Vino a pedir limosna, hoy es mi compañera de cama – I
Marcia es una pequeña morrita, en plena pubertad, según ella va al colegio en 6to. grado. Hermosa cara, pelito cortito, sus pechitos apenas están asomando, pero ya se ve que serán llamativamente puntudos. Alta para su edad, y muy voluntariosa.
Soy viudo, vivo solo, la vida me ha permitido tener un buen pasar, y ya a mi edad, no hay muchas cosas que uno desee. Por eso cuando apareció Marcia en mi vida, esta cambió rotundamente. Pasó de ser medio gris a tener durante gran parte del día una luminosidad que nunca antes había disfrutado.
Estaba ya el sol ocultándose. Suena el portero de calle, miro por la cámara de vigilancia y veo una niña con una bolsa de compras en la mano. Me aproximo y abro el ventilete de la puerta, descubro dos hermosos ojazos detrás de una sonrisa de dientes tremendamente blancos, y una vocecita cándida que me dice: Disculpe señor, pero no tendría algo para darme, estoy muy necesitada y tengo hambre, desde ayer que no pruebo bocado. La verdad es que la niña era agraciada, se notaba que era muy humilde, por lo que me generó enseguida una necesidad de ayudarle. Sin pensarlo mucho abro la puerta de calle y le pido que entre, que le daré comida. Al principio tuvo recelo, pero se ve que su necesidad pudo más. Y me siguió hasta la cocina. Ese mediodía había preparado unos tallarines con pollo, la hice sentarse a la mesa y calentándole una porción generosa de comida me senté frente a ella para verla comer. Comía de forma bastante apurada, fideos, pan, gaseosa, todo a la vez. Le comento que no hay apuro y que si luego quiere repetir, puede hacerlo, que comida hay.
Ella se sintió cohibida, se puso colorada de verguenza. Es que tengo mucho hambre me dice. Yo simplemente la miraba y descubrí que ella también cuando yo no la miraba ella si me relojeaba de costado. De repente luego de haber comido gran parte de los tallarines, me pregunta como me llamo, le contesto que soy Fabio. Y comenzamos a charlar, me contó que su nombre era Marcia, que vivía en un barrio muy pobre con su mamá y otras dos hermanas, menores que ella. Que por culpa de la pandemia su mamá no podía trabajar entonces ellas habían tenido que salir a pedir para comer. Eso me hizo pensar que tenía que ayudarla, y le propuse que si a ella le parecía, yo podía por un tiempo brindarle comida y un lugar donde quedarse, que al ser viudo, vivía solo y a veces necesitaba ayuda en la casa, por lo que podía pagarle unos pesos. En definitiva le ofrecí trabajo como empleada cama adentro. De Lunes a sábado estaría en casa, iría al colegio, y el sábado por la tarde se iría a su casa con su mama. Le dije que se lo contara a su madre y que al día siguiente si le interesaba que volviera. Terminó de comer y luego de que le preparara un paquete con algunos alimentos para su familia se marchó. Pensé que era difícil que volviera.
Al otro día, por la mañana temprano suena el portero, me asomo a ver, era Marcia con una señora que luego supe era su mamá Estela y un bolso grande. Estela, la acompañó para conocerme, ya que Marcia le había hablado muy bien de mi y como la había tratado. Las hice pasar, le ofrecí un café, ella me agradeció la mercadería que le había enviado. Luego de conversar un poquito, ella me preguntó si era cierto y si mantenía la oferta de trabajo que le había hecho a su hija, por supuesto que lo confirmé. Entonces Estela sonriendo me dice, mire señor Fabio, le voy a confiar a mi hija, la dejaré que viva con Ud. pero no debe dejar de ir a la escuela, y Ud. se encargará de alimentarla y vestirla. Ella hará todo lo que Ud. le pida. Cuanto le pagará de sueldo? Le contesté que le pagaría el jornal que recibe una empleada cama adentro dictado por el sindicato correspondiente, más un suplemento de dinero equivalente al 30% del sueldo para su madre y hermanas. La verdad es que yo tengo dinero más que suficiente y la mayoría de las veces no sé en que gastarlo. Al menos ayudaría a esta familia.
Y así comenzó esta historia real, Marcia ya se quedó en casa y su madre se fue satisfecha con el trato llevándose ya unos pesitos correspondiente al primer sueldo de Marcia. Le mostré su habitación que dicho sea de paso tiene baño privado y comunicación por una puerta con la mía. Ella estaba admirada del espacio y de lo que sería su cama, de dos plazas. Enseguida se tiró sobre ella y en ese revoleo de patas, se pollera se le subió hasta la cintura revelándome un hermoso par de piernas rematadas por un par de glúteos muy sabrosos. Ella sonrojándose rápidamente se tapó, pero en sus ojos pude observar una chispita de picardía. La dejé acomodándose y me fui a la cocina a preparar una picadita de fiambres y quesos con lo que almorzaríamos.
Marcia no solo acomodó su ropa en el placard, si no que rápidamente se ambientó a la casa. Terminado el almuerzo se puso a lavar los platos y limpió toda la cocina. Durante toda la tarde conversamos y nos contamos cosas uno del otro, ella ávida de información sobre mi preguntó sobre mi familia, si tenía hijos, etc. Le conté que nunca pudimos tener hijos ya que yo era estéril, y que mi esposa había fallecido hace años de cáncer. Para la cena la invité a comer hamburguesas a Mc’ Donalds, estaba muy contenta. Volvimos a casa y me senté a ver algo de televisión con una cerveza de por medio. Ella me dijo que se bañaría, obvio que estuve de acuerdo. Y dentro mío, daba vueltas esa imagen de las dos hermosas piernas y de ese precioso culito. Y eso derivó en una tremenda erección, cosa que no me pasaba hacía tiempo. A mis 50 años, ya la verga no se para todos los días, y menos sin caricias. JAJAJA
Se medió por ir a investigar que hacía Marcia, la puerta de la pieza estaba entornada, se oía el ruido del agua de la ducha, ya que también la puerta del baño estaba abierta de par en par. Entré despacio y me arrimé al baño, la piba estaba de espaldas a mi, se estaba enjabonando y se fregaba bien las tetitas, el culito, la verdad es que estaba muy apetecible. Con un poco de verguenza pero con la libido alterada me volví al living. Ya planeando otra cosa busqué entre las películas una película muy erótica francesa donde un tipo mayor sostiene un romance con una niña de la edad aproximada a Marcia. Y la reproduje en parte hasta que llegaron las escenas eróticas y de sexo, la dejé preparada y seguí viendo futbol. Seguía totalmente empalmado. Era notorio el bulto en mi entre pierna. Seguí con mi cerveza y con el plan de ver hasta donde podía avanzar en mi relación con la niña. Pasado unos 10 minutos, Marcia baja con un camisón bastante corto, apenas alcanzaba para cubrir sus nalgas. Vino y se sentó al lado mío, yo le pregunté si quería ver conmigo una película que ya estaba mirando Ella accedió. Yo saqué el partido y di play al reproductor, no pasaron ni cinco minutos cuando aparece uno de los actores franceses desnudo con la pija parada al máximo acercándose a la chica que se encontraba semi desnuda. De reojo miraba yo la reacción de Marcia, tenía los ojos como el dos de oro, totalmente concentrada en lo que pasaba en la pantalla, yo aprovecho la escena y me paro ofreciéndole si quiere tomar una cerveza, claro que al pararme mi erección le quedó frente a su cara, ella pudo apreciar que yo tenía la verga bien dura. Alzó los ojos hasta que se encontró con los míos, y sonrió a medias con esa sonrisa pícara que ya antes había mostrado. Volví de la cocina con dos cervezas, le dí una y nos volvimos a acomodar para seguir viendo la película. Le adolescente de la película no se quedaba atrás en lo referente al sexo, en dos o tres secuencias ya se había metido la pija del tipo hasta la garganta. Le estaba dando una mamada de película. Marcia estaba totalmente absorta en lo que la piba hacía, luego la actriz se puso en cuatro patas y el actor la penetró por el culo. Y eso fue el detonante para la primer pregunta de la noche, Marcia me mira y me pregunta: no le duele cuando se la metió por atrás? A lo que yo le respondí que si se hacía despacio, con gel lubricante no dolía casi nada, solo al principio, cuando empieza a entrar.
Marcia bajó la vista hacia mi bulto y soltó la segunda pregunta: Fabio Ud. la tiene grande como ese señor? Yo dije, esta es la mía. Mirá no sé, pero si vos queres te la muestro y vos comparás. Y dicho esto me paré y de una sola vez me bajé el short liberando mi monstruo. Les cuento que son 22cms de largo en erección y unos 8 cms de lomo. Es más creo que no tenía nada que envidiarle al actor porno. Marcia dejó escapar un ¿Guauuuu! qué grande es. Yo saqué pecho de orgullo. Y ya estaba totalmente decidido a cogerme a la pendejita. Me aproximé a ella y le pido que la acaricie, ella algo asustada o temerosa estira su mano y me toma la verga desde el tronco, pongo mi mano sobre la de ella y le enseño como pajearme. Ella no se reprime y comienza lentamente a hacerme una paja. Luego le pido que le de un besito como lo hacía la piba de la película, ella abre bien la boca y engulle mitad de mi badajo, le digo que solo con los labios, que no me raspe con los dientes. Es una alumna de novela, muy rápido aprende y me tiene casi a punto de acabar. Le comento que debe seguir hasta que me salte la leche y que se la debe tragar toda, sin derramar una gota, que eso la hará mas hermosa. Siguió en su trabajo de mamadora y finalmente le llené la boca con cinco chorros de espeso semen. Marcia aguantó a pie firma y no solo eso siguió lamiendo hasta dejar mi verga totalmente limpia. Separándome me arrodillo frente a ella, le hago abrir las piernas, ella no se resiste, está totalmente sonrojada y sus pezones apuntan al frente, la piba está muy excitada. Tomo su bombacha y la deslizo por su piernas dejándola desnudita para mi. O sorpresa, apenas tiene algo de bello en su monte de venus. Sus labios vaginales son gorditos, y ya están brillosos de jugos. Pongo sus piernas sobre mis hombros y le doy una chupada de concha a tal extremo que en cinco minutos tiene su primer orgasmo, se retuerce, gime, me tira del pelo, yo sigo lamiendo y mordiendo su clítoris, tiene otro orgasmo, le meto la lengua en su ano, ella se electrifica y me araña la espalda. Aprovechando el momento le pido que me deje hacerle el culito como en la película, ella algo aturdida por sus tres orgasmos solo asiente con la cabeza. Voy rápidamente a la pieza y traigo gel lubricante, mi verga está ya lista para adueñarse de ese virginal agujero. La unto con mucho gel y ataco su ano con un dedo mientras con mi lengua sigo mis caricias a su conchita, su esfinter se dilata rápidamente, meto dos y luego tres dedos, ella sigue gimiendo. Finalmente, tomo mi pija desde el tronco, la enfilo a su rosado agujerito y penetro con la cabeza ese ojal de placer. Ella emite un gritito y un gran suspiro, pero ya mi pija camina por el interior de su apretado y aterciopelado túnel, hasta que mis testículos chocan contra sus glúteos, ella se queja, pero yo sigo penetrándola. Cuando la tengo totalmente empalada me quedo quietito, masajéo su conchita, meto mis dedos dentro de su vagina y la aproximo a un nuevo orgasmo, comienzo a moverme, a entrar y salir de su culo, cada vez le saco más tripa y la entró con más fuerza, su culo aprieta mucho, ella comienza a gemir de placer, yo estoy totalmente encabritado, y finalmente ella comienza a acabar y yo no me quedo corto y le lleno el culo de semen, ella gime, araña, grita, y yo estoy enterrado dentro de ella hasta que mi badajo pierde dureza y se la saco. Ella me sigue abrazando. Yo la alzo a upa y me siento en el sillón con ella en brazos. Marcia me abraza y me dice, Fabio voy a ser su mujer? Yo le contesto con un beso, si chiquita a partir de ahora serás mi mujer. Pero nunca debes contarle a nadie lo que pasa dentro de casa.
uff que buen relato
Excelente relato
Que buen relato
Uff eso es tener suerte una nena para ti solo en casa y con aprobación de la madre
Guao rico
La preferiría en la concha