Vacaciones Inolvidables 11
Fin de fin de semana .
Domingo mañana.
Desperté tarde en la mañana, seguramente por el cansancio del día anterior.
Sentí la mano de mi hija jugando con mi erección. Estaba acostadaa mi lado «, al otro lado y en posición fetal vuelta hacia en otro lado estaba mi esposa.
– Buenos días papi – me dijo al oído.
– Buenos días hija, déjeme pasar que tengo que ir al baño – le dije al oído.
Se levantó y se paró al lado de la cama, me levanté con mi erección y me fui al baño.
– Pero hija, está la mamá, mañana vamos a estar sólos – le dije ya que me había seguido al baño.
– Es que quedé con muchas ganas anoche – dijo mientras seguía » jugando «.
– Mejor vaya a preparar el desayuno y lo tomamos lo tres en la cama –
– Bueno – dijo saliendo del baño.
Puse mi erección en el lavamanos y lo lavé con agua helada para bajar la presión y orinar. Después lo lavé, lo sequé y me fui a la cama.
– Dónde andabas – me preguntó mi esposa abrazándome.
– Fui al baño a orinar y lavarme –
– Está helado, yo lo voy a calentar – comenzando a moverlo.
Bajó la ropa de cama y lo metió en su boca.
– Que está rico – dijo después de varias chupadas.
– Si, está rico, se me estaba olvidando lo bien que lo hacías –
– Si, reconozco mi culpa, pero también es tuya – chupando con más ganas.
– Me vas a hacer acabar en tu boca – le dije.
– Éste va a ser mi desayuno – dijo agitándolo y chupando con más ganas.
– Está listo el desayuno mamá – dijo mi hija parada al lado de la cama con la bandeja en las manos.
Estaba tan entusiasmada que no se dió cuenta cuando entró mi hija.
– Ah, que rico – dijo mi esposa sentándose a mi lado en la cama. Mi hija me pasó la bandeja y se metió a la cama.
Tomamos desayuno y mi hija se llevó la bandeja.
– Estuvo muy rico el desayuno, éste lo voy a dejar para después – dijo dando unos apretones a mi miembro. La hija volvió y se acostó a mi lado, su mano recorrió los bellos de mi pelvis y bajo por la ingle hasta mis testículos comenzando a acariciarlos.
– Pero hija, no ves que estoy yo ocupada con tu padre –
– Pero si no hago nada, sólo unos cariños a mi papi –
Mi esposa se quedó callada y siguió moviendo mi erección. Mi hija seguía con sus cariños rozando la mano de mi esposa aveces.
– Quieres seguir tú? – le preguntó mi esposa soltándome.
– Si – dijo mi hija tomando mi erección rápidamente. Todo esto debajo de la ropa de cama.
– Espera, quiero ver – dijo mi esposa echando la ropa para los píes. Mi hija se quedó quieta con mi miembro en la mano.
– Hazlo así – dijo mi esposa tomando la mano de mi hija moviéndola de arriba a bajo. Yo creo que en ese momento quería saber que se sentía masturbarme con la mano de mi hija. Luego la soltó y mi hija siguió con el movimiento. Una gota cristalina de líquido preseminal apareció en la punta de mi miembro. Mi esposa la recogió con un dedo y se lo llevó a la boca chupando y saboreando.
– Espera! – le dijo a mi hija al ver la segunda gota. Se lo quitó de la mano y se lo metió en la boca.
– Quieres tú también? – le dijo a mi hija ofreciéndole mi miembro. Mi hija no se hizo de rogar y rápidamente lo metió en su boca.
– Mi niña, te amo – le dijo a la hija acariciando su cabeza.
– Yo también te amo mamá – dijo mi hija sacándolo de su boca y besando a mi esposa en la boca. La verdad es que no me sorprendió el beso, la hija de chica no daba besos en los labios. Pero éste fue un beso en la boca, con lengua incluida.
– Hija, si sigues chupando así, me vas a hacer acabar en tu boca –
– No, acaba en mi boca – dijo mi esposa
– No, mejor acaba adentro – levantándose y poniéndose encima.
– Mamá, yo primero, que estoy por cabar también, después tú –
– Estás tomando anticonceptivas? – le preguntó.
– Si, hace una semana –
– Entonces dale – dijo bajándose y contándose a mi lado con la cara en mi pecho.
Mi hija se subió, se sacó la camisa de dormir dejando al descubierto su hermoso cuerpo. Con dos dedos abrió los labios de su vagina comenzando a rozar su clitoris con mi glande. Después lo pasó un par de veces por toda su vulva, para luego introducirlo en su vagina. Mi esposa miraba de cerca mientras acariciaba mi pelvis y mi bellos. Los quejidos de mi hija fueron aumentando, mi esposa se puso de rodillas al lado de ella y la abrazó. Mi hija la abrazó y la besó en la boca con pasión, mientras que con una mano tocaba a su madre entre las piernas. Mi esposa le devolvía los besos y acariciaba sus pechos. Los quejidos terminaron con un gemido largo.
– Ahora tú mamá – dijo mi hija acostándose a mi lado, mientras mi esposa subía y bajaba. Por suerte o porque mi hija la estuvo penetrando con los dedos, mi esposa comenzó a tener un orgasmo justo cuando yo comencé a acabar dentro de ella.
– Estás bien mamá? – le preguntó mi hija con su cara en mi pecho.
– Bien hija, y tú cómo estás? –
– Bien mami, muy feliz, los amo a los dos –
– Nosotros también te amamos – le dijo mi esposa acariciándole la mejilla.
– Son los mejores padres del mundo – dijo riendo.
– Hace cuanto que perdiste tu virginidad ? – le preguntó.
– El sábado –
– Esta semana? –
– Si, la cabaña estaba ocupada y encontramos una pieza con una sola cama, y ya sabes –
– Yo que pensaba que hacía más tiempo –
– Más tiempo? Como cuanto tiempo? –
– No sé, un año o dos –
– Viste papá, yo te dije, dos años perdidos – mirándome enojada.
– Está bien hija, no te enojes con él, yo pensaba, como se duchaban juntos y aveces dormían juntos, yo creía que estaba todo pasando. Por eso te dije lo que te dije –
– Lo importante es que somos una familia feliz – dijo mi hija dándonos un beso a cada uno.
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