Vacaciones Inolvidables 3
Sigue las vacaciones. .
Estaba durmiendo dado vuelta hacia mi lado cuando sentí que me abrazaban por detrás. Una mano a tientas buscó mi miembro y comenzó a acariciarlo suavemente. Entreabrí los ojos y vi que estaba amaneciendo, me di cuenta de que no estaba en mi casa, era la cabaña, entonces era mi hija la que me estaba tocando. Estiré la pierna de arriba inclinando la cadera hacia atrás, dándole más facilidad a juego, lo que me produjo una erección al máximo. Se sentía rica su mano recorriendo mis genitales y conociendo al tacto cada centímetro de mi piel.
Mi esposa lo hacía, antes, ahora por el trabajo, las cuentas, las deudas y vanidades, cada mes es más caro que el anterior. Ahora se agregó la cuota del nuevo auto que se compró, una sub femenina que está de moda. Automática, full equipo, 2000 cc, dejó el anterior en parte de pago.
La verdad que la culpa también es mía, también llego cansado, entonces dejamos el sexo para ocasiones especiales o una conversación con un trago, hablando de sexo.
Ahora era mi hija la que me estaba dando esos placeres y yo féliz.
– Te desperté papi ? – me preguntó cuando me di vuelta y me puse de espaldas para que ella estuviera más cómoda.
– No sabes hija lo agradable que es despertar así –
– Si papi, a mi también me gusta cuando me despiertas con cariños –
– Bueno, hoy tenemos que irnos a la cabaña, que espero que esté desocupada. Así que vamos a levantarnos, guardar las cosas y vamos a ir a tomar desayuno, después veremos cómo va lo de la cabaña –
– Sabes papi? A mi me gustó aquí, pasaría todas las vacaciones en esta pieza –
– A mi también, pero la cabaña está arrendada y pagada – le dije.
– Papi, es muy temprano para levantarnos, quedémonos un rato más en la cama. Si ? –
– Si, tienes razón, quedémonos otro rato acostados –
– Pero abrázame, si? – dijo dándose vuelta y quedando en posición fetal.
La abracé con mucho cuidado debido a mi erección, ella al sentirme se acomodó de manera que mi glande quedara a la entrada de su vagina. La tomé de la cadera y me acerqué, ella se hizo para atrás, pegándose a mi, mientras la penetraba lentamente.
– Pero nos vamos a quedar quietos, de acuerdo? –
– Si papi, pero abrázame fuerte – puse mi mano es su estómago y la apreté contra mi, estábamos muy pegados. Tomó mi mano y la puso en uno de sus pechos, acaricié su pezón con mi pulgar y me quedé quieto mucho rato.
Cuando desperté, el sol entraba por la mañana, todavía estaba dentro de ella pero sin erección, la que no tardó en llegar, provocando un gemido de satisfacción.
– Hija, estas despierta? –
– No papi, estoy durmiendo –
– Oye, es tarde, tenemos que levantarnos –
– No quiero levantarme –
– Bueno, yo me voy a la ducha –
– No! Quédate otro ratito – dijo sujetando mi pierna contra ella.
– Sólo un ratito más – la verdad que sentía su vagina palpitar, sentía sus contracciones y eso me estaba llevando a donde no quería llegar.
– Ya, vamos! – le dije 10 minutos después. Si no me levantaba me la iba a coger con todo, ya no me importaba acabar dentro de ella o no, es decir que éso quería hacer.
Lo saqué rápidamente, a pesar del quejido y la protesta de ella.
– Pero papi! Por qué tanto apuro? –
– Si quieres bañarte conmigo tienes que levantarte ahora! – y me fui al baño. Ella se levantó de un salto y se metió conmigo a la ducha. La enjaboné por todos lados, ella estaba feliz.
– Que rico papi, hacía años que no nos bañabamos juntos, me hiciste recordar cuando era chica – dijo mientras jabonaba mi erección. Yo sabía que iba a eyacular en la ducha, ya no podía aguantar más.
– Espera hija – cuando sentí que pasaba mi glande entre sus labios vaginales.
– Qué pasa papi? – preguntó dejando mi miembro entre sus piernas y abrazándome.
– Estoy a punto de acabar y no quiero hacerlo en tu vagina – mientras ella se movía de adelante hacia atrás ida y vuelta, una y otra vez.
– No te preocupes papi, no está dentro de mi vagina, está entre mis piernas –
– Bueno – dije siguiendo el movimiento de ella hasta que solté todos mis chorros, uno a uno entre sus piernas. Nos quedamos abrazados un rato.
– Estas segura de que no está en tu vagina hija, si, segura papi, pero me llenaste con tu lechita –
– Que te llené todo? Qué es todo? –
– Mis piernas, mi ano y me vagina, pero por fuera. Bueno, el último fue adentro, pero lo metiste sólo un poco –
– Ok, terminemos de ducharnos –
Nos vestimos, guardamos las cosas, nos despedimos y nos fuimos al pueblo. Pasé a una farmacia mientras ella compraba unas bebidas. Compré las pastillas anticonceptivas y una para prevenir embarazos. Después fuimos a un restaurante en la orilla de la playa y tomamos desayuno. Después bajamos a la playa y nos acostamos en la arena.
– Que lindo el día, te gusta hija? –
– Sí papi, todo me gusta, te amo – dijo dándome un beso en la mejilla afirmándose en mi miembro. Todo fue tan rápido que nadie se dió cuenta, además de que había poca gente en la playa.
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