Vacaciones Inolvidables 4
Por fin en nuestra cabaña con mi hija. .
La Cabaña
Pasado mediodía, fui con mi hija a ver la cabaña. Estaba ocupada aún, hablé con el dueño y me aseguró que en el curso de la tarde se iba a ir la familia que la ocupaba.
Nos fuimos a almorzar a otro restaurante y después bajamos a la playa nuevamente, tenía sueño, me envolví en las toallas bajo el quitasol y me quedé dormido. Es muy agradable dormir una siesta en la playa. Será por el aire marino, por el ruido de las olas, la conversación de la gente o los gritos de los niños jugando a la orilla del mar. Pero dormí profundamente y mi hija me dejó dormir.
– Dormí mucho rato? – le pregunté restregando los ojos y bostezando.
– Si, como dos horas. Yo también dormí un poco, pero tus ronquidos me despertaron –
– Ronqué mucho? –
– Un poco más fuerte y hubieras provocado marejadas – riendo.
– Simpática…sabes hija, me gusta verte reír, eres tan linda y reír te hace ver más linda y mi corazón es más feliz –
– Ay papi, las cosas lindas que me dices. Soy feliz porque tú me haces feliz – dijo poniendo su cabeza en mi hombro y la abracé con la toalla que me cubría. Nos quedamos sentados mirando el mar abrazados. Se había levantado una brisa marina fresca, y yo saliendo de una siesta, me dió frío y me tapé con otra toalla hasta las piernas. Al ver éso, ella bajó su mano de mi cintura y la metió por debajo de mi shorts de baño.
– Pero hija, hay mucha gente en la playa – al sentir su mano en mi miembro.
– Tápame con la toalla – de dijo a baja voz. La tapé con la toalla de sobre los hombros, la otra me cubría de la cintura a los tobillos.
– Me estás haciendo tener una erección – le dije al oído – mientras ella jugaba con mi incipiente erección.
– Me gusta tenerte así, eres más amoroso – dijo
– Por qué, mejor, no vamos a ver la cabaña si está lista? – le pregunté.
– En un ratito más – dijo mientras me masturbaba lentamente.
– Ya, está bien, saca la mano, mira como me tienes , voy a tener que esperar un rato hasta que se me pase –
– Bueno, vamos – dijo
– Espera, cómo me voy me voy a para así? –
– No es para tanto, ponte las toallas y vamos – doblé un par de toallas y me las colgué del brazo y me tapé con ellas.
La cabaña aún estaba ocupada. Hablé con el dueño, me dijo que volviera a media tarde que ya estaría lista.
Fuimos a almorzar, después caminamos un rato y fuimos a la cabaña, nos pidió disculpas y me entregó las llaves.
Entré la camioneta y cerré el portón. La cabaña estaba limpia y ordenada, bajamos las maletas y los bolsos. Hicimos las camas, nos duchamos y nos acostamos. Ella comenzó a jugar nuevamente, ahora no importaba, tuve una erección rápidamente.
– Te tomaste las pastillas? – le pregunté.
– Si, las dos, en la mañana cuando me las diste, con la bebida que me compré – respondió. – Crees tu, papi, que la mamá llegue hoy? Me preguntó- subiéndose encima.
– Puede ser, si dejó todo listo ayer –
– Pero ya hubiera llegado – cabalgando lentamente.
– Si, tienes razón, si tiene que trabajar mañana, no creo que venga –
– Vamos a dormir juntos esta noche otra vez? – ya su cama estaba lista.
– Tú quieres? –
– Obvio, qué pregunta es ésa? – me reí y ahora no habia ningún impedimento para hacer el amor.
Mi miembro entraba y salía lentamente, movía sus caderas con suavidad disfrutando cada centímetro. De pronto me hacía unos rapiditos y se paraba. Dejaba escapar un suspiro y comenzaba todo de nuevo. Su boca suave y cálida me besaba los labios, el mentón y el cuello con mucha pasión.
– Ay papito, cómo te amo –
– Yo también te amo hija y me haces el hombre más feliz –
– Y tú a mi papi, soy la mujer más feliz del mundo. Te gusta coger con tu hija? –
– Porqué lo preguntas? –
– Porque soy tu hija y me gusta coger contigo, me gusta sentir tu gran verga adentro y mirarte a los ojos, sentirte todo mío, saber que estoy cogiendo con mi padre, más me exita, algo que siempre quise –
– La verdad que sí, me gusta cogerte y que seas mi hija. No lo soñé, pero pensé que algún día podría pasar –
– Ahora está pasando, te gusta como me muevo? –
Ella lo hacía muy bien, me hacía un rapidito y tenía un orgasmo, y de nuevo lo mismo, descansaba y lentamente se ponía en movimiento y después el rapidito.
– Ay papi, ay papi, así, así, viene otro…viene – y cababa. Yo la llenaba con mi leche caliente y volvía a llenarla una y otra vez. Me gustaba verla feliz, ver cómo disfrutaba el sexo conmigo. Creo que ninguna chica ha disfrutado del sexo con su padre como ella conmigo.
Después descansamos un rato, ella acostada con su cabeza en mi hombro, sus pechos aplastados contra mí pecho y sus piernas entre mis piernas. Era toda mí, una extensión de mi cuerpo, mi hija.
Recordé como cuando chica hacía lo mismo, se me dormía en los brazos. Si estaba sentada, se me sentaba encima con sus piernas abiertas y su pubis contra mi bulto. Si estaba acostado, así, como está ahora, de chica, desde los dos años. Una vez cuando tenía 6 se me acostó igual, yo estaba desnudo y ella sólo con una camisa de dormir y corta, sentí su cálida y humedad vulva contra mi flácido pene, rogaba por no tener una erección en ése momento. Pensaba en cualquier otra cosa, pero fue imposible y comencé a tener una erección. Me costó sacármelo de encima, no quería por ningún motivo, al final me levanté con ella y la llevé a la ducha. Creo de esa vez tuvo la obsesión por estar conmigo.
Excitante y con morbo,
Me mata donde le pregunta por ella misma si le gusta coger con su hija por favor,, que morbo tiene esa soltura!! Imagino que un tipo me la meta y me bese, me manosee todo mi cuerpo de niña