Una recogida diez años después (de alumna a mujer casada)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Debo iniciar diciendo que he sido dos veces casado, me divorcié teniendo 29 años, me quedé con una pequeña casa viviendo solo, conseguí un trabajo de profesor en un suburbio lujoso de la ciudad, gracias aun amigo que me vio muy deprimido y me ayudó, era un colegio de señoritas de clase media alta a alta.
La verdad es que había lindos ejemplares de mujeres, jovencitas entre 12 y 18 años.
Alli era de ver y no tocar.
Sin embargo, siempre se dan situaciones no planeadas, en uno de mis salones había una chica delgadita, de lentes grandes, pequeñita, morenita, dos senos de regular tamaño y un pequeño pero lindo trasero en forma de corazón.
Ella tenía 15 añitos, resulta que en la clase la discriminaban por ser morenita, la mayoría eran blancas, cabello rubio o castaño.
Entonces mi atención era para defenderla de las demás, pero notaba que no tenía amigas en su salón, incluso permanecía dentro del salón en los recesos, entonces yo la ayudé y la sacaba del salón y la acompañaba a caminar o tomar la merienda, para que no la molestaran las demás.
La familia de Silvia, que asi la llamaré, era adinerada, pero de origen humilde.
Debo decir que Silvia era muy inteligente y destacaba siempre entre las primeras 3 de la clase o del cuadro de honor.
Eso que cuento fue por alli de 2007, a medio año, siempre hay un concurso a nivel regional de calidad académica y concursan varias estudiantes de nuestro colegio.
Saliendo del colegio iba yo, cuando me detuvo una señora, era morena y la había visto antes, era la madre de Silvia, ella me detuvo y pidió hablar conmigo.
Me dijo que quería que le diera clases privadas a su hija de matemática y de física, yo le comenté que eso era prohibido para los profesores de este colegio, pero ella me dijo que su hija Silvia le había comentado como yo la había ayudado mucho, y que esto lo mantuvieramos en secreto y que pagarían por eso muy bien.
Entonces yo le dije que platicaramos de eso otro día, al final terminé aceptando y la pequeña Silvia llegaría a mi casa tres veces por semana.
Yo sabía en el fondo que esto terminaría en otra cosa, por qué lo digo?, porque la pequeña semanas antes la descubrí haciendo corazoncitos y con mi nombre adentro y otros detalles, como tomarme de la mano, regalarme merienda que ella me decía era hecha con sus manos.
Pero aún sabiendo eso, y que no había buscado pareja todavía, acepté.
No pasó una semana, en la tercera ocasión, cuando la llegarón a traer a mi casa, antes de irse, se dio vuelta Silvita y me dio un beso en los labios y se marchó.
La vi en el colegio y nadie comento el suceso, hasta que llegó a casa, -le pregunté que había sido eso-, aunque la tenía tomada de ambas manos.
Nos vimos a los ojos y ambos queríamos lo mismo.
Nos acercamos y nos besamos, fue un beso tierno, de labios y poquita lengua, fue de verdad delicioso, un beso timido.
Ella se fue y toda la noche estuvimos mandandonos mensajitos en nuestros teléfonos.
A la siguiente sesión en mi casa, la mitad estuvimos estudiando y la otra mitad del tiempo estuvimos en el sofá besándonos ahora como dos auténticos novios, metiendo nuestra lengua en la boca del otro, poco a poco hubo "tocaditas", yo le acaricie sus pequeños senos sobre su blusa, luego sus rodillas y llegando a sus muslos.
La pequeña iba excitándose poco a poco se notaba en su voz que parecía sofocándose, Luego entre besos, logré llegar con mis dedos hasta su panochita, la que acaricie sobre la tela delgada de su braguita, ella suspiró fuertemente en ese momento; para mi mala suerte, se escuchó la bocina del auto que la llegaba a traer, aveces era su papá o su mamá, o bien algun pariente.
Asi que ella se arreglo la ropita escolar y dándome un beso en la mejilla salió de alli toda nerviosa.
Me pareció toda una eternidad que pasara el fin de semana y fuera de nuevo lunes, día de sus clases privadas, yo estaba decidido a llegar más lejos.
Ya no vimos ningún tema, empezamos a besarnos desde que llegó, la llevé a un cómoda sofá para tres, y entre besos húmedos, llegué a donde me quedé la última vez, es decir tocándole su panochita sobre la braguita, pero ahora mis dedos hicieron a un lado la braguita, y por primera vez toqué su delicado bollito, ella estaba mojadita, jugué con sus labios vaginales y luego con la yema de uno de mis dedos llegué a su diminuto clitoris y ella se contorsionó en mis brazos, dejó de besarme para meter su cabeza entre mi hombro y mi pecho, sin oponer resistencia a mis caricias en su bollito, seguí tocándola y fui metiendo un dedo en su vagina, ella gimió y se lo dejer ir adentro, pude comprobar que no era virgen la pequeña Silvia, el interior de su bollito estaba calientito y muy lubricado, la cargué en peso y la llevé a mi recamara, la acosté en la cama y levantándole su falda le saqué su braguita, ella solo me miraba con sus dos hermosos ojos cafés y sumergiendome entre sus piernas, comencé a devorar su panochita, con profundas y fuertes chupadas y lamidas, ella en dos o tres minutos estaba gimiendo y chillando de gusto.
Yo metí mis manos debajo de sus nalguitas y levantándola un poco comencé a comerle el ojo de su culito, ella se estremeció y se corrió, fue un buen orgasmo, se estremeció alli en la cama y yo no dejaba de lamerle su vagina y sus amargos juguitos que emergían de alli, asi como su ano arrugadito.
Fue una tremenda mamada.
Después de su orgasmo, entro en un relajamiento y no se movia sobre la cama, con los ojos cerrados.
Me quité la ropa y me fui colocando entre sus muslos, mi verga estaba empalada al máximo, puse mi glande en la entrada de su bollito y poco a poco la fui penetrando, ella se aferró a mis brazos y sentí sus uñitas meterse en mi piel, se la fui introduciendo a la vez que busqué sus labios y nuestras lenguas se entrelazaron con euforia.
Cuando se la tenía a más de la mitad, inicié a meter y sacar mi verga de su vagina, ella soltó mis labios y se puso a gemir mientras yo bombeaba mi carne dentro de su interior, para mi también era mi primera relación sexual después de mi separación, asi que mi verga estaba durisima y la follaba duro sin misericordia, ella chilló y se quejó y en pocos minutos estaba sufriendo un nuevo orgasmo, me araño los brazos y eso me gustó mucho, Yo me mantuve inmovil un momento viendo como iba disminuyendo su climax, seguidamente se la saqué y la fui colocando en la posición perruna, ella estaba tan relajada que parecía una muñeca a la cual la colocas como quieres.
La acomodé y levanté sus ricas nalgas, ella tenía un culito estrechito y rico, le puse mi verga en su panochita y la penetré aprovechando su alta lubricación y que estaba bien dilatadita, se la metí de un solo golpe hasta el fondo, luego me puse a bombearsela, me aferré de su cintura para metersela bien al fondo de su bollito, rapidamente de nuevo, ella empezó a gemir y a poco rato ya emitía sus tipicos gemidos de placer que me volvian loco.
Yo sabía que esta vez yo también iba a acabar, esperé que ella llegara y apenas pude aguantar y luego saqué mi verga y me vine sobre sus nalguitas y espalda.
Las clases de matemática y física se volvieron clases de sexo duro, me cogía casi desde su llegada a la casa, me la llevaba al sofá o a la recamara y follabamos de lo lindo.
Fuimos adaptando nuevas experiencias, ella me mamaba rico la verga, hacíamos poses bien ricas, incluyendo una donde yo la cargaba y la ponía sobre mi verga, sus piernas se enrollaban sobre mi cintura y cogíamos hasta acabar.
Pero lo rico duró poco, recibí una oferta de trabajo apenas a los tres meses de haber empezado a coger con ella.
No pude evitar aceptar y lo nuestro se acabó con el nuevo trabajo.
Pasaron casi 10 años, y ahora yo casado, viviendo en una urbanización, teníamos nuevos vecinos, cuando por cortesía mi esposa y yo fuimos a presentarnos, al abrir la puerta alli estaba Silvia, toda una mujer casada, un hijo y hecha un bombon, sus caderas casi parejas, ahora eran unas curvas impresionantes, un trasero más grande siempre en forma de corazón.
Mi pecho se aceleró y creo que el de ella también, pues lo pude ver en sus ojos, algo en nuestro interior se prendió como una braza que ha estado en reposo, nos puismos nerviosos los dos.
Eran diez años después.
CONTINUARA
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