UNA JOVEN VIRGEN RELIGIOSA RESULTA SER BIEN ZORRA
a mi puerta llega una hermosa joven religiosa que quiere enseñarme la palabra de dios.
Mi nombre es Jaime, soy colombiano de 65 años de edad, pensionado y viudo desde hace 7 años, mis hijos ya son casados, vivo solo en mi casa que queda en las afueras de la capital y quiero contarles algo muy especial que me pasó recientemente
Una tarde, estando solo en mi casa, viendo un partido de la champions league en la tele, golpearon a la puerta de mi casa… en ese momento no esperaba a nadie y se me hizo extraño… cuando abrí la puerta, apareció frente a mí, una monja, joven, como de 24 años de edad, con su atuendo religioso negro, tenía los brazos sobre su pecho, sosteniendo al parecer una biblia… me llamó la atención, que tenía un hermoso rostro, ojos color miel, nariz respingada y labios carnosos, media como 1,60 mts y un fleco de su cabello negro escapaba del velo del mismo color, que cubría su cabeza y su cabello
Sor Teresa – buenas tardes caballero
Su vocecita dulce, de mujer inocente y su hermoso rostro me cautivaron
Yo – buenas tardes hermana, en que le puedo servir ????
Sor Teresa – quisiera que me regalara 5 minutos de su apreciado tiempo, para hablarle sobre la palabra del señor
Yo – que pena con usted hermana, pero ahora me encuentro muy ocupado
Sor Teresa – son solo 5 minutos
Yo – de verdad hermana, en estos momentos no puedo
Sor Teresa – le aseguro que no lo demoraré
Me disponía a cerrar la puerta, cuando veo que con sus manos se abrió, lo que al parecer era un abrigo de color negro que cubría todo su cuerpo hasta abajo de las rodillas… mi sorpresa fue tal, que quedé completamente inmóvil con los ojos abiertos, al ver que tenía puesto un vestido negro de una sola pieza, como en seda, que se le pegaba a cada centímetro de su piel, era tan corto que a duras penas cubría su entrepierna y tenía un amplio escote que casi no logra contener dos grandes y redondas tetas… era tan escotado, que se alcanzaba a asomar parte de la aureola y sus pezones se marcaban descaradamente sobre la delgada tela, era muy evidente que no vestía brasier… esa monjita estaba vestida como una autentica puta exhibicionista
Sor Teresa – me alagaría mucho que me pudiera dedicar un poquito de su ocupado tiempo
La gente pasaba en la calle sin darse cuenta de la vestimenta de esta monja, gracias a que su abrigo cubría toda la parte posterior de su cuerpo… abriendo bien la puerta la invite a pasar
Yo – está bien hermana, pero solo serán 5 minutos… pase usted, está en su casa
Sor Teresa – gracias caballero, el señor se lo agradecerá
Tras servirle un refresco, pasamos a la sala, donde ella caminaba delante de mí, mientras se quitaba el abrigo que la cubría, dejándome ver una hermosa silueta de una mujer bastante voluptuosa, con forma de guitarra… tenía una cintura estrecha y un culo grande y redondo, que movía deliciosamente al caminar… la tela del vestido era tan delgada, que las costuras se estiraban para poder cubrir semejante par de nalgas, haciendo que se transparentara bastante, dejando ver la raya que las divide… además, era tan corto, que solo lograba cubrir el sobresaliente culo, dejando al descubierto un hermoso par de piernas, y en los pies, vestía unos zapatos negros con un poco de tacón
Yo – siga y se sienta hermana
Sor Teresa – gracias caballero
Quedamos sentados frente a frente, ella colocó su abrigo sobre el brazo del sofá, colocó el refresco sobre la pequeña mesa de centro y cruzo una pierna sobre la otra, dándome el hermoso espectáculo de unas muy bien torneadas y carnosas piernas… y un hermoso par de tetas que se asomaban sobre su generoso escote… mi verga comenzaba a crecer bajo la delgada tela del pantalón de sudadera que llevaba puesto… como estaba solo en casa, tenía puesto un bóxer viejo y cedido, que no oponía ninguna resistencia a mi caliente herramienta
Yo – discúlpeme hermana, no había visto ese atuendo en ninguna religiosa… a que congregación pertenece ???
Sor Teresa – lo que pasa caballero, es que me he dado cuenta, que cuando visto así, las personas me ponen más atención y no me ignoran tanto… por eso visto de esta forma, para así lograr atraer más almas a la congregación… yo hago lo que sea, con tal de servir al señor
Yo – aaahhhh ya veo… y todas las hermanas de su congregación visten con esa túnica???
Sor Teresa – nooooo, yo soy de una congregación independiente, es decir, realmente no soy una monja… yo lo hago más por convicción… yo pertenezco a una familia muy religiosa de provincia, y le prometí a mis padres al salir del pueblo que me dedicaría a difundir la palabra del señor
Yo – mucho gusto en conocerla hermana, mi nombre es Jaime
Sor Teresa – el gusto es mío caballero, yo soy Sor Teresa
Mientras la hermana me empezaba a platicar sobre la biblia con su inocente voz, cruzando y descruzando sus piernas, mientras yo trataba de acomodarme mejor la verga bajo el pantalón
Yo – discúlpeme hermana, pero es que, por la edad mis oídos ya no funcionan bien y no logro escuchar claramente lo que me dice… si quiere, mejor siéntese aquí a mi lado, para poder escucharla mejor
Sin decir nada, la hermosa monja se puso de pie y camino moviendo muy rico esas caderas, hasta el sofá de tres puestos donde yo me encontraba y se sentó a mi lado, muy pegada a mi, cruzando otra vez sus hermosas piernas
Sor Teresa – así me escucha mejor????
Yo – mucho mejor hermana, gracias
Luego se puso a leer la biblia otra vez, inclinándose un poco hacia adelante, sosteniendo la biblia con sus manos sobre sus piernas… yo me pegue más a ella, tratando de ver lo que estaba leyendo, pasando mi brazo por detrás de su espalda, muy lenta y disimuladamente mi mano se posó sobre su cintura, sin ninguna reacción de ella… mi mano, empezó a acariciar su espalda y su cintura, mientras la hermana seguía leyendo concentrada como si nada estuviera pasando
Sor Teresa – si entiende bien lo que estamos leyendo???
Yo – si hermana, más o menos
Sor Teresa – porque, si quiere, me puedo sentar sobre sus piernas y así le puedo hablar más cerca del oído y así me entiende mejor
Yo – pues, si no es mucha molestia
Sor Teresa – claro que no, yo lo hago con gusto… todo sea por que usted entienda mejor la sagrada palabra
Sor Teresa se sentó de lado sobre mis piernas, colocando su enorme trasero sobre mi dura pija, pasando un brazo sobre mi espalda para acomodarse mejor, moviendo ese culo, hasta que logró acomodar bien esas nalgas sobre mi verga y colocando sus tetas a solo unos centímetros de mi cara, cruzó de nuevo sus piernas y empezó a leer nuevamente, pero susurrándome muy cerca de mi oído con esa inocente y deliciosa voz… mi mano izquierda se posó nuevamente sobre su cintura y mi mano derecha se posó sobre su pierna… como la monjita no decía nada y seguía leyendo como si nada… mi mano derecha empezó a acariciar descaradamente su pierna, mientras mi mano izquierda, paso de su cintura a su gigantesca nalga… era imposible que no sintiera mi dura verga bajo su culo, y que no se diera cuenta de mis manoseos
Sor Teresa – el señor nos dice que debemos amarnos los unos a los otros, sin distinción de raza, edad o situación económica
Yo – tiene toda la razón hermana
Mi mano izquierda, pronto alcanzó el borde inferior de su pequeño vestido, metiéndose entre la delgada tela y la piel de sus nalgas… uuufff… ahora mi mano acariciaba con total descaro sus desnudas y grandes nalgas… y como la monjita seguía leyendo la biblia sin protestar… mi mano derecha empezó a trepar por su abdomen, buscando sus redondas tetas, logrando manosearlas sobre la tela del vestido… pero como era tan escotado, pronto sus dos pezones asomaron raudos sobre la tela, lo que aproveché para agarrarlos con mis dedos, estirarlos y jugar con ellos… ahora le tenía las dos tetas, completamente asomadas sobre el escote… eran perfectas, redondas, grandes y esos pezones oscuros, grandes y duros, contrastaban con el color de su piel
De un momento a otro, Sor Teresa se puso de pie frente a mi, dándome la espalda, y se inclinó hacia adelante, sin doblar las rodillas, para tomar su vaso de refresco, haciendo que el corto vestido se subiera aún más, dejándome ver esa hermosa y depilada almeja sin nada que la cubriera, y el agujero abierto de su culo, enmarcados por esas redondas y firmes nalgas y por el borde de su corto vestido, que no lograba ocultar nada a la vista… luego de tomar un sorbo de su refresco, se volvió a inclinar hacia adelante, para volver a dejar el vaso sobre la pequeña mesita de centro… esta vez se mantuvo en esa posición por unos pocos segundos y luego procedió a sentarse nuevamente sobre mis piernas, volviendo a pasar su brazo sobre mis hombros y acomodarse bien sobre mi dura y parada pija, no haciendo nada por cubrirse sus expuestos pechos
Sor teresa – siempre que leo, se me reseca la garganta y debo tomar algo para refrescarla
Yo – si quiere le traigo más refresco hermana
Sor Teresa – no hace falta caballero… más bien, si puede, ahora me regala un caramelo o algo así… a veces necesito chupar algo, lo que sea, para aliviar mi garganta
Yo – no faltaba más hermana, ahora buscamos algo para que pueda chupar bien rico
Mis manos se volvieron a posar sobre sus nalgas bajo el corto vestido, y sobre sus expuestas y deliciosas tetas, manoseándola descaradamente, sin que la monjita mostrara molestia alguna
Yo – Sor Teresa, puedo hacerle una pregunta un poco indiscreta????
Sor Teresa – claro que sí, mi deber es aclarar todas tus dudas y hacer todo lo posible para acercarte más a Dios
Yo – gracias hermana… vera… es que pude ver ahora, que usted no usa ropa interior… se lo prohíben en la congregación???
Sor Teresa – nnnooooo… para nada… lo que pasa es que esta mañana, estaba explicando la sagrada palabra, a otro señor por acá cerca… yo siempre les pido que recuerden orar a diario al señor… y él me dijo que tenía mala memoria, que si podía darle algo mío, para así recordarme y recordar orar a diario… y pues, como es mi obligación ayudar al prójimo en todo lo que necesite… decidí regalarle mi tanga… ya que no tenía nada más que pudiera regalarle
Yo – ya veo hermana… pero, entonces… como voy a hacer yo para recordarla a diario y así recordar mi oración… si ya no tiene más tangas para regalarme???
Sor Teresa – si quieres que vuelva otro día para seguir leyendo la biblia, entonces prometo traerte una tanga mía para que guardes de recuerdo
Yo – gracias hermana, me seria de mucha ayuda… pero por favor, tenga bien impregnado su olor celestial, y así llevarla conmigo a todas partes y recordarla siempre
Sor Teresa – está bien, voy a ver qué puedo hacer para que mi tanga quede empapada con toda mi fragancia y me puedas recordar siempre
Yo – gracias hermana
Sor Teresa – y mientras tanto, puedo enviarte a tu celular una foto mía a diario, para que me recuerdes y así recuerdes orar al señor
Yo – pero vistiendo esta hermosa túnica que tienes puesta hoy
Sor Teresa – ves que con esta ropa, puedo incentivar más a las personas para que se acerquen a la iglesia????
Yo – tienes razón hermana, verte vestida así, hace que se me levante el ánimo y quiera orar junto a ti
Sor Teresa – no sabes cómo me alegra que se te levante el ánimo gracias a mi
Yo – se me levanta bastante hermana
Sor Teresa – eso quiere decir que estoy haciendo bien mi labor para con la iglesia
Los dedos de mi mano izquierda, ya se abrían paso entre la raya que divide las grandes nalgas de la monjita y con mi mano derecha, trataba de exprimir cada una de sus tetas… ella se acomodó mejor, echando hacia atrás el culo y volviendo a pasar su brazo sobre mi espalda, dejando nuevamente esas hermosas tetas expuestas a solo unos centímetros de mi cara, de inmediato con mi boca agarré uno de sus pezones y empecé a succionar con desespero, mientras Sor Teresa seguía leyendo sin protestar… y como echó hacia atrás su enorme culo, ahora era más fácil para mí, con mi mano izquierda, abrirle los cachetes de las nalgas y mi dedo índice encontró la entrada de ese apretadito ano y no dudé en empezar a explorar su apretado interior… ahora la monjita leía con dificultad y dejaba escapar unos pequeños gemidos, a la vez que empezaba a moverse sutilmente sobre mi dura herramienta
Sor Teresa – aaayyyyy don Jaime… la garganta me está molestando un poco… ya casi ni puedo leer bien…. Será que tienes algo por ahí que yo pueda chupar???
Yo – si quieres, podemos revisar en la nevera… ahí bebo tener algunas paletas
Sor Teresa – vamos yo te acompaño y escojo el sabor
Nos pusimos de pie y nos encaminamos hacia la cocina… Sor Teresa ya tenía totalmente levantado el vestido por detrás, dejando expuesto ese gran culo que movía deliciosamente al caminar… no dudé en agarrarle las nalgas con mi mano, metiendo un dedo entre la raya profundamente mientras caminábamos… era una delicia ver cómo le brincaban esas tetas a cada paso sobre su escote… cuando llegamos a la cocina, ella misma abrió la nevera y se inclinó hacia adelante, sin doblar las rodillas, levantado bien ese gran culo, haciendo que sus dos cachetes se separaran, dejando ver claramente esa deliciosa papaya y la entrada de su ano… mis dedos se paseaban libremente de arriba abajo, pasando por entre los labios, llegando hasta el clítoris y volviendo a subir hasta el ano, notando como estaba muy mojada toda su entrepierna… ella seguía con la cabeza metida entre la nevera, moviendo el culo de un lado al otro suavemente
Sor Teresa – uuummmm… don Jaime, aquí hay paletas de varios sabores, no se cual escoger
Yo – tómate tu tiempo y escoges la que quieras
Seguía agarrada de la puerta de la nevera con ese culo en pompa, entonces yo me agaché detrás de ella, quedando mi rostro a la altura del ano y mientras con mis manos le abría más las nalgas, empecé a pasar mi lengua, por toda esa hermosa, húmeda y provocativa almeja, subía hasta el ano y volvía a bajar, tratando de meter mi lengua lo más adentro posible, a la vez que escuchaba un delicioso gemido de la hermana Teresa, con esa dulce e inocente voz… pronto mi lengua encontró su clítoris, que estaba bastante durito y paradito y empecé a jugar con esa deliciosa pepita sin parar… ahora los gemidos de Sor Teresa eran mucho más evidentes y empezó a restregar todo ese enorme culo sobre mi rostro, haciendo presión hacia atrás, mi cara estaba totalmente perdida entre sus enormes nalgas, casi no podía respirar… mis manos seguían aferradas a sus caderas, mientras ella levantaba más el culo… así estuvimos por un par de minutos, en donde la monjita, cada vez me restregaba esa concha por toda la cara con más fuerza y más rápido… sus gemidos eran ahora más frecuentes y fuertes… fuimos acelerando nuestros movimientos, hasta que pude sentir, varias contracciones de todo su cuerpo, y como varios chorros de líquido salían de su raja, me empapaban toda mi cara y trague todo lo que pude… mi camisa quedó mojada en sus jugos y un gran charco quedo sobre el suelo bajo nosotros
Sor Teresa – aaaaggghhhhh… que ricoooooo
Luego de haberle arrancado ese rico orgasmo, me puse de pie rápidamente, bajándome el pantalón de sudadera, con todo y bóxer, hasta media pierna… me agarré la verga con una mano y le dije
Yo – hermanita… si quieres, aquí tengo un buen chupetín para que refresques la garganta
La monjita se giró, quedando parada frente a mi y de inmediato me agarro la polla con una mano, sobándomela bien rico
Sor Teresa – aaaayyyyy…. Gracias Jaime, no sabes la falta que me hace poder chupar algo bien rico
Yo – entonces chúpamela bien rico hermanita
Sor Teresa – espera la limpiamos un poquito
Se puso de rodillas frente a mi herramienta y la colocó en medio de sus grandes tetas, luego con sus manos aprisionó ese par de melones, contra mi tranca y empezó a pajearme suavemente con sus tetas
Yo – aaaggghhhh… que rico hermanita… déjala bien limpiecita por favor
Me tenía aprisionada la verga con ese par de melones… con los movimientos de su cuerpo sobre mi pija, podía ver como se asomaba la cabeza por entre la raya que divide esas tetas, para volverse a perder entre esa generosa cantidad de carne… así me tuvo por algunos segundos, hasta que mi verga me dolía de lo dura que estaba…. Hacía muchos años no sentía esa verga tan dura y caliente… luego soltó mi pija de ese delicioso masaje, agarrándola con la mano izquierda, mientras con su mano derecha, se dio la bendición y empezó a tragársela con desespero
Yo – ssssiiiiiii…. Eso es hermanita… chúpamela bien rico…. Aaaagggghhhhh
Era un espectáculo ver esa hermosa mujer, vestida de monja, con las tetas al aire, chupándome esa verga con desespero… además que lo hacía como toda una experta, como la más puta de todas, se le notaba las ganas con que mamaba esa verga y como lo disfrutaba… se ayudaba con las manos, haciendo salir la cabeza de su prepucio y me pasaba la lengua por todo el tronco, para volver a metérsela a la boca, bien hasta el fondo… podía sentir como llegaba hasta su apretada garganta… yo la tomé de su cabeza, por encima del velo que la cubría, tratando de llegar lo más adentro posible, moviendo mi pelvis contra su deliciosa boquita… ahora era yo el que me la estaba follando por la boca con desespero en cada embestida… pero antes de correrme, yo quería metérsela por sus demás agujeros también… entonces, se la saque de la boca y me la agarre con la mano
Yo – ya te sientes mejor hermanita ???
Se puso de pie frente a mi… sin soltarme la verga, que me la seguía sobando con su mano
Sor Teresa – gracias Jaimito… no sabes la falta que me hacía poder chupar eso tan rico, para poder calmar mi garganta
Yo – no faltaba más hermanita, cuando quieras, ahí la tienes a la orden
Sor Teresa – gracias Jaimito… ya verás que tus obras de caridad, se verán bien recompensadas… ahora si podemos continuar con nuestra sagrada lectura
Nos encaminamos a la sala nuevamente, Sor Teresa me seguía agarrando la verga con una mano, y yo le agarraba el culo mientras caminamos… cuando llegamos a la mesita de centro, donde se encontraba la biblia, ella se inclinó hacia adelante para levantarla, sin doblar las rodillas, soltándome la pija y dejando ese hermoso, grande y desnudo culo, a unos cuantos centímetros de mi dura y caliente polla… como tardo unos cuantos segundos en esa posición, yo tomé mi herramienta con una mano, mientras con la otra mano le abría esas gordas nalgas, colocando la cabeza de mi verga en la entrada de su empapada concha… ya me disponía a penetrarla sin compasión
Sor Teresa – espera Jaimito… espera
Yo – pasa algo malo hermanita????
Se incorporó quedando de frente a mi
Sor Teresa – lo que pasa es que yo aún soy virgen
Yo – pero eso se puede arreglar fácilmente hermanita, yo te puedo ayudar con ese problemita
Nuevamente me agarró la verga con su mano, sobándomela suavemente, mientras que con su mano izquierda, sostenía la biblia
Sor Teresa – no Jaimito… ese no es el problema
Yo – entonces, cual es el problema???
Sor Teresa – es que cuando Salí de mi pueblo, para predicar la palabra del señor, le prometí a mi familia, que iba a mantener mi castidad y virginidad, hasta el día de mi matrimonio
Yo – y aun no te has casado???
Sin dejar de jalarme la verga suavemente
Sor Teresa – aun no, pero tengo un novio en mi pueblo, que también es muy religioso y está esperándome para que nos casemos… a él también le prometí que guardaría mi castidad y virginidad para el, el día que nos casemos… y como yo lo amo tanto y respeto a mi familia, debo mantener mi promesa de castidad
Metí mi mano entre sus piernas y busqué la entrada de su mojada raja, para empezar a sobarle el clítoris suavemente
Yo – ya veo hermanita
Sor Teresa – entiéndeme Jaimito… yo soy una mujer casta y religiosa, creyente y amo a mi novio y mi familia… no podría faltarles a mi palabra
Ahora nos estábamos masturbando mutua y suavemente, mientras ella movía sus caderas suavemente sobre mi mano, apretándomela con sus piernas, soltando pequeños gemidos, con esa vocecita suave e inocente
Sor Teresa – aaagggghhhh… pero para que veas que estoy muy interesada en que te acerques a la palabra del señor… uuummm… podríamos buscar otras alternativas
Yo – sssiiiiiii… estoy dispuesto a probar todas las alternativas que quieras
Sor Teresa – mientras leemos la palabra de Dios, solo recuerda que soy una mujer casta y virgen, y que debo seguirlo siendo… sssiiiiii… y que estoy dispuesta a lo que sea, con tal de acercarte a las sagradas escrituras… a lo que sea… aaaggghhh… menos a perder mi virginidad… ante todo, debo seguir siendo una mujer casta y pura, entregada a su familia y a su religión… uuuummmm… me entendiste???
Ahora su mano me pajeaba la verga más fuertemente, mientras movía sus caderas sobre mi mano, haciendo que su húmeda y dura pepita se restriegue sobre mis dedos
Yo – claro que si hermanita… yo sería incapaz de perjudicar a una monjita tan noble y pura, que me está ayudando a creer más en la palabra
Sor Teresa – aaaggghhh… si respetas mi virginidad, te prometo que volveré a visitarte para seguir leyendo la biblia… uuummmm
Ahora soltó mi verga y agarró mi mano que estaba perdida entre sus piernas, haciendo que la moviera más rápidamente sobre toda la chocha, a la vez que movía con más desespero sus caderas y con sus piernas me apretaba más la mano… hasta que con una serie de espasmos, apretándome más la mano, empezó a correrse nuevamente a chorros frente a mi… mi mano quedó empapada, y los Jugos de su corrida escurrían por sus piernas hasta el suelo, donde pronto se formó otro charco
Sor Teresa – aaaggggghhhhhh… que ricooooo
Luego se puso en cuatro patas sobre el sofá, colocando la biblia sobre el mueble, apoyándose en sus codos y sus rodillas, levantando bien ese culo y abriendo bien esas piernas, dejando ver esa chocha empapada de líquidos bien abierta y el ano totalmente expuesto, enmarcado por el borde de su corto vestido, moviéndose en pequeñas contracciones, invitando a ser poseído… me agarré la pija con una mano, acomodando la cabeza en la entrada del culo, mientras que con la otra mano la agarré de su cadera… ella empezó a leer nuevamente la biblia, levantando más el culo… ahora yo la tenía agarrada con las dos manos de las caderas y empecé a penetrarle el culo suavemente… podía ver como ese delicioso ano, se comía la cabeza de mi polla, apretándomela con varias contracciones, mientras mi verga seguía desapareciendo centímetro a centímetro, hasta que mis huevos llegaron a sus nalgas… se la tenía toda adentro y ella seguía leyendo como si nada… agarre fuertemente sus caderas y empecé a bombear verga sin compasión, tenía ese culito apretadito muy rico y esas nalgotas sonaban contra mis huevos a cada embestida… ahora escuchaba varios pequeños gemidos de su parte, mientras seguía leyendo con dificultad
Yo – aaagghhhhh… hermanita, que rica estas
Sor Teresa – uuummmm… te gusta???
Yo – ssssiiiiii… que culito tan rico tienes
Sor Teresa – si prometes recordarme y orar a diario, puedes tenerlo cuando quieras
Mis embestidas cada vez eran más fuertes y profundas… me encantaba ver como rebotaban ese par de nalgas a cada golpe de mis bolas… la monjita metió una mano entre sus piernas y empezó a jugar con su clítoris nuevamente
Yo – ssssiiiii hermanita… quiero que me regales una foto tuya mostrándome ese culo tan rico que tienes, para recordar orar a diario
Sor Teresa – aaaagggghhhhh… que ricooooo… yo te regalo todas las fotos que quieras en las poses que quieras, para que me recuerdes todos los días
Sus dedos jugaban con su concha cada vez con más desespero, hasta que empezó a correrse nuevamente con varios chorros de líquido que caían sobre el sofá y sobre el piso… yo podía sentir como me apretaba la verga con cada contracción de su culo
Sin sacarle la verga de ese delicioso agujero, seguí agarrándola de las caderas y la hice ponerse de pie, yo me senté en el sofá empapado por su corrida, quedando ella sentada sobre mis piernas, ensartada en mi dura pija… ahora era ella quien se estaba dando sentones, metiéndose la polla hasta los huevos… se inclinó hacia adelante y yo podía ver ese delicioso y grande culo en primer plano exprimiendo mi herramienta a cada sentada
Yo – aaaayyyyy hermanita… quiero que vengas a diario para que me sigas enseñando más cositas
Sor Teresa – uuummmm… sssssiiiiiiii… debo seguir a diario con mis obras de caridad
Justo cuando sentía que ya me iba a correr, la monjita se levantó sacándose la verga del culo y se recostó boca arriba sobre el sofá mientras yo me puse de pie… ella abrió y levanto bastante las piernas, exponiendo totalmente esa hermosa y virginal almeja y el ano, que ya estaba bastante dilatado y abierto… como pude, me acomodé frente a ella, haciendo que mi pija quedara a la altura de ese hermoso culo otra vez y volví y se la metí toda hasta el fondo… esta vez entró mucho más fácil y empecé con el mete y saca nuevamente, agarrándole las piernas para apoyarme y lograr mayor profundidad
Sor Teresa – aaagggghhhh…. Jaimito… me prometes que me vas a recordar y vas a orar a diario???
Yo – sssssiiiiiiii… pero quiero que vuelvas para poder orar contigo
Ahora Sor Teresa jugaba con sus pezones, mientras yo seguía culiándomela por el culo sin compasión
Sor Teresa – yo vuelvo las veces que quieres… aaaggghhhhh… si prometes respetar mi virginidad y mi castidad
Yo – uuummmm… claro que si hermanita… uuuufffff… pero me gustaría traer unos cuantos amigos, para que también aprendan de tus lecturas
Sor Teresa – ssssiiiiiii… claro que si Jaimito… con gusto les enseñaré a tus amigos la sagrada palabra
Ahora la hermanita se abría los labios de esa raja con una mano, mientras se restregaba fuertemente el clítoris con la otra mano…. Y yo veía como mi verga entraba y salía de ese hermoso culo
Yo – que rica estas hermanita… aaaggghhhh…. Que culo más apretado tienes
Sor Teresa – si tanto te gusta, quiero que me regales lo mejor de ti… quiero toda tu lechita
Yo – ssssiiiiiii… te voy a llenar ese culo de leche hermanita… aaagghhhhh
La monjita se restregaba ese clítoris con mayor desespero, apretándome la verga con las contracciones de su ano, mientras mi verga resbalaba dentro y fuera de ese gran culo cada vez más rápido y más profundo
Yo – aaaaggghhhh… hermanita… me vas a sacar toda la lecheeeeeee
Sor Teresa – ssssiiiiii…. Aaaggghhhh… dámela todaaaaaa
Nuevamente se empezó a correr a chorros restregándose esa chocha con su mano, esta vez su corrida fue mucho más fuerte y prolongada, botando chorros y más chorros que bañaban todo mi pecho y salpicaban a mi cara
Sor Teresa – aaaagggghhhh… ssssiiiiiii… me encantaaaaa
Con las contracciones de su ano, me seguía apretando más la pija en cada embestida y viendo cómo se corría a chorros de gusto… terminé corriéndome también dentro de ese rico culo, llenándolo también de chorros y más chorros de leche
Yo – aaaggghhhhh…. Toma hermanita…. Aquí está toda tu lecheeeee
Sor Teresa – sssiiiiiii… que ricooooo… ya la siento correr dentro de mi
Yo – uuummmm… me la sacaste todaaaa
Estaba inmóvil, con mi verga bien pegada a su culo, botando mis últimos chorros de semen bien adentro, mientras ella seguía moviendo ese culo, tratando de sacarme hasta la última gota
Yo – que rico hermanita… tienes un culito delicioso
Sor Teresa – lo hago con gusto Jaimito… sabes que debo hacer mis obras de caridad con los más necesitados
La monjita se puso de pie rápidamente y empezó a componer sus ropas
Sor Teresa – debo irme Jaimito… debo seguir divulgando la palabra del señor
Yo – vas a volver a visitarme???
Sor Teresa – claro que si… solo debes recordarme a diario, debes orar y debes respetar mi virginidad… apenas pueda vengo para que sigamos leyendo la biblia
Yo – y podré traer a mis amigos???… para que también puedan escuchar la sagrada palabra
Sor Teresa – claro que si… así podremos hacer un grupo de oración
Luego de arreglar un poco su vestido y su velo, se arrodilló frente a mi, me agarró nuevamente el pito y volvió a chuparlo con desespero, tragándose los últimos restos de semen… luego se puso de pie y sin soltarme la pija con su mano, me besó en la boca apasionadamente… su lengua buscaba la mía, para enroscarse deliciosamente… mientras yo le agarraba el culo a dos manos, levantando nuevamente su corto vestido
Sor Teresa – gracias Jaimito… gracias por tu apreciado tiempo y por escuchar atentamente la palabra del señor
Yo – gracias a ti hermanita por alegrarme el día y por dejarme probar ese culo tan rico y apretadito que tienes
Sor Teresa – me llevo lo mejor de ti muy dentro de mi, esa es mi recompensa por mis obras de caridad
Yo – bien adentro hermanita
Sor Teresa – ssssiiiiii… y recuerda avisarles a tus amigos para cuando pueda volver
Yo – claro que si… estarán gustosos de escuchar tus oraciones
Sor Teresa – mientras puedo volver, te enviaré fotos mías a tu celular para que me recuerdes a diario
Yo – bueno hermanita… así se las podré mostrar a mis amigos, para convencerlos que vengan a escucharte
Me dio un último apretón de verga con su mano, un último beso en la boca, se puso su abrigo que cubría todo ese voluptuoso cuerpo… tomó su biblia, le di mi número telefónico y se marchó… dejándome con la verga totalmente exprimida en la mano y con varios charcos de sus corridas por el piso de toda la casa
Esta muy bueno, ya quiero saber que tal va a estar ese grupo de oración 🛐 👍🏼