. Quieres ir a otro lugar más privado, -no se, conteste-, o prefieres que sea otro día, pensé por un momento rechazar la oferta y correr, pero algo en mi interior quería otra cosa. Adonde iríamos –pregunte-, a un lugar lejos de aquí, para evitar sorpresas, yo conozco un lugar que te va a gustar.
Tomo rumbo a periférico y salió por insurgentes hasta un hotel que está en la joya, no me lo creía, me iba a coger al hombre que yo también deseaba y por el que muchas noches me auto estimulaba. Entramos sin contratiempos, y directo a un estacionamiento cubierto y que tiene acceso a la habitación.
Ya en la habitación, me dijo, quiero que me prometas que este será nuestro secreto y que sepas que nunca te hare daño. Me tomo la cara y me beso con mucha pasión, yo respondí igual, me acarició por encima de la ropa, rápido tomo mis senos y los apretujo sabroso, yo temblaba de calor, bajó una mano y la metió dentro de mi calzón y acarició mi clítoris, aunque no era necesario, ya mi cuerpo estaba entregado por completo, me recostó y el quedó de frente, se hincó y me levanto las piernas, sacó como pudo el calzón, y mi raja era toda suya, puso su lengua en mi vagina y la hundió, yo pataleaba de excitación, recorría lo largo y ancho de mi panocha, le tomaba de los cabellos y él intensificaba su recorrido. Me puse de pie y me quite el vestido, quede en brasiere solamente y él me ayudo a quitarlo, me dijo que era más bonita de lo que había imaginado, me beso y succionó mis pechos, estaban verdaderamente sensibles, los estiraba y mordía mis pezones, le dije ya no puedo más hazme tuya, le ayude a quitarse la camisa, tenía el pecho lleno de bello, es un hombre fuerte le bese con mucha pasión sus tetillas, se quito el pantalón y su bóxer parecía reventar, baje su bóxer y ¡madre que verga¡; gorda, dura y llena de venas parecía de piedra por lo dura, te gusta preguntó, si mucho conteste, pues es todas tuya. Tome su verga con mis manos apenas y cabía, me agache y le pase la lengua por el glande, él me tomo del pelo y me ensartó la verga en la boca, abrí lo más que pude para no lastimar su fierro y comencé a meter y sacar despacio, lo mire y estaba en trance , sólo decía es un suelo cumplido flaquita, para mí también conteste, ya no había pudor estaba entregada por completo, me levantó y nos besamos parecía que esto era algo cotidiano, ya que establecimos contacto sin mayor problema, me acostó boca arriba, se acomodo y pasó su verga en la entrada, levante las piernas para facilitar la penetración y poco a poco me fui comiendo tan rica polla, no lo creía él con su 1.80 m y sus 90 kg. y yo con mis 48 kg. y mi 1.50, me sentía como una muñeca, este macho me apretaba en serio, sus empujones eran recios y yo levantaba el culo para que la penetración fuera profunda, me comí toda su verga, tomó mis tobillos y los puso en alto se acomodo de rodillas sobre la cama y mi culo levantado y ensartado estaba a su antojo, hay chiquita de saber que eras así de caliente ya te hubiera cogido muchas veces. Me dijo, levántate, el se sentó y me pidió que me sentara sobre su verga, abrí las piernas y me ensarte poco a poco, enseguida se levantó y yo ensartada, me abrace con fuerza , como si nada me comenzó a penetrar duro y sabroso yo lo abrazaba y besaba con fuerza en la boca, le dije qué era delicioso qué un hombre como él me cogiera, esto lo prendió y sus movimientos se hicieron más intensos hizo un sonido raro y después sentí como su verga se inflamaba y llenaba de leche mi vagina, me dijo perdón pero no lo pude detener
Me quede pensando un poco y dije bueno a ver qué pasa, descansamos muy abrazados en la cama, me preguntó si llevaba prisa, le dije que ya no, pero que tenía que llegar a las 8 de la noche a mi casa y me contestó bueno tenemos tiempo de sobra, eran las 3 de la tarde.
Yo me sentía rendida y dormite por un rato, me acurruque en sus brazos, me decía cosas lindas y cachondas, eres una muñequita y tienes un culito muy rico. Me acosté encima de él, nos acariciamos, sus besos cada vez eran más intensos, lo mismo que sus caricias, comentó que era un sueño cumplido, que nunca pensó que esto podría suceder, que los 36 años de él y mis 18 era un obstáculo social, me preguntó si es que veía algún problema por la edad, -no- conteste me gustas eres un hombre muy atractivo, tienes experiencia, coges muy rico o sea sabes lo que haces, me beso con mucha dulzura y nos abrazamos rodando por la cama, comenzó a chupar mis chiches, a acariciar mi panocha, metió un dedo y luego dos, me calentó de nuevo, note como su Verga empezaba a crecer y sin perder tiempo me acerque, la tome con las dos manos y la metí en mi boca aun no crecía del todo y pude meter un buen pedazo. Monte sobre él y acomode su pene en la entrada de mi vagina, se deslizo poco a poco hasta que la tuve toda adentro, espere un momento a que se acomodara al grosor y empecé a moverme despacio y después más fuerte, él tomó mis pechos y los chupó rico, acariciaba mis nalgas y metió su dedo medio en mi anito, yo di un salto y poco a poco me acostumbre a esa nueva sensación. Nos movíamos con un ritmo muy particular entre suave e intenso, imaginaba que eras distinta a tus primas pero nunca que fueras tan caliente chiquita, le pregunté sí le molestaba, al contrario contestó eso me hace muy feliz. Me recosté sobre su pecho y descanse por un momento, estábamos empapados de sudor, me levante y zafé su verga, me acomode de perrito y con movimientos sensuales le incite para que me ensartará, se acomodó detrás de mí y guió su verga en la entrada, de un solo golpe metió una buena parte, yo solté un grito ya que me dolió un poco pero rápido reaccione al placer, ahora sus movimientos eran rápidos y fuertes, me tomó de las caderas y sus penetraciones eran profundas, yo hacía esfuerzos por mantener la postura, pero su fuerza y peso me venció, así que quede completamente acostada y él encima pero sin sacar su verga, continuó metiendo con suavidad hasta que de nuevo vació su verga en mi, su leche tibia se derramó en mi interior y con delicadeza se desprendió. Yo me quede inmóvil y él se levanto al baño, cuando regresó se acercó y puso su verga cerca de mi cara, me dijo te gusta mi verga, claro –contesté- es muy rica y además gorda como me gustan. Preguntó si tenía novio, le dije que sí que era un compañero de la escuela, te coge –dijo- sí –conteste- no mucho pero sí cuando podemos. Y si llegará a saber, lo nuestro, no tiene que saber –dije-.
Seguí chupando su rica verga, no se paró así que la metí completa, que rico mamas linda, creo que después de esto será difícil no quererte coger cuando te vea, te gustaría que nos siguiéramos viendo, tal vez, -dije- él tomó mis pechos, uno con cada mano y los apretujo sabroso, yo seguí mamando hasta que su palo se puso duro, le pedí que se montara, y de nuevo acomodo en el centro de mi panocha su chile y lo metió fuerte, apreté mis músculos internos y suspiro, me dijo muerdes muy rico la verga putita, sabes cómo hacer gozar a un hombre, empujaba fuerte y rico, en su vaivén hacía círculos y muy pronto sentí que me iba a venir, él se dio cuenta e intensifico sus movimientos, hasta que un calor invadió todo mi cuerpo y vas que me vengo como nunca, de mis labios salían palabras, casi todas pidiendo más, así, dame, dame rico, cógeme mi amor, dale verga a tu flaquita, tu puta, tu nenita, estaba en el cielo, no sé cuanto duro pero fue un buen rato, quede súper cansada y por un momento desconectada del mundo, abrí los ojos y él estaba ya recostado a mi lado, lo abrace y le di un beso suave en la boca, él acarició mi cara y me dijo eres una mujer de lo más excitante.
Mire mi reloj y vi que eran las 6 de la tarde, no lo podía creer ya llevábamos 3 horas cogiendo, con razón me sentía cansada y un poco adolorida, pero muy satisfecha, te quieres ir ya –preguntó-, si –conteste- aunque primero me doy un baño, me metí y comencé a lavarme, sólo el cuerpo ya que no traía crema y me iba a despintar, al voltear a la puerta que estaba abierta, mire que Roberto estaba mirándome, se acerco y se metió conmigo nos enjabonamos y me abrazo, dijo que nunca había sentido nada igual con otra mujer, le dije gracias y nos besamos, me acarició todo el cuerpo al enjabonarme, lavó mi panochita con cuidado y se agachó y beso por un buen rato mi raja, la cual estaba un tanto irritada pero aun así fue rico.
Nos vestimos, él me pidió que le regalara mi calzón, que sería un muy buen recuerdo, pero como llevaba un vestido corto le dije que en otra ocasión, los ojos le brillaron, habrá otra ocasión –preguntó- espero que sí, bueno si tu quieres.
Al salir me dijo, te llevó a tu casa, -no- prefiero que me lleves a la escuela, quiero ver que tareas tengo. En el camino cada que había oportunidad, nos trenzábamos en acalorados besos, y él acariciaba mis piernas y mis tetas, llegamos a la al escuela y me dejó en la entrada no sin antes despedirse con un beso de pasión cual correspondí, me preguntó si me veía mañana y le dije que no podía, pero que yo le buscaría y baje del auto.
Llegue a la escuela y mi novio ya me estaba esperando, me dijo te veo algo rara, que va ser –conteste-, lo que pasa es que tuve un problema en casa. Me dijo que ya se iba, le pedí que me esperara y corriendo pregunte a algunos compañeros sobre las clases, me dijeron que no hubo dos clases y que en la otra no dejó tarea, así que rápido estuve con mi amorcito.
Pronto llegamos a su casa, pero antes al pasar por un callejón un tanto oscuro y solo, me comenzó a cachondear, me beso con mucha intensidad, pensé en decirle que no pero sería un tanto notorio que algo traía entre manos, así que lo deje hacer, que distinta me sentía, en mi novio había cierta torpeza, le faltaba algo o quizá estaba exagerando. Así que me deje llevar y empecé a recordar lo sucedido hacía unas horas, poco a poco me fui calentando, él se sacó la verga estaba que reventaba, no le pedía nada su tamaño y grosor a la de Roberto, me dijo –te quiero coger- le comente que allí no que era peligroso, me dijo entonces vamos a mi casa. Llegamos a su casa, no había nadie, así que nos pasamos a la recamara de su hermana, en menos de que lo cuento me quito el vestido y los calzones, por cierto tenían una macha de semen de Roberto, los tome rápido y los guarde en mi bolsa, él estaba en lo suyo, así que me acostó boca arriba en la cama, me abrió las piernas y miró, me dijo -oye vaya que si estas mojadita-, le respondí –ves como me pones-, acercó su boca a mi panocha y comenzó a lamer mi clítoris, comento que estaba un poco salada y que además se veía muy roja mi rajita, tal vez está irritada ya voy a menstruar, si puede ser, con razón sabe raro y siguió con lo que estaba haciendo, a pesar de lo irritado que estaba yo ya me había calentado, así que él se acomodó y de un empellón me la dejo ir, no sin antes hacerme gritar, le dije que despacio ya que estaba irritada e inflamada, lo empezó a hacer más leve y mi vagina se acomodó al tamaño y poco a poco lo que fue molestia se convirtió en placer, lo abrazaba con mis piernas para que la metiera toda y así estuvimos por mucho rato, cambiamos de posición y ahora yo lo monte, me comía su verga despacio pero con decisión y por momentos paraba, me dijo que me la quería dar de perrito, me acomode en cuatro patas y tómala que la mete sabroso, yo le apretaba el camote y el hasta se quejaba, así estuvimos como unos 10 min. Hasta que siento como se detiene, se inflama su verga y explota dentro de mí. Qué rica estas mamacita, tu culito así es una maravilla, hoy te sentí más rica que nunca.
Me llevó a mi casa y nos despedimos con un rico beso, llegue a tiempo y sin novedad, ya estando acostada sobaba mi panocha recordando tan intenso día.
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