Valentina, adicto a cuerpos pequeños
A mis 30 años, en el 2012, ya había probado muchas hembras, pero el recuerdo de mi primita Lori de 6 años seguía presente y añorado, entonces conocí a Valentina ¿podría ella calmarme mis ganas de otra niña?.
A mis 30 años por muchas razones llegue a pasar casi medio año sin actividad sexual, necesitaba conseguirme una pareja para desahogarme, pero no había prospectos para novia o amiga con derechos que me llamara la atención. En mis pajas necesarias casi siempre la protagonista era mi primita Lori, el recuerdo de su pequeño cuerpo satisfaciéndome dominaba mis pajas haciéndome revivir esos momentos, pero no era igual, el vacío de necesitar una mujercita me estaba consumiendo.
No es que anduviera buscando niñas para aprovecharme de ellas, lo de Lori y yo se dio por casualidad y por qué ambos queríamos, y aunque yo era 8 años mayor que ella, ambos éramos muy menores de edad aun, además y por lo principal que no lo hacía, es por que ya era mayor de edad y si algo salía mal iría a prisión y ahí les va muy mal a los abusadores.
Entonces a la empresa llego a trabajar Valentina, una señorita de 26 años, pero con un detalle que a poco como yo se les hacia delicioso, ella era muy chaparrita, demasiado chaparrita, morena clara, medía 1.40 metros y a lo mucho 40 kilos, delgada y torneadita, cabello negro y quebrado poco mas debajo de los hombros, ojos grandes y boca muy bonita, aunque la ropa que usaba al momento que la presentaron no permitía detallarla con mas precisión. Se le asignó el área de etiquetado en el almacén, yo ya había decidido que esa hembrita seria mía, hice amistad con ella inmediatamente, me encantaba su aliento (Life Spoiler: Si no te gusta su aliento, no te va a gustar lo demás), su risa y toda ella, la verdad si hubo mucha química y más allá del gusto sexual que le traía casi desde que entró, si llego a ocupar un lugar en mi corazón.
Detalles, prioridad, atención, insistencia y algunas salidas al cine o a comer, en 3 o 4 meses ella ya era mi novia, yo con mis 1.75 mts y ella con 1.40 mts si éramos una pareja que llamaba la atención en la calle, pero eso no me importaba. No tuvimos sexo hasta casi 6 meses que ella accedió, tenia creencias religiosas profundas, así que me costó llevármela a un motel, pero se pudo.
Estaba ansioso por ver ese cuerpecito desnudo, sin su calzado yo creo que media 1.37 mts, mas delicioso aun, le fui quitando su ropa desde arriba hacia abajo mientras la llenaba de besos y le decía lo hermosa que estaba, la verdad tenía un cuerpo delicioso, solo que a escala pequeña, sus pechos eran perfectos, podía meter uno casi completo en mi boca, llegué a su zona intima y estaba a punto de hacerle sexo oral y me detuvo en seco:
Yo: ¿Que pasa amor?
Valentina: Tranquilo, es que no se y no me importa si me crees, pero será mi primera vez.
¿Se pueden imaginar cómo me sentía?, esa cosita virgen para mi solito era maravilloso.
Yo: Se me hace increíble que siendo tan hermosa nadie haya querido algo contigo antes.
Valentina: ¿Te parezco hermosa? Soy una enana, mi hermana de 12 años ya es mucho más alta que yo.
Yo: No se para los demás, pero para mi el hecho de que seas tan pequeña me encanta, me vuelve loco, me excita (Obvio no le dije los antecedentes que causaban eso).
Valentina: ¿De verdad te gusto tanto?
Yo: Mírame, te quiero comer viva.
Valentina: Esta bien amor, ¿Ibas a poner tu boca entre mis piernas?
Yo: Si no me hubieras detenido ya tu vagina y mi lengua serian uno mismo.
Valentina: Dale, no te detengo.
Era una vagina muy pequeña, poco mas grande que la de Lori, solo que en piel morenita y los labios de su vagina eran más gruesos, pero igual de sabrosos, se había quitado los bellitos así que si parecía que me estaba volviendo a chingar una niña, su cuerpecito muy pequeño que con mis brazos podía mover, arrastrar y cargar sin ningún esfuerzo, le quería mamar el culito, pero no quiso.
Iba a pasar a meterle la verga en su panochita, pero ella me dijo que me la iba a mamar, empezó torpemente, no sabia ni por donde agarrar mi verga, pero a los pocos minutos ya lo hacia muy bien, lo que si me dijo fue “ni se te ocurra venirte en mi boca”, yo le dije “lo que ordene mi reina”.
Después de que me la mamó un rato le bese todo su cuerpecito, seguía sin podérmela creer, era como hacérselo a una niña, pero legalmente, intente mamarle el culito nuevamente, pero otra vez me dijo que no. Me preguntó qué en que posición le dolería menos perder la virginidad, yo le dije que de ladito y así comenzamos, tenia la panochita bien apretada, pero después de varios intentos comenzó a entrar, rompí su himen y alcance a ver el tronco de mi verga con un poco de sangre, Valentina solo gemía mientras nuestras manos se tomaban fuertemente, una vez que estuvo adentro vino la paz, un minuto en silencio y ninguno se movía, su vagina me apretaba mucho, sabia que no iba a tardar mucho, lo bueno es que para ese entonces fácilmente aguantaba 3 o 4 orgasmos en el mismo rato así que iba a tener pila para rato. Ella solita se hacia adelante y atrás para que le entrara y saliera mi verga, y la muy religiosa empezó a decir “Que rica verga mi amor”, “Tu vergota me encanta”, “Quiero esa verga más adentro”, ehehehe y ya la tenía toda adentro.
Le dije que ya me iba a venir, “¿Dónde quieres la leche mi amor?”, “Donde tu quieras papi!!”, ni terminaba de decirme papi cuando ya la estaba llenando de leche, fue riquísimo, se le estaba saliendo la leche con un poco de sangre, fue raro pero candente. Le saqué la verga y la seguí besando y acariciando, me dijo “! ¡Te Quiero montar!”, la enana se me subió y mi verga seguía parada, me dio unos sentones y ver sus tetitas rebotando hiso que le volviera a llenar su panochita de leche. Ella ya se había venido 2 veces, una cuando le estaba mamando su vagina, no lo note porque no le salió tanto jugo, y otra en la primera metida de verga, ahí si le salió mucho jugo, pero se le salió mas cuando me estaba montando, creo que la sabana de la cama del motel habrá quedado inservible de lo embarrada que quedó.
Nunca una hembra me había dejado tan embarrado de jugo vaginal, pero ella y todo lo que saliera de ella me encantaba. Le pedí el culito pero no quiso, yo quería más pero para ella ya era suficiente, le dolía un poco su vagina, le dije que le quería tirar leche en su espalda, la puse boca abajo y me puse arriba de ella, le frotaba la verga entre las nalgas y ella me decía “!No me la vayas a querer meter por atrás!”, “no mami, es para que me excite y me venga mas rápido”, ya casi se vencían las 3 horas del motel y nos faltaba bañarnos, me vine en su espalda y le embarre la leche entre sus nalgas, nos besamos un rato y nos fuimos a bañar, le di su pastilla del día siguiente, la lleve a su casa y que rica primera vez con ella.
Con el paso de las cogidas no dejaba de apretar fuerte con la vagina, por eso muchas veces me venía bien rápido y mas cuando ella se movía como loca, a diferencia de Lori que yo siempre llevaba el ritmo, Valentina cuando se excitaba ella era la que me cogía a mi casi, era mi mujer con cuerpo de niña. Me dio el culito como hasta la decima vez que cogimos, si su vagina me hacia venirme en 2 minutos su culito lo hacia en uno, sin duda ella ha sido la hembra mas apretadita y movida que he tenido, costaba un poco metérsela en el culo, pero ya adentro ella hacia maravillas. Nunca se quiso tragar mi leche, pero si dejaba que se la echara en su cara y en cualquier parte del cuerpo.
En el trabajo cogimos unas 5 veces cuando ella hacia inventario y se quedaba sola hasta tarde, acostada entre los costales de azúcar le daba primero por la panocha y le hecha la leche en su culito para que nada se le saliera, ya que como todas las chaparritas que he tenido, no desperdician ni una sola gota de leche por el culito.
Nuestra relación duro 2 años y por cosas que no vale la pena detallar terminamos, ella se fue del estado por otro trabajo y aunque nos tenemos en Facebook, no nos hemos comunicado de ninguna forma.
Conseguí lo que quería, volver a deleitarme con un cuerpo parecido al de una menor, sin la preocupación de meterme en problemas mayores.
Espero les haya gustado mi anécdota, saludos.
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Qué delicioso relato amigo!