Valentina y Tatiana
Esta historia narra algunas de las aventuras de Valentina y su prima Tatiana, dos hermosas niñas venezolanas que descubren los placeres del sexo y poco a poco de van convirtiendo en putitas deseosas de verga..
Valentina y Tatiana son dos niñas de 10 y 9 años respectivamente, ambas viven en una zona fronteriza de Perú, ellas como tantas otras personas llegaron de Venezuela junto con sus padres para procurarse un futuro mejor en este país.
Valentina es un poco desarrollada para su edad, tanto física como mentalmente. Mide 1.40 mts de altura, tiene piernas gruesas, caderas anchas, hermosas y prominentes nalgas, sus tetas recién están en formación, pero lo compensa con todo lo antes descrito. Es de tez clara, tiene el cabello lacio, ojos marrones y un lunar cerca de los labios que le da un toque de sensualidad.
Tatiana es una niña bastante hermosa de rostro, quizá en un futuro sea un modelo de revista o algo así, no es tan alta como su prima, y su cuerpo es normal, no es tan nalgona ni piernona, pero tiene un hermoso y esbelto cuerpo y además sus pechos ya se están desarrollando, ya se le notan unos limoncitos bajo la blusa. Ella es de tez morena, ojos negros como la noche, su cabello también es negro y rizado, y al igual que su prima tienen el cabello largo casi llegando al nacimiento de sus nalgas.
Ellas viven a una cuadra de distancia la una de la otra, se ven todos los días ya sea en la casa de alguna de ellas, en el colegio o en un parque que está cerca de sus casas.
Era una calurosa tarde de verano y nuestras protagonistas estaban jugando y platicando en el mencionado parque, ambas estaban vestidas de manera sugerente, su atuendo era casi parecido, llevaban puesto shorts algo pequeños y blusas de tirantes que dejaban ver su ombligo. Sus hermosos cuerpos no eran ajenos a los chicos y adultos que pasaban por ahí y las miraban, algunos de manera disimulada y otros más descaradamente, ellas no eran indiferentes a las miradas y alguno que otro comentario de algún hombre, incluso les gustaba sentirse deseadas y se hacían bromas y platicaban sobre eso.
Al ser unidas se tenían bastante confianza la una con la otra, se contaban casi todo, de los chicos que las molestaban, de los chicos que les gustaban, pero había un secreto que Valentina jamás le contaría a su querida prima, no se atrevía a contarle lo que pasó hace un rato cuando fue a buscarla para salir al parque.
Eran cerca de las 5 de la tarde y Valentina toca la puerta de su prima para ir a pasear y jugar. Robert, el padre de Tatiana abre la puerta y la recibe muy amablemente, le ordena a su hija que se dé una ducha como condición para salir. Mientras Tatiana estaba en la ducha pasando el jabón por tan hermoso cuerpecito infantil, en la sala Robert tenía a valentina sentada en sus piernas de espaldas a él, sus manos recorrían el cuerpo de la niña mientras que su boca y su lengua se apoderaban de su cuello, su nuca y sus orejas. Valentina estaba con los ojos cerrados y la boca entreabierta.
Que hermosa y sexy estas hoy Valen—Le decía Robert al oído de la niña, sin dejar de acariciarle el cuerpo.
Gracias tío—Respondió Valentina con la voz entrecortada y le respiración agitada.
Evidentemente no era la primera vez que pasaba esto, Robert llevaba cerca de 6 meses que disfrutaba de la niña y cerca de 3 meses que había estrenado sus orificios ¿cómo inicio todo?, será en otro relato.
Robert sabía que su hija tardaría un mínimo de 20 minutos en la ducha, tiempo suficiente para poder disfrutar de su caliente sobrinita. Levantó a Valentina de su regazo y junto a ella se dirigieron a su cuarto, al pasar por el baño le dijo a Tatiana que no se apure, que su prima se había ido a su casa a traer algo y regresaría en media hora.
Ya en el cuarto Robert sentó a la valentina en el filo de la cama, empezó a besar los deliciosos labios de la niña mientras se quitaba el short, una vez desnudo de la cintura para abajo se paró frente a la niña quedando su verga a la altura de su rostro.
Ya sabes que hacer preciosa—le dice en voz baja a la niña
Valentina agarra esa verga ya conocida por ella e inmediatamente empieza a darle besos en la cabeza y a pasar la lengua por el tronco, después de unos segundos empieza a mamar ese pedazo de carne, si bien no era una experta haciéndolo, le ponía bastantes ganas.
OHHH CHIQUITA¡¡¡ QUE BIEN LO HACES!!!!—suelta Robert presa del gran placer que siente con la mamada que le está haciendo la niña.
La verga de Robert entraba y salía de la boquita infantil de su sobrina, quien no solo se había acostumbrado a su olor y sabor, si no que ya le había agarrado bastante gusto, al punto de pensar cómo serian otras vergas, en específico la del profe José, su profesor de educación física; y la de Santiago, el hijo del dueño de la tienda que está frente al parque, un adolescente bastante atractivo de 17 años.
Habrían pasado 10 minutos desde que empezó con el manoseo a la niña, y Robert pensó que ya era hora de darte tratamiento a esa hermosa cola de su sobrina. No había mucho tiempo para juegos previos, así que rápidamente puso a la niña de perrito sobre la cama, le bajo el short con todo y calzón hasta los tobillos, se echó un poco de saliva en los dedos y poco a poco fue introduciendo, primero uno y luego 2 dedos en la cavidad trasera de valentina.
UMMM¡¡¡ UMMM¡¡¡–se escuchaban los gemidos ahogados de la niña.
Robert metía y sacaba los dedos del ano de valentina, quien presa del inmenso placer que sentía apretaba fuerte las sábanas y emitía ahogados gemidos y grititos. Al ver que ya estaba lo suficientemente dilatada, Robert agarra su verga y la dirige hacia la cola de la niña, y lenta pero firmemente va introduciendo sus 18 cm de carne en el culo de su sobrinita.
UFFF¡¡¡ QUE RICO ES COGERTE CHIQUITA¡¡¡¡–le dice en voz baja a la niña mientras empezaba a meter y sacar su verga de la cola de la nena.
UMMM¡¡¡ UMMMM¡¡¡¡–gime despacio la nena, procurando no hacer ruido para que no escuche su primita Tatiana.
Valentina estaba en pose de perrito con ambas rodillas sobre la cama, Robert estaba parado en el suelo, tenía bien agarrada a la niña de las caderas y embestía lo más rápido y fuerte que podía para no hacer mucho ruido.
UMMM¡¡¡¡ UMMMM¡¡¡¡–gemía valentina.
La nena ya no sentía dolor alguno, todo era placer y estrellitas en su cabeza, su ano se había acostumbrado a tener a ese invasor mínimo 1 vez por semana desde hace tres meses.
Robert seguía taladrando la cola de su caliente sobrinita, le daba tan fuerte y rápido como podía según las circunstancias, pero eso no disminuía el tremendo placer que era coger por el culo a tan hermosa y nalgona niña de 10 años.
UMMM¡¡¡ UMMMM¡¡¡ AHHH¡¡¡¡–se escuchaba débilmente en la habitación, si alguien pegaba el oído a la puerta seguro oiría los gemidos ahogados de Valentina.
Ahora Robert tenia a la nena en la misma posición, pero una mano la agarraba de la cintura y la con la otra le había hecho una cola de caballo y la tenía así jalándola, el espectáculo era impresionante, un adulto de 35 años dándole verga por el culo a una niña nalgona y caderona de casi 11 años.
Mientras tanto en la ducha estaba la otra niña tocando su conchita, Tatiana estaba pasando fuertemente sus dedos por tan hermosa vaginita, masturbándose fuertemente y emitiendo imperceptibles gemidos de placer. Ella también estaba pensando en Santiago, el atractivo hijo del dueño de la tienda que traía loquitas a varias niñas del vecindario. A su corta edad ya había visto algunos videos porno, Junto con valentina o con alguna amiguita del colegio a veces veían videos de adultos donde las actrices disfrutaban de enormes vergas, y ella pensaba si esas cosotas le entrarían en su vaginita o en su colita infantil. Pero lo que más le gustaba ver es videos de sexo oral, por alguna razón le excitaba mucho ver a chicas mamando vergas, y ella se imaginaba así misma con un pene en la boca, aunque casi siempre era la verga de Santiago la que se comía en sus pensamientos, a veces su mente volaba y eran otros hombres lo que disfrutaban de su perfecta boquita de niña.
UMMM¡¡¡ UMMMM¡¡¡–seguía gimiendo valentina, no cabía duda de que a la niña le encantaba sentir la verga de su tío entrar y salir de su colita.
Robert no podía creer lo rico que estaba cachando a su sobrinita, y pensar que hace unos meses se conformaba solamente con tocar a la niña, aprovechando que en esa época estaban viviendo en su casa, él se escabullía en el cuarto de su hija y aprovechaba el sueño profundo de ambas para acariciar el cuerpo y sobre todo las nalgotas de valentina, incluso algunas veces había pasado su verga sobre la boquita semiabierta de su sobrina cuando ésta estaba dormida.
UMMMM¡¡¡ UMMMM¡¡¡ AYYYY¡¡¡ AHHHH¡¡¡–gemía un poco más fuerte la niña al sentir que su tío aumentaba la fuerza y velocidad de las embestidas.
Robert sentía que no aguantaba más, estaba a nada de llenar a su sobrina, así que la atrajo más hacia él y empezó a bombear un poco más rápido y más fuerte, llegando incluso a escucharse un poco el típico plap plap plap.
UMMMM¡¡¡ UMMMMM¡¡¡¡ TIOOOO¡¡¡–Valentina al sentir eso tan rico que le hacia su tío, opto por taparse la boca para que no se escuche fuera del cuarto los grititos que le provocaba la verga dentro de su ano.
OHHH¡¡¡¡ UFFFF CHIQUITA¡¡¡¡–bufa Robert llenando de semen la colita de su sobrina.
Después de cerca de 15 minutos perforando esa colita al fin pudo satisfacer sus nada sanos instintos.
Ayudó a limpiar y vestir a la nena, le dio un beso con lengua y un billete de 10 soles como propina por sus servicios prestados, bastante barato le salía cogerse a tan hermosa y tierna niña.
Tatiana en la ducha también había llegado al orgasmo, casi siempre era con un dedo en la cola y dos en la boca, y en su mente como casi siempre, era Santiago quien le estaba llenando la boquita con su verga, incluso en sus momentos más calientes se imaginaba siendo penetrada por aquel apuesto joven.
Luego de unos minutos ambas niñas se encontraban en la sala despidiéndose de Robert, después de algunas instrucciones de no ir muy lejos, no hacer caso a extraños y cosas así, ambas nenas salieron de la casa rumbo al parque.
Ya estando en el parque, ambas niñas estaban sentadas jugando vóley con una vieja pelota, luego valentina decidió hacer uso de los 10 soles que se ganó con su cola y le dijo a Tatiana para ir a comprar algo a la tienda. Ambas niñas iban emocionadas y con la esperanza de que Santiago esté atendiendo el negocio.
Pero no estaba él, estaba Carlos, su padre. Carlos es un pedo consumado y con cierta experiencia con niñas, a sus más de 40 años había disfrutado de varias nenitas, al ser un hombre atractivo y agradable no se le hacía difícil conseguir alguna niña que disfrutar, y desde hace un tiempo usa a su hijo para conseguir más niñas, claro que Santiago no sabía nada al respecto.
Buenas tardes don Carlos—saludan ambas niñas al adulto, y mirando de reojo alrededor de la tienda para ver si está allí el jovencito dueño de sus masturbaciones.
Buenas tardes, niñas, que hermosas están hoy—les devuelve el saludo muy amablemente el don.
Gracias don Carlos—responden las niñas con su particular risa de niñas coquetas.
Mientras las niñas estaban paseando por la tienda decidiendo que comprar, el don no les quitaba la vista de encima, su mirada era de deseo puro hacia ambas nenitas. Se las imaginaba completamente desnudas sobre su cama, incluso sentía el sabor de ambas conchitas en sus labios, cerraba por segundos sus ojos y podía sentir como entraba y salía su verga le la boquita de ellas, el don era tan pervertido que incluso podía escuchar la angelical voz de Tatiana pidiendo más verga en su colita.
Don Carlos, don Carlos—la voz de Tatiana despertó al don de su elucubración.
Después de disculparse por la distracción, las atendió en lo que deseaban comprar, como ya se había hecho costumbre con ellas y con otras niñas, la cuenta salía más del dinero que tenían, y como siempre Carlos les perdonaba el restante con la esperanza de después cobrárselo con algún favor.
Gracias don Carlos—le dice valentina, seguida por Tatiana.
No es nada niñas, siempre es un placer tener a tan lindas señoritas en mi tienda—les responde Carlos poniendo sus manos sobre los hombros desnudos de las nenas, para bajar y acariciar sus brazos.
Don Carlos había notado que valentina era más receptiva a las caricias, y por su experiencia sabía que las nenas más hermosas y desarrolladas son las que están más sexualizadas, eso debido a la gran atención, halagos y coqueteos que reciben de algunos adultos.
Están con prisa o tienen un poco de tiempo para que me ayuden con algo—les dice don Carlos a las niñas
En que lo ayudamos don Carlos—responde muy amablemente Valentina.
Carlos tenía un pequeño almacén en un ambiente de la tienda, y su plan era que las niñas entren allí para ayudarlo y también para ganarse un poco más su confianza.
Después de explicarles en que necesitaba su ayuda y de decirles que eso no les tomaría más de 10 minutos, ambas niñas accedieron.
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