una vieja con marcha
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, esto realmente que me paso, en el fondo no deja de ser gracioso y si lo vemos desde otra óptica, como una mujer, no importa la edad, necesita de vez en cuando que la cojan.
Soy argentino, vivo desde hace un año en un pueblo que se llama Bembibre, tengo 56 años, nada que resaltar, no soy el tipo musculoso, ni que anda en un coche deportivo, ni nada de eso, soy mas bien normal, estatura media, lo que es un caucásico tipo.
Estaba sentado en la mesa de una terraza, tomando una cerveza y viendo la gente pasar, matando el tiempo, hasta que en la mesa de enfrente a la mía, se sienta una pareja, de digamos ancianos, el señor iba en silla de ruedas y la señora, lo empujaba.
La verdad que los vi, y me sonreí, era una hermosa pareja de gente mayor, de esa que te hacen pensar, en lo lindo de ir acabando una vida juntos.
El señor, se ve que estaba en las últimas, ya que estaba abrigado, aunque hace mucho calor en este pueblo, y la señora no dejaba de ser coqueta a pesar de su edad, maquillada, sin exagerar, se la veía simpática.
Acomoda a su marido, y cuando se estaba sentando, nos miramos y nos saludamos por cortesía, ya que no nos conocíamos de nada.
Como estábamos sentados uno frente al otro, no podíamos evitar mirarnos de vez en cuando, ella lo atendía a su marido y cuando cruzábamos una mirada, nos sonreíamos, era muy lindo ver a esa señora atender a su marido, en los últimos momentos de su vida.
Termino mi cerveza, pago y cuando me voy, les doy las buenas tardes, "usted es nuevo en el pueblo, verdad?", me dijo, sonriendo, "si, no hace un año que vivo acá", le dije, e intercambiamos algunas palabras mas y me fui.
Al otro día paso por donde había estado sentado y conocí a esa señora, y ahí estaban de nuevo, nos saludamos y ella me invitó a sentarme con ellos.
El señor, prácticamente no podía hablar, pero ella es muy simpática, me dijo que vivía cerca de la iglesia, y yo le dije donde vivía, estuvimos hablando un buen rato, hasta que el señor empezó a toser y ella lo llevo a su casa, "señora, quiere que la acompañe, por las dudas?", le dije, preocupado, ya que el señor no paraba de toser, me dijo que si, pague la cuenta y nos fuimos, casi no hablamos hasta llegar a su casa, "necesita el oxigeno", me dijo.
Cuando entramos fue como si hubiésemos ido a otro tiempo, la casa olía a encierro, los muebles eran no antiguos, mas viejos todavía.
Ella lo llevó al dormitorio, le puso el oxigeno y se calmó, al rato viene, yo estaba en el salón, "me esta consumiendo", me dijo, sentándose a mi lado, quitándose los zapatos y respirando hondo, "no nos hemos presentado, me llamo Maruja", me dijo, dándome dos besos, yo le dije que me llamo Eduardo, y seguimos conversando, me invitó una bebida, seguía descalza ella.
"No sabes Eduardo, los años que hace que estoy con este hombre enfermo, me olvidé de ser mujer, se me fue la vida cuidando este hombre, no fue un mal marido, pero todos estos años me amargaron, y ahora que soy una vieja, ya no me queda nada", me decía, se notaba que quería desahogarse.
"Y nunca tuviste ningún amigo especial, ya que no sos una mujer vieja, se nota que sos coqueta y tenés tu atractivo todavía", le dije, pero sin maldad ninguna, "hay hijo mio, amigo especial, yo creo que si alguien me follara ahora mismo diría que he vuelta a ser virgen", me dijo riendo, "he perdido la cuenta los años que hace que no estoy con nadie, tú me vez así, vestida, hasta te puedes poner palote viéndome, pero cuando me desnude, seguro que se te esconde", me decía riendo de buena gana, "entonces no te desnudes, solo te subes la ropa y ya está, dejas lo interesante al aire", le dije riendo y siguiendo la broma, "eso dices, pero mira mis piernas como son", me dijo, levantando su falda, casi hasta su cintura, y si, son piernas de mujer mayor, llenas de várices, flácidas, "pero no vas a negar que tienes un buen culo", le dije, ya que la cosa era a jugar fuerte, la doy vuelta y la aprieto sus nalgas, "es por la faja", me dijo, y subiendo mas su falda se bajo la faja dejando su culo, arrugado y flácido al aire, "no, todavía estas muy bien", le decía yo, sentado en el sillón, y pase mi mano por sus nalgas, acariciando para abajo, metiéndola entre sus piernas y buscando su concha, "oye, que esa es una caricia muy íntima", me dijo, pero no dijo que le saque la mano ni nada, mas bien se quedó quieta, "y que tan íntima queres que sea?", le dije, metiendo un poco mi dedo en su concha, "todo lo íntima que quieras", me dijo, gimiendo cuando mi dedo se metió todo dentro de la concha de Maruja, "que calentita tenes la concha", le dije, poniéndome de pie y pasando mi otro brazo por su barriga, empecé a subir mi mano hasta llegar a sus tetas, enormes, ella paso sus manos por su espalda y se aflojó el sujetador, dejando que le saque las tetas, acariciando una y otra mientras mi dedo se movía dentro de su concha.
Maruja giraba la cabeza y buscaba mi boca, "sacate las bragas", le dije, ella agacho el cuerpo y se las termino de bajar, y las dejo en el suelo, "no te levantes, tengo algo para vos", le dije, sacando mi pija que estaba dura, y se la metí en la boca, me miró con cara de incredulidad, y la empezó a chupar.
Mientras me chupaba la pija yo jugaba con sus nalgas, las abría, las apretaba, pasaba mi mano por entre ellas, pasaba mi dedo mi por su ojete, volví a meter mi dedo en su concha mientras ella no dejaba de chupar y chupar mi pija, "vez como todavía podes hacer que los hombres te deseen?", le dije, haciendo que me de la espalada, agachada, apoyada contra el sillón, ubicando mi pija contra su concha, "vez que no sos virgen", le dije, metiendo la pija, despacio, pero toda dentro de la concha de Maruja, que temblaba, gemía a medida que la estaba cogiendo, "no puedo creer lo que me estas haciendo, parece un sueño, pero no me despierten", decía gimiendo a medida que mi pija entraba y salía de su concha, "que rico que te estoy cogiendo", le decía, pegando mi cuerpo a sus nalgas y moviendo mi pija dentro de la concha de Maruja, "haaaaaaa, me parece mentira que me estés follando", me decía Maruja, arrastrando la voz, disfrutando, "Maruja, abrí tus nalgas, vamos a meterla en este culo hermoso que tenés", le dije, sacando mi pija de su concha.
"Por ahí también me vas a follar?", me dijo, dando vuelta su cara y me miraba, con los ojos encendidos, "la querés por el culo?", le dije, pasando mi pija por sus nalgas, "por supuesto que si, como si a mi las pollas me sobraran como para decir que no a una que me quiere follar toda", dijo Maruja y se abrió las nalgas, dejando que le vea un ano abierto, pero no un ano abierto por una pija, mas que nada por la edad, no digo que no le habrán cogido el culo, mas bien que si, pero después de tantos años, se cierra.
Yo le pase saliva por el ojete y le acomodé la pija, empecé a hacer presión, despacio, sentía como gemía cuando le empezó a entrar, como sentía como le entraba la pija en el culo a medida que hacía mas presión, los gemidos, los "hayes" de dolor, a medida que el culo de Maruja se comía toda mi pija, hice una fuerza seca y le termine de meter toda la pija, aplastando sus nalgas contra mi pelvis, "toda adentro cariño, la tengo", me dijo, moviendo su culo en círculos, "huuufffffffffffff, haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, ahora me estas follando por el culo, quien iba a creer, me has follado como hacía años que no follaba", me dice Maruja sin dejar de abrir sus nalgas y mover sus caderas para los costados, "ahora vas a querer la lechita, verdad?", le dije, sacando y metiendo fuerte mi pija en su culo, haciendo que sus tetas vayan para adelante y para atrás, "hay cariño, cuanto hace que nadie me da leche, claro que quiero que me des toda la leche en el culo, o donde quieras", me decía sin dejar de abrir sus nalgas, con mi pija bien metida hasta los mas adentro de su culo.
La empecé a coger fuerte el culo, se la sacaba casi toda y se la metía bien adentro, la tenía bien agarrada de sus caderas, ella con sus nalgas bien abiertas y yo le metía y le sacaba fuerte la pija de culo, haciendo que gima a cada embestida, "me gusta, me gusta que me folles así de fuerte mi culo, sigue, sigue fuerte que me gusta", me decía Maruja, abriendo mas sus nalgas y yo metiendo mi pija bien adentro y la movía en círculos, disfrutando del culo de esa mujer, que, aunque vieja tenía mucho para dar y hacer disfrutar a un hombre.
Las embestidas las hacía mas fuerte y mas rápido, metiendo y sacando mi pija de su ojete, escuchando los gemidos de placer de Maruja.
"Maruja, me voy a acabar, te voy a llenar el culo de leche", le dije, moviendo mas fuerte y rápido mi pija dentro del culo de Maruja, "si, si, llena bien mi culo con tu leche", me decía entre gemidos de placer, hasta que paso lo que tenía que pasar, se la metí lo mas adentro que pude y le empecé a llenar el culo de leche a Maruja, entre gemidos de los dos, ella moviendo sus caderas y yo mi pija bien adentro de su culo, agitados, ella satisfecha e incrédula, ya que ni ella, ni yo, nos habíamos imaginado terminar cogiendo, en lo que empezó en una simple charla.
"Hay hijo, para haber sido un sueño, fue muy real, me duele el culo y siento como me sale leche del ano", me decía riendo, yendo a la cocina a buscar un trapo para limpiarnos, ya que para ir al baño debía entrar en la habitación donde esta su marido.
"No se como agradecerte el momento tan agradable que me hiciste pasar", me decía limpiando mi polla con el trapo que trajo de la cocina, "espero poder volver a disfrutar de tu polla de nuevo", me dijo, besando mis labios.
Ella se limpió, se arreglo la ropa y me acompañó hasta la puerta, la verdad, no quedamos en nada, solo se dio y así lo tomamos.
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