Venta de niñas en Oaxaca 2
Don José va en busca de la compra de una niña para hacerla mujer, pero ahora la quiere sólo para él .
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Siguiendo con esta historia, después de dos años en que el sr José follaba a la supuesta esposa de su hijo Temoc
El joven cansado de lo que hacía su padre se armó de valor para enfrentar a su padre y exigirle que dejará en paz a su esposa Anayeli.
Su padre no opuso resistencia alguna, sino por el contrario lo apoyó para que ahora si tuviera una vida en pareja. Esa noche el joven durmió con Anayeli, pero debido a la conmoción no tuvieron relaciones y sólo durmieron abrazados.
El joven a sus 16 años con las hormonas a flor de piel sentía su piel erizarse por el contacto con la piel suave y delicada de Anayeli y sentía cómo su miembro despertaba poco a poco, pero él no quería causarle daño alguno.
Al siguiente día la pequeña pareja mantuvo sexo durante gran parte de la noche, mientras el Sr. José los espiaba por fuera.
Pasaron dos semanas sin poder descargar sus instintos, el Sr. José sentía que sus guevos le explotaban de las ganas que tenía de seguir follando, pero ahora ya no tenía con quien desahogar sus instintos, por lo que se le ocurrió nuevamente ir en busca de padres irresponsables que por unos cuantos pesos vendieran a sus pequeñas hijas.
Tomó su camioneta y fue con dirección a las sierras más pobres de la localidad, especialmente su búsqueda se esmero en encontrar familias humildes, con padres alcohólicos, pasó un día, otro día, al parecer no iba a tener suerte, cuándo de repente observó a lo lejos a una niña de aproximadamente 6 años que jugaba en el lodo con unas piedras. La pequeña vestía unos harapos viejos y rotos, su vestido traslúcido y con hoyos dejaban al descubierto parte de su cuerpo.
El hombre se acercó a la pequeña
-(Sr. José )… Hola pequeña ¿Qué haces aquí? ¿Dónde están tus padres?
La pequeña vio al hombre y sólo señaló en dirección a unas milpas.
-(Sr. José )… ¿Tus padres están dentro de las milpas? ¿Están sembrando?
Nuevamente la pequeña asintió con su cabeza en señal de afirmación.
-( Sr. José )… ¿A qué estás jugando? ¿Estas piedras son tus juguetes?
La niña solo veía a don José y seguía jugando. El hombre se puso en cuclillas frente a la pequeña y se dio cuenta que no llevaba ropa interior y en la posición que estaba la niña se podía apreciar en su totalidad su diminuta vagina. El Sr. José quedó estupefacto con esa bella impresión, extendió su mano y pasó sus dedos sobre la parte íntima de la pequeña. Esto provocó rápidamente una mega erección en el hombre, mostrando un gran bulto en sus pantalones. El sr José agarró su bulto, lo presionó y le dijo a la pequeña.
-(Sr. José )… Aquí traigo también un juguete ¿te gustaría jugar con él?
La mirada de la niña se dirigió hacía la parte que agarraba el señor, pero no decía absolutamente ninguna palabra.
-(Sr. José )… ¿Acaso no puedes hablar? Dime algo pequeña.
Entonces se escucharon unos pasos que salían dentro de las milpas, era la madre de la niña quién estaba cogiendo con un desconocido, la mujer de mal aspecto se acomodaba la falda, mientras su acompañante tomaba otro rumbo.
-(Madre)… ¿Quién es usted? ¿Y tú mocosa que haces aquí?
-(Sr. José )… Buenas tardes señora, mi nombre es José
-(Madre)… ¿Viene por mis servicios?
-(Sr. José )… No, no vengo a eso. Estoy buscando una mujer para mi y estoy dispuesto a pagar muy bien por ella.
-(Madre )… Entonces si no me quiere coger a mi a ¿quien quiere?
-(Sr. José )… Su hija es muy hermosa
-(Madre )… Esa niña es una carga, su padre nunca se quiso hacer responsable y más cuando supo que no podía hablar, es un fastidio.
-(Sr. José )… Si gusta , puedo aligerar su carga, me da a la niña y yo le pagaré muy bien, bueno si usted acepta.
La mujer llena de ambición no lo pensó ni dos veces.
-(Madre )… ¿Y cuánto dinero?
-(Sr. José )… ¡Qué le parecen 5,000! Además tengo algo de despensa en mi camioneta y se la dejaría también.
-(Madre )… ¡Deme el dinero ahora!
El señor José sacó una paca de dinero y se lo ofreció a la mujer indígena.
-( Madre )… Seguro que no me quiere coger a mi también.
-(Sr. José )… No.
-(Madre )… Si me ofreces más te podría dejar llevar a mi otra hija. Estoy harta de ellas.
Esas palabras fueron sutiles para el hombre y su reacción fue ponerse de pie rápidamente y con voz entusiasmada alegó.
-(Sr. José )… ¿Otra? Por supuesto que acepto la oferta, digo la promoción.¿ Dónde está su otra hija? Digo para checar lo que voy a comprar.
La mujer gritó el nombre de la niña. Y esta apareció detrás de la puerta.
-(Madre )… Ven para acá Adriana, te vas a ir con tu hermana a vivir con este señor, hasta que me voy a deshacer de ustedes, mocosa malcriada. A ver don y¿ dónde está la otra parte del dinero?
El señor José no sabía qué hacer pues sólo contaba con los 5,000 que le había entregado minutos antes, abrió su camioneta, subió a la pequeña y ordenó a la otra niña que subiera.
Las niñas obedecieron, pero la madre molestaba al hombre exigiendo la otra paga.
-(Madre )… Y el resto del dinero, no se haga, ya demelo.
El hombre enfurecido dio la vuelta y le propició un puñetazo a media cara que hizo que perdiera el conocimiento, al verla en el suelo la cargó y la metió a su casa, salió don José apresuradamente, subió a la camioneta y condujo en dirección a su casa.
Tanta era su calentura que sentó a la más pequeña sobre su bulto, el cuál ya estaba más rígido que nunca. Sacó de su pantalón su verga y la restregaba a la niña, mientras él seguía conduciendo, trató de enterrar parte de su babeante polla, pero no podía y eso lo hacía enfurecer.
-(Sr. José )… Cuando lleguemos a casa vas a ver qué es lo que se siente tener una pinche verga en tu cuca y en tu culo, pequeña. Ahora sí me voy a divertir más con ustedes dos.
Todo el trayecto fue largo y pesado, ambas niñas quedaron dormidas sobre los asientos de la camioneta, y aún en esos momentos seguía erecta la verga de don José, pues en sus pensamientos imaginaba las escenas que iba a disfrutar desflorando a esas pequeñas presas. Por fin llegó a su domicilio, descendió de su vehículo, cargo a ambas criaturas y entró de prisa con ellas a su recámara.
El hombre se desnudaba apresuradamente arrojando camisa, pantalones, zapatos por doquier quedando en unos calzoncillos blancos, ajustados y con una gran mancha de precum. Tocaba su pene por encima de sus calzones dándole un leve masaje, para posteriormente bajarse los calzoncillos, masturbandose de una forma suave y lenta y con una mirada llena de maldad.
-(Sr. José )… ¡Miren niñas! ¡Ésto se van a comer entre las dos!
Las niñas que se encontraban abrazadas arriba de la cama, solo veían a aquel hombre desnudo frente a ellas.
-(Sr. José )… Haber Andrea acércate a mi, ven. Quiero que le des unos besos a mi verga antes que te la deje ir por tu concha. ¡ Ven !
Andrea empezó a temblar y se acercó un poco a don José, su pequeño rostro quedó a la altura de la pelvis del hombre.
-(Sr. José )… Ven, y dale unos besitos.
El sr acercó su miembro a la boca de Andrea y la obligó a que besara toda su herramienta iniciando en sus guevos peludos, por la base del pene y para terminar en el glande.
-(Sr. José )… Uy así Andreita, se siente bien chingon. Abre tu boca porque te la voy a follar.
Don José tomó de la cabeza a Andrea y le enterró su verga en la boca, la pequeña trató de zafarse, pero le era imposible. Los ojos de la niña comenzaron a escurrir lágrimas y a cada rato se escuchaba las arcadas que hacía. Esas embestidas eran crueles. Pero el hombre seguía y seguía, hasta que decidió penetrar a la pequeña Andrea.
De un empujón la arrojó sobre la cama, le quitó sus panties y le abrió por completó sus piernas.
-(Sr. José )… Oh que cosa tan más rica me voy a comer, una deliciosa panochita virgen sin usar.
En ese momento comenzó a lamer y lamer la zona íntima de Andrea, le succionaba y enterraba su lengua y la mordía suavemente. Esto ocasionaba descargas a la pequeña el sentir una boca succiona no su vagina.
-(Andrea)… ¡No por favor! No siga Señor.
-(Sr. José )… Tú cierra la boca y disfruta de este momento. Estás tan rica y deliciosa que tú y tu hermana serán mis juguetes sexuales favoritos.
-(Andrea)… Agg ¡por favor pare!
La niña convulsionaba debido a que nunca había sentido ese dolor y placer al mismo tiempo, sólo lo había visto cuándo en ocasiones espiaba a su madre follando con otros hombres. Se escuchó un grito ahogado de la pequeña Andrea, pues don José había metido uno de sus dedos en la cavidad vaginal, moviéndolo en círculos, sacándolo y metiéndolo nuevamente.
Solo se oía como gemía la niña. Don José se acomodó encima de la niña en posición del 69, colocando su verga en la boca de Andrea.
-(Sr. José )… Andale Andrea tú también tienes que chuparmela. Abre la boca.
La pequeña hacía todo lo que se le ordenaba, trataba de meter todo ese falo de macho en su boca, aunque ésto le provocara unas ganas inmensas de vomitar, pues nunca nadie le había introducido una verga por su boca. Don José experto en el tema tomaba por la cabeza a la niña y le introducía de un golpe toda su polla, mientras él le metía la lengua en su partes lamiendo todo por fuera y por dentro de sus labios vaginales.
-(Sr. José )… Ahora sí Andreita, te voy a meter mi pedazo de carne en tu cosita, tal vez te duela, pero te aseguro que al acostumbrarte lo vas a disfrutar y hasta vas a pedir más. A ver abre más tus piernas, más, más un poco más.
-(Andrea)… ¡Me está doliendo, por favor no me lastimé!
-(Sr. José )… Para que resbale mejor te voy a untar crema en tu cuca y yo me pondré también en mi verga.
Acto seguido el hombre se recostó encima de la niña en posición de misionero, apuntó su verga hacía la vagina de Andrea y se lo fue metiendo lentamente, primero la punta cabezona. El hombre tomaba con su mano su miembro y hacía semicírculos. De la boca de la niña salían quejidos, pero don José la besaba para disimular los ruidos. Poco a poco fue penetrando esa cavidad virginal hasta el límite de que sus bolas colgantes y peludas tocarán y chocarán contra las nalgas de la pequeña.
-(Andrea )… Me du…
-(Sr. José )… Calla pequeña, calla y disfruta. Te vas a acostumbrar porque ustedes van a ser mis mujeres durante mucho tiempo.
La otra niña se encontraba completamente pérdida de sueño, pues a esas horas altas de la noche no habían probado ni un alimento.
Los ruidos y chasquidos cada vez se oían más fuerte, con cada movimiento de cadera el hombre le enterraba la totalidad de su polla a la pequeña y en cada gemido que hacía Andrea el sr. José la besaba.
La pequeña sentía que moría por el dolor de tener esa verga en su cuca, ella podía casi sentir cada parte del miembro de don José, cada centímetro, mientras más le dolía, más le pedía a don José que parará, sus lágrimas mojan parte de las sábanas, el mete y saca cada vez era más doloroso para la niña, inconscientemente la pequeña jadeaba y sollozaba. Y don José bufaba y bufaba, su sudor escurría por doquier y humedecida a la pequeña.
-(Sr. José )… Qué delicioso aprietas bebé, tú cuquita es tan hermosa y deliciosa. No sabes el placer indescriptible que siento al poder cogerte por primera vez.
El hombre estaba como poseído quería seguir desflorando a la pequeña, la vagina de Andrea estaba muy abierta y roja por la fricción de semejante verga, sus ojos de la niña estaban en blanco tal vez su cuerpo estaba acostumbrándose a ese pedazo de carne que tenía en su interior. El vaivén fue poco a poco más lento pues era tiempo de correrse.
-(Sr. José )… Auuu ya no aguanto más pequeña ¿dónde quieres que te eche mis mecos? ¿En tu carita o en tu cuca recién estrenada? Agg
Don José ya no resistió más, sacó su verga de la vagina de la niña, tomó con su mano derecha su polla y se masturbaba hasta descargar demasiado semen en el pecho y en la cara de Andrea.
-( Sr. José )… ¡Oh mira! La mudita está bien dormida, pero ni así se me va a escapar de enterrar mi pito en su cuca.
Andrea quedó con sus piernas abiertas y embarrada de semen y sudor. Mientras que el hombre se acercó a la otra niña y empezó a olfatear el culito de la otra pequeña. No pasaron ni 5 minutos y el miembro de don José estaba nuevamente rígido deseoso de entrar en esas cavidades.
La mudita estaba pérdida de sueño recostada en posición fetal, su vestido solo le tapaba de la cintura hacía arriba y dejaba al descubierto sus pequeñas nalgas y su diminuta vagina. Don José trató e intentó despertar a la pequeña mudita, pero su sueño debido a la debilidad por falta de alimentos era más profundo y pesado.
El hombre solo frotaba su polla en aquellas nalgas y trataba de introducir su glande en la vulva de la pequeña, así lo hizo en varias ocasiones hasta el momento de correrse por segunda vez.
Al día siguiente el sr José fue a comprar insumos y algunas cosas al centro del pueblo, ahí escuchó conversaciones que decían que un hombre había secuestrado a dos niñas de una comunidad de la sierra y que según la policía estaba en busca de esa persona. Al escuchar esto , tomó sus cosas y se dirigió a su casa.
Don José preparó algo para comer, llamó a las dos niñas y les dio. Y les regalo unos chocolates y dulces.
Las pequeñas muy emocionadas comieron sus alimentos al igual que sus dulces.
-(Andrea)… Gracias señor, ya teníamos mucha hambre y gracias por los dulces.
-(Sr. José )… Pues si te sigues portando bien como anoche, te voy a comprar más cosas. ¿Y tú no me lo agradeces?
-(Andrea )… ¡Mi hermanita no puede hablar! , pero si escucha. ¿Verdad que sí Cris?
-(Sr. José )… ¿Entonces si tiene nombre? Y tú Cris hoy me lo agradecerás por la noche de otra forma. Cuando terminen de comer se van a bañar las dos.
Mientras las pequeñas se bañaban, don José entró al baño, se desnudo y comenzó a bañarse al lado de las niñas.
-(Sr. José )… No se les olvide lavar bien su colita. Yo les voy a enseñar cómo.
Don José tomó jabón e hizo espuma y con ella comenzó a frotar las partes íntimas de ambas pequeñas, con sus dedos hurgaba todo los huecos de sus infantas. Les enjabono la espalda, cabeza y les echaba agua. Nuevamente les ponía jabón en sus partes íntimas y las enjuagaba , no sin antes pasar toda su mano encima de ellas.
-(Sr. José )… Ahora les toca a ustedes lavarme.
El hombre se puso de pie y su verga parada quedó a la altura de las caras de las pequeñas, tomó la mano de Andrea y le mostró cómo tenía que lavar y enjuagar su polla, después hizo que Cris la mudita le secara su verga solo con sus manitas. Las llevó a la cama, se recostó boca arriba y les dijo.
-(Sr. José )… Sean niñas buenas y vengan a jugar con mi juguete. Andreita enséñale a Cris cómo le das besitos a mi pitó y cómo te lo metes a tu boca. ¡Andale, enséñale!
Andrea se acercó y empezó a besar la verga de ese hombre, pasaba su lengua por toda la polla de ese macho.
-(Sr. José )… Ven acá Cris, tú también debes participar de este festín, haz lo mismo que tu hermana Andrea y mañana te compraré más chocolates.
La pequeña mudita se acercó temerosa, tomó con sus manitas el falo de don José y trataba de lamer, pero con desconfianza. Abría su boca, pero sólo abarcaba el glande, después la pequeña se retiró y ya no quiso hacerlo. Eso enfadó y molestó a don José.
-(Sr. José )… ¡Ah conque no quieres mamarme la verga! Pues entonces te voy a coger en este momento para que a la próxima obedezcas.
Jalo a Cris, le abrió bruscamente sus piernas y se postró sobre ella. Tomó su verga sin lubricar y la ubicó sobre los labios vaginales de Cris.
-(Sr. José )… Ahora vamos a ver qué tan cierto es que no puedas hablar. Mi pequeña muda.
Don José le dejó ir de un sólo golpe su verga morcillona a la niña, la cuál lanzó un quejido tan fuerte que se escuchó hasta el cuarto de su hijo Temoc.
-(Temoc )… ¡Papá! ¿Qué está pasando adentro?
-(Sr. José )… Nada, nada aléjate de aquí. Vete,
Ya con su polla dentro de la vagina de Cris el hombre podía palpar hasta el diminuto útero de la niña. Cris se revolcaba del dolor, sus lágrimas brotaron a chorros de sus ojos, sus gemidos estaban llenos de sufrimiento y dolor.
El vaivén de los movimientos de cadera eran brutales, salvajes y rudos. Su hermana Andrea solo veía como ese hombre violaba a su pequeña hermana sin poder hacer nada. Don José se emocionaba al saber que él era el primer individuo que desfloraba a la mudita y eso lo llenaba de orgullo.
-(Sr. José )… ¿Te gusta mi mudita? Disfrutas que tu macho meta su verga en tu deliciosa cuca. Dime que lo deseas . Tu silencio me da la razón.
Cada que sacaba su tolete de las entrañas de Cris se escuchaban sonidos de dolor !grrr, grrr¡y del chasquido que hacían sus bolas al chocar con las nalgas de Cris ¡chap,chap,chop! Con tanta agresión del sujeto hacía la pequeña hizo que se desplomara sobre el colchón quedando desmayada, sin aliento y con su pequeña vagina bien abierta.
Don José desde ese momento mantuvo relaciones ( violaciones) con las dos hermanitas.
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Rikisimo
Que morbo tener dos crías así, sigue escribiendo
no diste la edad de Andrea, en el próximo relato cuéntanos
Excelente
me gustaria ver algo asi
Que rico