Vacaciones de Ensueño
Un hombre de mediana edad recién divorciado contrata los servicios de una jovencita, para aliviar el despecho que siente hacia su ex-esposa.
Alberto se encontraba en la cubierta del crucero, mirando al Horizonte, en donde el sol comenzaba a ocultarse, hacia un tiempo precioso, cálido como es siempre en el caribe. Se suponía que estas serian sus vacaciones soñadas….
Alberto creció en una familia pobre, toda su infancia creció viendo películas clásicas de Disney, así que desde muy pequeño uno de sus mayores sueños fue ir a Disneylandia. Conforme fue creciendo ese sueño nunca desapareció, eventualmente se entero que había un crucero de Disney y agrego la visita de este a su sueño.
Cuando fue un adulto y tuvo un buen empleo pudo cumplir su sueño, ahorro por años y visito el Parque Temático, y durante otro periodo de tiempo de ahorro, tuvo el dinero suficiente para viajar en el crucero.
No había escatimado en gastos, había ahorrado lo suficiente para alquilar un camarote de lujo, comprar el boleto mas exclusivo y que daba mas beneficios dentro del barco.
Se suponía que seria una semana increíble, sobre todo por que el viaje lo haría acompañado con el Amor de su vida, su esposa Lorena. Habían planeado el viaje con meses de anticipación.
Sin embargo la tragedia cayo sobre el matrimonio de Alberto, Lorena le había estado siendo infiel durante casi toda su relación, y el lo descubrió hacia poco, por lo cual se separaron.
Alberto se sentía decepcionado y triste, estuvo a punto de cancelar el viaje, pero tampoco quería echar a la basura tanto esfuerzo y su sueño, así que decidió ir al crucero de todos modos.
Alberto miraba al horizonte, maldiciendo la traición de su esposa y odiándola profundamente por arruinarle su felicidad. Fue entonces que una voz femenina e infantil a su lado lo saco de su ensimismamiento.
-Hola señor
-Hola -Respondió Alberto sin dejar de mirar al mar
-Esta solo? -Pregunto la voz
Esa pregunta fue como un gancho al hígado para Alberto, pues el estaba solo, había ido solo a ese crucero, el cual estaba repleto de familias y parejas felices, y el estaba SOLO, como hongo venenoso
-Si… Estoy solo -Respondió Alberto con voz apagada
-Genial, no quiere divertirse? -Pregunto la jovencita a su lado
Era común que los anfitriones del crucero organizaran actividades, que consistían en juegos que involucraban a niños, niñas y adultos, por lo general era divertidos.
-Claro, por que no, a que jugaremos? -Pregunto Alberto, tal vez algún juego podría animarlo un poco
-Bueno… Ya sabe… Juegos de adultos -Respondió la jovencita en voz baja.
Alberto confundido giro si cabeza para ver a la niña, tal vez había escuchado mal.
A su lado una linda jovencita de aproximadamente 12 años y 1.40 metros de altura, su piel era color canela, cabello largo azabache, de cara bonita, unos lindos ojos verde oliva, de cuerpo delgado. Ella llevaba puesto un vestido veraniego sin mangas de color blanco con dibujos de Minnie Mouse que hacían juego con una diadema temática de la misma y unas sandalias con adornos de flores
Ella estaba en esa transición de Niña a mujer, aun tenia la altura y complexión de una chiquilla, pero su cuerpo comenzaba a desarrollarse en formas de una mujer.
Sus caderas aun infantiles mostraba que habían comenzado a desarrollarse y tomar forma femenina, sus pechos pequeños y puntiagudos se notaba a simple vista debajo de su vestido.
El vestido se ajustaba a su cuerpo como guante realzando la figura de ella.
Alberto se quedo unos segundos pasmado viendo lo atractiva de la jovencita y entonces dijo
-Acaso te refieres a sex…
-Si, a eso, bueno, solo si tiene el dinero suficiente -Dijo la jovencita interrumpiéndolo
Alberto estaba estupefacto, una nena le estaba ofreciendo sexo a cambio de dinero, esto se consideraba ilegal e inmoral, el estaba pensando en declinar la oferta, pero entonces se sorprendió respondiendo todo lo contrario a lo que pensaba en ese momento
-Claro, por que no, me interesa
-Genial, nos vemos en media hora en tu camarote -Dijo la chiquilla sonriéndole coquetamente
-si, esta bien, estoy en el numero 713 -Dijo Alberto nuevamente traicionando sus pensamientos
-Oooh! uno de los camarotes de lujo, entonces en media hora guapo -Dijo la nena dedicándole otra sonrisa coqueta y retirándose de su lado
-Espera… Como te llamas? -Pregunto Alberto
Ella volteo y le dijo de manera sensual:
-Susana, me llamo Susana
Mientras la jovencita se iba, Alberto tuvo una mejor perspectiva del cuerpo de ella y el trasero, el cual era redondo y precioso a juego con las caderas sensuales de la nena.
Alberto inmediatamente se fue a su camarote, se sentía ansioso, acaba de aceptar los servicios sexuales de una menor de edad, lo cual era ilegal, inmoral y poco ético, aunque por otra parte se había jurado a si mismo disfrutar lo mas que se pudiera de esas vacaciones y sexo con una jovencita podría ser una buena experiencia que no se volvería a repetir.
Alberto no dejaba de sacudir su pierna debido a la ansiedad y tras unos minutos el corazón el dio vuelco cuando tocaron a la puerta de su camarote, al abrir estaba aquella jovencita.
Con su vestido blanco y su diadema a juego, ella llevaba en su espalda una mochila con forma del Pato Donald.
Ella entro sin que Alberto la invitara y cerro la puerta detrás de ella y de manera altanera dijo
-mis precios son, $200 dólares oral, $300 dólares vaginal, $500 dólares anal y el servicio completo en $900 dólares, los precios no son negociables
Los precios eran excesivos pensó Alberto, pero como desde un principio había decidido no ser tacaño en estas vacaciones, dijo:
-Okey, quiero el servicio completo
-Muy bien, págame antes que nada -Dijo la jovencita exigente
Alberto, saco su billetera y le dio la cantidad acordaba.
La chica le sonrió coquetamente y se quito su mochila y la dejo en una mesa cercana. Ágilmente se quito su vestido, revelando que solo llevaba unas bragas con dibujos de hello kitty puestas, las cuales era viejas y estaban gastadas y le quedaban pequeñas, por tanto la vulva y los labios se marcaban y la parte de atrás se metía entre las nalgas como si fuera una tanga, sus piernas eran atléticas sin llegar a ser musculosas. Los pechos eran pequeños pero firmes, puntiagudos, los pezones eran como unos kisses de Hersheys tanto en forma y color.
Alberto tuvo una erección casi al instante, había decidido dejar su moral a un lado y entregarse al placer. Así que se quito el pantalón y ropa interior.
Alberto era moreno, alto y de físico de hombre de mediana edad, con una pequeña barriga. Su pene era grande y circuncidado, aunque nada fuera de lo normal, erecto le media cerca de 15 cm y 13 cm de diámetro.
La nena, abrió su mochila y saco un pequeño envoltorio metálico y se lo lanzo a Alberto
-Toma, sin globos no hay fiesta -Dijo la nena
Le había lanzado un condón, Alberto lo tomo y se lo coloco, le hubiese gustado hacerlo al natural, pero ambos debían protegerse, un escalofrió le recorrió la espalda al pensar cuantos clientes había tenido la jovencilla.
-Empecemos -Dijo la nena
Ella se acerco a Alberto sensualmente, sus pequeñas tetas temblaban ligeramente ante cada paso que ella daba. No fue necesario que ella de hincara, basto con doblar su cuerpo hacia adelante para poner su cara a nivel del pene.
Ella lo sujeto con firmeza y me metió el glande a la boca, y comenzó a mamarle el pene, ella lo hacia de manera gentil evitando el roce con los dientes, así mismo su lengua acariciaba a nivel del frenillo, la boca de la nena era cálida, a pesar de que el miembro de Alberto estaba enfundado en un condón, la boca de la ella se sentía bien.
Alberto puso su mano sobre la cabeza de la niña y se la acaricio, como si estuviera diciéndole una perrita que hacia un buen trabajo, ella lo miraba directamente a los ojos, con una expresión lasciva lo que hizo que él se excitara aun mas y también le trajo recuerdos dolorosos.
Lorena solía mirarlo de la misma forma, las contadas veces que le llego a hacer sexo oral. De hecho la forma en que el se entero de la infidelidad de su esposa fue por que la descubrió haciendo sexo oral al amante de ella.
De solo acordarse de aquello tan doloroso, lo lleno de un sentimiento de ira, su mano que acariciaba la cabeza de Susana, se poso en la nuca de ella y sin avisarle siquiera, de un movimiento brusco de cadera, metió su pene hasta la mitad en la boca de la nena hasta casi la garganta.
Ella que hacia unos segundos lo miraba lascivamente, abrió los ojos como platos debido a la impresión. Alberto saco un poco su pene dejándole solo el glande dentro, para darle un segunda embestida metiendo un poco mas su pene.
De nuevo dio una tercer embestida, lo cual provoco arcadas en la nena y esta comenzó a manotearle los muslos en señal de protesta mientas lo miraba con odio.
Alberto saco por completo su pene, a la jovencita le costo unos segundos recuperar el aliento antes de decir:
-Hijo de puta! Ten cuidado, casi me ahogo… -Grito la nena mientras jadeaba
-No hagas drama zorrita seguramente estas acostumbrada -Dijo Alberto
Alberto se sorprendió a si mismo usado ese lenguaje, el por lo regular no era vulgar.
Susana, aun molesta se dirigió a su mochila y saco otro condón y se lo lanzo a Alberto.
-Cámbiatelo, vamos a darnos prisa -Ordeno de manera altanera
Alberto obedeció y se cambio el condón. La nena se quito sus braguitas, mostrando por fin su vulva, su monte venus era bonito con una ligera pelusilla en el, sus labios vaginales era gorditos y de apariencia esponjosa.
La nena le lanzo las bragas a Alberto, el cual no pudo evitar llevárselas a la cara y olerlas. Estaban impregnadas con el dulce aroma de la niña, una combinación entre sudor, suavizante de tela, perfume floral con ligeros tonos a orina. Era enervante y solo excito aun mas al hombre.
-yo arriba -Dijo la jovencita
Alberto entiendo a que se refería, se acostó boca arriba en la cama, La nena se subió a la cama y después sobre el. Puso sus caderas sobre el pene del hombre, lo tomo con firmeza y lo dirigió a su vagina.
Ella lentamente fue bajando sus caderas hasta que la punta del pene de Alberto hizo contacto con los labios vaginales húmedos y tibios de Susana.
Ella comenzó a juguetear con el pene en si vagina, como si quisiera lubricarlo con sus propios jugos.
Hasta que después de unos segundos, por fin Susana puso el pene en su vagina, lentamente comenzó a bajar sus caderas, el miembro de Alberto fue abriéndose paso en la pequeña flor de la jovencita.
El podía sentir como esta se abría para darle paso a su pene, se sentía cálida y ajustada, muy diferente a la vagina de Lorena.
La nena continuo bajando sus caderas hasta que el glande de Alberto estuvo dentro, bajo unos centímetros mas y volvió a subir sus caderas.
Parecía como ella estuviera haciendo sentadillas sobre el pene de Alberto.
Susana volvía a mirarlo lascivamente de nuevo. Mientras vocalizaba gemidos. Sin embargo estos gemidos eran falsos, lo cual no excitaba al hombre.
Alberto estaba harto de mentiras, Lorena solía fingir de la misma manera al igual que los orgasmos.
De nuevo un sentimiento de ira se apodero de el, de alguna manera, Alberto sentía que debía desquitarse con la jovencita por lo pésima esposa que había sido Lorena.
Así que la sujeto de la cintura y en un movimiento digno de luchador grecorromano olímpico y sin sacar su pene de la nena, le dio vuelta a la situación, quedando el arriba, es posición de misionero.
Sujeto los brazos de la jovencita por las muñecas, ella había abandonado una vez mas su expresión lasciva, de nuevo lo miraba sorprendida, expresión solo duro unos segundos y dio paso a que ella frunciera el ceño y gritara cuando Alberto hundió por completo su pene de un sola estocada en la vagina de la nena.
Alberto comenzó a embestir a Susana, al principio de manera lenta pero contundente. El hombre espero por un momento que Susanita comenzara a gritarle que se quitada de encima, pero no fue así.
La respiración de ella comenzó a hacerse rápida a medida que el la embestía y comenzó vocalizar gemidos reales, los cuales no eran armónicos y melodiosos como los que había fingido, si no mas bien como bramidos y chillidos como de un animal luchando.
Esto excito a Alberto, así que aumento el ritmo, fue entonces que se sorprendió, cuando la nena lo abrazo por la cintura con las piernas.
Alberto seguía embistiendo a Susana cada vez mas rápido, a punto de mover frenéticamente su cadera, sin importarle sin detenerse a pensar que estaba penetrando a una niña de 12 años.
El sonido morboso y húmedo de aplauso proveniente del impacto de sus pubis y los bramidos de la nena inundaban el camarote.
Tras unos minutos, Alberto comenzó a agotarse, por tanto sus estocadas fueron mas lentas y profundas, y fue durante una de estas que el sintió como el cuerpo de la nena se estremeció, ella abrió la boca como si fuera a gritar, pero no fue así, la respiración de ella era entrecortada, las piernas le temblaban y la vagina estaba mas húmeda que nunca.
Alberto también estaba por terminar dio un par de estocadas mas y metió hasta el fondo su pene para soltar todo su semen.
Ambos se quedaron inmóviles, la nena seguía temblando y su respiración parecía normalizarse. El pene de Alberto palpitaba dentro de vagina de Susana.
La cual lo había dejado de abrazar con las piernas y mientras ella recuperaba el aliento y dijo
-Quítate -Balbuceo
Sin embargo Alberto estaba en trance, pues no pareció escuchar lo que la nena decía.
-quítate idiota! -Dijo gritando enérgicamente, mientras intentaba zafarse de debajo de Alberto.
El aun sujetaba los brazos de la nena, y torpemente se quito de sobre ella. A la jovencita le costo incorporarse y a paso rápido se dirigió al baño con sus piernas temblándole ligeramente.
Alberto se sentía relajado y muy cómodo sentía como si le hubiese quitado un peso de encima, se quito el condón y lo desecho, su quietud fue interrumpida por el sonido proveniente del baño que hacia la nena al orinar.
Sorpresivamente el sonido fue largo y estridente, y Alberto intentando no reír dijo bromeando:
-Woah!, para ser tan pequeña tienes un gran tanque!
-Cállate idiota! -Contesto la nena disgustada.
Tras unos minutos Susana salió del baño, había recuperado su actitud altanera y dijo
-Bien, ya terminamos, me voy
Ella agarro su vestido que estaba en el suelo, y comenzó a ponérselo. Alberto de un brinco salió de la cama donde estaba acostado y detuvo a la nena agarrándola de uno de sus brazos.
-Espera, pague el servicio completo zorra, y ahora me cumples! -Dijo Alberto molesto
Susana lo vio con cierto terror y acepto a regañadientes.
-Esta bien, esta bien -Dijo
Dejo su vestido en el suelo, de nuevo abrió su mochila y saco otro condón y un pequeño frasco de lubricante y se los entrego a Alberto. Ella se subió a la cama y se puso en cuatro, pegando su pecho a la cama y levantando su trasero, como si fuera una gatita estirándose.
Alberto se quedo por unos segundos viendo el panorama, la nena en esa posición se veía espectacular, la jovencita tenia sus labios vaginales inflamados y la vagina irritada debido a la penetración salvaje de Alberto. El trasero redondo y apetecible de la nena se miraba muy excitante, el ano era pequeño y estrecho de color ligeramente mas oscuro que la piel de la jovencita.
-Vamos date prisa -Dijo ella sacando del trance a Alberto que admiraba las formas sabrosas de ella.
El miembro de Alberto estaba duro de nuevo, se coloco el condón y se acerco, subió a la cama y se puso detrás de la nena.
Puso un poco de lubricante en el ano de la nena y metió su dedo indicé, el cual resbalo sin dificultad dentro de la nena, repitió la operación en dos ocasiones mas procurando lubricar ese agujerito estrecho.
Alberto coloco una cantidad generosa de lubricante en su miembro y lo poso en el culito de la jovencita. A ella le dio un escalofrió sentir la punta de pene en su ano.
Alberto estaba emocionado y entusiasmado, pues es la primera vez que penetraría un culo, en el pasado el le había sugerido a su esposa Lorena que intentaran sexo anal, pero ella siempre se negaba rotundamente. Pensar en esto provoco un cierto malestar en el, así que decidió mejor concentrarse en la nena.
Alberto sujeto con firmeza la cadera de Susana, y sin mucho esfuerzo su pene comenzó a resbalar hacia adentro. Lentamente ese ano preadolescente se abría para permitir el paso a su miembro.
El glande de Alberto desapareció en ese culito estrecho, el cual apretaba de maravilla. Continuo haciendo presión logrando que su pene continuara entrando lentamente. La nena estaba inmóvil, se notaba que estaba tensa.
Tras unos minutos el área púbica de Alberto hizo contacto con las nalgas de la niña y sus testículos con los labios vaginales.
El hombre se mantuvo inmóvil un momento, queriendo sentir lo mas que fuera posible esa sensación de opresión en su pene.
Lentamente lo saco hasta dejar solo el glande dentro y volvió a meterlo. Comenzó penetrar analmente a Susana con cuidado y lentitud.
Sin embargo, a Alberto pronto se le vino a la cabeza su exesposa Lorena, cuando ella lo engaño, se entero que tenia sexo anal con regularidad con sus amantes, a el era el único al que le había negado ese acto.
Sin darse cuenta, debido a la ira que le despertaba pensar en su ex, Alberto había aumentado la velocidad, la respiración de la nena volvía a ser entrecortada, parecía como si estuviera sollozando.
Eventualmente dejo de ser cuidadoso y comenzó a sodomizar a la nena sin preocuparse por ella. Ese sonido morboso de aplauso producido por el choche de sus cuerpos volvió a escucharse.
La jovencita pujaba y se estremecía ante cada penetración en su culito.
-Mas despacio, no tan fuerte! -Dijo la nena entre gemidos.
Pero Alberto no escuchaba, continuaba moviendo frenéticamente sus caderas, penetrando sin piedad a la nena la cual se quejaba abiertamente.
Llego el punto que Susana, agotada se desplomo en la cama, quedando recostada boca abajo, Alberto no le importo esto, continuo en lo suyo, penetrando a la nena de la misma manera rápida e intensa.
Fue tras unos minutos que de nuevo la nena comenzó a temblar y sus gemidos parecían bramidos. Alberto sintió como ese lindo culito estrecho, se contraía rítmicamente mientras la nena se mantenía rígida, al parece ella estaba teniendo un segundo orgasmo.
Así que Alberto también agotado, metió una ultima vez su pene, lo mas profundo que pudo y comenzó eyacular como todo un campeón.
Lentamente su pene perdió dureza, hasta estar flácido. Fue entonces que la jovencita con voz trémula dijo:
-Ya cumplí, quítate de encima!
Alberto se recostó a un lado de la nena completamente satisfecho. El culito de la jovencita estaba abierto e irritado, había recibido mucho castigo. Ella se incorporo con dificultad y dijo:
-Me voy
Ella parecía muy cansada, su cuerpo temblaba, se puso su vestido, se acerco a la cama para tomar sus bragas que aun estaba donde las había dejado Alberto. Pero este fue mas rápido
-yo me quedare con esto, será buen recuerdo! -Dijo Alberto con una sonrisa pervertida en su rostro y las olio de nuevo
La jovencita lo miro con asco y dijo:
-Enfermo! -Se dio media vuelta, agarro su mochila y se fue, dando un portazo cuando salió.
Alberto se sentía aliviado, como si la traición de su esposa nunca hubiese pasado. Aun desnudo se recostó en la cama, pensando en lo que había hecho con la hermosa Susana, los 900 dólares habían valido la pena. Estaba por quedarse dormido, cuando tocaron a la puerta de su camarote, intrigado y sin ponerse nada de ropa se levanto y la abrió.
Ahí estaba la jovencita, pero sin su actitud altanera. Ella al ver Alberto se acerco rápidamente a el y lo abrazo, pegando su cara al torso de Alberto.
-Papi!!!! -Dijo ella con voz chiqueona
-Mi amor, que pasa? -Dijo Alberto Rodeando amorosamente a su hija
-Fuiste muy rudo conmigo! -Dijo ella mirándolo con lagrimas en los ojos
-Perdóname mi amor es que me deje llevar, prometo que seré mas cuidadoso..
-Me dolió mucho!!! -Dijo aun con sus ojos húmedos y haciendo pucheros
-Perdón mi amor, no se volverá repet…. Un momento, si te estaba doliendo, por que no usaste la palabra clave para que me detuviera, no será que te estaba gustando? -Dijo Alberto en tono inquisidor
Susana, que hacia unos segundos tenia lagrimas en los ojos, cambio su expresión a una mirada y sonrisa traviesa.
-Esta bien, esta bien, si me gusto, pero para la otra se mas amable conmigo, okey papi?
-Okey mi amor -Dijo Alberto y le dio un beso en los labios a su hija.
Alberto dejo de abrazar a Susanita, y la tomo de la mano y se dirigieron a la cama. La nena se quito su vestido quedando desnuda de nuevo
-Donde están mis bragas papi?
-Aquí están mi amor -Respondió pasándoselas
Susanita se puso las bragas, mientras tanto su padre que estaba acostado en la cama la miraba con amor y lujuria y este no pudo resistir decirle
-Me encanta cuando usas esas bragas!
-Lo se papi!, por eso me siempre me las pongo -Respondió ella de manera coqueta.
Susana se acurruco junto a su padre, recostando su cabeza en el hombro, cruzo si brazo sobre el tórax y la pierna sobre el abdomen. Para Alberto esto fue reconfortante, que su hija lo abrazara de esa forma, podía sentir la piel canela muy suave y tersa de ella y sus lindos pechos puntiagudos siendo presionados contra su costado.
Alberto acariciaba la espalda de la nena, desde sus escapulas hasta casi llegar a las nalgas, mientras Susana tenia su mano en el rostro de su padre acariciándole una mejilla. Ambos se sentían somnolientos y agotados.
-Mañana te toca elegir la fantasía mi amor… a que quieres jugar? -Dijo Alberto
-mmmmh, no lo se… me gustaría una cena romántica y que después hagamos el amor… -Respondió ella, quien tenia los ojos cerrados y sus expresiones relajadas signo evidente que estaba por quedarse dormida.
-Claro mi amor, lo que tu quieras…
-No quiero uses condón, me gusta mas al natural -Dijo ella abriendo sus ojos y mirando a su padre fijamente
-Sera como tu digas mi amor
Susana sonrió triunfante y cerro sus ojos de nuevo, su rostro se relajo y su respiración se volvió pausada y pesada…
-Te amo papi -Dijo ella antes de quedar dormida
Esto le derritió el corazón a Alberto el era un hombre afortunado por tener una hija como ella.
-Yo también te amo -Dijo y le dio beso en la frente.
Alberto también tenia sueño y pronto quedaría dormido. El se podía considerar un hombre afortunado, por estar cumpliendo su sueño de niño de viajar en el crucero de Disney, con el verdadero Amor de su vida.
El podía estar mas agradecido de que su Ex esposa infiel Lorena los hubiese abandonado hacia 6 años. Pues gracias a esto Alberto y Susana se habían vuelto muy cercanos y el uno para el otro…
Fin
Z-Master.
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